martes, 26 de agosto de 2014

SOBRE BIOLOGÍA: LA ADAPTACIÓN COMO ESTADO

DABOECIA. SU ÁREA DE DISTRIBUCIÓN
SE EXTIENDE POR LOS MONTES
CANTÁBRICOS
Podemos confundirnos al utilizar este concepto, pues es posible  hablar de “adaptación” aplicándolo a un estado, a una estructura o a un proceso. Su utilización en los tres casos es correcta. Quiero ahora hablar de la adaptación como estado, referida a individuos.

¿Qué entendemos por individuo adaptado? Es una opinión personal, repito, pero cuando hablamos de un individuo adaptado, nos referimos a un individuo vivo. Incluso cuando lo situamos en el pasado, el ser en cuestión estaba vivo en el tiempo del que hablamos. ¿Es suficiente estar vivo para considerarlo adaptado? No, aunque no faltó quien dijese que si es un individuo adulto, está adaptado por definición, pues ha superado la actuación de la Selección Natural, que actúa en las fases juveniles. Esto es erróneo. La Selección Naturalactúa en fases anteriores a la reproducción, que no es lo mismo.
Un individuo vivo ha de reunir más condiciones para que lo consideremos adaptado. En muchos casos, la adaptación aparece considerada como un carácter cualitativo. Según esta opinión, un individuo está o no está adaptado, no existiendo grados de adaptación. Pero Darwin habló de “los más adaptados”. Es decir, para él, dentro de los adaptados existen graduaciones, habiendo los “más” adaptados frente a otros que, por tanto, han de estarlo “menos”.
EL SERBAL, O CAPUDRE, ES UN ÁRBOL ALPINO
QUE LLEGA HASTA LOS MONTES
 DEL OESTE DE GALICIA
De todos modos, no debemos olvidar que, siguiendo a Darwin, los adaptados son los individuos reproductores en cada generación. Son aquellos que transmiten sus genes a la generación siguiente. Por consiguiente, en cada generación, los genes presentes en sus individuos han sido los componentes de los más adaptados de la generación anterior. Por eso, el factor reproductivo ha de ser tenido en cuenta a la hora de definir la Adaptación como estado.
De modo simple, el individuo adaptado es el que vive y se reproduce, transmitiendo, de este modo, sus genes a la generación siguiente. Hay una salvedad, los hijos necesariamente han de ser fértiles. De no ser así, en ellos terminaría la historia biológica de los genes que posee. Según este modo de ver las cosas, riguroso pero ajustado a lo cierto, un individuo viene a ser como el puente por el que pasan los genes desde sus progenitores a sus hijos. Así permanentemente. Si un individuo no se reproduce, en vez de ser vía de paso para los genes que van de una generación a las siguientes, sería como un camino terminal para ellos. Encuentro curiosa esta consideración.
No obstante todas discusiones (científicas) que he comentado, a comienzos del siglo XX la biología comenzó a considerarse de un modo nuevo y los individuos se estudiaron formando parte de unidades más amplias que lo que puedan ser las poblaciones. Se pensaba en ecosistemas y las poblaciones eran vistas como entidades biológicas integradas en ellos.
EL PALMITO ES UNA PALMERA
MEDITERRÁNEA CUYA ÁREA DE
DISTRIBUCIÓN LLEGA HASTA
 LA SIERRA DE GARRAF, AL SUR
DE BARCELNA
¿Cómo definir a los individuos adaptados según este criterio? Según los nuevos conceptos, un individuo está adaptado a un hábitat determinado cuando es capaz de interactuar con su entorno de modo que puede reproducirse en él y tener hijos fértiles. Atención a esto, pues no se define la adaptación como algo absoluto, sino relativo, pues hablo de adaptación “a un hábitat”, lo cual no quita que ese mismo individuo esté o deje de estar adaptado a hábitats diferentes. Si el hábitat se modifica, puede modificarse el grado de adaptación de las poblaciones que viven en él.
En este sentido, existiría una zona geográfica, más o menos amplia y con variables ambientales, dentro de la cual los individuos pertenecientes a una población estarían adaptados. Esta zona viene a corresponder con el área de distribución de esa población. En los bordes de esta zona, existe otra, en la cual los individuos viven, pero no son capaces de reproducirse. En esta banda, las condiciones han variado más y ya no permiten la adaptación de esos seres en cuestión, aunque puedan vivir en ella con efectos biológicos limitados, como es el no poderse reproducir.
ÁREA DE DISTRIBUCIÓN DEL UROGALLO
EN LOS MONTES CANTÁBRICOS
¿Por qué insisto en el hecho de que un individuo adaptado tiene que tener hijos fértiles? Los individuos han de participar en la formación de la generación siguiente y, salvo casos que comentaré, la única forma de hacerlo es reproduciéndose.
Cuando los individuos están adaptados, se reproducen por sus propios medios.


