martes, 17 de septiembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXV) SORPRESAS EN PONTEFURELOS

Antes de adentrarnos en Pontefurelos, acabamos de cruzar el extremo de una amplia meseta que hay en el centro de Galicia. Esta gran llanura rompe la idea que muchos tienen de Galicia, con sus verdes prados, umbríos valles y rumorosos ríos, todos empapados en lluvia o niebla. Todo eso hay, y en profusión, pero estas llanuras también son Galicia y si en ellos el sol parece quemar, no es ilusión, es que quema.
ROMANO O MEDIEVAL
Hemos pasado una de estas llanuras desde que abandonamos Leboreiro y ahora bajamos a un río, otro más y van mil. También rumoroso este río, como tiene que ser en estas tierras, el Furelos. Puesto que hay un puente romano que dio lugar a un pueblo, éste tiene sus casas a ambas márgenes del río y se llama Pontefurelos. Así de sencillo.
A unos centenares de metros antes de Melide, viniendo por carretera desde Lugo, el cartel anuncia que el pueblo está a 200 mts. El abandono en que se encuentra es tremendo a pesar de su proximidad a la carretera. Hay casas vacías con puertas que parecen caerse al primer empujón que reciban. El tendido eléctrico aéreo afea todo el conjunto. El puente está casi oculto por la vegetación. No obstante, la reactivación de las peregrinaciones puede representar, ojalá sea así, una revitalización de este lugar, paso obligado de los peregrinos que marchan a Compostela por el Camino Francés.
Decían del puente que era romano (ahora dicen que medieval). No
PUERTA FRENTE A LA IGLESIA
obstante, está tan restaurado que a mí me recuerda el dicho aquel: “este es el cuchillo de mi abuelo, mi padre le cambió el mango y yo le cambié la hoja”. Pero mejor que nadie discuta el origen histórico del puente ni el del cuchillo. Desde lo alto del puente hay un curioso paisaje de tejados desvencijados. Es parte de lo que hay que arreglar y nadie nos va a decir si son tejados romanos o no lo son, si bien por aquí ya hubo tejares datados en épocas suevas e, incluso, un pueblo próximo se llama Teixeiro.
Debido al retraso y abandono en que cayó este caserío, las casas tienen estructura antigua: escaleras exteriores, ventanas que hoy parecen extrañas y a veces una especie de zaguán donde confluyen la entrada a las viviendas y el horno. Hoy todo eso es una joya en cuanto a pasados modos de vivir, que convendría restaurar de modo apropiado.
FEALDAD POR CABLES
La única calle del poblado no es recta como en otros pueblos del Camino. Hace un recodo frente a la iglesia para torcer hacia Melide. Por eso falta esa perspectiva que podemos ver en Triacastela, en O Cebreiro o en Leboreiro. A cambio,  todo es más íntimo, por más cercano.
A Pontefurelos le tengo un cariño muy especial. Fue aquí donde por primera vez me saludaron con el saludo que se da al peregrino :”Buen Camino…” y aunque sólo sea por eso, este pueblo tiene para mí un especial significado. Estaba con unos familiares en el único bar que había y quien nos sirvió nos saludó de ese modo al despedirnos. Después lo escucharía múltiples veces y en diversos lugares, pero la vez primera fue allí, en un bar que, gracias a cierta prosperidad, hoy es mesón con dos mesas dispuestas en una incipiente terraza.
PEREGRINOS LOS HAY, CLARO
El edificio de la iglesia carece de interés artístico. Un retablo de purpurina y escayola con imágenes del mismo material, preside su única nave. Nada que valga mucho, pero, y siempre hay un pero, a la derecha del retablo mayor me encontré con la gran sorpresa. Ocurrió que tras mirar el retablo de caramelo, di la vuelta y, en la pared derecha, vi un crucificado que me evocó mil cosas en un instante, pues el Cristo tiene un brazo desenclavado, que cae perpendicular a lo largo del cuerpo.
Ese Cristo me evoca la infancia y múltiples detalles asociados a ella y a
EL CRISTO DE PONTEFURELOS
mis primeros estudios. Todo eso, como un agradable torbellino se agolpó en mi mente la primera vez que entré en la iglesia de Pontefurelos. Ahora me sigue emocionando el ver el Cristo, cada vez por un motivo diferente.
La última vez que pasé por Pontefurelos, agosto de 2013, pregunté a la guardiana de la iglesia y me dijo que la imagen del Cristo tiene unos setenta años y que para esculpirla, su autor se inspiró en una estampa. Para mí, todo esto que relato hizo que mi primera visita a Pontefurelos, hace años ya, me resulte inolvidable y nunca me importó la suciedad ni el olvido en que se encuentra el pueblo, pues todo eso se puede arreglar cuando hay ganas. No me importó, pero me duele, entendámonos.

DESDE EL PUENTE
Nota: las fotos que acompañan esta entrada han sido hechas el dia 11 de agosto de 2013. Indico la fecha para que se aprecie el grado de deterioro y olvido en que está el pueblo.


