martes, 23 de septiembre de 2014

SOBRE BIOLOGÍA. PLANTAS QUE TREPAN

HIEDRA TREPANDO
A veces imaginamos que en el mundo de los seres vivos, al que pertenecemos, sólo hay una solución para los problemas que puedan aparecer. Algo muy lejos de la realidad. Entre los seres vivos, con unas funciones concretas que realizar (nutrición, relación, reproducción), cada grupo se organiza del modo que buenamente puede para llevarlas a cabo. Y, si son grupos existentes en la actualidad, podemos decir sin miedo a equivocarnos, que las realizan muy bien. Han superado la acción de la Selección Naturalhasta hoy.

ZARCILLO
El papel de la luz es muy importante en el mundo vegetal. Cada grupo de plantas tiene sus estrategias para cumplir sus requerimientos. Las hay que viven en zonas donde llega poca, como son fondos de selva, de bosque o interior de pozos y otros hábitats donde reina la penumbra. Son plantas acostumbradas a esos pocos aportes de luz, pero crecen con todo su vigor y con morfologías adaptadas a estas condiciones. Un carácter adaptativo en ellas es poseer profusión de hojas de un intenso color verde. Muchas de ellas son las que, luego, forman el catálogo de nuestras plantas de interior, que viven dentro de las casas.
Hay otras plantas, de bosque y no leñosas, que tienen necesidades de luz, pero no disponen de un porte adecuado que les permita crecer hasta
ZARCILLO DE PARRA
alturas suficientes como para satisfacer esas necesidades. Su estrategia adaptativa consiste en trepar sobre soportes fijos que encuentren y, por tanto, se les conoce como plantas trepadoras.
El trepar es una estrategia a la que han llegado desde posiciones taxonómicas muy diversas y utilizando estructuras muy diferentes, pero que permiten a las plantas alcanzar posiciones altas y así poderse beneficiar de un buen nivel de luminosidad. Voy a comentar tres tipos de estructuras que permiten trepar y que ocurren en plantas conocidas por todos.
El primero de ellos es el de la hiedra, que forma raíces llamadas adventicias. A lo largo de los tallos, también en los nudos donde nacen las hojas opuestas, se forman manojos de raíces cortas que se adhieren a superficies fijas, paredes o troncos, gracias a las cuales la planta se va fijando y pudiendo, por tanto, trepar.
La madreselva también es planta trepadora. Aunque leñosa, su tallo
TALLO DE MADRESELVA
largo, delgado y flexible no le permite la posición vertical. No obstante, se enrosca alrededor de otros tallos, o de cualquier objeto rígido que encuentre y le pueda servir como guía. Nunca trepa en paredes, como la hiedra.
Las judías y otras plantas afines, trepan gracias a zarcillos que aparecen en sus hojas compuestas. Realmente son foliolos modificados. Esos zarcillos se enroscan y fijan alrededor de cualquier objeto sea tronco, rama o guía y gracias a esas fijaciones la planta va trepando.
Hay más plantas trepadoras conocidas por todos, como el Ficus benjamina, que trepa gracias a raíces adventicias, la parra virgen
ZARCILLOS DE LEGUMINOSAS,
SON FOLIOLOS MODIFICADOS

que forma zarcillos muy cortos, con los que se fija a las paredes, o la capuchina, que trepa también gracias a zarcillos.
Qué duda cabe que, en todos estos casos, los órganos que facilitan a las plantas el poder alcanzar la luz, constituyen estructuras que son adaptaciones.


martes, 16 de septiembre de 2014

EN COMPOSTELA LLOVÍA


SEÑORIAL, LEJANA
Y PRÓXIMA
Hace unos días, he tenido que venir a Santiago  desde Lugo y, aunque allí hacía bueno, en Compostela llovía. Tampoco son tan raros esos cambios climáticos en tan cortas distancias, como para comentarlas aquí. Los turistas, visitantes y peregrinos andaban desorientados, como si nadie les hubiese prevenido de esa adversa posibilidad. Tampoco era una lluvia intensa, más bien un orballo manso, como son los orballos, lo que caía. La torre del reloj de la catedral aparecía difuminada y, como siempre en tales casos, se veía señorial, lejana y próxima, como algo muy nuestro. Al día siguiente ya no llovía.

