domingo, 27 de abril de 2014

SOBRE SERES VIVOS: HUMANOS ROMPIENDO LA CONSANGUINIDAD

Existe consanguinidad cuando los miembros de una pareja son parientes. Es decir, poseen uno, o más, antepasados comunes. Por ejemplo, comparten un abuelo, o un bisabuelo. Podemos decir lo mismo indicando que un individuo es consanguineo cuando tiene el mismo antepasado tanto por vía paterna como por vía paterna. En ambos casos los individuos consanguineos pueden poseer un alelo “malo” procedente de ese antepasado común, que les ha llegado por sus dos vías de herencia. Eso puede ser peligroso para sus posibles descendientes. Se rompe la consanguinidad cuando, en poblaciones consanguineas, se producen matrimonios entre personas no emparentadas, normalmente, de fuera de la población.
Entre nosotros los humanos, creo que existen instintos que nos llevan a la ruptura
LOS CHICOS INMIGRANTES SON BIENVENIDOS
de la consanguinidad. Voy a comentarlos ahora pero, antes, quiero indicar que dichos instintos se han manifestado siempre y en todas las culturas de las que tenemos datos.
Por ejemplo, en tribus africanas, existen mecanismos sociales con este fin. Los muchachos procedentes de otras tribus que se integran en alguna debido a que se van a emparejar con alguna chica perteneciente a ella, ven rebajados sus deberes laborales en la tribu que lo recibe a lo largo de todo un ciclo anual. Quienes siguen esta costumbre, desconocen el beneficio genético que representa la llegada del muchacho, pero el beneficio a largo plazo, siempre de índole biológica, es más importante que el que se pueda producir a corto plazo, sumando el esfuerzo de un hombre más a los trabajos tribales de la comunidad.
DE PASEO A OTRO PUEBLO
Por otra parte, existen datos procedentes del siglo XIX y principios del XX, que nos hablan de poblaciones humanas con graves defectos hereditarios, debidos a consanguinidad generada en poblaciones pequeñas residentes en lugares de difícil acceso. En esos lugares, con inviernos largos y duros, los matrimonios consanguineos se formaron del modo más normal. Por ejemplo, en montañas de Galicia, León, Cantabria o en las Hurdes. Pero también ocurrió algo similar en Noruega, en pueblos situados en vertientes de fiordos con difícil acceso, así como en algunos lugares poco poblados de Norteamérica, en este caso, en Estados de grandes llanuras. Todas las taras genéticas desaparecieron mediante causas curiosas. Por ejemplo, en Norteamérica desaparecieron cuando se popularizó el uso de la bicicleta y los jóvenes iban de un pueblo para otro a conocer a otros jóvenes, costumbre que arraigó entre ellos, pues les gustaba conocer personas de otros lugares (Recordemos que vivían en zonas llanas). Con estos paseos, estaban erradicando la costumbre de los matrimonios consanguineos.
UN INVIERNO ENTERO ASÍ
En Noruega se construyeron embalses y las gentes de las aldeas fueron reunidas en grupos de población más grandes, que acogían a poblaciones procedentes de pequeñas aldeas. En ellos, los matrimonios se realizaron entre gente de diferente procedencia, eliminando la consanguinidad en una sola generación. En nuestro país ocurrieron casos similares.
Los jóvenes, ellos y ellas, cuando se trasladan a otras localidades, suelen tener mayor atractivo para establecer parejas con personas pertenecientes a las poblaciones receptoras. Esta pauta reiterada contribuye a la pérdida de consanguinidad en las poblaciones receptoras.
LUGAR DE ENCUENTRO PARA GENTE DE
OTROS SITIOS
Todos tenemos en nuestras mentes las imágenes de enormes discotecas situadas en zonas rurales, alejadas de las poblaciones, pero situadas entre varias, mas o menos equidistantes. Los jóvenes procedentes de esas localidades constituyen su principal clientela. Entre ellos, el conocer a “gente nueva” es un gran aliciente para acudir a dichos establecimientos. Está claro que al hablar de gente nueva, se refieren a jóvenes de otras localidades y, sin ellos saberlo, contribuyen con esta actitud a la posibilidad de la desaparición de la consanguinidad que pudiese existir en sus respectivos lugares de origen.