+ + +

LEYENDA DEL CRISTO DE LA VEGA

Es una leyenda toledana, recogida por José Zorrilla en su poema “A buen juez, mejor testigo”. Antes, en las escuelas era normal que los niños conociesen un extracto del poema.
Al ver al Cristo de Pontefurelos, recordé al Cristo de la Vega, a José Zorrilla, a su Buen Testigo para un Buen Juez. Allí, de modo inesperado,  me encontraba al Cristo después de haber testificado que si, que ante él, Diego Martínez había jurado a Inés de Vargas desposarla al volver de su paso por el ejército.
Diego e Inés. Dos enamorados pobres cuya penuria impulsaba al mozo a marchar a los tercios, la emigración de entonces, por ver de encontrar fortuna. Mientras, Inés, su moza, le esperaría el tiempo que hiciese falta confiada en su juramento ante el Cristo de la Vega.
Parece que las cosas le fueron bien a Diego, de modo que al volver no reconoció a Inés ni haberle hecho ningún tipo de juramento. Ella, quien a la espera del soldado había dejado pasar su mocedad, lo llevó a juicio. Pero no había testigo y cuando, ufano y arrogante, salía el perjuro de la sala, Inés clamó “¡Llamadle, tengo un testigo!”
Siempre me sorprendió la normalidad con la que el juez se constituye ante la imagen y le toma declaración, como si fuese una cosa al uso, rutinaria. “¿Jurais ser cierto que un día…?” Y de lo alto llegó el testimonio, “Sí, juro”. Tranquila respuesta, también como lo más normal del mundo, a la vez que el Cristo bajaba su brazo derecho.
Dice la leyenda que cada uno de los implicados ingresó en un convento. Yo no sé si a Diego lo querrían en alguno, un arrogante venido a más que, por haber ganado cuatro batallas, se creía con derecho a faltar a la palabra dada a una muchacha, que le esperó tiempo y tiempo.
Tampoco lo de Inés era para meterse a monja. Ella quería casarse. Amaba a Diego, incluso por encima de su perjurio, pero el despecho la llevó al convento. 
El despecho nunca ha sido buen consejero. A veces, las entradas en convento venían a ser como suicidios en vida. Creo que estos dos casos sirven de ejemplo.

viernes, 13 de septiembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXIV) LEYENDAS 1

DESPUÉS, TODO SE SABE


EL BOSQUE
Entre Sarria y Paradela, pasado ya Barbadelo, existe un tupido bosque de castaños centenarios, que los lugareños aconsejan no atravesar a partir del atardecer. El castañal, vaya uno a saber la causa, es visto con recelo, de modo que si es preciso adentrarse en él, todos quieren salir pronto de su cobijo. Eso, entre los naturales de la zona, pues los peregrinos no saben nada y sólo ven la umbría acogedora del lugar y se adentran en él como en una romería inesperada dentro de su fatigoso caminar. Tal vez piensan haber llegado a un nuevo remanso de ese largo río que es el Camino, que nos transporta y nos deposita en algún lugar de sus orillas, pero sintiéndonos siempre en casa.

Aunque se sabe de muchos casos ocurridos allí y comentados en voz baja, pues “luego, todo se sabe”, yo sólo conozco uno con certeza y lo voy a relatar ahora, sin temor a lo que pueda ocurrir. El protagonista es un joven alemán, de nombre Ludwig, que hizo el Camino en verano de 2012. Lo hizo en solitario, si bien se veía por las noches con amigos en albergues concretados cada mañana. El día era para sus soledades y sus reflexiones, pues por lo visto debía arreglar muchas cosas propias de su vida.
Al entrar en Galicia no se sintió solo, más bien notó como una compañía
AQUEL ATARDECER
inefable, pero que sentía a su lado sin lugar a dudas. Desde entonces, los días, las caminatas o los descansos ya no volvieron a ser en soledad. De un modo inexplicable, Ludwig se sentía acompañado sin que eso le causase mayor zozobra. Más bien era una compañía agradable la que sentía.
Adentrándose en Galicia, Ludwig llegó a Sarria, visitó Barbadelo y, Camino adelante, se enfiló hacia Paradela al caer la tarde. En aquella ocasión el atardecer era especialmente hermoso después de un soleado día otoñal. Al poco comenzó a subir la niebla y hubo un momento en que se hizo dificultoso avanzar por el Camino. Nuestro peregrino lamentó no haber quedado a pernoctar en el priorato de Barbadelo, pero ya no era oportuno emprender la marcha atrás.
ERMITA DE RUDESINDUS
En esto, comenzó a escuchar el sonido de una campana que, cual faro sonoro, le guió hasta una ermita perdida, de la que no tenía datos en ninguno de sus libros. Al llegar, un fraile joven le atendió cordialmente casi como si le estuviese aguardando. Dijo llamarse Rudesindus y charlaron hasta bien entrada la madrugada. Entre ellos pronto nació una estrecha sintonía que hizo que las confidencias fluyesen tranquilamente de uno a otro. Los consejos más íntimos y los recuerdos mas guardados, todo apareció en aquella tranquila noche de niebla. Los problemas del peregrino pronto quedaron al descubierto y, si bien ninguno de ellos fue resuelto, Rudesindus la ayudó a verlos desde otra perspectiva más real y a la medida de sus posibilidades personales. 
También Ludwig comentó la sensación de compañía que sentía desde tiempo atrás, pero a eso Rudesindus sólo sonrió y guardó silencio. Casi al amanecer salieron a dar un paseo por el monte. La niebla ya se había disipado y en el cielo las estrellas auguraban el pronto amanecer de un hermoso día. Durmieron junto a una acogedora chimenea que lanzaba una luz ya mortecina y un calor como de hogar.
Al despertarse, Ludwig lo hizo sobre un lecho de musgo. De la ermita, de Rudesindus y de la chimenea no quedaba nada, absolutamente nada. También había desaparecido aquella sensación de compañía que tenía desde hacía bastantes días. Sólo le rodeaba el silencio, ese profundo silencio del bosque gallego en otoño, que inundaba todo el entorno.
RUDESINDUS EN VILAR DE DONAS
Ludwig retornó al Camino y, si bien preguntó y preguntó, nadie quiso explicarle nada de lo que decía haber vivido, si bien todos sonreían con cierto aire socarrón al escucharle. Fue en la iglesia de Vilar de Donas donde tuvo un profundo sobresalto, pues en una lápida sepulcral de la iglesia, estaba tallada perfectamente la imagen de Rudesindus, un monje guerrero del siglo XIV, cuya función principal era la de defender y orientar a los peregrinos.
Cuando relató su experiencia a los responsables del templo, éstos no quisieron decirle nada al respecto, pues como ellos mismos dijeron a modo de disculpa, “después, todo se sabe”.

