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miércoles, 10 de diciembre de 2014

PREGÓN DE NAVIDAD - BEGONTE (LUGO) 2002

El presente Pregón de Navidad lo pronuncié en Begonte (Lugo), el día 14 de diciembre de 2002, con motivo de la inauguración de su Belén Electrónico.

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Un pregón es un discurso elogioso en que se anuncia al público la celebración de una festividad y se invita a participar en ella.

Me corresponde pronunciar el de Navidad con motivo de la inauguración del Belén de Begonte. Para mí constituye una gran responsabilidad, pues sé bien que hay muchas personas que lo harían mucho mejor que yo. También, porqué no decirlo, es una gran ilusión y un honor que no creo merecer.

Pronunciaré el pregón de una Navidad que para muchos paisanos nuestros, en especial los de la Galicia costera, viene sembrada de profunda tristeza y preocupación debido a desastres que todos tenemos presentes. Me dispongo a pronunciarlo comentando qué es para mí la Navidad, lejos del loco consumismo al que nos quieren llevar y de esos aspectos sensibleros a los que quieren reducirla. Para mí, la Navidad es otra cosa y es lo que deseo presentar ahora ante todos ustedes.

Pero, como siempre me gusta hacer, comentando la celebración desde su inicio, aunque éste se pierda en la noche de los tiempos…


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Durante el año se suceden diversas festividades que nos marcan el paso del tiempo. Los historiadores de las religiones nos dicen que tales celebraciones vienen de lejos, de muy lejos, de cuando fundamentalmente el hombre era agricultor y que le relacionaban con la divinidad. Más tarde, el cristianismo asumió dichos hitos y les dio nueva dimensión, pero en el subconsciente colectivo esas fiestas siguieron teniendo unos significados que iban más allá de los propios de la religión cristiana. 

Hablo de fiestas que bien podemos relacionar con el ciclo del sol y su influencia en la agricultura. Así, en el comienzo de cada primavera, cuando los días ya son más largos que las noches, celebramos la Pascua, la plenitud de la promesa divina y la Resurrección de Aquel que se definió como la Luz.

Más tarde, y cuando las cosechas ya son algo más que promesa, celebramos el Corpus Christi, la fiesta del pan y del vino convertidos en Cuerpo y Sangre de Cristo, del alimento corporal transformado en espiritual. Luego, cuando llegamos a la plenitud de los días y entramos en el verano, celebramos el triunfo de la luz, del sol que está en su esplendor y de la vida que revienta por todas partes. En esos días el triunfo del sol se recuerda mediante las hogueras de San Juan. Las cosechas están granadas, la comida del invierno asegurada y la alegría de vivir desborda en todos.

Conforme avance el verano, los días comenzarán a acortarse a la vez que las noches se irán alargando. Parece como si las tinieblas venciesen a la luz. En noviembre llegarán los días de recordar la santa compaña, fantasmas, aparecidos, brujas, difuntos y demás hasta que, al comenzar el invierno, el sol, la luz, que hasta entonces pareció ir a menos, volverá a renacer haciendo que los días comiencen de nuevo a alargarse. 

Antes de nuestra era, en este tiempo del renacer de la vida se celebraba el nacimiento de Mitra, el dios de la luz. Fue una celebración muy arraigada en el imperio romano. Cuando, en el siglo IV, la Iglesia Cristiana quiso celebrar el nacimiento de Jesús lo hizo coincidir en la misma época, tiendo en cuenta, además, que en el evangelio de San Juan muchas veces se le equipara con la Luz y Él mismo, en más de una ocasión, también lo hace. Celebramos, en el sentido más amplio, el nacimiento de la luz. Pero también el anuncio del triunfo de la luz sobre las tinieblas que, hasta entonces, estuvieron presentes de modo amenazante en el horizonte espiritual humano.

Es la vida que hierve lo que celebramos. Es la seguridad del bien y su promesa. La luz de nuevo venciendo a las tinieblas, al mal como símbolo de Dios venciendo al demonio. Ésta es la razón de que sea entonces cuando conmemoramos el nacimiento de Jesús como principio de la redención y del cumplimiento de la promesa divina. 

Fiesta de la vida. Es eso lo que nos reúne aprovechando el nacimiento del Señor. Fiesta de la vida, de la luz, de la promesa, del futuro. La promesa se hizo realidad, el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Las promesas no eran vanas, la esperanza va a ser premiada. La luz iba a menos pero a partir de ahora renace. A Jesús se le pondrá de nombre Enmanuel, Dios con nosotros.