jueves, 21 de agosto de 2014

SOBRE BIOLOGÍA: LOS ADAPTADOS DE DARWIN

EL ORIGEN DE  LAS
ESPECIES. VERSIÓN
GALLEGA
Me encuentro de nuevo con el sonsonete aquel de “la supervivencia del más fuerte” atribuido a Darwin. No creo que quienes eso dicen, sean conscientes de estar propagando una falsedad teñida de propaganda, tal vez, ideológica. Es posible, incluso, que crean que esta frase resume la teoría de la evolución.

La verdad es que Darwin nunca dijo tal cosa, ni habló del más fuerte en ningún momento. Por otra parte, eso del más fuerte se toma en el sentido del matón más contundente, lo cual viene muy bien a los matones que, de este modo, creen ver justificada su conducta. Como llevo años estudiando biología evolutiva, y creo conocer algo "El origen de las especies", voy a intentar explicar aquí lo que Darwin quiso decir al hablar de los más adaptados, que son aquellos que según él, sobreviven. Expongo una opinión mía, claro está.
DENTADURA DE ANIMAL CARNÍVORO

El capítulo IV de "El origen de las especies", se titula “La Selección Natural y la supervivencia de los más aptos”.  En él, el autor nos explica lo que él entiende por aptos. Para Darwin, el éxito biológico de una especie consiste en permanecer viva a lo largo de generaciones, no extinguirse. La extinción es un fracaso biológico.

Para permanecer viva, una especie ha de recurrir a diversas estrategias, que son componentes de su adaptación. Quiero hacer notar que para que una especie permanezca presente en el mundo de los seres vivos, necesariamente ha de cumplir un requisito biológico imprescindible: reproducirse. 

Pero son los individuos, los componentes de la especies, quienes se reproducen, contribuyendo de este modo a la perpetuación de la especie a la que pertenecen. O dicho de otro modo, la especie se reproduce a través de sus individuos componentes. Darwin constató que las especies son muy prolíficas. Y esto ocurre tanto en animales como en vegetales. No obstante, las poblaciones adultas de cada especie (animal o vegetal) suelen estar formadas por un
LAS ORTIGAS POSEEN CÁPSULAS
QUE GENERAN IRRITACIONES
A QUIENES LAS ROZAN
número similar de individuos a lo largo de las generaciones (por ejemplo una población de 50 miembros, mantendrá su tamaño a lo largo de generaciones de modo casi constante). Es lógico deducir que desde las fases iniciales de la vida de los individuos, hasta alcanzar el estado reproductor, se produce una gran mortandad. ¿Quiénes sobreviven a lo largo de esta fase? Darwin es taxativo en la respuesta a esta pregunta: los más adaptados. En cada generación, estos adultos supervivientes serán los encargados de originar la generación siguiente. Y ocurrirá de este modo, hasta que fallos de diversa condición determinen la extinción. Llamó Selección Natural a los mecanismos que favorecen a algunos individuos para llegar al estado reproductor. Y por ser los favorecidos por la Selección Natural, dijo de ellos que eran los más adaptados.

El éxito de una población es dar origen a la siguiente, y sus descendientes también han de cumplir con esta función. Para eso, los descendientes deberán ser fértiles. La fertilidad de sus miembros es una condición fundamental para el mantenimiento de las poblaciones y, por tanto, de las especies. 

TAMBIEN LAS MEDUSAS TIENEN
CÁPSULAS URTICANTES
No todos los individuos adultos tienen la misma fertilidad. Algunos debido a causas exteriores, otros por circunstancias hereditarias, son más fértiles que otros. Las hereditarias son importantes, pues sus genes causantes se irán transmitiendo a los descendientes y, por tanto, deberán ir aumentando en frecuencia entre los miembros de la población. A la larga, los caracteres hereditarios que contribuyen a una mayor fertilidad por parte de sus poseedores, serán caracteres que posean todos los miembros de una especie y diremos de ellos que son caracteres fijados.