viernes, 6 de septiembre de 2013

PIEDRAS RECICLADAS

En este artículo, entiendo por piedras recicladas a aquellas que, habiendo sido utilizadas en anteriores estructuras, vuelven a serlo, teniendo en cuenta más o menos su antigua función y ubicación.
El origen de las piedras recicladas suele ser un cataclismo político, religioso o cultural. En cualquier caso, los elementos ornamentales y estructurales anteriores ya no significan nada y, por tanto, pueden ser reutilizados como plazca a quien sea su nuevo propietario.

En algunas ocasiones, las piedras reutilizadas tienen su origen en obras de
IGLESIA DE FERREIRA DE PALLARES. PORCHE
mejora, como las columnas que sostienen el porche de la iglesia de Ferreira de Pallares, cada una de su forma tanto en su basa, en su fuste y en su capitel, indicando diferentes situaciones y utilizaciones anteriores.
En Santiago, a veces con ocasión de obras de acondicionamiento de edificios situados en la zona monumental, no es raro que aparezcan piezas de gran valor, como algunas procedentes del coro pétreo del Maestro Mateo. Esas piezas están hoy en el museo de la catedral compostelana.
En otras ocasiones, un estilo arquitectónico nuevo deshizo lo antiguo, vaya uno a saber la causa, y los componentes de antiguas estructuras son
CIMENTACION DE S. MARTIN PINARIO
dedicados a construir las nuevas sin mayores contemplaciones estéticas. Es el caso de los cimientos vistos del Monasterio de S. Martín Pinario en Compostela, donde vemos componentes de arcos góticos cimentando el edificio barroco. No faltará quien recurra a la sencilla metáfora de que lo antiguo sostiene a lo nuevo, pero yo prefiero la convivencia de estilos sin que haya que destruir para volver a crear.
Uno de los hechos que más piedras talladas pusieron en el mercadeo del reciclaje fue la desamortización de Mendizábal, en pleno siglo XIX.
Muchas casas y edificios públicos de Melide y Arzúa tienen su origen en la compra de elementos procedentes del Monasterio de Sobrado dos Monxes, así como la fuente que hay en Melide, en el cruce de carreteras en la plaza principal. 
Creo que la columna del cruceiro de Leboreiro también tiene su 
CRUCEIRO DE LEBOREIRO
origen en Sobrado dos Monxes, pues en una localidad tan pobre, resulta llamativa una columna lujosamente estriada. Además, en la aldea le debieron conceder gran valor, pues está partida y remendada  con una grapa.
En Oseira también hubo expolio con posterior reciclaje de piedras. Entre otros vestigios, hoy es posible ver el escudo del Monasterio, con fecha de ejecución de 1677, en el dintel de la puerta de un bar que, por eso mismo, se llama “El escudo”. Este bar está junto al mismo Monasterio.
Lo más llamativo de reciclaje de Oseira son las fuentes monumentales que adornan algunas calles de Ourense, procedentes de los claustros monacales.
ESCUDO DE OSEIRA EN LA
PUERTA DE UN BAR
En Compostela, uno de los más castigados fue el Monasterio de San Pedro. De él no ha quedado más que su nombre en una calle, una iglesia parroquial, el empedrado de muchas calles y plazas y alguna piedra que otra en fachadas próximas al lugar de emplazamiento del monasterio. Luego, tal vez con obras de remodelación, han ido aflorando componente artísticos que hasta entonces estuvieron ocultos en las paredes de las casas, como en las historias medievales de emparedados en vida. Esos elementos han quedado a la vista para recreo de propios y extraños que los sepamos encontrar y comentar entre los amigos, como hago ahora. Opino que corresponden a dos lápidas sepulcrales, una tal vez de un obispo o un abad y la otra de una mujer.

RÚA DAS RODAS, 27 - COMPOSTELA

RÚA DE SAN PEDRO, 101 - COMPOSTELA 

Este tema, el de las piedras recicladas, siempre está aportando nuevos datos.


domingo, 1 de septiembre de 2013

¿DE DÓNDE PROVIENEN LOS PATOS?