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Indudablemente, es ésta la alegría que impregna de modo subconsciente las celebraciones que tenemos en puertas. Cristo nace y comienza el final de un largo período durante el cual el hombre ha ido como peregrinando por un mundo obscuro (Jesús es la Luz que ha llegado), guiado por símbolos y mensajes traídos de modo más o menos encubierto por los profetas. Isaac representó a Jesús, a Abrahán se le dijo que su descendencia sería más numerosa que las estrellas, Daniel predijo el momento en que llegaría el Mesías, el maná cayó del cielo como alimento corporal representando el futuro alimento espiritual de peregrinos atravesando el desierto. Pero todo eso termina con este nacimiento y con él comienza la plenitud de los tiempos. Eso es motivo suficiente para llenar de alegría los ánimos de los hombres de buena voluntad, esos hombres a quienes, en esa noche, los ángeles felicitarán la primera Navidad de la historia. Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Pero junto a la celebración puramente religiosa, mezclándose con su misma naturaleza, siempre ha permanecido latente la otra, la que basada en una religiosidad inherente al ser humano, viene hasta nosotros desde los tiempos oscuros en que nuestra civilización balbuceaba sus primeras expresiones. Las celebraciones propias del nacimiento de la Luz se han mezclado de tal modo con las cristianas, que hoy sería difícil discernir cuáles son de un tipo y cuáles de otro. Sabemos que en civilizaciones remotas estas celebraciones consistieron fundamentalmente en reuniones familiares, en concreto alrededor de la mesa, donde comidas ricas en energía ayudaban a luchar contra los fíos imperantes. La gente se intercambiaba regalos y la vida misma era celebraba. En este sentido, niños y ancianos eran los seres mimados de los festejos familiares: unos por tener la vida por delante y otros por casi haber completado ese mismo ciclo. En algunos lugares del norte de Europa se veneraba a los abetos y se les adornaba, como los seres vivos más longevos conocidos. Más tarde, en algún momento de la historia, se hizo coincidir con este tiempo el inicio del año.

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Ya tenemos definidas las pautas de nuestra fiesta y de sus momentos claves. Nace el Hijo de María, y en él celebramos a todos los niños. Comienza la época en que las promesas se harán realidad, y con motivo de esa visión de futuro, celebramos la continuidad de la vida. Navidad, fiesta del nacimiento de Cristo y fiesta de la vida celebrada en el entorno más íntimo, en el familiar. Fiesta de la familia. Por eso, a lo largo de la Navidad, también se celebrará a la Sagrada Familia como símbolo de las demás. Asistimos a la celebración de un conjunto de sucesos que, refiriéndose a la infancia de Jesús, nos sirven de pauta para nuestra misma vida. Pero cada uno lo hará a su manera.

Nos vamos acercando de modo inexorable a la Navidad, pues aunque no queramos, o queriéndolo, las Navidades vienen y se van. Recordemos aquel villancico "La Nochebuena se viene, la nochebuena se va. Y nosotros nos iremos y no volveremos más". Este es uno de los sentidos de la Navidad. Su perennidad cíclica frente a nuestra transitoriedad. Hay cosas de siempre, la Navidad es una de ellas, mantenidas por seres perecederos: nosotros. Y somos quienes ahora estamos aquí los que celebraremos la Navidad un año y otro y otro, hasta que venga una Navidad en la que ya, definitivamente, no estaremos. Pero la Navidad seguirá viniendo y comenzaremos a estar en los recuerdos, ojalá que de muchos y durante mucho tiempo. No obstante aquí estamos, dispuestos a celebrarla de nuevo, como una vez más de las muchas que se celebrarán hasta el final de los tiempos. En esta ocasión nos corresponde ser los depositarios de una tradición que viene desde quién sabe cuándo y que se proyecta hacia un futuro también muy remoto. 


La vida sigue, sigue y sigue y celebramos que siga contando con nosotros. Porque la vida es un regalo que se nos ha dado sin mérito alguno por nuestra parte. Porque todos los beneficios verdaderos que disfrutamos nos han venido así, por regalo: la vida es el mayor de ellos. Y eso celebramos, junto a los que vienen, los niños y junto a quienes nos la transmitieron, los mayores. Entre esos extremos estamos nosotros, que hemos recibido unos modos, que los ejercemos y que los transmitimos. Tradición pura, así funciona y así es como conviene entender muchas de las cosas que vamos a vivir dentro de unos días, o que comenzamos a vivir hoy, aquí, en Begonte, cuando estamos inaugurando el Belén correspondiente a este año.

Porque la Navidad, como celebración antigua que es, está cargada de tradiciones, muchas de las cuales vienen ni se sabe desde cuándo. Tradicional el turrón, las doce uvas, el árbol, el belén. Hoy es un conjunto de costumbres adoptadas a nivel mundial que configuran un modo universal de celebrar la Navidad. Pero cada una de estas cosas tuvo su origen y fuimos nosotros quienes las aceptamos y elevamos al rango de símbolos por tener un significado especial, como Noche de Paz, o como el Belén de Begonte que se inició tímidamente hace treinta y un años y hoy forma parte substancial de la Navidad de todos nosotros.

Cada cosa que hagamos en Navidad vendrá cargado de una doble vertiente: lo hacemos para nosotros mismos y, también, para que a nuestro lado vayan aprendiendo los niños, sin que nadie les tenga que decir nada. A veces pensaremos en las muchas Navidades que hemos vivido y posiblemente las recordaremos habiendo sido nosotros protagonistas diferentes de ellas, según nuestras edades. Las más remotas en nuestros recuerdos las vemos a través de los ojos del niño que fuimos, con unos hermanos también niños, temerosos ante la visita de los reyes o ilusionados ante el nacimiento que para nosotros habían hecho nuestros padres o nuestros hermanos mayores. Luego, con el tiempo, fuimos nosotros los que hicimos los belenes y quienes adornamos las casas. Más tarde hubo niños a nuestro lado que aprendieron de nosotros y, ahora, ya casi son ellos los que hacen las cosas y a nosotros nos corresponde ayudar, opinar y orientar. ¿Es la vida la que está pasando? ¿Acaso somos nosotros los que pasamos a lo largo de estas celebraciones anuales? "La nochebuena se viene… y nosotros nos iremos…" Es la vida que fluye y, mientras, nosotros que la disfrutamos casi sin darnos cuenta del enorme beneficio que representa. 