Son comportamientos normales que se realizan de modo inconsciente, yo diría que instintivo, y que tienen un saludable efecto en la biología de nuestras poblaciones.

miércoles, 23 de abril de 2014

ENSOÑACIONES EN ITÁLICA

EVOCACIONES, EVOCACIONES
A veces no queda mal desconectar con el entorno e irse a las raíces de uno mismo. En ese sentido, visitar Itálica es algo que siempre me ha venido muy bien cuando estoy en Sevilla.

Cada visita es singular por causas muy concretas, pues aunque el monumento no cambia, soy yo quien va cambiando y veo las cosas de diferente manera. Por eso en Itálica, como en otros lugares que me impresionan, me encuentro conmigo mismo, con el que soy y con el que fui.

En esta ocasión dejé la cámara de fotos en el hotel, ya tengo suficientes fotos de allí, e iba dispuesto a no dejarme entretener buscando encuadres o atractivos juegos de luz, que pudiese encontrar.

Éramos pocos los que estábamos aquel sábado. Los más, una excursión de jubilados a quienes llevaban, traían y terminaron subiendo a un bus para irse a otra parte con su bullicio.

Entonces, se implantó un silencio que fue como un regalo. En aquel sosiego era hermoso pasear por la ciudad, o por lo que  fue. 
Entre ruinas y lo que queda de columnas y estatuas, es sencillo imaginarse la ciudad en pleno esplendor, antes de que desde Sevilla se saquease todo cuanto se pudo saquear en cuanto se pudo hacer. Columnas y capiteles de Itálica los podemos ver hoy, con ojos perspicaces, por diversas calles o patios sevillanos. Pero nunca me rasgo las vestiduras por eso, también ha sido un modo de preservar esas piezas. Sucedió como ocurre en todas las ciudades en las que una cultura substituye a otra y se sigue con el juego de vencedores y vencidos. Juego cíclico donde los haya y en el que el vencedor de hoy no tiene claro qué papel jugará mañana.

No puedo dejar de evocar aquello de "éstos, Fabio, ¡ay dolor! que ves ahora campos de soledad, mustio collado..." Canto a las ruinas de Itálica. Y a las de tal sitio y a las de tal otro. ¿Tenemos que esperar que se arruinen para mostrarles nuestra preocupación y respeto? A veces me asombra ver qué iguales somos a nosotros mismos por mucho que transcurra el tiempo.
JUGARÍA ADRIANO POR ESTA CALLE,
O TRAJANO, O TEODOSIO?

Tres emperadores nacieron en Itálica: Trajano, fundador de Triana, Adriano y Teodosio. Los imagino cuando fueron niños, correteando por el empedrado de las calles. ¿Qué idioma utilizarían? Latín, naturalmente, pero me gusta pensar que "su" latín tendría un gracejo especial que les identificase como procedentes de la Bética cuando llegaban a Roma. Como hoy. No vamos a pensar que en todo el Imperio se hablaba con la misma entonación. 
LES GUSTARON Y NOS GUSTAN

En ciudades como ésta, y en otras tantas, se fraguaron nuestras identidades culturales, nuestros modos y nuestros gustos. Siempre me ha gustado pensar que veo hermosos los mosaicos de Itálica (Como los de Lucus, de Conímbriga y más) y tal vez sea porque hemos heredado un sentido estético muy concreto que nos define como pertenecientes a un tronco cultural común. Lo mismo que nos gustan los colores con que están adornadas las teselas. Procedemos de ellos y, entre otras cosas, nos han legado el gusto por lo bello y, más importante, su concepto de bello.

