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jueves, 21 de mayo de 2015

BALDAQUINOS

BALDAQUINO DE
VILAR DE DONAS
Siguiendo el paseo por el claustro del Museo Provincial de Lugo, en la pared situada frente a la colección de relojes que he comentado, hay diversas esculturas pequeñas que quiero comentar ahora. Todas ellas son de factura popular, pero no hechas por ignorantes, pues no es la misma cosa.
Existen diversas vírgenes, ángeles y los cuatro frontones de un baldaquino. Como muchos de ellos, de inspiración gótica, pues era el tiempo en que se comenzaron a hacer.

Se me podrá preguntar qué es un baldaquino, y nada mejor que recurrir al diccionario, que nos dice que es un “Pabellón que cubre el altar”. De origen italiano, suele representar un templete con cuatro columnas que sostiene una especie de cúpula. Bajo esta estructura se colocaba el altar principal del templo.

EL CASTILLO DE PAMBRE
EN EL BALDAQUINO DE
VILAR DE DONAS
Por diversas razones dejaron de construirse en la época del barroco, siendo uno de los más conocidos el de la Basílica de San Pedro, de Bernini. Por nuestra tierra, en el Camino, conozco el existente en Vilar de Donas, aunque quitado de su sitio, arrinconado, si bien no destruido. Éste, el de Vilar de Donas, tiene en su cima una representación del cercano castillo de Pambre. A muchos les puede parecer una casualidad esa presencia, yo lo encuentro lógico si pensamos que ya se representaban a los entonces llamados donantes o mecenas, que podríamos traducir como sponsors de hoy. En muchos cuadros coetáneos aparecían los mecenas en actitudes piadosas junto a los Magos en el portal de Belén, por citar un caso. (Curiosamente, no los he visto en las crucifixiones, tal vez por miedo a ser confundidos).

BALDAQUINO DEL MUSEO DE LUGO ADORACION DE LOS MAGOS
El del Museo de Lugo, muy catequético, presenta diversas escenas de la vida de Jesús en sus cuatro frontones, sobre un borde inferior decididamente gótico. Falta el copete del baldaquino, así que no podemos hacernos una idea de cómo sería en su conjunto.

En algunos lugares de Galicia he visto esos frontones tirados o menospreciados, a veces empotrados en paredes y, aunque no me gusta el remedio, al menos nadie los va a destruir ni contribuirá a su desaparición.

BALDAQUINO DE LA
CATEDRAL DE SANTIAGO
Parece que al Gelmírez le gustaba el baldaquino de su catedral. Conforme fue modificándose la estructura del Altar Mayor de la catedral compostelana, también lo hizo su baldaquino. Hoy es difícil adivinarlo, pero allí está. Las columnas sostienen una gran plataforma muy historiada coronada por un Santiago matando moros. Pero no llegan al suelo, están disimuladas en forma de ángeles que se apoyan en una cornisa que rodea el ábside y sostienen la plataforma con sus hombros.

¿Tienen algún significado histórico o de cualquier otro tipo, o simplemente se trata de un elemento ornamental caído en desuso? Bueno, aunque no lo he leído en ninguna parte, voy a exponer mi idea. En primer lugar, sobre el altar se celebra la Misa, es decir, la Eucaristía. Se le considera un pilar fundamental de la Fe Católica, muchas veces llamado Nuevo Testamento como alternativa al Antiguo Testamento, procedente de la época de Moisés.

VIRGEN SEVILLANA BAJO PALIO
Nos cuenta la Biblia que durante el éxodo, cuando los judíos atravesaron el desierto hacia la Tierra prometido, Jehová le entregó a Moisés las tablas de la Ley y, entre otros favores, les sustentó con comida caída del cielo, el maná. Los judíos construyeron un arca, el Arca de la Alianza, en la que guardaron la Tablas y una muestra del maná como símbolo de su alianza con Jehová. El Arca poseía argollas laterales y, mediante varas, era transportada hasta llegar a la Tierra Prometida. Se hizo una tienda para cobijar el Arca durante las noches y en las paradas en el camino. El baldaquino representa esa tienda, pues bajo él se renueva la Alianza de Dios con los hombres.

La tienda del Arca está rememorada en otro ornamento litúrgico, el palio. Lujoso, con excelentes bordados, sirve para cobijar en su interior la Eucaristía en las procesiones de Corpus o bien ir, de respeto, tras las carrozas procesionales que salen ese día. También, en Andalucía, la vírgenes suelen ir bajo palio cuando van en procesión. Es lo mismo, se le cubre con él, pues durante nueve meses, María fue quien llevó en su seno a Jesús, quien instauraría el Nuevo Testamento. Realmente, entre un palio y un baldaquino no existen diferencias de estructura, sí de materiales constructivos. 

Estas cosas me llevan a pensar en otras cosas. El rey mago
ANGEL EN RIBADAVIA
arrodillado en el baldaquino del Museo de Lugo, tiene la misma composición que tiene un ángel anunciaciador que vi en Ribadavia y que he comentado aqui. La túnica que cae y se alarga, plisada, me parecen tan similares, que pienso en una inspiración, no sé de quién a quién, o en un mismo escultor que se repite sin recato, pensando que la distancia no descubriría su copia. Sea como fuese, quiero imaginarme una época en Galicia, en un final del Camino de Santiago, hirviendo de creaciones artísticas y a donde llegaban, gracias al mismo Camino, las influencias del mundo artístico. Los artistas, creadores de todo tipo, andarían por los caminos llevando y trayendo su arte allá donde les llamasen. Y de ese ajetreo ha quedado constancia. Recuerdo que los baldaquinos tuvieron su origen en Italia, así como el representar en las obras a sus patrocinadores.