En mi artículo anterior (Banquetes pétreos, 31/ agosto/ 2013),

comentaba que los monjes daban por cierto que los patos tenían origen vegetal. Si bien tal creencia frailuna les permitía comer pato en los días de abstinencia de carne, tampoco les atribuyo mala intención a los aprovechados frailes. Les hubiese bastado estudiar el ciclo biológico del pato para comprobar su error, pero este error les convenía.
Las cosas en ciencia no eran como las vemos hoy. En la época del esplendor monacal, siglo XIII por ejemplo, no se tenían muy claros los límites entre los estados de la materia. Y si el paso de líquido a gas era reversible, bastaba con la acción del calor, el paso de vivo a inerte, también debía de ser reversible. Por eso se creía en las resurrecciones sin ningún tipo de duda.
SE PODRIA PENSAR EN UN
ORIGEN VEGETAL
También se creía en la generación espontánea y, hasta hace dos siglos, eran normales las diferentes fórmulas par obtener ratones, moscas u otros animales.
Según el saber de entonces, todos los seres vivos estábamos compuestos por diferentes proporciones de los cuatro elementos básicos: agua, aire, tierra y fuego. Después de la muerte, la descomposición comenzaba con la pérdida del fuego (los cuerpos se enfrían), luego sucedían las pérdidas del agua y del aire, permaneciendo sólo la tierra, el polvo final.
CORAZONES ABRASADOS
DE AMOR
Para la ciencia de entonces uno de los grandes enigmas era determinar el lugar en que, en nuestros organismos, se originaba y residía el fuego causante de nuestro calor interno. Se llegó a la conclusión de que el origen debía estar en el corazón y la sangre sería la encargada de distribuir su calor por todo el cuerpo. Esta idea aún permanece en nuestra habla cotidiana: “me hierve la sangre”, “me arde el corazón” y otras expresiones similares son utilizadas sin que por eso se tilde de ignorante a quien tales cosas dice. También la imaginería religiosa muestra corazones ardiendo.
Todo estaba explicado de modo muy simple, pero coherente con los
PASTEUR
conocimientos de la época. La ciencia intenta hacer eso, explicar el entorno a partir de los conocimientos de que dispone.
Aristóteles fue el primero en decir que del fango pueden surgir gusanos, de la carne putrefacta, moscas y ratones de queso y carne curada. Durante siglos, nadie discutió ni puso en duda su afirmación.
REDI
En los siglos XVII, XVIII y XIX, tres experimentadores rigurosos y con ingenio, (Redi, Spallanzani y Pasteur) demostraron sin género de dudas que no existe generación espontánea. Por tanto, todo ser vivo nace de otro ser vivo, (omnis vivo ex vivo), como indica el aforismo latino nacido a partir de aquellos experimentos. Como corolario, tenemos que “La vida no se crea, simplemente se transmite”. La vida se generó una sola vez y se transmite de una generación a la siguiente a través de gametos vivos.
Hoy sabemos que cualquier ser vivo de la especie que sea, tendrá 

descendencia similar a él que, por supuesto, será de su misma especie. Pero estos logros científicos han sido consecuencia de muchos siglos de estudio y, también de lucha por erradicar falsos conocimientos sólidamente asentados en las mentes de los hombres de ciencia de entonces.

La biología de hoy tiene sus retos, después de haber resuelto los del pasado. Ya sabemos que no somos compuestos determinados por proporciones concretas de los (supuestos) cuatro elementos fundamentales, ni que tenemos un órgano productor de fuego en nuestro interior para calentar nuestro organismo, por más que sigamos hablando de nuestro "ardiente afán" o de que se nos "hiela la sangre". Tampoco creemos en las fases de la descomposición de los cuerpos, aunque ante una adversidad inesperada sigamos diciendo que nos dejó "hecho polvo". Los interrogantes actuales en biología son múltiples y están planteados, creo que de modo riguroso, en diferentes y diversos frentes del saber.
También sabemos que nunca un nenúfar originará un pato, por mucho que las apariencias, o el interés inmediato, nos induzcan a pensarlo. 
Ya nadie cree eso, las preocupaciones van por otros derroteros.


sábado, 31 de agosto de 2013

BANQUETES PETREOS

Conozco dos banquetes en el arte gallego, el del comedor del
EN SOBRADO, LAS UVAS LLENAN LA FACHADA
Pazo de Gelmirez y el que podemos disfrutar en el Monasterio de Sobrado dos Monxes. Ambos están esculpìdos en granito y en los dos se recoge el espíritu popular, ese que es tan fecundo cuando se vierte en las vías de la creación artística.
El banquete del comedor del Pazo de Gelmírez, es de estilo románico del siglo XII, mientras que el de Sobrado fue esculpido seis siglos mas tarde y es del estilo que entonces se utilizaba en Galicia, el barroco.
En el Pazo de Gelmirez, en las ménsulas del comedor, como todos sabemos, están esculpidas diversas fases de una comida principesca de la época. Vemos en ellas músicos, ritos y una empanada sobre la mesa. Una empanada tal como se hace hoy en día, inconfundible en su aspecto. Pero ya hablaré de este banquete en otro artículo. Hoy quiero comentar el de Sobrado.
ENTRADA AL PASILLO CUYA BOVEDA COMENTO
Está representado en la bóveda de medio cañón que cubre el tramo que separa la sacristía de la iglesia abacial. Unos diez metros de longitud. Cuando los curas iban a celebrar misa, atravesaban este pasillo recitando un salmo eucarístico compuesto por Sto. Tomás de Aquino, “O, Sacrum convivium” (Oh¡, sagrado banquete) en honor a lo que celebrarían al poco tiempo. El comparar la misa con un banquete ha sido un tema recurrente: los niños recibían el pan de los ángeles y los fieles se acercaban a la sagrada mesa…


EN LA MISMA BÓVEDA, EL PAVO  COMO
VIANDA NO ANIMAL 
Es bonito ver cómo se representa el banquete, no espiritual por cierto, en esa bóveda de la que hablo. Tiene disposición de tablero de damas y unos cuadros representan imaginarios rosetones vegetales y, los otros, viandas preparadas en sus platos y dispuestas para su consumo. Éstas, las viandas, son vegetales o animales nacidos en el agua.
 PERAS, ZANAHORIAS, MANZANAS, PEPINOS
TRUCHAS. TODOS EN SU FUENTE
Vemos allí uvas, peras, manzanas, granadas, zanahorias, etc.
Entre los animales productos del agua, según la idea del escultor, vemos anguilas, truchas, salmón y un pato preparado para ser trinchado.
Tal vez alguno se preguntará que qué hace un pato en esta presentación, pero esto tiene una explicación muy coherente con el pensamiento de monjes entrados en fase decadente en lo que se refiere a su afán de mortificación.
Estos monjes sostenían la idea de que los patos procedían de los nenúfares. Esta superchería les permitía excluir su carne en las dietas de ayunos, cuando solo era permitido comer productos de origen vegetal.
Los monjes de Sobrado debieron ser muy dados a este tipo de abstinencia, pues cerca del Monasterio existe un lago artificial, cuya construcción se les atribuye. Este lago tenía una acequia que llegaba directamente a la cocina. Por ella llegarían truchas, anguilas y patos, según la abundancia faunística de cada temporada.
Para mí, esta bóveda es lo mejor del Monasterio, pues considero que la singularidad es un tanto muy importante a tener en cuenta al calificar obras de arte. Creo que el contenido de esta bóveda es único en el arte monacal de Galicia.

