sábado, 4 de enero de 2014

CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS: GENERALIDADES

Con frecuencia, los medios nos hablan acerca de la posibilidad de vida en otros planetas. Las noticias aparecen como dosificadas, pero vienen a ser como un ruido de fondo entre todas las noticias que se nos transmiten. ¿hay algo en contra de tal posibilidad? Podríamos decir que, conceptualmente, no existe ningún argumento contrario a tal existencia, si bien hoy por hoy tal idea no puede ser presentada como hipótesis científica, pues no disponemos de posibilidad de comprobarla.


Sería muy arrogante por nuestra parte suponer que, dentro de la inmensidad universal, considerada infinita, somos los únicos habitantes vivos presentes en él. Ciertamente, es muy posible que existan múltiples planetas (o cuerpos celestes similares) en los que haya condiciones ambientales compatibles con actividad biológica. 
La literatura de ficción, y más los géneros de ficción que se expresan en pantallas, nos han acostumbrado a ver supuestos seres procedentes de otros planetas que son muy semejantes a nosotros, tanto en morfología como en comportamiento, con inteligencia similar, tecnología más avanzada a la nuestra y no digamos en cuanto el modo de expresarla y utilizarla.
ENTRAÑABLE  E.T.
Las historias en las que intervienen extraterrestres, nos los presentan como invasores de nuestro planeta y, salvo el entrañable E.T. de Steven Spielberg, todos ellos son malos y persiguen nuestra destrucción si bien, fieles al mito del triunfo del bien sobre el mal, siempre ganamos y vencemos a los extraterrestres invasores.
Esto es ficción, pero ¿Hay vida en otros lugares del Universo? Es ésta una pregunta que todos los humanos nos hemos formulado en más de una ocasión ante la inmensidad de un cielo estrellado. En el silencio de una noche estrellada, ese silencio relativo, nos parece imposible estar solos en esa infinidad de astros. No obstante todo queda en una pregunta sin respuesta, pero eso no impide que hablemos de ese tema, siempre interesante para todos.
¿DE VERDAD ESTAMOS SOLOS?
Con frecuencia, los poderosos telescopios actuales nos ofrecen datos que permiten suponer (digo suponer con intención) la existencia de agua en otros mundos. De comprobarse esa existencia, sería un dato muy importante en nuestra búsqueda de vida fuera del Sistema Solar. El agua, como medio físico-químico, es sustancial para el desarrollo de la vida. Por eso, dicha existencia no indica necesariamente la presencia de vida, pero sí que existen las condiciones necesarias para que se desarrolle.
Siempre es necesaria una definición de vida. Tal vez, un explicable antropocentrismo cultural haría que muchos definiesen la vida en términos adecuados a nuestra especie humana. Pero es preciso pensar que la humana es una más entre los cientos de miles de especies para las que debe ser de aplicación esa definición de vida de la que hablo. No obstante, para expresarnos con rigor y antes de seguir, deberíamos saber qué queremos significar cando utilizamos la palabra “vida”, pues tras esta palabra hay varias y muy diversas acepciones.
También será preciso comentar qué entendemos por “seres vivos” antes de hablar de las características que comparten, pues a lo largo de unos cuantos artículos volveré a mi aspecto de biólogo, lo que soy, para hablar de "mis cosas", la biología y los seres vivos. Espero decir algo que resulte de interés para alguno. 
¿UNA INMENSA SOLEDAD?



jueves, 26 de diciembre de 2013

LAMENTO POR EL SANTUARIO DE MUXÍA

En estos días pasados, y después del azote del vendaval que ahora se llama ciclogénesis, pensaba yo que era lógico que nuestros remotos antepasados se sintiesen sobrecogidos con tales manifestaciones de poder por parte de la naturaleza. Ante fuerzas desatadas con esas dimensiones, no resulta nada extraño pensar que imaginasen a seres superiores enfurecidos, a quienes era preciso aplacar.

EL SOL SE PONE EN MUXIA
Muchas religiones comenzaron de ese modo, atribuyendo propiedades sobrenaturales a seres concretos cuando aparecían fenómenos de difícil interpretación, y entonces casi todos los fenómenos tenían esa característica. (Cuando los filósofos jonios del siglo V a.c. pensaron que los fenómenos naturales tenían causas naturales y era preciso buscarlas, dieron lugar al nacimiento de la ciencia).
Las creencias paganas estaban muy asentadas en nuestras tierras antes del cristianismo. Nunca fueron sustituidas del todo por la religión de Cristo, de modo que se siguió rindiendo culto y respeto a los ríos, a los montes, al mar y demás entidades naturales a las que se veneraba antes de la llegada de los evangelizadores.