A estos caracteres les llamamos adaptaciones. Son hereditarios y hacen que sus poseedores, en comparación con los individuos que carecen de ellos, tengan más hijos fértiles.

Seguiré hablando de adaptación y de individuos adaptados.

sábado, 16 de agosto de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. AL PIE DEL BOTAFUMEIRO

Ya en el Códice Calixtino se habla del botafumeiro. Entonces, se utilizaba fundamentalmente para disimular los malos olores que se generaban con tanto peregrino que, incluso, llegaban a dormir en el
ME GUSTA VERLO DESDE ESTE SITIO
triforio. Hoy, su utilización se mantiene aunque con motivos diferentes y, actualmente, es un rito más de la recepción de peregrinos, que muchos toman como reclamo turístico. (Algunos lo copian en iglesias no muy lejanas).

Al final de su recorrido, cuando el Botafumeiro lleva como unos doce o trece períodos completos, siempre me parece como que se desvía un poco. No sé si es impresión mía, pero muchas veces se desvía levemente en la misma dirección, en la contraria a la de las agujas del reloj.
Como sabemos todos, el botafumeiro es un gran incensario que mide un metro y medio de altura y pesa, vacío, 53 kilos. El peso final, depende del carbón y el incienso que le metan, pero no es despreciable. Se ata con una maroma, siendo de poliéster la actual, que mide 55 centímetros de diámetro y 63 metros de largo. Pesa cerca de 100 kilos y se renueva con bastante frecuencia. 
PARECE QUE SE HA DESVIADO
Al moverse, en total unos 17 ciclos de vaivén, el Botafumeiro llega a alcanzar una velocidad cercana a los 70km/h. Puede formar un ángulo de más de 80º con la vertical y describe un arco de unos 65 metros de amplitud.
Se llaman tiraboleiros a los hombres que se encargan de moverlo. Vestidos con túnica corta y esclavina de color granate, son quienes, en número de ocho, lo impulsan mediante cabos sujetos a la maroma. Esos impulsos se dan en momentos apropiados siguiendo las indicaciones del llamado tiraboleiro mayor, que también es quien de la el impulso inicial y, al final, lo detiene. 
Cuando recorre la nave transversal, a esa alta velocidad y con su gran masa, adquiere una energía tremenda, que la notamos por el tiempo en que tarda en irse deteniendo antes de que el tiraboleiro mayor lo coja y pare, haciendo un gran esfuerzo visible. 
LOS TIRABOLEIROS,
PREPARADOS
Precisamente, es al final del ciclo cuando parece que se ha desviado. Desde el punto de vista físico, el Botafumeiro se comporta como un péndulo. Un amigo mío que sabe muchas cosas que no interesan a nadie, me dijo que, al oscilar, el Botafumeiro reúne las condiciones para comportarse como un gigantesco péndulo de Foucault. Eso explicaría su aparente desviación, siempre en el mismo sentido. Pero en el Hemisferio Norte, el péndulo de Foucoult se desvía en el sentido de las agujas del reloj. El Botafumeiro lo hace en el otro sentido. Es decir, que no es eso. Creo que la desviación, que a veces existe, se debe, simplemente, a que con el impulso inicial que se da al gran incensario, éste sale algo desviado. Luego, al ampliar los recorridos, se notan los efectos de la desviación. Pero creo que de Foucoult, nada.
De lo que sí, y mucho, es de emoción. Al terminar su vuelo sobre los peregrinos, estos aplauden con entusiasmo, si bien a los curas del templo no les gusta y riñen a través de los micrófonos por hacerlo. Qué sabrán ellos…
VOLANDO
Con ese aplauso se da rienda suelta a muchos sentimientos acumulados a lo largo del Camino, y que ahora se dejan salir, condensados es esa explosión de sana alegría: emoción, cansancio, ilusión y entrega a un deseo finalmente alcanzado, conseguido. Costoso deseo realizado. El vuelo del incensario gigante es como el exponente de lo realizado y el punto final del Camino. 
EN REPOSO
Ya son recuerdo Astorga, León, O Cebreiro, Liñares y su desolado paisaje, Triacastela, la sed que atormentó al salir de Samos… todo eso ha sido superado, ya sólo vive en el recuerdo… Incluso la entrada en Compostela, hace un rato, ya es historia. El vuelo del Botafumeiro ha cerrado el Camino para cada uno.
Después del aplauso, y con las riñas reiteradas de los del templo, comienza un momento triste para cada uno, pues es hora de las despedidas y admitir que se ha terminado una hermosa etapa. Allí, al pie del Apóstol, aún con el olor del incienso, los peregrinos sienten que regresan a sus vidas. Hay que despedirse, irse.
El Camino, ¡ay!, empieza a ser recuerdo.