 
EL LAGO ARTIFICIAL, ORIGEN DEL RIO TAMBRE


viernes, 23 de agosto de 2013

HERRAJES SAGRADOS

CATEDRAL DE LUGO.
PUERTA NORTE
Sabemos que la importancia de un edificio se manifiesta, también, por las dimensiones de su puerta principal. Cuando dicha puerta era amplia, solía construirse con varios tablones dispuestos verticalmente, ensamblados por flejes metálicos o por otros tablones, dispuestos horizontalmente.
A veces, y no es infrecuente que suceda de este modo, los flejes que comenzaron siendo utilizados para conferir rigidez a las puertas, pasaron a adquirir aspectos decorativos, como es el caso de los de algunas iglesias. Pero antes de que ocurriera esto, adquirieron una nueva disposición y en vez de estar como escondidos en las partes posteriores de las hojas de las puertas, pasaron al exterior, confiriéndoles gran belleza y valor.
Aunque hay diversas iglesias en la provincia de Lugo con este tipo de herrajes, comentaré sólo los que están en las puertas de tres de ellas, por representar para mí lo mejor de este tipo de trabajo artístico, sin perder por eso su inicial función de reforzamiento de las puertas.
AZUCENAS EN LOS HERRAJES DE LA
CATEDRAL DE LUGO
En la puerta norte de la catedral de Lugo tenemos unos maravillosos herrajes. Los flejes adoptan la forma de grandes paréntesis enfrentados que encierran otro, de disposición horizontal. Los flejes están como ramificados en múltiples lazos. El horizontal superior tiene incrustadas azucenas de tamaño natural. En ese mismo conjunto superior es posible ver cómo estos herrajes se apoyan en los goznes de la puerta.
PUERTA DE VILAR DE DONAS
Similares, pero no tanto, son los de la puerta de la iglesia de Vilar de Donas. Similares, pues se inspiraron en los de Lugo, pero no se dispuso del presupuesto con que contaban en la catedral. Por eso la similitud no llegó a más.
No obstante, esa misma sencillez, esa pobreza podríamos decir, le confiere una solemnidad a esa puerta que hace que sea posible permanecer ante ella un buen rato inmerso en propias cavilaciones. Vilar de Donas es una iglesia rural, que hoy se reestructura después de un pasado histórico. Esas puertas son testigos mudos del pasado. A veces, recordando las puertas de la catedral de Lugo, bien pintadas y arregladas, y viendo las de Vilar de Donas, con las vetas carcomidas y las maderas dignamente remendadas, me he preguntado que cuáles me gustan más y nunca sé qué contestar de modo categórico. Es lo de siempre, la pugna entre la digna sencillez y la sobria opulencia que se deja adivinar.
 
PUERTA REMENDADA DE VILAR DE DONAS


MEIRA
Caso diferente es el de la iglesia de Meira. Tras pasados mejores, hoy es parroquia, pero muestra parte del esplendor que tuvo. Su puerta es impresionante. De dos hojas, cada una de ellas presenta flejes que suben en su parte próxima a las bisagras. De ellos van saliendo como ramas horizontales que van a terminar muy ramificados en la parte central de la puerta. Muchas ramas terminales tienen formas de animales, como perros, ranas, serpientes, etc.
CERRADURA DE LA PUERTA. IGLESIA DE MEIRA
Una cosa me intriga desde siempre en la puerta de la iglesia de Meira, y es que se cierra desde fuera. ¿Quien la cerraba? Siempre creí que el que la cerraba quedaba dentro del recinto una vez realizada su labor. Vemos que aquí no era así. Cerradura y cerrojo se manipulaban desde fuera.
Solo conozco un caso similar, el de la cárcel de Ponte de Lima. Pero en este caso está claro que quien manipula los cerrojos era el carcelero que, supongo, no querría quedar dentro. ¿Le ocurriría lo mismo al encargado de la puerta de la iglesia de Meira? 
PONTE DE LIMA. CERROJOS DE LA CARCEL