MAR BRAVO Y FUEGO EN EL SANTUARIO
Puesto que era difícil la coexistencia de ambas creencias. San Martin Dumiense tuvo la idea de dar sentido cristiano a muchos lugares y mitos con significado pagano. Era el siglo IV de nuestra Era. A partir de la idea de ese maridaje, en anteriores lugares de peregrinación aparecieron santuarios para acoger a los peregrinos que seguían llegando empujados por su sentido religioso y con sus peticiones de siempre: la salud, la familia y cosas cotidianas de este estilo.
Muchos santuarios se dedicaron a la Virgen con sus leyendas respectivas. Fueron cristianizados, sí, pero mantuvieron sus mitos en forma de piedras adivinatorias o movedizas mediante las que recibir favores o avisos del más allá. Otros santuarios mantuvieron sus fuentes con aguas que volvían a ser milagrosas.
Uno de ellos fue el de la Virxe da Barca. Cuenta la leyenda, no
LOS ELEMENTOS DEVORADORES
podía faltar, que estando allí el Apóstol Santiago, se encontraba fatigado y desanimado por lo infecundo de su labor evangelizadora. Es curioso, como en Zaragoza, otra vez el desánimo. También en Muxía le visitó la Vírgen que llegó hasta él en una barca de piedra (de nuevo la piedra) para animarle. La barca se rompió debido al fuerte oleaje y los trozos a los que quedó reducida, quedaron desperdigados por la ladera que, desde el santuario, desciende hasta el mar. Esas piedras son las milagrosas.
Frente a un océano muchas veces bravo, siempre impresionante, el santuario estuvo hincado en la roca recibiendo visitas y visitas, presenciando el diario hundirse del sol en las aguas. Para muchos es el punto final del Camino de Santiago, al menos uno de ellos a la par que Finisterre. El día de su romería, allá por septiembre, aquello es un hervidero de gente que viene por muy diversos motivos, pero que acude allí.
Hoy, ayer, todo eso ha ardido. Los antiguos lo atribuirían a un castigo de los dioses. Viento de ciclogénesis, oleaje desbocado y un fuego que devora en dos horas el lugar sagrado y querido. Llanto desconsolado por todo.
¿Será otro Ave Fénix que renazca de sus cenizas? Naturalmente que será, que los sentimientos son muy profundos y son ellos los que se han herido. Hay prioridades y, para muchos, las del espíritu van por delante de las corporales. ¿Cómo se pagará la reconstrucción deseada? Yo también la quiero, pero un refrán nuestro dice que "no tenemos para pan y compramos estampitas"... Seguro que existen, y se pueden encontrar, fuentes alternativas de financiación que no alteren partidas presupuestarias destinadas a otros fines en una época tan precaria como la que vivimos actualmente. Ojalá se eche mano de esas fuentes, pues repito que quiero ver el templo reconstruido, pero sin alterar los presupuestos ni desatender prioridades que todos tenemos en mente. 
¿Hay responsables? No lo creo, el azar siempre juega sus bazas. Aunque el rayo puede ser un mensaje de los dioses. Recordemos que Júpiter tiene un haz de ellos en su mano.
A VECES, IMPOTENCIA

sábado, 21 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

Paso una de estas tardes, lluviosa y fría, leyendo un libro bonito, ameno e instructivo. Titulado “Cartas europeas de Navidad”, hace unos años lo regaló una empresa entre sus amigos y clientes en las fiestas navideñas.


Los autores de las cartas son personajes fundamentales en nuestra cultura: Bela Bartok, Erasmo de Rotterdan, Luis de Góngora, Teresa de Ahumada y así, hasta diecinueve autores. Diecinueve formas de ver la vida cotidiana y la Navidad en diferentes épocas, desde el siglo XVI hasta el XX.
¿Que qué encuentro en ellas?. A veces la nostalgia de quien pasa la Navidad fuera de su hogar, como es el caso de Bela Bartok, que añora a sus hijos en su Hungría natal cenando solos en la nochebuena de 1940. Son entrañables sus frases llenas de cariño, castigado por la lejanía. Hay cartas que destilan el ajetreo de alguien que no dispone de tiempo debido a la intensidad de su vida. En otras aparece, se deja ver, cierta sensación de cansancio. Ya digo, diecinueve maneras diferentes de vivir esta época en otros tiempos.
Como en botica, hay de todo. No obstante todas tienen un denominador común. Los autores, eran tiempos pasados tal vez incomprendidos para muchos de hoy, hacen un alto en sus actividades para tomarse un tiempo e imaginar que se mantiene un monólogo con la persona a quien se destina la carta.

Tardarían tiempo en llegar a sus destinatarios, pero están repletas de pensamientos profundos, de cavilaciones sobre lo propio y lo ajeno. Por eso mismo, estos contenidos trascienden más allá de la simple carta para transformarse en pequeñas reflexiones útiles a muchos lectores.
Con las ideas acerca de la familia, el cariño, el trabajo o los deberes, los escritos nos hacen ver los conceptos que sus autores poseían sobre valores de entonces que aún son importantes en los tiempos actuales. Tal vez perennes para los humanos, pero digo “tal vez”. No me atrevo a dogmatizar.
Y, claro, sus comentarios acerca de la Navidad. Se deja ver la idea de una celebración serena, familiar, rebosante de cariño y sin mayores pretensiones que las que pueden aportar los seres queridos alrededor de una mesa llena de manjares adecuados a la época. En todas las cartas se intuye que, para sus autores, el calor familiar es lo esencial de las fiestas que estamos viviendo.
Para muchos de nosotros, ese sigue siendo el valor de estas fiestas, lejos del loco y absurdo festival consumista en que las han transformado. 
Siendo adolescente escuché un villancico sudamericano que venía a decir que la Navidad “se la apropiaron los ricos pa secuestrarla y venderla”. No quiero comentar esto, pues su veracidad me da dolor. Ya en la década de los sesenta, una empresa lucense aconsejaba por radio “practique la elegancia social del regalo…” y así hasta nuestros días, consumo sobre consumo. El mensaje ha ido creciendo como una bola de nieve y ha atrapado a muchos.
Hay amigos a quienes la Navidad produce tristeza, claro. Es el recuerdo de los que faltan, de los que se han ido. Pero también están los que han llegado a nuestro lado y llenan de alegría nuestras vidas. Es un ciclo vital en el que estamos metidos. Disfrutemos de ese ciclo del que tenemos la suerte de  seguir participando.
Porque eso es lo que celebramos con los nuestros en estos días, en el solsticio de invierno. Que la vida renace y, de momento, sigue contando con nosotros.
Ahora, en el día más corto del año, deseo feliz Navidad a quienes me hacen el gran regalo de su amistad y su cariño.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXXVIII) NAVIDAD COMPOSTELANA