Siempre, y esta vez también, me asombró su anfiteatro con un
ANFITEATRO
aforo de 25.000 personas, un número mayor que el de habitantes de Itálica. Me pregunto qué movimientos de gente habría cuando se anunciaban festivales. Con los medios existentes hoy, no todos los estadios de fútbol alcanzan esos aforos, pero ya sabemos que los ciudadanos de entonces pedían a su Emperador "Pan y Circo". Las cosas no han cambiado tanto en cuanto a lo que pedimos a nuestros gobernantes. Pan y entretenimiento.








martes, 22 de abril de 2014

SOBRE SERES VIVOS. CONSANGUINIDAD E INMIGRACIÓN

A partir de lo que escribo, se puede pensar que, biológicamente, no me gustan las poblaciones pequeñas. Eso es cierto por motivos que voy explicando, pero no quiero generalizar. En realidad, salvo unas cuantas cosas concernientes a biología molecular, en biología no existen reglas generales que reciban el reconocimiento de leyes. 

ESQUEMA DE INMIGRACIÓN
UN INDIVIDUO DE TIERRA FIRME
SE APAREA CON UN HABITANTE
DE ISLA
Lo que es bueno para un grupo de individuos, puede ser pernicioso para otros y siempre depende de la estrategia biológica de la especie en cuestión. Pero los bajos tamaños de población, en casos de reproducción sexual, son peligrosos para el mantenimiento de las poblaciones. Siempre se llega a situaciones consanguíneas y eso puede no ser bueno.
En poblaciones pequeñas, la inmigración constituye en fenómeno biológico importante. Ocurre cuando uno o más individuos procedentes de otra población se instalan en una que llamamos receptora. ¿Por qué es importante? Porque suponemos que los individuos inmigrantes aportan alelos nuevos a la población que los reciben que, por tanto, genéticamente se renueva o enriquece gracias a esto. Lo mas frecuente es que la variabilidad vaya apareciendo a lo largo de las generaciones, que normalmente surge gracias a la  de mutaciones. Pero si la tasa de mutación es de uno por millón (de copias de gen, o de gametos) y la población es de treinta individuos, hemos de pensar que se ha formado a partir de sesenta gametos. Poca variabilidad nueva puede residir en tan exiguo número de gametos con tales frecuencias de aparición. Si, procedente de otra población, llegan individuos adultos, seguro que traen alguna variabilidad no existente en la población que los recibe, que de este modo, se verá enriquecida.
Entre algunos parques naturales, se generan inmigraciones artificiales intercambiando machos. Después de permanecer un tiempo en las poblaciones receptoras, esos machos se devuelven a sus lugares de origen, pero las poblaciones en las que estuvo durante un tiempo, quedan renovadas genéticamente siempre que el macho deje descendientes en ellas.
Esto de los machos inmigrantes es algo muy curioso dentro de la biología de poblaciones, y siempre relacionado con su efecto de ser portadores de una posible variabilidad genética no existente en las poblaciones receptoras. Por ejemplo, existen múltiples datos, tanto en aves como en mamíferos, que nos hacen pensar que esos machos inmigrantes poseen mayor éxito que los machos residentes a la hora de aparearse con hembras de las poblaciones que los reciben. De este modo, los genes portados por esos machos se mezclan en pocas generaciones con los genes de la población receptora. Se generan, por tanto, nuevas combinaciones de alelos. Podemos decir que, genéticamente, la población receptora se enriquece con nueva variabilidad aportada por los inmigrantes. Ciertamente, estos nuevos alelos pudieron haber aparecido por mutación en la población receptora, pero si ésta es pequeña, es poco probable que ese sea el camino biológicamente adecuado. 
Más eficaz será la inmigración. por algunas consideraciones que voy a exponer. Un gameto portador de un mutante nuevo, entre el resto de gametos producidos, tiene pocas probabilidades de fecundar un gameto femenino. Esto es así debido simplemente a su baja frecuencia entre la totalidad de gametos producidos por el progenitor. En caso de poder fecundar, nacerá un individuo que deberá superar la intensa acción adversa por parte de la Selección Natural, antes de alcanzar el estado adulto.  
Cuando se produce una inmigración, el alelo nuevo (o los alelos nuevos ), llegan en un individuo adulto, en estado reproductor, que ya ha superado todas las actuaciones adversas por parte de la Selección Natural. 
En biología de poblaciones, muchos procesos históricos se explican mediante procesos migratorios, pudiento, incluso, deducir el rigen poblacional de los teóricos individuos que migraron.