viernes, 8 de agosto de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: COLEGIATA DEL SAR, LA ALTIVA REDIMIDA

Visitar la Colegiata del Sar, en las afueras de Santiago de
UN TEJADO EN VEZ DE TRES
Compostela, me produce una cierta desazón. No encuentro en su interior la serenidad y el sosiego que cabe esperar (es mi opinión) en un templo románico del sigo XII. Otros lugares de la misma época definen un espacio acogedor e íntimo. En éste no es el caso, y no sé la causa.

Fue fundado por canónigos de la Orden de San Agustín en el primer tercio del siglo XII, cuando aun vivía Gelmírez, y es posible que la construcción del templo quisiese ser una muestra del (supuesto) poderío de los canónigos. Tal vez una réplica al poderoso arzobispo, que les había prohibido entrar en la Catedral a caballo y cosas similares. Las crónicas nos hablan de enfrentamientos por temas de poder, algo que sigue siendo de plena actualidad.
PROPORCIONES PARA ASOMBRAR
Me quiero imaginar a los canónigos, ricos en demasía, patanes y con la arrogancia que presta el dinero a quienes no lo saben usar, mandando hacer un templo que asombrase a todos.
Las técnicas románicas para iglesias de planta basilical, con bóveda central de medio cañón, aconsejaban construir otras laterales, más bajas que la central, de modo que ésta descargase su empuje a través de ellas. Incluso en el exterior se notaba esta estructura con una cubierta, correspondiente a la nave central, y dos pequeños tejados, que correspondían a las naves laterales. Este juego de tres tejados corrían a lo largo del templo, desde la fachada hasta el ábside.
Los canónigos, que tal vez de esto no tenían idea, quisieron un
EN EL CENTRO, AÑADIDO A LA BOVEDA
PARA CERRARLA DE NUEVO
templo de tres naves con, casi, la misma altura. Incluso con un solo tejado cobijando las tres naves: principal y laterales. La cosa no funcionaría y así se lo dirían los constructores, sabios en su oficio como nos lo muestran las múltiples obras que nos dejaron, aún perfectas, y coetáneas con la iglesia de la que hablo ahora. Porque, además, el edificio en cuestión se construiría en terrenos sedimentarios, sin mucha cimentación. Mal principio.
Quiero creer que se lo advirtieron de todos los modos posibles a los canónigos, pero que éstos no se dejaron convencer. “Quien paga, manda” ya era regla de oro aplicable a los trabajadores, y el templo fue para arriba castigado a venirse abajo.
ARCOS VENCIDOS
EN UNA NAVE LATERAL
Los peores augurios se cumplieron. La bóveda empujó como tenía que ser, pero no había estructuras que derivasen ese empuje, como sería de esperar en un edificio bien hecho, y todo comenzó a deshacerse. Las hileras de columnas se abrieron y parte del techo se vino abajo. En los siglos XVII y XVIII se detuvo el deterioro, adosándole al templo unos gigantescos arbotantes y poniendo cuñas de piedra en las partes de la nave central que se habían caído. No sé si lañaron las piedras en su parte no visible, todo es posible.
Para mí, esos arreglos le confieren ahora al Sar una belleza singular, tal vez la elegancia de, por fin, haber asumido su impertinente arrogancia, pagando de este modo el no haberse dejado aconsejar por quienes sabían cómo hacer los trabajos. Ahora, por fin, ha atendido a los técnicos y se ha dejado restaurar.
CONTRAFUERTES SALVADORES
Al lado de tanta cosa extraña, en el claustro encontramos un reducto de intimidad, esa serenidad que tan bien definen las normas románicas cuando están sabiamente utilizadas. Está atribuido al Maestro Mateo, o a su escuela.
Pero del claustro y de las cabeceras del templo, hablaré en otra ocasión. Prefiero dejar aquí mi idea de la impertinencia redimida al asumir la presunción y sus consecuencias, como muchas personas que se hacen grandes al reconocer sus errores y actuar en consecuencia.