Pasear por Compostela al atardecer es una delicia de la que disfrutamos quienes sabemos que los encantos de una ciudad cambian con las horas del día. Si bien es cierto que en los amaneceres hay plazas llenas de luz, vida y encanto, cuando cae la tarde son otros los lugares que nos llaman por su recogimiento o romanticismo. Como siempre, y nunca mejor dicho, la risa va por barrios, aquellos sitios que me inspiran estos sentimientos pueden ser indiferentes para otros que, a su vez, se sienten conmovidos en lugares que a mí no me dicen nada.
PLAZA DE CERVANTES. AL FONDO, SAN BENITO

Me gusta la plaza de Cervantes. Tiene su historia, claro. Antes, mucho antes, quedaba fuera de la muralla de la ciudad y aquí había una iglesita, dependiente del Monasterio de San Martín Pinario, que estaba atendida por un monje benedictino procedente del monasterio y que se cambiaba cada semana. La iglesia era conocida como San Benitiño do Campo y, tal vez, en la campa que se extendía frente a ella, hoy Plaza de Cervantes, se celebrase alguna romería o similar.
INTERIOR DE S.BENITO. CUADROS EN LOS ALTARES
Más tarde las cosas cambiaron lentamente. La iglesia se asimiló al casco ciudadano, dejó de estar lejos del Monasterio y no hizo falta monje alguno que la custodiase. En el siglo XVIII se edificó una nueva iglesia acorde con las nuevas modas. Como en otros casos, el neoclásico  substituyó al románico inicial. El interior de la iglesia es único. Además de algunas imágenes que recuerdan su pasado benedictino, en sus altares hay profusión de grandes cuadros, así como en el ábside. Esto ya hace singular al edificio. Grandes cuadros que representan escenas sagradas.
MARÍA VISITA A ISABEL
También el techo del ábside es especial, pues una bóveda de medio cañón, correspondiente al presbiterio, se continúa con otra en forma de cuarto de esfera sin ningún tipo de discontinuidad, confiriendo personalidad al techo, que está pintado con frescos que representan la corte celestial.
Todo esto es bonito, tranquilo y silencioso. Yo diría que acorde por completo con el ambiente de la plaza, muy pueblerino y entrañable.
A la entrada, a la izquierda, hay dos restos de la antigua iglesia, unos elementos ornamentales de granito policromado y estilo gótico. Es de agradecer “a quien haya correspondido” que no se destruyesen y permanezcan allí para deleite de quien quiera verlo.
Uno de ellos representa la Visitación de la Virgen, una muchacha joven,
TÍMPANO CON LA EPIFANÍA

a su prima, Santa Isabel, una mujer madura. Ésta, Isabel, cubre su cabeza con una toca propia de las mujeres del norte europeo, lo cual nos trae de nuevo la idea de los recíprocos influjos culturales que tuvieron como senda al Camino y como vehículo a los caminantes.
El otro relieve es un tímpano gótico que representa la adoración de los reyes. La Virgen aparece sentada, pero lejos de la rigidez de anteriores representaciones suyas, románicas. Hermosamente ataviada, con ropajes y corona de reina. (Ya la Salve Regina, algo anterior al tímpano que comento, la llamaba “Reina y Madre…”)
SAN JOSÉ Y EL DONANTE
San José, está como siempre, en postura de no creerse o no asimilar lo que está viviendo, mientras a su lado aparece muy piadoso el llamado “donante”, el que  donó (pagó) el trabajo. Para mejor identificación, su escudo ayuda a reconocerlo, como hoy siguen los mecenas poniendo en placas junto a sus obras patrocinadas que “se hizo gracias a la Fundación tal”. Hay costumbres que vienen de lejos.
Los reyes magos, uno de ellos negro, tienen sus capas de armiño y corona real. Ya entonces se les asignan atributos reales y han dejado de ser los “magos” o “sabios” que aparecen en tímpanos de épocas más tempranas… Todo ya está muy próximo a nuestro modo de entender actual.
LOS REYES CON CORONA Y CAPA DE ARMIÑO

El Niño aparece como un hombrecito. Me explico. Antes del Renacimiento se desconocía lo que los biólogos llamamos alometría, y que indica que no crecemos de modo armónico, sino que diferentes partes de nuestro cuerpo lo hacen con diferentes tasas. Esto determina que la proporción de la cabeza con relación a la talla total, vaya siendo menor a lo largo de la vida, siendo mayor en el momento del nacimiento. En la época del gótico, se desconocía esto y los niños se representaban con proporciones de adultos. Parecen hombrecitos.
lA VIGEN Y EL NIÑO