Tradiciones y tradiciones navideñas: villancicos cantados con ritmos populares pero rebosando dogmas como aquel que dice que "San Gabriel bajó del cielo para anunciar a María el misterio y la grandeza de ser madre del Mesías", o con alusiones a la Eucaristía "y si quieres tomar pan más blanco que la azucena, en el portal de Belén la Virgen es panadera". Ángeles que tocan campanas "Belén, campanas de Belén que los ángeles tocan…" Villancicos que nos definen muy bien, como aquel que habla de la muertre a un Niño recién nacido "pastor, ¿dónde quieres ir? Voy a Belén por si el Niño con Él me deja morir…" Villancicos que non llevan a ambientes de las mil y una noches: "La Virgen se está peinando entre cortina y cortina, los cabellos son de oro, los peines de plata de plata fina". Villancicos que derrochan ternura con el Niño: "El Niño se duerme con dulce acunar. Cantar pastores que se duerma el Angelito, cantar pastores a este Niño tan bonito. Cantar pastores, pero fuera del portal, que está dormido y se puede despertar…"

Ternura, también es cierto, con un Niño que, por muy Dios que sea, ahora está encarnado en el ser más indefenso que pueda haber. Ese Niño ha nacido indefenso y morirá quejándose a Dios del abandono en que se encuentra. Entre uno y otro hito, pasará haciendo el bien, como dirá San Pedro en su alocución a los gentiles el día de Pentecostés, y hablará de soledad y solidaridad: "bienaventurados los pobres, los tristes, los que lloran" "venid, benditos de mi Padre, porque tuve hambre, porque tuve sed, porque estuve triste…" "cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, conmigo lo hicisteis". 

Solidaridad o caridad, es bueno actualizarla en estos días, cuando encontramos tantos necesitados a nuestro lado. Necesitados de nuestro cariño, de nuestra ayuda, de nuestro dinero. Cuántos y cuántos que están llamando a las puertas de esta prosperidad nuestra y muchos olvidando que no hace mucho tiempo éramos nosotros quienes íbamos a los cuatro puntos del mundo para conseguir lo que ahora ellos buscan en nuestro entorno. 


Solidaridad con los nuestros, con los marineros gallegos que han visto cómo en un instante se les vino abajo toda una historia hecha con trabajo, ilusión y empeño. Una negra sombra, siempre cruel, les ha dejado sumidos en la desesperanza y con una tremenda sensación de orfandad. También ellos vivirán una Navidad diferente, ojalá que pronto dispongan de los medios necesarios para que desastres como el que se ha vivido no pasen de ser meros contratiempos.
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Y después, cuando estemos tranquilos con nosotros mismos, con quienes nos quieren y con aquellos a quienes queremos, vivamos con avidez estos días que son un regalo más que nos hace la vida sin nosotros merecerlo. Vivamos la alegría de volver a ver ese Niño indefenso colocado sobre pajas "le llevaré el corazón que le sirva de pañales" hemos cantado más de una vez en un villancico. Estemos más atentos que nunca con los nuestros y dejemos que la alegría llene nuestros corazones mientras contemplamos a los que hoy estamos y recordamos de modo entrañable a quienes estuvieron en otro tiempo y que no volverán a estar. 

Pues éstas son unas fiestas que, aunque siempre fueron las mismas, constantemente nos obligan a replantear el modo de vivirlas. Porque hubo años en que se iniciaron ausencias, y qué ausencias, y hubo también años en que se estrenaron presencias. Faltó alguien, apareció alguien. Y siempre se trató de personas importantes en la historia familiar, la nuestra. Con todos ellos acerquémonos a lo más nuestro, lo más íntimo. Dejemos que aflore ese montón de agradecimiento que debemos de sentir hacia quienes nos pusieron en esta vida y con quienes hacen que nuestro transcurrir por este mundo sea más sencillo. Con ellos celebramos estas fiestas del modo más íntimo posible, de manera sencilla pero colmada de momentos que llenarán nuestros días de un significado diferente. Charlaremos con los parientes que están lejos, visitaremos a los amigos de siempre para pasar un rato sosegado con ellos y compartir las alegrías y las penas, que de todo hay y, en algún momento, desearemos estar solos para encontrarnos con nosotros mismos. Porque la Navidad también es un buen momento para hacer balance personal. Termina el año y no viene mal mirar cómo van nuestras cosas, las personales. Qué conviene mejorar, que hay que modificar, qué cuestión es mejor dejarla zanjada.

Durante esos días, dejemos que vuelva a salir a la luz el niño aquel que fuimos y que llevamos dentro como adormecido. Dejemos que se asombre ante el belén, que se maraville ante el árbol o que se ilusione ante el paquete que encierra un regalo. Vengamos a Begonte para encandilarnos con el Belén más bonito que hayamos podido ver, ese Belén que ya forma parte de nuestra Navidad, pues hemos venido tantas veces a verlo que ya no sabríamos qué hacer si no fuese una referencia más en nuestra navidad.