Por estos y otros detalles, que iré comentando, siempre es una alegría para mí estar en Vilar de Donas.

jueves, 16 de abril de 2015

UNA CATEDRAL DESCOYUNTADA


Hablo de terremotos y me gustaría disponer de suficientes conocimientos de arquitectura para comentar con acierto lo que voy a comentar como el profano que soy.
A veces encuentro que los edificios se comportan como realizados en bloques yuxtapuestos destinados a formar el todo que conocemos, usamos y, en todo caso, admiramos. Si hay un descalabro, el edificio puede venirse a tierra por partes y mientras algunas se derrumban, otras permanecen en pies. Eso lo vemos en múltiples ruinas, en las que hay paredones derechos junto a restos de tejados u otras estructuras esparcidos por tierra. En Santiago ocurrió eso en la Colegiata del Sar, cuya ruina comenté aquí mismo (http://emiliovalade.blogspot.com.es/2014/08/por-el-camino-de-santiago-colegiata-del.html) con una opinión personal mía. Las Torres del Oeste, allá en Catoira, también nos dejan ver muros erectos junto a otros derribados.

MONASTERIO DE STA. CLARA
Otras veces los edificios, y no sé la causa de esto, se comportan como una unidad estructural. Aunque también construidos por millares de bloques de piedra, éstos se comportan como si estuviesen tan perfectamente ensamblados entre sí, que adquieren un comportamiento más comprensible si el edificio constituyese una unidad estructural.
Como ejemplo, tenemos la Torre de Pisa. A nadie se le ha ocurrido pensar que se le cayese un lado, a pesar de su inclinación. Estamos muy acostumbrados a que se incline o se restaure, se impida su deterioro, se le haga lo que sea, teniendo en cuenta algo que le añadimos mentalmente, que es una unidad y no una suma de unidades más pequeñas, los bloques de piedra que la constituyen. Las relaciones que establecen esos bloques entre sí para conseguir ese efecto final me resultan completamente desconocidos.
CATEDRAL DE TUI
En Portugal, concretamente en Coimbra y a orillas del río Mondego, en una zona sedimentaria se alzó el monasterio de Santa Clara. Pero el sustrato sobre el que estaba construido era muy suelto (similar al de nuestra colegiata del Sar) y el edificio comenzó a hundirse. Sí, a hundirse. No puedo imaginar lo que pesará el edificio, pero que se hundió está a la vista. Hoy se accede al interior de la iglesia a través de lo que fue un ventanal. Las piedras de las cubiertas se cayeron, pero los arcos se mantienen en pie confiriendo al conjunto un aire de encanto y misterio difícil de definir. Ni una grieta, ni una pared por tierra. El edificio de hunde (ignoro si se ha detenido el proceso) como un todo hecho con muchas piezas de piedra.
Algo similar ocurre en nuestra catedral de Tui. Gótica, hermosa, medio catedral, medio fortaleza, su mejor vista es desde Valença, lo mismo que la mejor vista de Valença es desde Tui. Entre las dos ciudades, el río Miño y el deseo compartido de ser nombradas, ambas, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
CATEDRAL DE TUI
FIJARSE EN LOS ARCOS DEL FONDO
Pero, ¿qué le ocurre a la catedral tudense? Nada, pero le ocurrió con motivo del terremoto de Lisboa de 1755. Antes tal vez convenga que comente algo de ella, por si resulta desconocida para alguno. Como he dicho, es una catedral fortaleza, con torres de defensa y muros almenados. No olvidemos que se trata de una ciudad fronteriza. La catedral es pequeña y bonita. El estilo gótico se patente en la ornamentación, en su pórtico, y en las bóvedas, arcos, ventanales y otras estructuras que conforman un interior definido según ese estilo y muy acogedor.
CATEDRAL DE TUI
Me gusta imaginar lo que ocurrió en ese interior durante los diez minutos que duró el terremoto de Lisboa. Quiero creer que el edificio crujió como si fuese de madera, que se levantó una gran polvareda en su interior, que hizo imposible ver nada, que el ruido debió ser tremendo y que, cuando termino toda aquella breve eternidad, cuando se asentó la polvareda y volvió a reinar el silencio, cuando, en fin, pareció que todo volvía a ser como antes, apareció la catedral completamente desvencijada, pero en pie. Destartalada, como es posible verla hoy, pero sin mayores remiendos que los necesarios para consolidar algún que otro arco de las naves o del claustro.
La catedral, el edificio, tembló como un todo estructural. No cayó, aunque quedó bastante alterado. Ya no son líneas rectas lo que marcan las bóvedas a lo largo de las naves, pero a mí me sobrecogen más que lo que puedo ver en cualquier otra catedral gótica.


CATEDRAL DE TUI - CLAUSTRO



ARCOS DEL CLAUSTRO. CONTRAFUERTES


jueves, 9 de abril de 2015

LA CATEDRAL REMENDADA

FALSOS ARBOTANTES, BARANDILLAS,
BENDITOS REMIENDOS
Cuando hable de remiendo, me referiré al trozo de tela que se cose a un paño deteriorado para conferirle cierto arreglo para que, de este modo, pueda durar la prenda en que se produjo el desperfecto. También se habla de remiendos cuando se arreglan tejados, muros u otras estructuras. Voy a comentar unos remiendos en la catedral de Lugo que, la verdad, encuentro hermosos.