¡Qué hermoso tímpano y qué suerte que se haya conservado! En la iglesia, tranquila, pienso que justo en estos días, casi en puertas de celebrar un año más estos misterios, es bonito recrearse viendo este relieve y comprobar hasta qué punto lo representado en él ha influido en nuestra historia y en nosotros mismos. Seguimos viviendo tradiciones y costumbres que vienen de muy lejos en el tiempo. Dentro de unos días las volveremos a revivir, tal vez sin darnos cuenta de que hoy somos los depositarios de ellas, pero que debemos transmitir a quienes vienen detrás de nosotros. Días de reunirnos quienes compartimos cariño para mostrarnos que somos capaces de dar un aire más íntimo a nuestra cotidianidad, lejos del actual consumismo con que han castigado a la Navidad.

Hace años pronuncié un Pregón de Navidad en Begonte. Está en este mismo blog y abajo dejo un enlace para quien lo quiera ver. En él conté lo que siento en estas fiestas, a la vez que expuse su origen pagano, cristianizado con posterioridad. Le tengo mucho cariño a este pregón, pues representa para mí muchas cosas y, la verdad, el haberlo hecho y pronunciado fue una de las cosas más bonitas que he vivido.

sábado, 7 de diciembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXXVII) AVE FÉNIX CAMINANTE

OTOÑO, TIEMPO DE LEYENDAS...
Hace días paseaba por Compostela y recordaba algo del mito del Ave Fénix. Su origen se sitúa en los países del oriente y siempre, con sus variantes, nos habla de una hermosa ave que muere, pero que pasado un tiempo renace mas hermosa todavía.

El cristianismo asimiló esta leyenda, de profundo arraigo y amplia dispersión, cambiándole algunos matices. Así, sitúa un rosal al pie del árbol del Bien y del Mal, en el Paraíso. Al nacer la primera rosa, nació también un pájaro de hermosos colores. Esta ave fue el único ser que no quiso probar el fruto del árbol prohibido, pero cuando Adan y Eva fueron expulsados del Jardín, el arbusto se incendió de modo accidental y con él murió el ave.

No obstante, el Creador concedió al ave fiel un regalo por el que suspiran todos los hombres desde entonces, la inmortalidad. De las cenizas del nido nació a los tres días el ave más hermosa que se haya podido imaginar, el Ave Fénix.
Sin duda, el Fénix es un ave que encierra el consejo de volver a comenzar a pesar de estar frente a condiciones adversas.  Es un símbolo del renacimiento espiritual, del poder del fuego, de la purificación y la inmortalidad.
A lo largo de sus múltiples vidas, su misión es transmitir el conocimiento que atesora desde su origen al pie del árbol del Bien y del Mal, y servir de inspiración en sus trabajos a los buscadores del conocimiento, tanto artistas como científicos.

+ + +

En la zona monumental de Compostela, hay casas, muchas, con distintivos de propiedad que
CATEDRAL
hacen referencia a las instituciones que las poseían. Son muy frecuentes las vieiras (Propiedad de la Catedral), los pinos (de San Martín Pinario), las cruces griegas de los franciscanos, etc.
SAN MARTIN PINARIO
Hay una de la que nunca he sabido qué institución viene a representar, tal vez porque no he querido saberlo. Es una especie de águila, que podría recordarnos al símbolo del evangelista San Juan. Yo he preferido pensar que nos traía a la memoria a un Ave Fénix altiva renaciendo de sus cenizas. Siempre viva e inmortal, como nuestro Camino.
AVE FENIX
Nunca he creído, y creo que nadie lo ha hecho, que el Camino haya sido igual a sí mismo a los largo de estos siglos de peregrinaje. Seguro que ha tenido sus mas y sus menos, sus aparentes muertes y sus recurrentes renaceres llenos de nueva fuerza y vitalidad. A lo largo de su historia, han debido de ser muchas aparentes desapariciones, algunas con apariencia de definitivas. Recuerdo que, en la década de los setenta del pasado siglo, junto a Santa María de Melide, alguien nos mostraba por dónde seguía el Camino en tiempos pretéritos. Nos lo indicaba como algo ya pasado y no imaginábamos el futuro que aguardaba a aquella senda. Más de una vez he pensado en el Camino como un Ave Fénix capaz de renacer de sus cenizas.
En la calle Azabachería, nº 18, hay una señal como de propiedad, que me resulta desconocida, extraña y me hace reflexionar.
PARA MÍ, TODO UN SÍMBOLO
Un ave rapaz aparece con una vieira agarrada en sus garras. Me gusta imaginarla no como símbolo de propiedad, sino como metáfora del entorno. La veo como un Ave Fenix (El Camino), que lleva a la Catedral o, lo que viene a ser lo mismo, la Catedral renace gracias al Camino y es llevada por él.
Es una interpretación muy personal, naturalmente discutible, pero me gusta pensar hasta qué punto ambas instituciones se han ayudado mutuamente y en este relieve encuentro un símbolo de esta ayuda.
Hoy, muchos tal vez de modo peligroso, confunden Catedral y Camino, y no es así. Conviene tenerlo presente.


sábado, 30 de noviembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXXVI) PAGANISMO CRISTIANO

Un amigo me dice que al Camino no le encuentra espiritualidad ninguna. Añade que la gente que ve caminando en él, solo busca conocer gente, descansar y comer.