sábado, 17 de agosto de 2013

UN MITREO EN LUCUS AUGUSTI, CULTO SECRETO EN LUGO

MITRA
Cada cierto tiempo tenemos una noticia grata en Lugo. Noticia referida al conocimiento que vamos adquiriendo acerca de nuestra ciudad pues, hasta hace poco, ese conocimiento era muy excaso, cuando no erróneo.
Hace un tiempo, y con motivos de unas obras de restauración en la zona monumental, aparecieron los restos de una domus romana y poco a poco fueron filtrándose noticias sobre ellos a la vez que íbamos conociendo el progreso de las obras de acondicionamiento y los informes que los mismos hallazgos daban acerca de nuestra ciudad y su historia.
Al poco tuvimos la sorpresa, pues entre los hallazgos !había un templo dedicado a Mitra, (un mitreo)¡
Las obras fueron de mayor envergadura que la prevista y se modificó el volumen construido, lo cual generó las polémicas ciudadanas que son de prever. Creo que lo encontrado, lo que nos dice de nosotros mismos y el acceso que tenemos a verlo, bien valen el sacrificio, supuesto, de algunos metros cúbicos de construcción.
PATIO DE LA DOMUS. COLUMNAS Y LOSAS
EL PAREDÓN QUE CORTA EL PATIO ES PARTE
DE LA MURALLA,
Hoy he estado visitando los restos, ya preparados para ser visitados. Éramos bastantes quienes allí estábamos, aunque no vi lucenses, (muchos de ellos ya lo saben todo). Las obras descubiertas nos dejan ver una casa de amplia envergadura, varias plantas y un lujo que hace pensar en un propietario de clase social elevada, tal vez un militar de la Legio VII. Podemos pasear por diferentes niveles de la domus, contemplar sus pinturas, ver el pórtico con columnas y su patio con suelo de losas rectangulares. Todo eso acompañado e ilustrado con muy buena explicación, pantallas táctiles, un vídeo general y vitrinas en las que se exponen objetos hallados en las obras. Se estudia la posibilidad de un museo para albergar la totalidad de los hallazgos.
EL MITREO. AL FONDO EL ARA VOTIVA
Y, por encima de todo, el templo privado de Mitra erigido en el siglo III d.C. y mantenido en el siguiente. Hay un ara votiva en la que se puede leer fácilmente  que está dedicada al dios "nunca-conquistado" Mitra, por su fiel, devoto y leal C. Victorius Victorinus, centurión de la Legión VII Gémina Antoniana. Posiblemente el propietario de la domus.
Mitra... el dios persa representado como un joven que da muerte a un toro abatido en el suelo. Tiene una historia que nos puede resultar conocida, o evocar alguna otra: Nació en la noche más larga del año, en el solsticio de invierno, hoy 25 de diciembre. Su madre era una virgen y su padre un dios. Nació en una cueva de pastores y fueron pastores los primeros en adorarle. Fue comparado con un pastor cuidadoso de sus ovejas.
Ciertamente, en la vida de Mitra hay muchos paralelismos con la de Jesucristo. Mitra era considerado el dios de la luz, y San Juan en su evangelio insiste en homologar a Jesucristo con la luz (Jn 1:9). El mismo Jesucristo dice de sí mismo: "Yo soy la luz" (Jn 8:12).
Lo cierto es que el culto a Mitra, culto jerarquizado y con reglas internas muy estrictas, estuvo prohibido en el Imperio  Romano y no fue hasta que el cristianismo adquirió el rango de religión oficial del Imperio, cuando el culto a Mitra dejó de ser perseguido. Aunque ya no tuvo tanta importancia ni significado entre la gente del Imperio.
OTRA VISTA DEL ARA. TRAS ELLA, UNA IMAGEN
DE MITRA (RECIENTE)
Es curioso, me entero en mi visita que el culto a Mitra anduvo muy de la mano de los ejércitos. Eran militares de cierto rango quienes lo extendían entre las legiones imperiales. No son raras las casas, hoy consideradas como pertenecientes a militares, que poseen mitreos. Junto a ésta, de Lugo, se conoce otras en Astorga, Mérida, Tarragona  o Cabra, por decir unas cuantas de la Península Ibérica. Yo pienso que, siglos más tarde, la masonería también anduvo muy de la mano de militares y tampoco me extraña tanto. Ambas instituciones son de rígidas reglas y estructuras jerarquizadas. Tal vez a un militar, acostumbrado a sus específicas formas de vida, no deberían extrañarle algunas costumbres y modos ni de la masonería, ni del culto a Mitra. También es cierto que, si estaba acostumbrado a esos modos, debería gozar de un buen rango dentro de la estructura de que formaba parte. En esta reflexión conviene tener en cuenta que los militares eran gente de bastante movilidad dentro de un área, pero con destinos más o menos duraderos. Es decir, personas adecuadas para  servir de soporte a la posible difusión de grupos secretos.
Me gustó encontrarme con estos datos, que me dieron qué pensar. Las religiones, los cultos, siempre anduvieron de unas zonas a otras, a veces llevadas por los mismos, aunque con diferentes vestimentas o uniformes. 
Pero volvamos al motivo de mi visita, los hallazgos de la domus. Con el tiempo se construyó la muralla y se expropiaron terrenos de la casa lo cual llevó consigo su decadencia. Con ella, la propiedad pasó a otras manos, el mitreo se destruyó y todo se transformó en una escombrera. Así ha llegado hasta hoy. 
Por mi parte, doy las gracias a quienes han tomado las decisiones acertadas que han permitido que hoy disfrutemos de esta joya.
+ + +
NOTA: En navidad de 2002 pronuncié el pregón inaugural del Belén electrónico de Begonte, publicado en este blog con fecha 18-12-12 y localizable en la etiqueta "Sentimiento". En su inicio esbozo un paralelismo entre el significado de Mitra y el de Jesucristo.

sábado, 10 de agosto de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXIII) UN RECUERDO A D. ELÍAS VALIÑA

BUSTO DE D. ELIAS JUNTO AL SANTUARIO
Existen personas que, sin buscárselo, pasan a la historia por derecho propio. Suelen ser, siempre lo son, gente generosa que hace lo que le parece conveniente como sin darle importancia, como si cualquier otro lo hubiese hecho incluso, creen, mejor que él o que ella. Nunca se les ha ocurrido pensar que son personajes históricos también por eso, por servirnos de ejemplo de cómo se actúa, de cómo se derrocha generosidad y de cómo no hay que pedir nada a cambio cuando se trabaja por o para una idea.