Siempre me han asombrado los terremotos. Si voy a hablar de ellos, es forzoso que me refiera al de Lisboa, el que ocurrió el 1 de noviembre de 1755 y, dicen, duró diez minutos. Siempre que viajo por Portugal me impresiona encontrarme con las huellas que persisten de su nefasta actuación. Pero también es posible encontrarse huellas suyas en España. Más concretamente, en Galicia. Por ejemplo, en Lugo sin ir más lejos.
CATEDRAL DE LUGO
PLANTA ORIGINAL
Vayamos por partes. La catedral de Lugo tiene sus orígenes en la época del obispo Odoario (S.VIII). Parece que originariamente constaba de tres naves y tres ábsides y que Odoario restauró o asentó otra preexistente. Debió resultar tan hermosa, que el rey Alfonso II mandó tomarla como modelo para construir las catedrales de Oviedo y Santiago. La estructura actual fue iniciada en 1129 y las obras duraron pocos años.
Las distintas épocas dejan en nuestra catedral sus improntas, cada una con su estilo. Así, en la época del gótico, se alargan las naves. La central adquiere mayor longitud y las laterales se curvan a su alrededor, configurando una girola con cinco capillas absidales. El conjunto, gótico, debió resultar hermoso y, además, llenaría de luz el interior. Con el tiempo (S.XVIII), la capilla central del ábside fue substituida por la Capilla de la Virgen de los Ojos Grandes, obra de Fernando Casas Novoa, quedando un conjunto que debió ser acertado y armónico, aunque de diversos estilos.
El uno de noviembre al que me refería antes, cuando Lisboa tembló, también le acompañó la catedral de Lugo, de modo que se vino abajo la totalidad del ábside central. También la fachada principal resultó afectada.
EL ABSIDE RECONSTRUIDO
HOMOGENIZANDO ESTILOS
Rápidamente se emprendieron las obras de restauración que consistieron en construir un ábside nuevo encajado entre las capillas absidales, que habían quedado intactas. Es decir, a lo que quedó "le echaron un remiendo". El resultado, desnudo, tal vez hubiese quedado poco estético en el conjunto, pero a la fábrica se le añadieron unos arcos, remedo de los anteriores arbotantes, que si bien tal vez no realizan mucha función estructural, sí confieren una gran belleza y serenidad al conjunto, a la vez que llenan un vacío generado por la ausencia de los verdaderos arbotantes. 
De este modo, la obra queda compacta en cuanto a sus volúmenes. Me gusta pensar que los escultores quisieron hacer un arreglo que quedase hermoso (remiendo afortunado, le llamo yo). De ese afán nacerían los falsos arbotantes y la barandilla que corona el ábside recién construido. La catedral de Lugo posee hermosas barandas en sus tejados. Uno de ellos, gótico, rodea el Pórtico Norte. El otro, barroco, rodea diferentes planos de la mencionada capilla de los Ojos Grandes. Se trata de una balaustrada con obeliscos cada cierto trecho, también diseñada por Fernando de Casas Novoa. Pues bien, con ese mismo tipo de barandilla se rodeó el ábside recién construido, dotando al conjunto de gran homogeneidad y elegancia.
LA CORNISA EN QUE ESTÁN LOS ÁNGELES
INDICA EL INICIO DEL AÑADIDO
Y ¿qué ocurrió con el interior? Pues podemos suponer que, antes del desastre, el ábside tendría sus vidrieras y su ábside con hermosas nervaduras. Todo aquello se vino al suelo y no hubo modo, o afán, de restaurarlo.
En su lugar, se dotó a todo lo reconstruido de un conjunto policromado que resulta muy atractivo. El techo, una bóveda de medio cañón terminada en otra de cuarto de esfera, reproduce escenas celestiales, mientras las paredes laterales se cubren de ángeles voladores y juguetones. La luz que entra a chorros por los amplios ventanales y las vidrieras, confiere un aire mágico a este lugar, difícil de superar. Bendito remiendo.


viernes, 13 de febrero de 2015

EN EL CAMINO DE SANTIAGO. IMÁGENES DEL APÓSTOL

MATAMOROS
Quiero dejar aclarada una cosa desde un principio, y es que no me creo lo de la batalla de Clavijo y me molestan muchas actuaciones derivadas de ella. No me la creo debido a esa incertidumbre histórica de no saber asignar a un rey concreto el desarrollo de la batalla. Es decir, en otras palabras, no se sabe cuándo ocurrió. Luego está el motivo, liberar a “los nuestros” de tener que satisfacer el tributo de las cien doncellas. Salvar a una colectividad de ese oprobio es un gran favor que se le hace. Teseo también liberó a los suyos de ese mismo tributo, que en su caso había que satisfacer al Minotauro, en Creta.