CAMINANDO
Bueno, habría que preguntarle qué entiende por espiritualidad, porque estas cosas, tan difíciles de definir, tienen unos grandes componentes personales, e intransferibles. Además, creo que el Camino no tiene espiritualidad, en todo caso son los caminantes los que se la confieren.
Los primeros peregrinos que llegaron a Compostela, lo hicieron en el siglo IX. Desde entonces han pasado doce siglos y las cosas han cambiado radicalmente. Los motivos son otros, los medios para hacerlo, también. Incluso, los tiempos empleados en hacer el Camino han sido modificados en función de los requerimientos de cada época. Hoy, cuando se dispone de poco tiempo para hacerlo, las diferentes etapas del Camino están perfectamente establecidas, su duración expresada en kilómetros, previstos los lugares para pernoctar…
Los peregrinos de entonces paraban donde les parecía oportuno, le ofrecían cobijo o les contrataban para realizar algún tipo de trabajo. Gracias a ellos el arte y la cultura se movió a lo largo de todo el Camino. Fue y vino sin fronteras. Y si nos llegó el Renacimiento, por ejemplo, por la misma senda marchó la leyenda de Parsifal o la de Gerineldo, que por ese Camino la cultura viajó en ambas direcciones.
UN RINCÓN EN EL CAMINO
Hoy todo queda muy lejos de aquellos tiempos en los que, en plena Edad Media, la gente se echaba a andar sin saber si, acaso, se regresaría, dejando mientras los hijos al cuidado de la caridad pública. Quienes tenían la suerte de regresar, guardaban su traje de peregrino para utilizarlo en fechas señaladas, y en cierto modo pasaban a formar parte de una especie de nobleza local.
¿Que qué motivos llevaban entonces a hacer el Camino? Desde redimir una pena de muerte, como el caso de nativos de los Países Bajos, a hacer turismo, como muchos pícaros de cualquier sitio. 
Tal vez nuestro afán congénito de aventuras y de conocer mundos, haya sido el motor de muchos en la mayoría de los tiempos. Existen datos serios que nos hacen pensar que antes del cristianismo, ya existía una ruta de peregrinación al fin del mundo, a “finisterrae”. Eso, en nuestra tierra. También en Bretaña existe algo similar a su Finisterre, por no decir de los caminos hacia el Polo Norte, en Noruega. Tal vez la visión de la tierra hundiéndose en el mar atrajo desde tiempos remotos la atención de nuestros antepasados, y de ahí los actuales caminos hacia esos lugares.
Muchos estudiosos actuales sostienen la idea que el actual Camino es
una cristianización de anteriores rutas de peregrinación a nuestro
EL SOL SE PONE EN FINISTERRE
Finisterre, no lo sé, pero en caso de ser cierto, no sería el único culto pagano cristianizado. Dice la historia que los soldados romanos se sobrecogieron en Finistere al ver el sol hundiéndose en el océano. Esa sensación ante lo inexplicable tiene mucho de espiritual, esa actitud humilde de incomprensión ante lo que vemos, lo que existe, pero que nos trasciende. Eso, creo, se mantiene entre la gente del Camino, pues muchos de ellos al ser preguntados por qué hacen el camino, la verdad, no saben dar una explicación muy coherente.
ALGO MUY ÍNTIMO
Vienen porque sienten algo, un atractivo, una llamada. Seguir, responder a esa llamada me parece una decisión que va mas allá de lo explicable, más bien entra en el campo de lo inefable y yo diría que contiene mucho de espiritualidad personal.






domingo, 24 de noviembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXXV) DE PASO POR MELIDE,