Para la gente de ciudad, esto de la lluvia suele presentarse como una contrariedad incompatible con la idea de buen tiempo. Se puede decir que “hace buen tiempo, pero frío” lo cual indica que la baja temperatura no es contraria a nuestra idea de buen tiempo.
SIGUIENDO SU CAMINO
También que “hace bueno, pero con viento” y dejamos ver que el viento no tiene nada que ver con nuestra idea acerca del mal tiempo. Nunca he oído decir que “hace buen tiempo, pero llueve”, ni “hace bueno, no obstante nieva” o “está bueno, aunque graniza”. Parece como si lo malo, en estos casos, es que nos caiga agua del modo que sea, líquida o sólida. O que permanezca en el ambiente en forma gaseosa, como niebla. Por algo decimos que nunca llueve a gusto de todos.
Siempre hubo períodos de intensas lluvias y otros de sequía, a las que se llegó a calificar de pertinaces. Para ambos casos la solución venía del cielo. Y no hablo de las nubes, que también, sino de la corte celestial y sus santos.
BUSCANDO COBIJO EN MI CASA
Siempre se contó con imágenes sagradas que eran sacadas en procesión, para que lloviese o dejase de llover. Los Cristos de las Aguas y las Vírgenes de las Aguas tienen tales advocaciones con esa causa. Era salir ellos a la calle, y ya llovía. Adios sequía, o tal era la fama que ha llegado hasta nosotros. Por toda la España seca, fue útil y piadosa costumbre el hacer rogativas cuando la sequía alcanzaba el grado de pertinaz. Aún hoy es posible escuchar que en tal sitio se van a hacer rogativas.
AL DÍA SIGUIENTE, YA NO
LLOVÍA
Y de temporales de lluvias ¿se sabe algo? Sí, claro que se sabe. Aparte del tranquilizador refrán de que “nunca llovió que no escampase”, que suponemos basado en la experiencia, hay otros santos que favorecen que escampe tras largas temporadas de lluvias. 
Un buen amigo mío estudió los archivos parroquiales compostelanos desde el siglo XVII hasta hoy, y entre otras cosas, encontró encargos de novenarios de misas para que lloviese y también para que dejase de llover. Si se pedía que lloviese sería por estar sufriendo una intensa sequía. Y del mismo modo, sólo después de larga temporada de lluvias, se pediría un respiro con el mismo medio, el novenario.
Aunque ahora sabemos que las lluvias las traen los frentes asociados a borrascas, como dicen las teles, podemos pensar que los santos tendrán capacidad de decisión en la formación de tales frentes o asociaciones por aquellas alturas.
No obstante, me falta un refrán relativo a lluvias y sequías. Si se nos recuerda, animándonos, que nunca llovió que no escampase, podríamos tener alguno, incluso con un tanto de sorna, que nos viniese a decir que todas las sequías terminan mojadas.



martes, 9 de septiembre de 2014

SOBRE BIOLOGÍA. ADAPTACIONES COMO ESTRUCTURA

 OTOÑO GALLEGO
Sabemos que los vegetales están anclados al suelo. Allí donde cayó la semilla, es donde el individuo ha de crecer y reproducirse, no tiene otra alternativa. En ese plan, si un animal no está a gusto en un lugar, sólo tiene que cambiar de sitio mediante el movimiento. Un vegetal no puede escapar, ha de hacer frente a su ambiente con las posibilidades que le confiere su genotipo.
Una respuesta biológica a este inconveniente, es la formación masiva de semillas. Si hay muchas, siempre existirá la probabilidad de que alguna caiga en sitio apropiado. ¿Qué entiendo por sitio? El ambiente, las condiciones de humedad, luminosidad, temperatura y demás componentes fisico-químicos en que se desenvuelve el individuo, más el resto de seres vivos (de su misma especie y de otras), que viven en el mismo lugar que él. Con ellos deberá competir para crecer y dar fruto.
CORTADERIA, FRECUENTE EN LOS MÁRGENES
DE LA AP9 Y DE LA A6 EN SU TRAMO GALLEGO
Siempre existe la interacción genotipo-ambiente. Pero ambos componentes pueden cambiar. El ambiente, con sus variaciones estacionales a corto plazo y con grandes variaciones a largo plazo, nunca es constante en nuestras latitudes. Por su parte, el genotipo posee una plasticidad que permite que el individuo varíe, facilitando a su poseedor adaptarse a diversos ambientes, si bien en cada uno puede tomar una morfología diferente. A esta plasticidad del genotipo le llamamos norma de reacción.
DACTYLIS, SUS HOJAS ESTÁN IMPREGNADAS
DE SÍLICE. FRECUENTE EN PRADOS GALLEGOS
En biología nunca hay una estrategia general en todos los seres vivos, cada grupo tienes las suyas. Quiero comentar una, diversa, interesante, pues se refiere a las estructuras que tienen las plantas para protegerse de los herbívoros. El tener buena superficie foliar le permite a cada planta realizar su función clorofílica, mediante la cual obtiene energía y los principios necesarios para, junto con los minerales absorbidos del suelo, sintetizar sus propios recursos. Pero es preciso defender las hojas. Para realizarlo de manera eficaz, se han desarrollado diversos medios, y voy a presentar algunos. Pero antes quiero indicar que en vegetales no hay estructuras para matar a nadie (hasta donde yo sé). Eso de matar es raro entre los seres vivos y sólo se realiza por cuestiones de subsistencia. Únicamente el hombre mata por matar.
En vegetales, uno de los mecanismos de defensa consiste en que las hojas están recubiertas de agujas de silicio que llegan a pincharse en la lengua de quienes las coman. (A nosotros pueden producirnos cortes) El animal desencadena el reflejo condicionado y no vuelve a probar esas hojas. La
CISTOLITOS EN HIGUERAS
presenta, por ejemplo, una planta de nombre Cortaderia, utilizada en jardinería y que en Galicia se ha transformado en invasora desde que se utilizó como medianera en el tramo de autopista entre Santiago y A Coruña, hace algo más de treinta años. Existen más gramíneas que tienen la superficie con agujas de silicio, como Dactylis, frecuente en nuestros prados.
La higuera presenta en el interior de sus hojas unos cristales de carbonato cálcico agrupados en esferas, llamados cistolitos. También lastiman al hervíboro que las come, haciendo que no reincida.
Los cactus se defienden con espinas, algunas de ellas con cápsulas urticantes en sus extremos y capaces de generar grandes reacciones alérgicas, de las cuales, (Ay¡) guardo recuerdo. Si hablamos de espinas, sabemos que muchas rosáceas las presentan en el envés de las hojas.