Navidad del año 2002, ésta que está en puertas y a la que nos vamos acercando casi sin notarlo. El espíritu de la Navidad ya casi ha florecido en las calles, en las casas y en los corazones. Cada día encontramos más detalles que nos van metiendo en ella y cuando menos lo pensemos estaremos celebrando la Nochebuena. La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va… Pero es posible que ésta de 2002 siga siendo nuestra. Una Navidad más, ojalá que nos llene de vivencias para recordar más tarde, ojalá que sea la Navidad más importante de nuestra vida. Y ahora, a punto de terminar este pregón, quiero expresar mi profundo agradecimiento a quienes me dieron la oportunidad de ser de los primeros que les felicite la de este año:


Señoras y Señores, Feliz Navidad.
Felices Pascuas, amigos.


























viernes, 8 de agosto de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: COLEGIATA DEL SAR, LA ALTIVA REDIMIDA

Visitar la Colegiata del Sar, en las afueras de Santiago de
UN TEJADO EN VEZ DE TRES
Compostela, me produce una cierta desazón. No encuentro en su interior la serenidad y el sosiego que cabe esperar (es mi opinión) en un templo románico del sigo XII. Otros lugares de la misma época definen un espacio acogedor e íntimo. En éste no es el caso, y no sé la causa.

Fue fundado por canónigos de la Orden de San Agustín en el primer tercio del siglo XII, cuando aun vivía Gelmírez, y es posible que la construcción del templo quisiese ser una muestra del (supuesto) poderío de los canónigos. Tal vez una réplica al poderoso arzobispo, que les había prohibido entrar en la Catedral a caballo y cosas similares. Las crónicas nos hablan de enfrentamientos por temas de poder, algo que sigue siendo de plena actualidad.
PROPORCIONES PARA ASOMBRAR
Me quiero imaginar a los canónigos, ricos en demasía, patanes y con la arrogancia que presta el dinero a quienes no lo saben usar, mandando hacer un templo que asombrase a todos.
Las técnicas románicas para iglesias de planta basilical, con bóveda central de medio cañón, aconsejaban construir otras laterales, más bajas que la central, de modo que ésta descargase su empuje a través de ellas. Incluso en el exterior se notaba esta estructura con una cubierta, correspondiente a la nave central, y dos pequeños tejados, que correspondían a las naves laterales. Este juego de tres tejados corrían a lo largo del templo, desde la fachada hasta el ábside.
Los canónigos, que tal vez de esto no tenían idea, quisieron un
EN EL CENTRO, AÑADIDO A LA BOVEDA
PARA CERRARLA DE NUEVO
templo de tres naves con, casi, la misma altura. Incluso con un solo tejado cobijando las tres naves: principal y laterales. La cosa no funcionaría y así se lo dirían los constructores, sabios en su oficio como nos lo muestran las múltiples obras que nos dejaron, aún perfectas, y coetáneas con la iglesia de la que hablo ahora. Porque, además, el edificio en cuestión se construiría en terrenos sedimentarios, sin mucha cimentación. Mal principio.
Quiero creer que se lo advirtieron de todos los modos posibles a los canónigos, pero que éstos no se dejaron convencer. “Quien paga, manda” ya era regla de oro aplicable a los trabajadores, y el templo fue para arriba castigado a venirse abajo.
ARCOS VENCIDOS
EN UNA NAVE LATERAL
Los peores augurios se cumplieron. La bóveda empujó como tenía que ser, pero no había estructuras que derivasen ese empuje, como sería de esperar en un edificio bien hecho, y todo comenzó a deshacerse. Las hileras de columnas se abrieron y parte del techo se vino abajo. En los siglos XVII y XVIII se detuvo el deterioro, adosándole al templo unos gigantescos arbotantes y poniendo cuñas de piedra en las partes de la nave central que se habían caído. No sé si lañaron las piedras en su parte no visible, todo es posible.
Para mí, esos arreglos le confieren ahora al Sar una belleza singular, tal vez la elegancia de, por fin, haber asumido su impertinente arrogancia, pagando de este modo el no haberse dejado aconsejar por quienes sabían cómo hacer los trabajos. Ahora, por fin, ha atendido a los técnicos y se ha dejado restaurar.
CONTRAFUERTES SALVADORES
Al lado de tanta cosa extraña, en el claustro encontramos un reducto de intimidad, esa serenidad que tan bien definen las normas románicas cuando están sabiamente utilizadas. Está atribuido al Maestro Mateo, o a su escuela.
Pero del claustro y de las cabeceras del templo, hablaré en otra ocasión. Prefiero dejar aquí mi idea de la impertinencia redimida al asumir la presunción y sus consecuencias, como muchas personas que se hacen grandes al reconocer sus errores y actuar en consecuencia.