Ese tributo de doncellas, siempre cien, algo tremendo en diferentes culturas, me habla de trazos mitológicos que vienen de lejos en la historia de la cultura, pero que tienen (o han tenido) arraigo en nuestro sentir. Llegado el momento, los cielos se abren. Teseo, ayudado por Ariadna mata al Minotauro, o en Clavijo aparece el Apóstol galopando entre las nubes, matando moros con su espada y liberando a los cristianos de pagar el tributo. Con perdón, supongo que más que con espada mataría moros con flechas, jabalinas o dardos, si lo hacía desde las nubes. En caso de ser con espada, como lo ponen las estatuas, su longitud sería tremenda para degollar desde tan alto. (Digo yo…)
PEREGRINO EN LA
PUERTA SANTA
No faltan quienes ven su intencionalidad política en lo de la batalla de Clavijo: El cielo quería que echasen del solar patrio a los infieles, por eso el Apóstol volvía a defender la tierra que evangelizó. Si acaso cundía el desánimo o el cansancio entre la gente, el argumento era contundente: el cielo lo quiere. Parece que se hizo costumbre lo de invocar a Santiago antes de entrar en acción, y lo de “Santiago y cierra España” ha llegado a nosotros como una invocación, aunque no entiendo el significado de “cerrar” utilizado en este caso. Con el tiempo, y por necesidades terrenales de gobierno, también San Isidoro mató moros en alguna que otra batalla.
Con esto de guerrero, defensor de la Patria y azote de infieles, se generó una iconografía que no me gusta nada y que cristalizó en la imagen del Santiago llamado “Matamoros”. Está presente en múltiples rincones de la catedral compostelana, corona edificios oficiales y es la imagen que sale en procesión el 25 de julio. Cotidianamente está expuesta a la veneración en una nave transversal de la Catedral.
Claro que eso de matar moros ya no gusta tanto como pudo haber gustado, incluso en esa imagen de la que hablo se han tapado las víctimas del santo furor con flores que alcanzan hasta la misma cabalgadura. Ahora, el Apóstol en vez de matar moros parece querer cortar flores con espada. Un método algo rudo, pero es mejor esconder la realidad de la imagen, que hay quienes se pueden ofender.
PEREGRINO EN SAN XEROME
En Santiago no gusta esa versión de Apóstol matador. Somos más pacíficos y dados a respetar opciones diferentes a las nuestras antes que a matar a quien discrepa. Nos gusta el Santiago Peregrino, de quien hay múltiples representaciones, una de ellas, por ejemplo, sobre la Puerta Santa. Allí, en una hornacina hueca, el Peregrino, vestido como tal y con un libro en la mano, (el evangelio que nos trajo), aparece como más asequible a todos, alguien con quien se podría compartir una etapa del Camino, de su Camino.  Allí está recibiendo a quienes entran por la Puerta Santa en busca del perdón. Son muchas las imágenes alternativas de Santiago Peregrino, reconocible por su báculo, su esclavina y su sombrero de caminante con vieiras en el alo. Un Santiago que camina como de incógnito. Más nuestro, la verdad.
SENTADO EN EL PÓRTICO
RECIBIENDO
Hay otra postura en que es frecuente que se nos represente al Apóstol, la de sentado. Como tal nos recibe en el parteluz del Pórtico de la Gloria, con sus ojos llenos de serenidad, mostrando tranquilidad total y con un pergamino desenrollado como muestra de la doctrina que nos trajo. Allí lo colocó Mateo hace siglos y desde entonces nos recibe transmitiéndonos la alegría de haber rematado el Camino. En esa imagen aún no luce la vieira identificadora. Pienso que tal vez aún no era representativa de lo compostelano y por eso Mateo, que no escatimó en símbolos, no la puso. También está sentado el Apóstol en la imagen que abrazamos. Una bella imagen románica, que no podemos ver debido a los ropajes de plata mejicana que la recubren. Plata procedente del patrimonio del arzobispo Monroy.

Nunca me he sentido identificado con el Matamoros ni con la idea que transmite. Ahora, al verlo transformado en bruto segador de flores, como lo tienen los canónigos compostelanos, pienso que se merece un apaño más digno. 
EL MATAMOROS SEGADOR
FLORAL

viernes, 30 de enero de 2015

EN EL CAMINO DE SANTIAGO: LOGOTIPO APOSTÓLICO

LOGOTIPO GREMIAL EN PORTOMARIN
Muchos las conocen como señales de cantero, pero bien podrían llamarse logotipos gremiales, hablando de esos trabajadores. Somos muy esclavos de las palabras y más cuando tienen años de historia. Símbolos, logotipos, emblemas, no lo sé, en el fondo son recordatorios que nos transmiten algún tipo de información sin necesidad de texto. Muchos creen que son propios de épocas incultas, remotas. A esos les remito a los símbolos que nos informan en las autopistas, por no hablar de los múltiples indicativos que podemos encontrarnos en instrumentos muy de hoy, como pueden ser teclados de aparatos electrónicos diversos.