Todos tenemos experiencia (supongo) de la acción de las ortigas cuando hablo de generar alergia a quien las roza…
Hay más estructuras de este estilo. En todos ellos, la selección favoreció aquellas que protegían a las hojas de las plantas permitiéndoles, de este modo, realizar una función clorofílica más eficaz que si tuviese menos hojas.

Conviene seguir hablando de esto.

martes, 2 de septiembre de 2014

SOBRE BIOLOGIA: SELECCIÓN, ESTRUCTURAS y REFLEXIONES

Entre los seres vivos, una adaptación es cualquier tipo de estructura hereditaria que hace que sus poseedores, en comparación con los que carecen de ella, tengan más hijos fértiles.

Cuando hablo de estructura, no sólo me refiero a morfologías especiales, también a cadenas bioquímicas de síntesis o de degradación. Tras una coloración, que suele ser adaptativa, siempre hay una reacción bioquímica.
LA PILOSIDAD DISUADE A LOS HERVÍBOROS
La necesidad de ser hereditaria está muy relacionada con el concepto de adaptación que vengo comentando en estos últimos artículos. Existen genes responsables del carácter y, al conferir mayor éxito biológico a sus poseedores, pasarán a la generación siguiente con mayor frecuencia que los genes responsables de su ausencia. En este sentido, éxito biológico se entiende como capacidad (comparativa) de tener mayor número de hijos o, dicho de otro modo, capacidad de dejar más copias de los propios genes en la generación siguiente.
ESTA RAYA DE PROTEGE CON SU COLOR,
SIMILAR AL DE SU SOPORTE
Si hablamos, por ejemplo, de una población limitada por sus recursos a 1000 individuos, este tamaño fluctuará poco a lo largo de las generaciones. Si en la generación siguiente hay algunos más, será debido a que unos progenitores tuvieron más hijos y, por tanto, dejaron más copias de sus genes que los individuos que tuvieron menos hijos. Puede ocurrir que en la generación siguiente haya menos de mil, será porque algunos se han reproducido menos, pero ¿qué ha ocurrido ahora con aquellos que antes lo habían hecho con mayor éxito? Tal vez siga ocurriendo de ese modo en términos de descendencias individuales. Ese mayor número de hijos puede ser debido a algo, que además es hereditario. En caso de ser así, los genes responsables de la estructura que contribuye al incremento de hijos irán aumentando de frecuencia en la población a lo largo de las generaciones. Esas estructuras, tal como lo estoy comentando, están favorecidas por la selección natural y, por tanto de acuerdo con Darwin, son adaptaciones.
¿Podemos reconocerlas? Algunas sí, pues es sencillo deducir su contribución al
EN AVES, CADA TIPO DE PICO
REFLEJA UN MODO DE ALIMENTACIÓN
éxito reproductivo de sus portadores. Por ejemplo, las que incrementan su viabilidad, sus mecanismos de defensa en fases juveniles, las que los defienden mediante diversas estructuras y mecanismos. Y un sinfín más de ellas. En otros casos no es tan sencillo reconocerlas y, en la mayoría de las veces, nos resultan completamente desconocidas.
¿Qué “ve” la Selección Natural? Es decir, ¿cuál es la unidad sobre la que actúa? Parece no haber duda de que es el individuo, aunque hay veces en que tal vez sea la población la seleccionada, pero mediante una actuación sobre los individuos que forman parte de ella. Hay casos en que está claro que la Selección Natural actúa sobre genes concretos (En casos de letalidad, el individuo muere debido a la sola presencia de un alelo concreto).
EL INSECTO ESTÁ MUY PROTEGIDO
GRACIAS A SU MORFOLOGÍA
En cada generación, la Selección Natural actúa favoreciendo a los reproductores que darán lugar a la generación siguiente, no tiene visión ni tendencia a largo plazo. No obstante, podemos ver tendencias evolutivas en el registro fósil. ¿Es esto un contrasentido? Para nada. Los ambientes cambian muy lentamente. En estos casos, la selección puede ir favoreciendo los mismos rasgos en cada generación, de modo que el carácter seleccionado podrá irse acentuando. Puede parecer que existió una tendencia evolutiva cuando, en realidad, lo que hubo fue una constante acción selectiva ciega en una misma dirección a lo largo del tiempo.