EL CLAUSTRO MERECE MENCIÓN APARTE



sábado, 12 de julio de 2014

EN EL CAMINO DE SANTIAGO: O SANTO DOS CROQUES

SANTO DOS CROQUES
A nadie descubro nada si digo que tengo cariño al Camino y a todo cuanto significa. También a sus datos concretos y a aquellos otros que permanecen en el terreno de lo hipotético.
Voy a comentar uno de ellos. Sabemos que en el siglo XII se construyó el Pórtico de la Gloria. Con él, uno de los monumentos clave del estilo románico y de una manera de entender la vida y la religión en aquella época. Su autor, el Maestro Mateo. También sabemos que tras el parteluz, a ras de suelo, hay una escultura que representa a un hombre arrodillado mirando hacia el altar. Vestido con túnica y manto sujeto al hombro con un broche, presenta cabellera abundantemente rizada.
Popularmente recibe el nombre de “Santo dos croques”, pues en esta tierra llamamos “croques” a los golpes dados con la frente. Es tradición de los peregrinos golpear con la frente la cabeza de la imagen. Se hace con suavidad y, dice la tradición, para que la imagen traslade la sabiduría que poseyó en vida a quien le da el croque.
FERNANDO II
Quienes hablan de transmisión de sabiduría, suponen que esta imagen representa al Maestro Mateo. Pero hay más opiniones sobre quién es el personaje allí arrodillado desde el siglo XII. Hay quienes dicen que es un peregrino anónimo, sin pretensión de representar a alguien concreto.
Recientemente ha aparecido una nueva interpretación, basada en datos concretos, e intentando unir algunos otros tal vez inconexos, pero que esta hipótesis les confiere coherencia.
Según esta interpretación, el personaje allí representado sería el rey Fernando II de León.
Este rey Fernando, poseedor de una cabellera profusamente rizada, estuvo muy vinculado a Galicia, siendo descendiente de reyes gallegos y pasando su infancia en esta tierra. Reinó entre 1157 y 1188 y, durante su reinado, el papa Alejandro III concedió a Compostela la gracia del Año Jubilar mediante la bula Regis Aeternis. Era el año 1181.
En el último año de reinado de Fernando II, se terminó de construir el Pórtico. El rey se trasladó a Compostela a verlo, donde fue recibido, entre otros, por el Maestro Mateo, que le tenía guardada la sorpresa. Según esta hipótesis, al verse representado en el parteluz, premió a Mateo concediéndole una pensión vitalicia.
¿Qué hay de cierto en esto? No es más que una hipótesis, pero podría explicar el lujoso atavío del personaje al que llamamos “santo dos croques”, la melena rizada de la escultura y, también, el hecho de la pensión vitalicia concedida a Mateo.
DANIEL SONRÍE DESDE HACE
MAS DE OCHO SIGLOS
La hipótesis me gusta porque me gusta el Maestro Mateo. Maestro en su técnica, siempre fue un innovador. Pocos recuerdan su actividad como arquitecto, que podemos constatar al visitar la cripta que él mismo construyó como cimentación del Pórtico, y que en Compostela se conoce como “Catedral Vieja”. En ella se vislumbra el advenimiento de un nuevo estilo, el gótico. Mateo lo introduce allí, en las nervaduras de los arcos y en los arcos mismos.
Del Pórtico hay mucho que hablar, y tal vez me atreva a hacerlo alguna vez, y siempre poco a poco. Pero está asumido por todos que Mateo, al conferir vida a sus personajes, deja que el soplo del gótico los impregne. Por eso tenemos la hermosa, y contagiosa, sonrisa de Daniel y la ensoñadora mirada de Moisés. Aquellos personajes no están, viven.
TUMBA DEL REY FERNANDO II EN LA
CATEDRAL DE SANTIAGO
Por otra parte, si el Santo dos croques fuese el rey Fernando, Mateo habría introducido en el arte la costumbre de representar a los mecenas en las obras cuya construcción financiaban. Le veo muy capaz de hacerlo, (ya había introducido otras novedades en el arte), aunque no tengo datos para afirmarlo. Sólo es una opinión personal sin fundamento.
Hoy, el rey Fernando II está enterrado en su amada Catedral de Santiago, en la Capilla de las Reliquias.



sábado, 5 de julio de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: LA LÁPIDA DE TEODOMIRO

EXCAVACIONES EN LA NAVE CENTRAL
DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO
Lo dice la leyenda: Un ermitaño, de nombre Pelaio, vio caer estrellas sobre el monte. Otros dicen que era un pastor, pero coinciden en que las luces cayeron. Hoy nadie se cree eso de las estrellas cayendo, pero los relatos de entonces se hacían, también, para encandilar a los oyentes y lo de lluvia de estrellas tenía mucho atractivo en la época en que se fraguó la leyenda.
Sigue diciendo la leyenda que el pastor desbrozó el monte y encontró una tumba, con unas señales especiales y que, posiblemente, la tradición había guardado en la memoria popular.
Pelaio, conocedor de quiénes administran el poder en esta tierra, avisó al rey, Alfonso II el Casto, y al Obispo de la zona, Teodomiro, que tenía su sede en Iria Flavia, hoy cerca de Padrón.
Se ponen en marcha los mandatarios, se encuentran junto a la tumba anunciada por el monje Pelaio y “por las señales que muestra” coinciden en que no cabe duda de que se trata de los restos del Apóstol Santiago.
EXCAVACIONES. SE VEN LAS BASAS
DE LAS COLUMNAS DE
LA NAVE CENTRAL
Alfonso II manda construir un templo y funda un monasterio de monjes para cuidarlo. Este monasterio (hoy femenino), es el de San Paio Antealtares. En él se guarda la primera descripción escrita del hallazgo. Figura en el documento llamado “Concordia de Antealtares” y se viene a comentar, más o menos, como lo he hecho. Lástima que insista en las señales inequívocas que acompañaban a los restos humanos, pues les concede un gran valor probatorio, pero no nos dice cuáles eran.
Alfonso se volvió a Oviedo. A este rey se le considera el primer peregrino y se conoce como Camino Primitivo el itinerario que siguió para llegar a Compostela.
De Teodomiro no se volvió a saber nada. Ni un documento, ni una referencia, Nada de nada, hasta el punto de que muchos llegaron a dudar de su existencia, atribuyéndole la categoría de personaje legendario.
MONUMENTO FUNERARIO A TEODOMIRO
CON LA LÁPIDA ORIGINAL
En el año 1946 se iniciaron unas obras de reforma y consolidación del pavimento de la catedral compostelana. 
Hubo más de una sorpresa entre todo cuanto se encontró. Indudablemente, los cimientos de las diferentes basílicas que se fueron construyendo para dar cabida a tantos peregrinos como llegaban. Había más. Muchos, muchos datos que interpretan quienes saben hacerlo. Pero, entre tantas cosas encontradas, y coetáneo con la fecha en que se encuentra al Apóstol, aparece la tumba de Teodomiro con una inscripción perfectamente legible. En ella se habla del obispo de Iria. Con este hallazgo, el obispo pasa a ser personaje histórico y deja de ser legendario. Por otra parte, el obispo debió de encontrar "algo" importante para querer ser enterrado junto a lo hallado, renunciando a serlo en su propia catedral, como era norma en sus antecesores.