D. Elías Valiña ha sido una de esas personas y voy a comentar algunas cosas suyas por las que debemos reconocerle. Sarriano de nacimiento, pronto ingresó en el Seminario de Lugo para acceder al sacerdocio, obteniendo siempre las más altas calificaciones. Posteriormente alcanza el grado de doctor con una tesis doctoral que estudiaba el Camino de Santiago bajo el doble aspecto histórico y jurídico. Era el año 1965 y D. Elías Valiña contaba 36 años de edad. Desde 1959 era párroco de O Cebreiro.
Tal vez no faltó quien le augurase un brillante futuro en Lugo, sede de
la Diócesis. No obstante, D. Elías, que gustaba ser conocido como "el cura de O Cebreiro", nunca pretendió salir del ámbito de su parroquia y, cuando lo hizo, fue debido a motivos de estudios y para dar a conocer el tema de su preocupación intelectual: el Camino.
Porque, y aquí empezamos a ver la importancia de cuanto hizo, D. Elías era consciente del significado que el Camino podía tener en la Europa del siglo XX y en la de tiempos venideros. Por más que he querido conocer qué motivos guiaron sus hechos, no los encuentro salvo el haber poseído una gran fe en el significado del Camino y tener una sólida confianza en que ese significado se mantendría en tiempos futuros.
PLACAS DE HOMENAJE AL PIE DEL BUSTO DE D.ELIAS
Hasta su época, el Camino había sido considerado como un fenómeno terminado, algo que debía ser estudiado en el marco de la historia como un fenómeno propio de tiempos idos. D. Elías quiso contagiar a todos cuantos estaban con él su fe en un Camino que, viniendo del pasado, se proyectase hacia el futuro con una pujanza cada vez mayor y un significado propio de este tiempo.
MONOLITO CON PLACAS
DE HOMENAJE
Convenciendo a unos y a otros, consiguió que se reconstruyesen el santuario y el poblado de O Cebreiro y que las pallozas que quedaban en pie fuesen acogidas bajo protección oficial. En ellas se instalaron diversas entidades culturales, mientras que sus antiguos habitantes fueron realojados en casa acordes con los tiempos de hoy.
Hizo que el Camino comenzase a ser conocido como algo actual, no de otro tiempo. Al principio en soledad y con la incomprensión de muchos, comenzó a desarrollar una actividad consistente en darlo a conoce. Conferencias y publicaciones fueron sus medios para hacerlo y, con el tiempo, se empezó a hablar de sus actividades. D. Elías se movió de un sitio a otro por Europa hablando siempre de su tema mejor conocido: EL Camino de Santiago. Muchos libros y guías referentes a él y que hoy vemos en manos de peregrinos, son obra suya. Se le consideró como un experto conocedor de la senda, en especial del que conocemos como Camino Francés.
Fue en 1984 cuando inició la señalización del camino mediante flechas de color amarillo. Hoy esas flechas jalonan el Camino y todos quienes han pasado por él, las conocen como algo familiar, casi entrañable, en su ruta. En Galicia, el trayecto marcado por las flechas se considera la indicación más fiable del Camino.
Fundamentalmente humilde y asequible, cuando fue objeto de algún tipo de homenaje, casi pedía perdón por recibirlo. Nunca, creo yo, fue consciente de la trascendencia de toda su labor a favor del Camino en todos los aspectos.
Entre el Santuario del Cebreiro y la hospedería hay una pequeña parcela con su busto y gran cantidad de placas, procedentes de asociaciones o entidades, que le reconocen sus méritos y le rinden homenaje. También hay un monolito con placas diversas reconociendo y alabando su labor. 
Siempre que veo flechas amarillas señalando la dirección del Camino pienso en este hombre que, sin quererlo ni proponérselo, ha entrado en su historia tal vez por hacer calladamente lo que él pensaba que debía de hacer. Sólo por eso merece mi respeto y admiración, porque, además, nunca pidió nada a cambio.
+ + +

D. Elías está enterrado en el interior del santuario, a los pies del altar situado en el ábside izquierdo. No soy quien para decir cómo deben hacerse las cosas, pero hace poco tiempo le pusieron unas barras metálicas sosteniendo una cadena que mejor que no se hubiesen puesto, pues las barras parecen ridículas y la cadena hace pensar en las que se venden por metros en cualquier ferretería de arrabal. Sin las barras y la cadena, la tumba estaba mucho más digna, por sobria.



jueves, 1 de agosto de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXII) EN LUGO, BIEN GUARDADO

POR ESTA PUERTA ENTRÓ ALFONSO II
Al llegar el peregrino a Lugo, lo primero que le sorprende es su muralla. O sus murallas, que así las denominamos los lucenses, en plural. También debió de sorprender al rey Alfonso II, el Casto, cuando llegó aquí camino de Compostela, al reclamo de un cuerpo que se había descubierto y querían atribuir al Apóstol Santiago. Entró por la puerta que hoy llamamos de San Pedro, donde hay un monolito recordando el hecho y diciendo del rey Alfonso que fue el primer peregrino compostelano. Eran los primeros años del siglo IX. La visión de la ciudad desnuda, rodeada de murallas que seguían las irregularidades topográficas debieron causar impresión al rey y a sus acompañantes. Pero siguió caminando a Compostela, lo mismo que los peregrinos actuales. Lugo sigue siendo una ciudad de paso en el Camino, con méritos sobrados para detenerse y ver lo que hay, que es mucho.