COLECCIÓN PARTICULAR
LUGO
Pero sí, el mundo de los símbolos “parece” haber tenido una época de esplendor en los albores de la alta Edad Media, justo cuando la vieira fue asumida como símbolo de lo jacobeo.
Hay dos símbolos jacobeos digamos, consagrados, que no sé si son generales o específicos. Me refiero a la vieira y a la flecha amarilla. No sé si la vieira representa lo relacionado con el Camino y el Apóstol y si la flecha amarilla se refiere sólo al Camino, indicando su itinerario. Desde luego, la flecha es algo mucho más reciente, pues su padre fue D. Elías Valiño, a quien muchos conocimos. Lo que sí creo es que representando lo jacobeo, la vieira abarca más cosas que la flecha.
En la catedral de Santiago nos encontramos con otro símbolo jacobeo. Diríamos que otro logotipo. Me refiero a una estrella de buen tamaño, de la que cae un rayo zigzagueante. Esta estrella es claramente una evocación a la leyenda inicial relativa al descubrimiento de la tumba apostólica. Una leyenda bonita, mágica, atractiva, muy al gusto de los caballeros coetáneos del Códice Calixtino, pero que hoy nadie cree. Es insostenible con los conocimientos actuales, pero tampoco nadie la va a eliminar, ni siquiera lo intenta. Sin embargo, y me gusta decirlo, no hay ni un solo dato contrario a la idea de la presencia en Compostela de los restos del Apóstol. Sabemos que un solo dato contrario, uno sólo, bastaría para
LA ESTRELLA SOBRE EL "ARCA MARMÓRICA"
ÁBSIDE DE LA CATEDRAL COMPOSTELANA
desmontar la historia, pero no lo hay. Es más, cada descubrimiento nuevo, afianza su veracidad tal como la conocemos, como ocurrió con la aparición de la tumba de Teodomiro, hasta entonces personaje de leyenda.
El logotipo al que me refiero, la gran estrella con un rayo que baja de ella, está en la catedral en algunos lugares muy singulares. Por ejemplo, en el ábside, bajo la imagen del Apóstol que abrazamos, hay un altar apenas visible desde la girola. En él hay un arca de mármol y sobre ella está la estrella. Leí en algún sitio que ésta es el “arca marmórica” que descubrió el monje Pelayo y que reconocieron Teodomiro y Alfonso II, en cuyo interior estaban los restos de Santiago y los dos Varones Apostólicos. No lo he vuelto a ver escrito en ningún sitio, y en la catedral “parecen” no darle mucha importancia, pero está allí para quien lo sepa y sobre ella está el logotipo apostólico.
BAJADA AL SEPULCRO
Reaparece en la escalera de acceso a la cripta en la que se veneran los restos del Apóstol. En texto latino, se puede leer “Sepulcro del Glorioso Apóstol Jacobo”.
MONASTERIO DE SAN MARIN
PINARIO. 
No obstante, he encontrado más logotipos similares. Uno de ellos puede verse en ese gran monasterio compostelano que es San Martín Pinario. Una de las puertas de acceso a la sacristía está llena de casetones con esta imagen. Pero no olvidemos que este monasterio siempre, desde su fundación, tuvo una gran vinculación con el Apóstol, estando, incluso, encargado de la custodia de sus restos.

También un amigo mío de Lugo, experto coleccionista, posee un ejemplar de este logotipo. Me dice que era símbolo de albergue de peregrinos. Tal vez de albergue catedralicio, no lo sé.

viernes, 7 de noviembre de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: DE NUEVO EN EL SAR

LA BALANZA DEL ROMANICO
ÁBSIDE DEL SAR
 En días de orballo me gusta ir al Sar. Es decir, a la Colegiata del Sar, pero en Compostela abreviamos su nombre de ese modo, el Sar. Me gusta en días de lluvia sosegada, pues se impregna de un aire melancólico que le viene muy bien. No digo, faltaría más, que en días soleados esté fea, o parezca altiva, incluso distante. Nada de eso, siempre inspira un gran sosiego e infunde una gran serenidad en mi ánimo. Pero si mi visita está aderezada con la lluvia mansa del orballo y su silencio, todo cuanto veo y siento invita a un gran recogimiento y a una visita, también, a mi interior. No sé si me explico.

Hablaré agora del ábside y el claustro, pues de las naves ya he escrito aquí hace poco tiempo. Aunque se nos dice que el conjunto data del siglo XII, me parece que se pueden hacer apreciaciones. Yo creo que el ábside es anterior al claustro. Lo digo basándome en la ornamentación. En aquel aparecen imágenes propias del románico, como son los ángeles con la balanza con que pesar nuestras obras, dentro del más puro espíritu románico inspirado en el Apocalipsis y las postrimerías.
En el claustro, no obstante, ese espíritu deseoso de amedrentar parece haber desaparecido, por eso creo que su construcción es posterior. Los capiteles ya no muestran diablos ni escenas infernales. Ahora son vegetales los que los adornan. Vegetales imaginarios que crean un mundo fantasioso en quienes los miran con ojos avisados. Vegetales hechos piedra como en el claustro del actual museo de Lugo o en las naves del Monasterio de Carboeiro. El gótico ya está aquí y Cristo ya no es el Juez representado en el Pórtico de la Gloria. Ahora es el hombre que aparece en el vientre de su madre en las múltiples anunciaciones
ORNAMENTACIÓN VEGETAL
que adornan numerosos tímpanos de nuestros templos. Y los capiteles se llenan de la belleza vegetal que siempre debieron tener.
El claustro del Sar tiene la virtud de conferir una gran intimidad. En el silencio generado por el orballo, define una atmósfera acogedora como pocas en Santiago, y eso que del claustro original sólo queda un ala. Es el único en su estilo que hay en Compostela.
A veces pienso que, cuando se construyó, tal vez había terminado la época de riqueza en la Colegiata. Tal vez por eso en él no hay bóvedas de ningún tipo, solo un rústico techo de madera que se apoya en ménsulas que sobresalen del mismo muro del claustro, por eso creo que ya fue construido de ese modo.
EL ALA QUE QUEDA. TECHO DE MADERA
SUSTENTADO EN MÉNSULAS DE LA
ESTRUCTURA
Atribuido al Maestro Mateo, nunca he visto un espacio tan capaz de transmitir tanto sentimiento. Para mí, solo ese lienzo de un claustro que, completo, debió ser maravilloso, sirve para hacer de él uno de los lugares indispensables cuando hablamos de conocer Compostela.

También me he preguntado en más de una ocasión qué variables utilizarían los maestros constructores de entonces para hacer unos interiores tan acogedores como hicieron. Hoy nos lo siguen pareciendo. Dimensiones, techos, puntos de luz, sonoridad, todo ello conjuntado para regalarnos una sensación que para nada ha cambiado a lo largo de todos estos siglos.

sábado, 16 de agosto de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. AL PIE DEL BOTAFUMEIRO

Ya en el Códice Calixtino se habla del botafumeiro. Entonces, se utilizaba fundamentalmente para disimular los malos olores que se generaban con tanto peregrino que, incluso, llegaban a dormir en el
ME GUSTA VERLO DESDE ESTE SITIO
triforio. Hoy, su utilización se mantiene aunque con motivos diferentes y, actualmente, es un rito más de la recepción de peregrinos, que muchos toman como reclamo turístico. (Algunos lo copian en iglesias no muy lejanas).