RECONSTRUCCIÓN DE LA TUMBA
 DE TEODOMIRO
La lápida sepulcral de Teodomiro estuvo expuesta durante mucho tiempo en la entrada del Museo de la catedral de Santiago de Compostela. Hoy se ha simulado un sepulcro y la lápida se ha colocado sobre él. Está situada en la nave transversal, parte de la epístola, cerca de la puerta que da a la Plaza de Platerías.

LAPIDA DE TEODOMIRO. EN LA SEGUNDA LINEA,
ES FÁCIL LEER "THEODEMIRUS"


Como en anteriores ocasiones, y en relación al Apóstol, lo tenido como leyenda se consolida como veraz mediante documentación fiable.

jueves, 19 de junio de 2014

SOLSTICIO DE VERANO – HOGUERAS DE SAN JUAN

BAILABA HASTA EL GATO
Tengo un grabado en mi casa al que tengo especial cariño. En él, vemos a personas que juegan alegremente alrededor de una hoguera, mientras que por el cielo vuela una paloma con su rama de olivo en el pico. Por jugar, hasta hay un gato que lo hace para que luego se diga que bailaba “hasta el gato”. Es una de las cosas más queridas que tengo.

SARDANA POPULAR
Me gusta pensar que representa una escena fenicia, el autor era malagueño, ciudad de profundas raíces púnicas. Todavía hoy son normales en zonas costeras del Mediterráneo esos corros de personas bailando, o jugando, alrededor de algo de su pertenencia. En las sardanas, los danzantes ponen sus cosas en el centro de la rueda que forman, que de este modo quedan a buen recaudo. También los componentes de bandas de cornetas y
ANTIGUO MOSAICO CATALÁN
tambores, en el mismo Mediterráneo, ensayan sus actuaciones poniéndose en corro y depositando en el centro los estuches de sus instrumentos musicales. Por esa disposición quiero creer que los muchachos del grabado del que hablo, se inspiran en una costumbre ancestral del Mare Nostrum.
No son los únicos vestigios vivos que tenemos procedentes de los fenicios. En obras suyas, aparecen personas con faldas de volantes, lo que hace que los andaluces digan que ahí están los orígenes de sus trajes populares. No se lo voy a discutir. En otras figuras aparecen personas tocando flautas cortas, que recuerdan al flautín de los
EN EL ROCIO
tamborileros del Rocío, pero también al flabiol catalán, el que inicia las sardanas.
Me gusta mucho detectar estas reminiscencias históricas y culturales presentes en nuestra vida cotidiana.
De los fenicios, y de muchos otros antepasados nuestros anteriores a ellos, me asombra el conocimiento profundo que tuvieron de astronomía. En no pocos monumentos megalíticos, cuyo modo de mover las piedras sigue siendo enigmático para nosotros, en el solsticio de verano el sol se cuela hasta el fondo
INTERIOR DEL DOLMEN DE MENGA
 ANTEQUERA
de sus salas, como en el Dólmen de Menga, en Antequera, o atraviesa los menhires de modo asombros, como el caso de menhires de Stonehenge. Miro esto con mucho respeto, pues no sé cómo fue el proceso intelectual que les llevó, por una parte, a descubrir los ciclos solares, les diesen los nombres que les diesen, pero también a calcular el modo de orientación de sus construcciones religiosas, de modo que un día concreto del ciclo solar, los rayos del sol llegasen a un lugar, también concreto.
Porque tenían muy en cuenta al sol, al que consideraban fuente de todo. Hoy, siglos mas tarde, sabemos que no iban nada descaminados en cuanto a atribuirle el origen de la actividad biológica y de la energía que precisamos para desarrollarla.
BAILANDO ALREDEDOR DEL FUEGO
COMO EN MI GRABADO
Luego, ya en tiempos históricos, los griegos extendieron por el Mediterráneo sus fiestas en honor a su dios Apolo, con celebraciones basadas en hogueras callejeras en los solsticios de verano. Se animaba al sol a seguir fuerte, pues sabían que comenzaba a perder fuerza, pero también se purificaban las vidas de la gente. Se quemaban cosas viejas, recuerdos, como si se quisiera simbolizar que comenzaba una vida nueva. Pero la fiesta del fuego procedía de antes, de mucho tiempo atrás. Representaba un cambio de ciclo, el nacimiento de un tiempo nuevo, y convenía desprenderse de malos vicios traídos de antes.
En estos días de hogueras, cuando los niños piden en las casas algún mueble viejo para quemar, pienso que son los continuadores de una tradición que viene de siglos y que ellos continúan sin saberlo. También continúa esa misma tradición la gente que, con discreción, se acerque al fuego para depositar en él algún recuerdo que prefiere sacrificarle.
STONEHENGE
Muchas cosas tienen sus raíces en no sabemos cuándo, pero algo deben de tener que las seguimos manteniendo, incluso sin saber su significado.