JARRA CON FLORES EN LA TORRE DEL RELOJ
Cuando Lugo era lugar obligado de los peregrinos que venían de Oviedo y más allá, el Camino Primitivo se le llama todavía, era una ciudad bien surtida de hospitales, si bien hemos de tener en cuenta que entonces un hospital atendía más necesidades de la que atiende actualmente: residencia, albergue, lugar de reposo, de curación… Casi junto a cada puerta de la muralla había uno atendido por diferentes asociaciones caritativas: de Santa Catalina, de San Bartolomé, de Sta. María del Campo y más.
En la catedral tenía ocasión de conocer a Santa María, a quien otro Alfonso, el décimo, dedicaría sus Cantigas siglos más tarde. De entonces permanece la imagen, ya sin milagros atribuidos, una plaza adjunta con su nombre y el testimonio, esculpido en lo alto de la torre del reloj, que indica que aquella iglesia está dedicada a la virgen: un ánfora de la que sale un ramo de azucenas.
CRISTO MAJESTAD EN LA
PUERTA NORTE
En su puerta norte, la catedral tiene un hermoso Cristo majestad, muy similar al de Carrión de los Condes, y que nos presenta a un Cristo dispuesto a juzgar. En su mano tiene el libro con los siete sellos apocalípticos aún cerrados.
Puestos a entretenerse y descansar en Lugo, la vida del peregrino giró alrededor de la plaza del Pozo da Pinguela, donde había fuente pública, mesones y un albergue. Dicen los sabidos de hoy que la hospitalidad consistía en dar cama, calor, agua y sal. Sabemos del comercio abusivo que hubo relativo al agua, por eso cito las fuentes públicas, pues rompían esa costumbre y, además, nos indican la preocupación de los gobernantes en relación a los caminantes y sus necesidades. Heredera de aquella plaza es la actual Plaza del Campo, que conserva la fuente, hoy ornamental, y muchos mesones en los que comer adecuadamente por no mucho dinero. Es curioso, en este entorno en el que estaban los lugares de atención a los caminantes, siguen presentes las oficinas dedicadas a los mismos fines.
PLAZA DEL CAMPO
Es en esta Plaza donde se encuentra ambiente de caminantes, en el resto de la ciudad, con su vida definida, los peregrinos pueden pasar bastante desapercibidos. No obstante, en la Plaza del Campo, en sus terrazas y sus lugares de comidas, los caminantes se adueñan sanamente del ambiente, lo hacen suyo sin pretenderlo y prestan un indefinible colorido al lugar, que muchos ven con cierto aire nostálgico. Estamos en el Camino Primitivo, no en el Francés. Aquí no encontramos grandes grupos de peregrinos, mas bien son parejas o pequeños grupos silenciosos, que viven tranquilamente su caminar sin mayores ostentaciones ni jolgorios.
ANTIGUA SEÑAL INDICADORA
DE HOSPITAL DE PEREGRINOS
La salida de la ciudad se hacía por la Porta Miñá, la más antigua de las murallas, que daba a la calzada romana por la que se llegaba al puente, también romano. A los pocos metros de esta salida, los peregrinos saludaban a la Virgen del Camino, hermosa talla, a la que pedían ayuda en su caminar. Es curiosa esta devoción naciente hacia María. En otras localidades del camino, en León, por ejemplo, y también en la salida, existen santuarios suyos bajo la misma advocación “del camino” pidiendo ayuda en los tramos siguientes. La capilla de la que hablo, ahora es de una cofradía privada, pero tienen a la Virgen del Camino dignamente colocada en un altar lateral.
PORTA MIÑÁ
Atrás queda Lugo, el peregrino sólo tiene que dejarse llevar por la calzada romana hasta cruzar el río Miño. Cuando esté sobre el puente, a su izquierda dejará las antiguas termas romanas, aún en funcionamiento. Luego, tuerce a la derecha y camina hacia Orbazai, pero antes pasará por otro hito propio de las urbes con un cierto tamaño: el hospital de leprosos puesto bajo la advocación de S. Lázaro. Como en otras localidades del Camino, se encuentra a la salida de la población, una ubicación que no entiendo mucho, pues considero que sería más sano que estuviesen en las entradas, sin dejar penetrar a los enfermos, como ocurre en Compostela, evitando posibilidades de contagios.
¿Marcharía contento el peregrino? Quiero creer que sí. Había tenido
VIRGEN DEL CAMINO, EN LA CAPILLA DEL CARMEN
agua disponible para asearse y beber, dispuso de varios hospitales, la catedral le dio lugar apropiado para sus actos de devoción. Y, por si fuera poco, la muralla le había brindado una buena protección ante bandidos y salteadores…

Tal vez haya dado cuenta de lo que pudo haber encontrado en Lugo el caminante. Para mí, en Lugo encuentro mucho más. Aquí supe lo que era el Camino, conocí las historias y las leyendas, todas mezcladas sin importarme discernir. Fue en Lugo donde dejé que creciese en mi mente una imagen de peregrino misterioso, erradicado, sin historia ni edad, pero que caminaba a rumbo fijo. Siempre, el peregrino ha representado para mí alguien que salió de su mundo para vivir otro, más íntimo, mientras caminaba tras ilusiones, misterios y promesas, protagonista
SAN LAZARO, FUERA DE LUGO, CON SU HOSPITAL
PARA LEPROSOS
en solitario de un poema épico, el suyo. Así lo empecé a ver siendo muy niño, en el primer Año Santo que recuerdo. Ahora la imagen casi se ha desnudado de los ropajes iniciales, pero siempre conserva en mi mente la idea de algo mágico que hace que cuando veo a un peregrino le mire con un cierto aire de inefable envidia mezclada con un tinte de añoranza. La visión mágica del peregrino se forjó en Lugo en la mente de aquel niño que fui. Aunque sólo fuese por eso, le tengo un tremendo cariño a esta ciudad y no puedo ser imparcial al hablar de ella.