Al final de su recorrido, cuando el Botafumeiro lleva como unos doce o trece períodos completos, siempre me parece como que se desvía un poco. No sé si es impresión mía, pero muchas veces se desvía levemente en la misma dirección, en la contraria a la de las agujas del reloj.
Como sabemos todos, el botafumeiro es un gran incensario que mide un metro y medio de altura y pesa, vacío, 53 kilos. El peso final, depende del carbón y el incienso que le metan, pero no es despreciable. Se ata con una maroma, siendo de poliéster la actual, que mide 55 centímetros de diámetro y 63 metros de largo. Pesa cerca de 100 kilos y se renueva con bastante frecuencia. 
PARECE QUE SE HA DESVIADO
Al moverse, en total unos 17 ciclos de vaivén, el Botafumeiro llega a alcanzar una velocidad cercana a los 70km/h. Puede formar un ángulo de más de 80º con la vertical y describe un arco de unos 65 metros de amplitud.
Se llaman tiraboleiros a los hombres que se encargan de moverlo. Vestidos con túnica corta y esclavina de color granate, son quienes, en número de ocho, lo impulsan mediante cabos sujetos a la maroma. Esos impulsos se dan en momentos apropiados siguiendo las indicaciones del llamado tiraboleiro mayor, que también es quien de la el impulso inicial y, al final, lo detiene. 
Cuando recorre la nave transversal, a esa alta velocidad y con su gran masa, adquiere una energía tremenda, que la notamos por el tiempo en que tarda en irse deteniendo antes de que el tiraboleiro mayor lo coja y pare, haciendo un gran esfuerzo visible. 
LOS TIRABOLEIROS,
PREPARADOS
Precisamente, es al final del ciclo cuando parece que se ha desviado. Desde el punto de vista físico, el Botafumeiro se comporta como un péndulo. Un amigo mío que sabe muchas cosas que no interesan a nadie, me dijo que, al oscilar, el Botafumeiro reúne las condiciones para comportarse como un gigantesco péndulo de Foucault. Eso explicaría su aparente desviación, siempre en el mismo sentido. Pero en el Hemisferio Norte, el péndulo de Foucoult se desvía en el sentido de las agujas del reloj. El Botafumeiro lo hace en el otro sentido. Es decir, que no es eso. Creo que la desviación, que a veces existe, se debe, simplemente, a que con el impulso inicial que se da al gran incensario, éste sale algo desviado. Luego, al ampliar los recorridos, se notan los efectos de la desviación. Pero creo que de Foucoult, nada.
De lo que sí, y mucho, es de emoción. Al terminar su vuelo sobre los peregrinos, estos aplauden con entusiasmo, si bien a los curas del templo no les gusta y riñen a través de los micrófonos por hacerlo. Qué sabrán ellos…
VOLANDO
Con ese aplauso se da rienda suelta a muchos sentimientos acumulados a lo largo del Camino, y que ahora se dejan salir, condensados es esa explosión de sana alegría: emoción, cansancio, ilusión y entrega a un deseo finalmente alcanzado, conseguido. Costoso deseo realizado. El vuelo del incensario gigante es como el exponente de lo realizado y el punto final del Camino. 
EN REPOSO
Ya son recuerdo Astorga, León, O Cebreiro, Liñares y su desolado paisaje, Triacastela, la sed que atormentó al salir de Samos… todo eso ha sido superado, ya sólo vive en el recuerdo… Incluso la entrada en Compostela, hace un rato, ya es historia. El vuelo del Botafumeiro ha cerrado el Camino para cada uno.
Después del aplauso, y con las riñas reiteradas de los del templo, comienza un momento triste para cada uno, pues es hora de las despedidas y admitir que se ha terminado una hermosa etapa. Allí, al pie del Apóstol, aún con el olor del incienso, los peregrinos sienten que regresan a sus vidas. Hay que despedirse, irse.
El Camino, ¡ay!, empieza a ser recuerdo.

viernes, 8 de agosto de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: COLEGIATA DEL SAR, LA ALTIVA REDIMIDA

Visitar la Colegiata del Sar, en las afueras de Santiago de
UN TEJADO EN VEZ DE TRES
Compostela, me produce una cierta desazón. No encuentro en su interior la serenidad y el sosiego que cabe esperar (es mi opinión) en un templo románico del sigo XII. Otros lugares de la misma época definen un espacio acogedor e íntimo. En éste no es el caso, y no sé la causa.