Como estas hogueras que están a punto de ser encendidas.

domingo, 11 de mayo de 2014

TRES JUEVES HAY EN EL AÑO...

El refrán continuaba diciendo "que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y Jueves de la Ascensión". Festivos llenos de luces de primavera.
UN JUEVES FESTIVO
El Jueves Santo continua en su sitio, pero los otros dos, a no ser excepciones locales, han desaparecido de nuestro calendario festivo. El día de Corpus se sigue celebrando como fiesta local, y en jueves, en ciudades como Sevilla, Toledo y Ourense entre otras. En las demás, aquel jueves que antaño relucía más que el sol, hoy pasa desapercibido o, en todo caso, con procesiones el domingo siguiente, que ahora se llama de "infraoctava". La Ascensión se celebra como fiesta local en Santiago y en algún municipio vecino. Otra fiesta diluida en la cotidianidad de los días y las semanas.
Son las fiestas movibles, esas que cada año cambian y hacen que determinados poderes económicos se quejen de que con esos cambios resulta imposible programar temporadas financieras y bla, bla, bla. Para los que no pertenecemos al círculo de los poderes económicos ni financieros, las fiestas movibles nos sirven para, según cuándo caen, considerar sus posibilidades de traernos con ellas unas pequeñas vacaciones. Aunque las tres fiestas en cuestión caen en Jueves.
LUNA LLENA SOBRE LA CIUDAD
La Pascua, causa de la movilidad de las demás, se celebra desde hace mas de 7000 años, el primer domingo después de la primera luna llena de primavera. Recuerda la marcha de Egipto, por parte de los judíos guiados por Moisés. Para tener mayor visibilidad en la huida, lo hicieron con luna llena. Cuarenta días más tarde del domingo de Pascua, es la Ascensión. Y algo después viene Corpus, sesenta días más tarde que el domingo de Pascua. 
El eje de las fiestas movibles es ese domingo de Pascua, propio del calendario judío, del que somos seguidores. Más seguidores de lo que podemos pensar. Por ejemplo, según ese calendario, los días comienzan a partir de la tarde anterior. Es decir, el sábado, por ejemplo, comienza en el atardecer del viernes, cuando hay un número concreto de estrellas en el cielo. Los jóvenes, que se ríen de esta forma de medir los días, preguntan qué se hace si hay nubes. La respuesta llega tajante: se hace según el sentir de los mayores. Nos parece extraña, y ajena, esa manera de medir los días, ¿verdad? Pues nosotros la seguimos en algunas ocasiones. Por ejemplo, encendemos las
PLAYA DE RIAZOR CON HOGUERAS
UN 23 DE JUNIO
hogueras de San Juan en la noche del día 23 de junio, no del 24, que es cuando se celebra la fiesta del Santo. También los fuegos del Apóstol, en Santiago, se queman la noche de la víspera, el día 24 de julio. Y a nivel mundial, celebramos el nacimiento de Jesucristo con una cena familiar en la noche del 24 de diciembre, aunque la fiesta de Navidad es al día siguiente. Siempre la noche anterior, conforme el calendario judío.
En realidad, calendario judío mezclado con el nuestro, que no sé cómo denominarlo. Cuando en la década de 1960 comenzaron a hacerse viajes de fines de semana, la Iglesia Católica vio que muchos de sus fieles dejaban de asistir a la misa dominical. Entonces aparecieron las llamadas "misas vespertinas" que, retomando las mediciones del calendario judío, se celebran los sábados por la tarde, pero con la liturgia de los domingos, que ya han comenzado a esa hora. Y aquí no ha pasado nada.
LUNA LLENA EN EL MONTE
Hoy, los mercados, esos entes crueles, piden menos fiestas movibles y mas ajustadas a sus intereses. Llevamos siete mil años con estos calendarios y no nos ha ido tan mal con ellos. A lo largo de este amplio período de tiempo, ha ido medrando un monstruo sin cara al que, de modo genérico, llamamos "Los mercados". Tal vez ese ser acéfalo nos quiera imponer su propio calendario, y con prisas. No me extrañaría. Mediante sus mandatos ya se han metido en nuestras vidas y nos han impuesto horarios de invierno y de verano. Han empezado por algo, y nos dicen que hay que obedecerles por ser  una medida necesaria, aunque pocos vean sus muchas utilidades. Dicen que una de ellas es el ahorro energético y, otra, la simultaneidad de horarios financieros en toda la Unión Europea. No sé. Puede.
Pero hablando de las fiestas movibles, en la plenitud de la primavera, la verdad es que me gustan, aunque traigan consigo sus cambios de fecha, diferentes de año en año. Siempre andarán por primavera, cuando las flores están en su esplendor. Y, por qué no decirlo, me gusta que nuestro calendario festivo venga determinado por la ocurrencia de una luna llena concreta, tan caprichosa y enamoradiza en nuestras fábulas.