EVOCANDO LA TOSCANA


LA IGLESIA Y SUS CIPRESES
Llegar a una iglesia rodeada de cipreses no es muy frecuente en
nuestro país. En Santa María, de Melide, los cipreses están acompañando al ábside y, como no son autóctonos, están allí porque se han plantado con finalidad ornamental. Los árboles ornamentales siempre me han gustado y, cuando están en lugares apropiados, creo que contribuyen a generar un ambiente especial. Aquí, en Santa María de Melide, encuentro que los cipreses están muy adecuados.
El Camino se abre en una pequeña plaza, el núcleo de población ya no es Melide, estamos en sus afueras y hay una estructura urbana, una pequeña barriada, bien diferenciada. Dominando todo, que ciertamente es muy poco, está la iglesia orientada en la dirección de la marcha de los caminantes y con su ábside hacia la plaza. Repito, rodeada de cipreses.
NAVE Y ÁBSIDE
No sé qué puedan tener las iglesias del Camino, cada una con su estilo, su historia, su finalidad, cada una de ellas única sin haberlo pretendido, pero todas ellas configurando un interior muy íntimo para quien busca intimidad. Quien la busca, aquí la encuentra. Eso, seguro, es casi la promesa evangélica.
Santa María es como una mezcla de rusticidad y elegancia. Los sillares de granito combinan bien con el armazón de madera del tejado. Un armazón desnudo, funcional, dejando ver su tremenda funcionalidad. Una sola nave, un pequeño coro y poco más. No hay que buscar otra cosa, es lo que hay, pero el lugar es algo tan especial que, nada mas pasar a su interior, nos impregna de serenidad. Tal vez lo que buscábamos, por eso la sonrisa satisfecha aflora a nuestro rostro mientras paseamos la mirada por múltiples detalles de la muy elaborada ornamentación de la iglesia.
ALTAR
El ábside es una maravilla pictórica, donde encontramos evocaciones varias, empezando por el altar, de granito policromado y hermosa talla. Exento y perfectamente visible en su conjuntos. Por si fuera poco, limpio y no como otros altares que hemos visto en otros templos del Camino. Incluso, un cristal transparente en su parte superior, lo defiende de suciedades. Así está la iglesia, que parece una patena toda ella.
ÁNGELES CON TROMPETAS
CENEFAS Y DIBUJOS GEOMÉTRICOS
Las pinturas del ábside nos evocan el Renacimiento, ya en puertas en aquel entonces. Sus cenefas lo hacen y más aún los dibujos geométricos que juegan con nuestras ilusiones ópticas y que nos llevan a zócalos toscanos. Ángeles con trompetas claman la gloria de la Trinidad que aparece en el centro del ábside, en un cielo estrellado y rodeada de los símbolos de los evangelistas. Cenefas, guirnaldas y demás dibujos, nos llevan a miles de kilómetros y a cientos de años atrás, a una época fecunda del pensamiento europeo cuando se buscaban nuevas formas de expresión. En esta pequeña iglesia de Melide, también ocurría eso, pues no era ajena a esas vías intelectuales, estando jalonando el Camino  de vocación más europea que se haya podido uno imaginar.
LA TRINIDAD. PÓRTICO DE LA GLORIA
El centro del ábside representa, ya he dicho, a la Trinidad. El pintor no tuvo que ir muy lejos para inspirarse, pues esta representación evoca intensamente a la que Mateo esculpió en el Pórtico de la Gloria. En el capitel del parteluz del Pórtico, sobre la columna de pórfido donde representa el árbol genealógico humano de Jesús, Maestro Mateo esculpió el árbol genealógico divino. Dios Padre, engendra al Hijo y sobre los dos planea el Espíritu Santo. En el ábside de Santa María de Melide, el pintor utiliza el mismo esquema.
LA TRINIDAD.
SANTA MARIA DE MELIDE
Pienso que cuando lo pintó ya conocía el del Pórtico, estaba de vuelta a su casa y tal vez por eso no tenía inconveniente en detenerse y pintar la Trinidad, o el ábside entero, con todo detalle durante el tiempo que hiciese falta.
En muchas ocasiones, me ha ocurrido algo similar en esta iglesia. El tiempo se me pasa muy rápido o es el sosiego que encuentro en ella lo que hace que pierda su noción.
Volveré a hablar de este sitio, pues tiene mucho para evocar.

http://www.arquivoltas.com/21-LaCoruna/01-Melide.htm

sábado, 16 de noviembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXXIV) EL HUMILDE ALTIVO

LEYENDA URBANA COMPOSTELANA

Su presencia era agradable, aunque su comportamiento dejaba mucho que desear. Presumía de buena cuna y de humildad extrema. En realidad, tanto él como sus acompañantes eran unos altaneros que parecían gozar molestando.

CAMINANTES
Constantemente se quejaba de la vulgaridad de quienes encontraba en el Camino, fuesen mozos, criados, vendedores, hosteleros o clérigos. Creía que sólo los demás lo afeaban, pensando que él era el único poseedor de sentimientos nobles capaz de apreciar lo auténtico en medio de aquel barullo. Era uno de esos menospreciadores de gente que, también hoy, se consideran habitantes de sublimes soledades y nos desprecian a los demás sin saber que respiramos el mismo aire y pagamos con las mismas monedas. Esa suficiencia de patán que cree ser algo en su barrio, deseoso de decir constantemente “usted no sabe con quién está hablando”, siempre me ha parecido lo opuesto a Ulises cuando quiso ser Nadie y nunca se acompañó por el cruel desprecio del prójimo.
Con esos modos, peregrinaba a Compostela y estaba seguro que nadie había peregrinado con tanta humildad como él, que había escondido su nombre (y su escudo) bajo la estameña de su traje.
Su presencia no pasaba desapercibida y dio lugar a no pocas trifulcas por lo agresivo de su compañía. Los altercados no pasaron a mas, hasta que, ya cerca del final, el fulano perdió la vida en una emboscada.
GENIO Y FIGURA HASTA EN LA SEPULTURA
Sus criados se desprendieron de los hábitos penitenciales, se pusieron los de la casa patricia a la que prestaban sus servicios, e hicieron una entrada fúnebre en la ciudad que fue recordada durante bastantes años. Las campanas doblaron un día entero, los ornamentos fueron negros en todos los oficios religiosos y los sermones alabaron las muchas virtudes del difunto que, al fin, fue enterrado de modo acorde con su rango, pues ya todos supieron de quién se trataba.
+ + +
Pero el caballero no había ganado el jubileo. Claro que había bulas que concedían las gracias jubilares a quienes muriesen en el Camino, pero como éste había muerto entre pendencias nada piadosas, nadie era capaz de asegurar que se hubiese lucrado de las gracias jacobeas. Pero si había una cosa cierta en este caso, era el intenso deseo del muerto de ganarlo. De todos modos, siempre se dijo que durante las noches de los sábados, se abría la Puerta de los Abades de la Catedral Compostelana, para que por ella penetrasen las almas de los muertos en Camino y, ya dentro, se pudiesen lucrar de las gracias necesarias para subir a los cielos.
Al poco, en la ciudad comenzó a comentarse la insólita presencia de
SIEMPRE A LA ESPERA
una sombra en una de las puertas de la Catedral. No faltaron quienes pensasen que podía ser el alma del rufián aquel, que quería entrar por una puerta equivocada. Toda la ciudad pasó por allí a constatar la humilde y recogida (ahora, sí) presencia junto a la puerta, a la espera de su apertura para poder penetrar en el templo. La sombra estaba allí desde que la noche comenzaba a caer sobre la plaza de la Quintana.
¿Es él? A muchos no cabe duda su identidad, pues aún hecho sombra después de muerto, sigue con sus ínfulas de ser alguien superior a los demás. No está junto a la Puerta de los Abades, donde se dan cita estas almas. Tampoco espera la apertura de las puertas de Platerías o de Azabachería, no. Ni siquiera aparece junto a la Puerta del Obradoiro. En el colmo de su afán de singularidad y soberbia, está al lado de la Puerta Real, aquella que cree apropiada a él. Está allí porque en la catedral compostelana no hay Puerta Imperial pues, de haberla, ante ella estaría.
Cualquier noche compostelana es fácil verlo con sus atuendos de peregrino, sin moverse, junto a esa puerta de la Plaza de la Quintana. Tal vez espera que se la abran, para realizar por ella su singular entrada, tan ansiada.