Fue fundado por canónigos de la Orden de San Agustín en el primer tercio del siglo XII, cuando aun vivía Gelmírez, y es posible que la construcción del templo quisiese ser una muestra del (supuesto) poderío de los canónigos. Tal vez una réplica al poderoso arzobispo, que les había prohibido entrar en la Catedral a caballo y cosas similares. Las crónicas nos hablan de enfrentamientos por temas de poder, algo que sigue siendo de plena actualidad.
PROPORCIONES PARA ASOMBRAR
Me quiero imaginar a los canónigos, ricos en demasía, patanes y con la arrogancia que presta el dinero a quienes no lo saben usar, mandando hacer un templo que asombrase a todos.
Las técnicas románicas para iglesias de planta basilical, con bóveda central de medio cañón, aconsejaban construir otras laterales, más bajas que la central, de modo que ésta descargase su empuje a través de ellas. Incluso en el exterior se notaba esta estructura con una cubierta, correspondiente a la nave central, y dos pequeños tejados, que correspondían a las naves laterales. Este juego de tres tejados corrían a lo largo del templo, desde la fachada hasta el ábside.
Los canónigos, que tal vez de esto no tenían idea, quisieron un
EN EL CENTRO, AÑADIDO A LA BOVEDA
PARA CERRARLA DE NUEVO
templo de tres naves con, casi, la misma altura. Incluso con un solo tejado cobijando las tres naves: principal y laterales. La cosa no funcionaría y así se lo dirían los constructores, sabios en su oficio como nos lo muestran las múltiples obras que nos dejaron, aún perfectas, y coetáneas con la iglesia de la que hablo ahora. Porque, además, el edificio en cuestión se construiría en terrenos sedimentarios, sin mucha cimentación. Mal principio.
Quiero creer que se lo advirtieron de todos los modos posibles a los canónigos, pero que éstos no se dejaron convencer. “Quien paga, manda” ya era regla de oro aplicable a los trabajadores, y el templo fue para arriba castigado a venirse abajo.
ARCOS VENCIDOS
EN UNA NAVE LATERAL
Los peores augurios se cumplieron. La bóveda empujó como tenía que ser, pero no había estructuras que derivasen ese empuje, como sería de esperar en un edificio bien hecho, y todo comenzó a deshacerse. Las hileras de columnas se abrieron y parte del techo se vino abajo. En los siglos XVII y XVIII se detuvo el deterioro, adosándole al templo unos gigantescos arbotantes y poniendo cuñas de piedra en las partes de la nave central que se habían caído. No sé si lañaron las piedras en su parte no visible, todo es posible.
Para mí, esos arreglos le confieren ahora al Sar una belleza singular, tal vez la elegancia de, por fin, haber asumido su impertinente arrogancia, pagando de este modo el no haberse dejado aconsejar por quienes sabían cómo hacer los trabajos. Ahora, por fin, ha atendido a los técnicos y se ha dejado restaurar.
CONTRAFUERTES SALVADORES
Al lado de tanta cosa extraña, en el claustro encontramos un reducto de intimidad, esa serenidad que tan bien definen las normas románicas cuando están sabiamente utilizadas. Está atribuido al Maestro Mateo, o a su escuela.
Pero del claustro y de las cabeceras del templo, hablaré en otra ocasión. Prefiero dejar aquí mi idea de la impertinencia redimida al asumir la presunción y sus consecuencias, como muchas personas que se hacen grandes al reconocer sus errores y actuar en consecuencia.

EL CLAUSTRO MERECE MENCIÓN APARTE



sábado, 19 de julio de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: PERSISTENCIA DE SIMBOLOS

PELEGRIN
Fue en l985 cuando la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a la ciudad de Santiago de Compostela. Pocos años más tarde, el Camino recibió un honor similar. Con estos reconocimientos internacionales al entorno del Apóstol, se esperaba un fuerte incremento de peregrinos, que en los últimos años habían caído hasta cifras paupérrimas. Por ejemplo, según datos de la misma Catedral de Santiago, en 1977 habían sido 31 los llegados, mientras que en 1973 lo hicieron 38.
Esos datos no los creo, pues recuerdo más gente en aquellos años. Tal vez se refieran a quienes iban a la Oficina del Peregrino a dar su nombre y retirar su correspondiente Compostelana, pero como aún no estaban oficializadas tales costumbres, la gente venía, rezaba, ganaba el jubileo y se iba tan contenta, sin preocuparse de pasar a formar parte de ninguna estadística.
COMPOSTELANA
De todos modos, era preciso arreglar muchas cosas, tenerlas dispuestas para recibir a los muchos peregrinos que se esperaban y que, después, no defraudaron en cuanto a su número. Convenía preparar albergues, caminos, estructuras logísticas, señalar sendas y, en general, había que actualizar todo. Se consiguió que se implicasen en el proyecto las Comunidades Autónomas por las que pasaba el Camino y de eso se encargó el gobierno autónomo. Creo que se realizó una buena labor.
Lo primero que se hizo fue buscar un nombre adecuado para el Año Santo. Se quería que volviesen a caminar los mismos tipos de gente que ya lo habían hecho siglos atrás, personas que venían con muy diversos intereses: religiosos, espirituales, deportivos, culturales, económicos e, incluso, indefinibles. Se buscó al peregrino de hoy con similar perfil humano al que había tenido a lo largo de los siglos anteriores. Al Año Santo se le llamó Año Xacobeo, Xacobeo para los amigos. Se prescindió del calificativo “Santo”, tal vez huyendo de un posible rechazo por parte de quienes no tienen la religión como norma. Si a la Iglesia, que fue quien custodió el Año Santo durante siglos, no le pareció mal esta desacralización, no voy a ser yo quien diga algo disonante. Es más fácil aglutinar a gente diversa al reclamo de un año Xacobeo, que de uno que sea Santo, eso es cierto.
LOGOTIPO DEL 93
UN AFORTUNADO ACIERTO
Otra cosa era el logotipo, pues tal vez estuviese bien dejar de lado la “eterna” vieira. Imágenes antiguas presentaban a peregrinos, que eran distinguibles por su vieira en zurrones, sombreros u otras prendas personales. Ahora tal vez conviniese algo más acorde con los tiempos. Más nuevo o actual.
Se escogió el llamado Pelegrín, un dibujo simpático que pronto llenó todos cuantos lugares promocionales pudiese haber, pero hubo quienes hablaron de haber frivolizado el Xacobeo. Tras una intensa crítica, el Pelegrín fue decayendo en presencia.
Llegó el Año 1993, que era Santo aunque se llamase Xacobeo. Se esperaban peregrinos y se hizo un logotipo acertado, jugando con el 93, el bordón y la calabaza. Pero era un logotipo efímero, pues al años siguiente ya estaba obsoleto.
INSUBSTITUIBLE
Después de mucho revolver posibilidades, se llegó al logotipo que conocemos, una vieira estilizada en la que sólo se han dibujado varias líneas convergentes en un centro. Como las crestas de una concha, que queda perfectamente definida. De color amarillo, esa señal vuelve a ser el símbolo del camino, junto con la flecha, también de color amarillo, incorporada por D. Elías Valiño y sus infatigables actuaciones.
La vieira ha demostrado ser un símbolo muy sólido del Camino y de lo jacobeo. Los intentos de substituirla sólo han servido para decirnos que hay símbolos intocables. Los tiempos cambian, los nombres cambian, pero los símbolos permanecen si están arraigados, por mucho que se hayan querido cambiar o substituir. Todo cuanto diga al respecto es superfluo.