jueves, 10 de abril de 2014

SOBRE SERES VIVOS: CONSANGUINIDAD (1)

SE AUTOFECUNDAN
Conviene que veamos la Naturaleza como algo muy complejo, de la que se nos escapan múltiples variables. Aún así, la ciencia intenta explicar sus procesos, a sabiendas que serán mejor interpretados según vayamos conociendo más entresijos que influyen en su dinámica.

Hay quien piensa que la vida en la Naturaleza viene a ser algo así como un vodevil de sainete. Para esos, mi artículo anterior sobre tamaños de población, con sus dudas acerca de los tamaños eficaces, se resuelve al momento. Según ellos, el tamaño eficaz ideal, sin necesidad de aplicar fórmula ninguna, es el formado por un macho y múltiples hembras. Al fin y al cabo, esa estructura se llama harén cuando se aplica a mamíferos, gallinero, en caso de gallinas y otras aves, y en vegetales no sé si existe algún nombre específico, pero es la técnica empleada cuando se trata de explotar los productos de plantas dioicas, como el kiwi, en cuyas plantaciones se coloca una planta masculina en posición central, rodeada de varias plantas femeninas. En todos estos casos, el individuo masculino fecundará a las múltiples hembras y la producción estará asegurada.
AUTOESTÉRILES
Pero en esta situación hablamos de estrategias propias de explotaciones, granjeras u hortícolas, donde la finalidad es la producción ayudada siempre por tecnología humana. Otra cosa es cuando se habla de poblaciones naturales, cuando entendemos unas estructuras de individuos que, sin necesidad de ayudas externas, son capaces de perpetuarse a lo largo generaciones.
¿Son capaces de perpetuarse los harenes o los gallineros, sin ayuda tecnológica humana? Yo diría que puede ocurrir, pero creo que no, y me explico. Hablemos de pequeños tamaños, por ejemplo, 30 individuos y ninguno más debido a múltiples razones que no vamos a especificar, por ejemplo, límites de espacio o de recursos. Si la generación inicial la formamos con 29 hembras y un macho, los 30 individuos descendientes que lleguen al estado adulto, posiblemente se distribuirán en una proporción de mitad hembras y mitad machos, pero todos serán medio hermanos, pues son hijos del mismo padre. Esto vale también para los kiwis de antes. Con ese pequeño tamaño de población y el grado de parentesco de los componentes, la población tiene malas perspectivas de supervivencia a largo plazo.
RAZA PURA
¿Es malo ese parentesco entre los reproductores? Pues depende. Hay especies vegetales que son de consanguinidad obligada, pues se reproducen por autofecundación. Es el caso de guisantes, judías, garbanzos, lentejas, tojos, robinias y un largo etcétera. Especies tanto cultivadas como silvestres, y en ellas la consanguinidad no parece representar un peligro.
También en animales existen casos de seres excelentes con un alto grado de consanguinidad, como son los animales (perros, caballos, toros, etc.) de raza en cuyos árboles genealógicos aparecen progenitores que son parientes (Aunque en este caso son consanguíneos conseguidos de modo artificial). En humanos, una mujer altamente consanguínea fue Cleopatra, y no ha pasado a la historia por poseer ningún tipo de tara biológica, mas bien se habla de ella como una mujer inteligente y hermosa.
RAZA PURA
Por otra parte, también en animales y vegetales existen mecanismos para impedir la consanguinidad. Son otras especies que tienen como estrategia la fecundación cruzada. Los cerezos son autoestériles, lo mismo que las prímulas y hay múltiples mecanismos en plantas con flores masculinas y femeninas para que la maduración de los diferentes órganos no sea simultánea, de modo que cada flor o es masculina o femenina, nunca presenta los dos sexos a la vez no pudiendo, por tanto, autofecundarse.
¿Es mala la consanguinidad? No, no lo es. Ocurre que puede ocasionar la aparición de taras genéticas poco frecuentes en las poblaciones pero que,
en descendencias de cruzamientos consanguíneos, pueden aparecen con mayor frecuencia, si acaso los progenitores son portadores de estos caracteres.