sábado, 9 de noviembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXXIII) DE NUEVO EN VILAR DE DONAS

UN PASADO QUE SE FUE

Visitar Vilar de Donas me infunde una indefinible tristeza al constatar lo que ha sido y lo que ha venido a ser. Me duele comparar la grandiosidad de lo que podemos suponer que fue, a partir de la elegancia del edificio, y la decadencia imparable en la que se encuentra. Me vienen a la mente muchas iglesias del Camino, cercanas o no tanto, pero todas ellas cuidadas, menos ésta. O tal vez es una falsa impresión que me llevo al estar en esta iglesia rural, de esbeltez única, de soluciones interesantes, símbolos, peculiaridades que la hacen única, pero con un deterioro imparable que se nota nada más que se mira con ojos un poco avispados.
NAVE PRINCIPAL (COSAS AMONTONADAS)

El lugar, antiguo monasterio, estuvo ligado a la orden de Santiago, cuidadora del Camino y los caminantes. Tuvo sus más y sus menos históricos, pero todo quedó en nada con lo de Mendizábal, a mediados del siglo XIX. Tanta ruina como vemos, ¿es posible que se produzca en algo más que en siglo y medio?
HA LLEGADO A SER HERMOSA CON TANTO REMIENDO
La puerta, maravilla de herrajes, está compuesta por retales de madera a los que, felizmente, siempre se añadieron los refuerzos de hierro que tuvo antes de ser remendada. Pero yo me pregunto si nunca hubo dineros para sustituir las dos hojas de la puerta por dos robustas hojas nuevas, como ocurrió en otras iglesias de la provincia, y no quiero citar ejemplos, que sobran. Hoy no faltará quien me diga que esos remiendos confieren belleza, es cierto, pero no quita haber reforzado la puerta por su cara interna.
RETABLO DEL QUE HABLO EN EL TEXTO
EN SU EMBALAJE.
Sobre el altar hubo un retablito de piedra que representaba el misterio teológico que se reproduce en él cada vez que se celebra misa. Hoy ese retablo, de pequeñas dimensiones, viaja por diversas exposiciones de arte. Viaja tanto, que en “su” iglesia ya no se preocupan por desembalarlo cuando llega, tal vez suponiendo que pronto volverá a marchar Y, como pesa mucho, lo dejan en el suelo apoyado en una pared lateral de la nave principal.
Ese viene a ser el ambiente que se puede ver en Vilar de Donas, la puerta remendada, tal vez por falta de interés cuando se pudo arreglar, obras de arte por los suelos y moho recubriendo las paredes sin distinción de ubicación. Moho en el ábside o en las naves y con manifiesta advertencia de peligrosidad de la estructura.
NAVE DE CRUCERÍA
Sin embargo, allí, entre todo eso, está la magnificencia que podemos encontrar en la esbeltez de las naves, en la bóveda de crucería cuyas nervaduras son como fajones de sección cuadrangular; en los bonitos ajedrezados que rodean el interior del templo; en los arquillos haciendo como credencias en el ábside principal, junto al altar o en las esculturas encontradas en diferentes épocas, que nos hablan de influencias de otras culturas, como el ángel pesando almas. Todo eso viene a ser como un exponente de lo que fue este lugar y de la importancia que tuvo en el Camino, cuando recibía influencias de pensamientos nuevos que, a su vez, irradiaba a otros centros del Camino.
BALDAQUINO
En una nave del crucero se encuentra lo que fue el baldaquino, una estructura de piedra que albergaba al altar. También lo tuvieron otros templos importantes, como la catedral compostelana. Este baldaquino está coronado por una reproducción del cercano castillo de Pambre. Su significado viene a evocar la tienda que construyeron los judíos en su éxodo a través del desierto, para custodiar en ella las Tablas de la Ley, símbolo de la Alianza con Jehová. Puesto que la misa representaba, y reproducía, la Nueva Alianza, también se cobijaba bajo una estructura en forma de tienda, que es el baldaquino.