EN MOJONES DE CAMINOS


...Y LA ENTRAÑABLE FLECHA AMARILLA



sábado, 12 de julio de 2014

EN EL CAMINO DE SANTIAGO: O SANTO DOS CROQUES

SANTO DOS CROQUES
A nadie descubro nada si digo que tengo cariño al Camino y a todo cuanto significa. También a sus datos concretos y a aquellos otros que permanecen en el terreno de lo hipotético.
Voy a comentar uno de ellos. Sabemos que en el siglo XII se construyó el Pórtico de la Gloria. Con él, uno de los monumentos clave del estilo románico y de una manera de entender la vida y la religión en aquella época. Su autor, el Maestro Mateo. También sabemos que tras el parteluz, a ras de suelo, hay una escultura que representa a un hombre arrodillado mirando hacia el altar. Vestido con túnica y manto sujeto al hombro con un broche, presenta cabellera abundantemente rizada.
Popularmente recibe el nombre de “Santo dos croques”, pues en esta tierra llamamos “croques” a los golpes dados con la frente. Es tradición de los peregrinos golpear con la frente la cabeza de la imagen. Se hace con suavidad y, dice la tradición, para que la imagen traslade la sabiduría que poseyó en vida a quien le da el croque.
FERNANDO II
Quienes hablan de transmisión de sabiduría, suponen que esta imagen representa al Maestro Mateo. Pero hay más opiniones sobre quién es el personaje allí arrodillado desde el siglo XII. Hay quienes dicen que es un peregrino anónimo, sin pretensión de representar a alguien concreto.
Recientemente ha aparecido una nueva interpretación, basada en datos concretos, e intentando unir algunos otros tal vez inconexos, pero que esta hipótesis les confiere coherencia.
Según esta interpretación, el personaje allí representado sería el rey Fernando II de León.
Este rey Fernando, poseedor de una cabellera profusamente rizada, estuvo muy vinculado a Galicia, siendo descendiente de reyes gallegos y pasando su infancia en esta tierra. Reinó entre 1157 y 1188 y, durante su reinado, el papa Alejandro III concedió a Compostela la gracia del Año Jubilar mediante la bula Regis Aeternis. Era el año 1181.
En el último año de reinado de Fernando II, se terminó de construir el Pórtico. El rey se trasladó a Compostela a verlo, donde fue recibido, entre otros, por el Maestro Mateo, que le tenía guardada la sorpresa. Según esta hipótesis, al verse representado en el parteluz, premió a Mateo concediéndole una pensión vitalicia.
¿Qué hay de cierto en esto? No es más que una hipótesis, pero podría explicar el lujoso atavío del personaje al que llamamos “santo dos croques”, la melena rizada de la escultura y, también, el hecho de la pensión vitalicia concedida a Mateo.
DANIEL SONRÍE DESDE HACE
MAS DE OCHO SIGLOS
La hipótesis me gusta porque me gusta el Maestro Mateo. Maestro en su técnica, siempre fue un innovador. Pocos recuerdan su actividad como arquitecto, que podemos constatar al visitar la cripta que él mismo construyó como cimentación del Pórtico, y que en Compostela se conoce como “Catedral Vieja”. En ella se vislumbra el advenimiento de un nuevo estilo, el gótico. Mateo lo introduce allí, en las nervaduras de los arcos y en los arcos mismos.
Del Pórtico hay mucho que hablar, y tal vez me atreva a hacerlo alguna vez, y siempre poco a poco. Pero está asumido por todos que Mateo, al conferir vida a sus personajes, deja que el soplo del gótico los impregne. Por eso tenemos la hermosa, y contagiosa, sonrisa de Daniel y la ensoñadora mirada de Moisés. Aquellos personajes no están, viven.
TUMBA DEL REY FERNANDO II EN LA
CATEDRAL DE SANTIAGO
Por otra parte, si el Santo dos croques fuese el rey Fernando, Mateo habría introducido en el arte la costumbre de representar a los mecenas en las obras cuya construcción financiaban. Le veo muy capaz de hacerlo, (ya había introducido otras novedades en el arte), aunque no tengo datos para afirmarlo. Sólo es una opinión personal sin fundamento.
Hoy, el rey Fernando II está enterrado en su amada Catedral de Santiago, en la Capilla de las Reliquias.