EL CLAUSTRO MERECE MENCIÓN APARTE



sábado, 2 de agosto de 2014

PROYECTO PARA UN AGOSTO SOSEGADO

Cada edad tiene sus modos de viajar, y de ese modo lo he vivido. Recuerdo mis viajes de veinte años, un correr como atolondrado intentando ver todo, no dejar nada sin fotografiar. Subir, bajar, ajetreo sin fin, terminar cansado y, la verdad, no recordando bien si las estatuas ecuestres estaban en la fachada de la catedral de Chartes o en la de Estrasburgo. Lo mismo me ocurría con museos, paseos, calles. Pero lo veía todo, eso sí. Un verdadero triunfo de este modo consideraba mi viaje. Luego, ya en casa, me recreaba contemplando las diapositivas de los lugares en los que había estado.

MONASTERIO DE SOBRADO DOS MONXES
RURAL, GRANDIOSO, DESTARTALADO
Ahora, todo es de otro modo. Las prisas han quedado atrás, muy atrás. Mi viaje es reposado, sin prisas y, si no tengo tiempo para ver algo, no lo veo. Me gusta sentarme en cualquier sitio, mirar el entorno y echar el pensamiento al aire. Evocar todo cuanto me es posible sobre el lugar y su historia, las anteriores veces en que estuve allí, quiénes me acompañaron y cómo fui. Eso, y mil cosas más, me acompañan en esos ratos de ensoñación que hacen que mis viajes sean irrepetibles, aunque siempre sean al mismo sitio, que tampoco lo son.
Si bien no desdeño conocer lugares nuevos, (¡faltaría mas!), me gusta mucho volver a lugares conocidos. Aunque sé lo que voy a ver, voy dispuesto a sorpresas, pues los viajes nunca son los mismos. Me explico, los lugares nunca cambian. El que lo hace soy yo y allí lo compruebo al contrastar lo que veo con lo que recuerdo. Cosas que
EL CAMINO, SIEMPRE ENTRAÑABLE
en otras ocasiones me llamaron la atención y hoy considero superficiales. Detalles que hoy me atraen y no recordaba haber visto, lo cual me indica la importancia que le dí entonces. Soy yo quien cambia y me comparo conmigo mismo al comprobar mis recuerdos, o la falta de ellos.
Esto me ocurre al visitar un lugar, pero también al releer un libro o al volver a ver una película que me causaron cierto impacto en su día. Nunca los encuentro como en veces anteriores. Detalles, matices, situaciones que antes se me habían escapado, ahora, al volver de nuevo a sus argumentos, los veo como asombrado de no
HERMOSOS LUGARES DONDE REENCONTRARSE
haberlos tenido en cuenta antes.
Es lo mismo. En esta aventura de volver a lo conocido, tanto viajando, como leyendo o viendo una película, creo que existen dos factores, uno intrínseco y otro extrínseco. El intrínseco es lo que vuelvo a visitar: sitio, libro o película. Ese factor no cambia. Pero hay otro factor, el extrínseco, que soy yo mismo y, por el modo diferente de verlos, considero que sí, que no soy el mismo.
DESDE MI ADOLESCENCIA
ME SIGUE GUSTANDO
Noto mi cambio en que considero de diferente modo las cosas que siempre me han gustado. Normalmente, me siguen gustando, pero hay ocasiones en las que ya no me llaman la atención como lo hicieron antaño.
Este verano espero volver a mis sitios de siempre, releer algún libro que hace tiempo no leo (tengo dos o tres en lista de espera), volver a ver (ahora se dice visionar) alguna de las películas que me han gustado y (¡cómo no!) acercarme a algún tramo del Camino a evocar cosas y soñar viendo cómo, en él, todo sigue como siempre..
Son cosas para hacer en solitario, con sosiego, y sabiendo que voy a disfrutar con ellas. Mucho. También me voy a reencontrar conmigo mismo, algo que siempre conviene.


 ESTA IMAGEN EVOCA UNA GRAN PELICULA (EL SÉPTIMO SELLO)
DE LA QUE AÚN HAY MUCHO QUE HABLAR