viernes, 21 de febrero de 2020

No seremos como dioses


El Génesis nos relata que quien instigaba a Eva para comer el fruto prohibido, le prometió “Seréis como dioses”. ¿Qué se entendía por ser como dioses? Tal vez poseer la sabiduría total, ser inmune al dolor y, fundamental, disfrutar de inmortalidad. Está claro que, sigo con el Génesis, Adán y Eva no lograron lo prometido.


Este deseo ha sido un afán constante de la humanidad. Siglos más tarde, en la religión griega existía una sola falta contra los dioses llamada hybris, consistente e quererlos emular, ser como ellos al menos en algún rasgo. Recuerdo ahora a Ícaro queriendo volar y pegándose con cera unas alas en su espalda para conseguirlo. Al subir, el sol derritió la cera e Ícaro cayó al suelo. A los dioses no les ha gustado nunca que queramos invadir su territorio y siempre nos han castigado cuando quisimos hacerlo. En un cuadro, atribuido a Brueghel, se representa esta caída  de Ícaro entre gentes dedicadas a sus tareas cotidianas porque, piensa el pintor, a nadie le importan los castigos que otros puedan recibir de los dioses. 

CAÍDA DE ÍCARO

No obstante, ese deseo de emular a los dioses sigue presente en nuestro inconsciente. Cuando un muchachote  basto dice estar “como dios”, tal vez crea pronunciar una brutalidad muy moderna, muy atrevida, cuando realmente está enlazando con una tradición cultural tan antigua como el hombre, al menos en el sentido bíblico. 

Ser como dioses… La hybris griega como estímulo conceptual, querer saber cada vez más, generar vida, erradicar el dolor de nuestras vidas, ser inmortales, entre otros deseos. ¿Son realizables? 

CROMOSOMA: SE PERSIGUE
SU SÍNTESIS

Creo que la génesis de vida artificial es algo que perseguimos, aunque está lejos de ser alcanzada. No obstante, está siendo un reto muy fecundo en descubrimientos, en proyectos de investigación y en ríos de tinta en prensa más o menos sensacionalista revestida de aires serios. 

La erradicación del dolor sí está bastante lograda, creo yo, si bien es una opinión puramente personal. 

La inmortalidad constituye una quimera que cada vez está mas claro que nunca será conseguida, si bien se incrementa la expectativa de vida. No obstante, a veces parece como que se nos quiera confundir. Por ejemplo, se persigue la curación de una enfermedad que causa un elevado índice de mortalidad, haciéndonos creer que, una vez erradicada tal enfermedad, ya nadie morirá. Eso ocurrió con la tuberculosis, por citar un caso. Ya (casi) nadie muere de esa enfermedad, pero ahora se muere por otras causas. Siempre se morirá a causa de algo.

CEMENTERIO DE PLANTA ELÍPTICA
EN PADORNELA, (ALTO DE POIO)

La muerte sigue asustando y es desagradable su recuerdo. No está bien visto recordar que somos mortales, pero es así. Incluso en nuestra Galicia, hace años las aldeas convivían con los cementerios, que estaban en medio de los núcleos de población, a veces compartiendo espacio con los lugares de fiestas. En esos mismos núcleos de población, los cementerios hoy se han trasladado a las afueras, pensando tal vez que no recordando la muerte seremos más felices. 

A veces cuesta admitir esas limitaciones, que ciertamente tenemos. Creo, es una opinión, que hasta que no las admitamos, en cierto modo seremos seres inmaduros. Y creo que en este aspecto hemos dado un paso atrás, queriendo olvidar que una espada de Damocles se cierne sobre cada uno de nosotros. 

Mientras, que los biólogos sigan descubriendo cosas, que serán logros de la Humanidad.

4 comentarios:

  1. Creo que leí que, a partir del siglo XIX, los cementerios quedaron erradicados fuera de los lugares poblados para evitar contaminaciones en tiempos de peste.
    Abrazos
    Chiruca

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    1. Así es, y fuera de las iglesias por la misma razón. Pero sabes que en Galicia han sido vecinos hasta hace muy poco tiempo, de modo que aún hay enterramientos en ellos. Sólo cuando hay ampliaciones, éstas se construyen lejos de los lugares. Hablo de aldeas, no villas algo grandes. Gracias, Chiruca, por tu comentario.

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  2. Quizás por la quimera de una vida infinita nos hemos inventado esa entidad inmaterial que poseen los seres vivos y que denominamos alma?

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  3. Supongo que sí, Norte, y la vida eterna, la reencarnación y vete a ver cuántas más ideas se han ido fraguando, y aceptando, a lo largo de la historia. En fin, el caso es no aceptar la propia contingencia y ofrecer alternativas. Gracias, Norte. ¿Qué tal todo? Un saludo muy cordial.

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