ESCULTURAS ENCONTRADAS EN OBRAS ANTERIORES
      Vilar de Donas, la grandiosidad perdida y no recuperada, que vemos irse. Piedras que gritan pidiendo una restauración. Ojalá que quienes tienen capacidad para hacerlo, escuchen esos gritos. Como en otras iglesias del Camino, es preciso hacer muchas cosas aquí.

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Este comentario no quiere referirse para nada a quienes están custodiando el templo. Son personas con gran profesionalidad, que hacen que la visita resulte inolvidable, también por su personal contribución a ella.

sábado, 2 de noviembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXXII) VILAR DE DONAS, LUGAR DE CAMBIOS

Hace muchos años que voy con frecuencia a Vilar de Donas. Allí me siento como en casa, con la tranquilidad que confiere el saberse en un lugar conocido. No obstante, cada vez me encuentro con sorpresas. Cosas, detalles, capiteles que me indican que estuvieron alli antes y que yo nunca había visto, o de los que no me había percatado hasta ese momento concreto. Es lo de siempre en los factores del conocimiento, el hecho (el objeto, en este caso), en sí y nuestro estado de ánimo para verlo y asimilarlo en nuestra mente. Los factores objetivos y subjetivos, que dicen los que saben.
SEÑORÍO RURAL
Por eso me gusta volver a los sitios, para ver todo cuanto me perdí las veces anteriores que estuve en aquellos mismos lugares. Y siempre encuentro cosas nuevas y me asombro de mí mismo por no haberlas sabido detectar con anterioridad.
Vilar de Donas… qué grandiosidad tan solitaria. El camino rural que nos lleva desde la carretera asciende poco a poco y vamos atravesando un paisaje que no nos hace esperar la monumentalidad que encontraremos. La que fue iglesia monacal, hoy es sede de una parroquia que, con suerte, estará abierta y podremos visitar su interior sin prisas ni agobios de ningún tipo.

ACCESO A LA IGLESIA
La iglesia tiene una hermosa portada atribuida al maestro Mateo o a gente de su taller. Siempre encontré muy esbelta esa puerta, tomando como esbeltez la relación entre su anchura y su altura. Me parecen unas proporciones en cierto modo portuguesas. Está flanqueada por columnas que sostienen arquivoltas. Éstas, cinco en total, aparecen decoradas con motivos vegetales, ajedrezado y un zig-zag poco frecuente en el románico de Lugo (Recuerdo los de Incio y Taboada). Los capiteles tienen motivos vegetales, figuras antropomórficas o monstruosas.
Se accede el interior después de bajar varios peldaños, lo cual nos da la impresión de una grandiosidad inesperada. La iglesia, de una sola nave y planta de cruz latina, es luminosa, con techo de madera. A un lado de la nave principal están depositados diversos sepulcros y lápidas mortuorias de antiguos enterramientos, pero lo que más llama la atención nada mas entrar es el ábside.
RESTOS DE ENTERRAMIENTOS
Me gusta pensar que los frescos del ábside fueron pintados por gente de paso, procedentes de países nórdicos y que traían sus ideas acerca del modo de representar escenas religiosas y cómo representarlas. En otra entrada de este blog he comentado los ropajes que tienen los personajes allí representados. Hoy quiero comentar el tema fundamental de las pinturas del ábside. Es una Anunciación. El Arcángel Gabriel anuncia a una asustada María todo lo que va a ocurrir.
Pero este tema ya es propio del gótico. Y si en el Pórtico de la Gloria, la sonrisa de Daniel nos habla de nuevos modos de expresión, aquí, en Vilar de Donas, esta Anunciación nos habla de nuevos temas en el arte.
SEÑAL DEL CANTERO Y CAPITELES
HOMBRE CON LIBRO, UN MONSTRUO
Jesucristo deja de ser el juez del románico que incluso enseña sus llagas para indicar el modo en que ha conquistado ese papel. Ahora llegan nuevos aires en la vida espiritual de la cristiandad y Jesucristo será visto como un hombre, por eso se representa la Anunciación, el momento justo en que comenzó a serlo.
Todo esto se quedó en la iglesia de Vilar de Donas, como exponente de lo que pensaba la comunidad que entonces regía aquel monasterio. Si fue comprendido o no, eso es algo que yo no sé, tampoco si fue admitido, claro.
La virgen del tímpano de la próxima localidad de Leboreiro también esboza rasgos góticos, pero a su alrededor existe una leyenda acerca de su aparición, que nos evocan los primeros tiempos de la cristianización de Galicia. Si queremos adentrarnos en estos temas, vemos confusión y obscuridad, pero quedan esos hermosos vestigios de piedra, como éste de Vilar de Donas, o el tímpano de Leboreiro, que parecen permanecer para asombrarnos.