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Fiestas movibles de los próximos años:

  AÑO       Semana Santa     Corpus Christi
 2014        13 a  20/4           19/06
 2015      29/03 a 05/04          04/06 
 2016        20 a 27/03           26/05
 2017         9 a 16/04           15/06

Fijarse que en todos los años, el día de Corpus Christi es dos meses, menos un día, más tarde que el Domingo de Pascua. 

"Los mercados" recomiendan/obligan el cambio de hora en países de Europa.
Indefectiblemente, se cambian todos los años el último sábado de marzo y de octubre.


jueves, 8 de mayo de 2014

POR MAYO, ES POR MAYO...

MAIOS EN GALICIA
Hay meses del año (diciembre, noviembre, febrero…) que cuando los evoco aparecen en mi recuerdo acompañados de imágenes concretas. Mayo es otro mes que, siempre, lo asocio mentalmente con flores, con muchas flores. Yo diría que no es una cuestión personal, pues en muchas partes y de diversos modos, se celebran las flores a lo largo de este mes. Festejos, romances, canciones, refranes, siempre con ecos culturales populares, relacionan mayo, flores y alegría. En una de nuestras fuentes culturales, el Imperio Romano, este mes estaba dedicado a la diosa Maia, la diosa de la floración. De ahí el nombre del mes.

En Galicia se celebran los Maios, con flores y niños que cantan canciones, la mayoría de las veces con tintes satírico-locales. A veces me he preguntado por qué estas manifestaciones culturales se han dejado en manos de niños, pero ese es otro cantar.
En Andalucía, por estas mismas fechas, se celebran las Cruces de Mayo, con
FIESTAS DE MAIOS
rezos, cruces hechas con flores y cantos. Como siempre, fiestas en que se mezclan religiones cristianas y paganas. Creo que estas fiestas de exaltación a las flores vienen de lejos en el tiempo, tal vez desde épocas prehistóricas.
En invierno casi ha pasado, recordemos el refrán de “Hasta el cuarenta de mayo…”, por eso digo el “casi”. Pero lo duro, y de eso en este año 2014 sabemos mucho, podemos pensar que ha pasado. La primavera está en su esplendor, ya no son los naranjos en flor, o los manzanos o los almendros que nos la anuncian. Ahora todo está florido y andan por medio los insectos polinizando. Ya no es como en marzo, en que las flores abiertas eran de corola amplia, de modo que el viento pudiese transportar y depositar el polen. Ahora son los insectos los que lo llevan de una a otra flor adherido a alguna parte de sus cuerpos. Un año más, un ciclo más, la Naturaleza sigue cumpliendo su rito.
FLORES EN PEINADO
Siempre me ha llamado la atención la veneración que sentimos por las flores. Las encontramos hermosas y, si bien son efímeras, no falta quien diga que ese mismo carácter contribuye a hacerlas más hermosas. (En esta época de consumo alocado, recordemos las excursiones para ver determinados bosques que están en flor durante unos días, por ejemplo).
No deja de ser curioso cuando las flores son utilizadas como adorno corporal. Es posible que pocas personas sepan que, en la Francia de finales del siglo XVIII, la flor de la patata fue muy utilizada en peinados de la aristocracia. Realmente, es una flor pequeña, bonita y de colores muy tenues. Por otra parte, en la historia del arte hay muchas pruebas de mujeres con sus cabellos adornados con flores.
FLOR DE PATATA
En los hombres no conozco casos de flores como adorno en sus cabellos. Sí de hojas como coronas,  por ejemplo de laurel,. También de uvas en casos de bacanales, como cuando se representa a Baco, o a Dionisos, con racimos en sus cabellos. Total, entre las flores de las mujeres y los frutos de los hombres, sólo media un proceso de maduración, que se suele producir a lo largo del verano.

Siempre me he preguntado el porqué de esta utilización. Para adorno y quizás también como símbolo de dominio, no lo sé. Pero las mujeres se aderezan el cabello como adorno sin más pretensiones simbólicas mientras Baco, o Dionisos, pone uvas en el suyo tal vez como un símbolo de su estado de su zafia embriaguez, o puede que por sentirse dueño de las uvas y del vino que saldrá de ellas. Cosas de dioses olímpicos, insolentemente jóvenes, caprichosos e, incluso, lascivos.
BACO (O DIONISOS) Y SUS UVAS
Tal vez esto del dominio sea lo que, siglos más tarde, mueve a Olmo Dalcó. Es el niño campesino a quien Bernardo Bertolucci, en Novecento, hace adornar su cabeza con una sarta de ranas, pues esas ranas constituyen el único medio de que dispone, de momento, para contribuir a la economía de su familia. Orgulloso de su posesión, Olmo se las pone en la cabeza aún vivas. Luego serán comidas en la mesa de los amos quienes, para hacerlo, le pagarán por ellas cuatro cuartos. 
OLMO Y SU POSESIÓN INMEDIATA, LAS RANAS
Pobre situación ésta que arrastramos desde los tiempos mitológicos, en que nos seguimos sintiendo dueños del mundo. 
Y mientras pienso estas cosas, mayo irá dando detalles y más detalles de que estamos en el mes más florido del año.