AUTOESTÉRILES
Hablaré de este tema con mayor detalle en futuros artículos.

viernes, 4 de abril de 2014

SOBRE SERES VIVOS. COMIENDO BAJO CEREZOS

EL RECLAMO A LA FIESTA:
CEREZOS EN FLOR
Quiero comentar una situación que me parece de profundo significado cultural, y que ocurre en un país que tenemos por muy avanzado tecnológicamente.
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A nadie se le escapa que Japón en un país moderno. Con una industria puntera, todos somos capaces de recordar múltiples marcas de productos  presentes en nuestros hogares y fabricados allá. Marcas de relojes, aparatos relacionados con la imagen o el sonido, motos, coches y un largo etcétera de productos avanzados, se nos han hecho familiares en nuestra vida cotidiana. País altamente industrializado, su índice bursátil es un referente diario para el resto de bolsas mundiales.
Tal vez muchos crean que este desarrollo ha sido posible, entre otras cosas, por haber sabido romper con unas tradiciones que, pueden pensar esos muchos, no eran más que un lastre en su desarrollo como país.
LOS GRUPOS COMEN EN CUALQUIER CIUDAD
Puede que las cosas sean diferentes. Desde hace siglos, al inicio de la primavera, también los cerezos florecen en Japón y siempre fue tradición comer un día bajo los árboles floridos. Esa tradición se ha mantenido hasta hoy, incluso en las grandes ciudades. Bajo los cerezos en flor, las personas sentadas sobre mantas dispuestas en el suelo, realizan su comida tranquilamente tal vez sin saber que cumplen con una tradición antigua.
Al igual que ocurre en nuestro lucense San Froilán y el pulpo (son varios los días en se va a comerlo: con la familia, con amigos, con compañeros de trabajo, etc.), en Japón también en pocos días sus habitantes van varias veces a realizar su ritual con los diferentes grupos con los que comparten actividades. Tal vez no sea casual que los núcleos de población dispongan de amplios terrenos plantados de cerezos donde se pueden poner en práctica esas costumbres.
No obstante, conviene reservarse sitio en esos parques. Cuando son grupos
OTRA IMAGEN DE LA CELEBRACIÓN
familiares los que van a comer, los encargados de tal tarea son los adolescentes de la familia. Cuando son grupos de trabajo los que comerán, los más recientemente incorporados a la empresa son los encargados de escoger, y reservar, el sitio. Todo está determinado o ritualizado.
Aunque nos cueste creerlo, en esos días de floración de cerezos, incluso las diversas cadenas de televisión van indicando las zonas por las que se irá dando la floración en los días siguientes, con el fin de que los diferentes grupos vayan programando sus salidas a los parques y así poder realizar sus tradicionales comidas campestres.
De nuevo, la Naturaleza marca sus ritmos biológicos y los humanos, obedientes a sus citas ancestrales, responden con sus costumbres aquilatadas por el tiempo. Obedecer a estos reclamos no creo que esté reñido con la cultura de un pueblo. Más bien forma parte de la misma, creo yo.
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EN TV, LOS MAPAS METEOROLÓGICOS INFORMAN
DEL AVANCE DE LA FLORACIÓN
Comento esto porque a veces me llegan mensajes disfrazados de modernidad que me dejan perplejo. Hace un tiempo, me decía un muchacho que, para ser modernos, es preciso desprenderse de tanto atraso disfrazado de “cultura”. Porque, para él, el progreso consiste en eso, en ir dejando atrás toda una historia propia que viene de siglos, sin tener en cuenta hasta qué punto nos define. Por supuesto, el hecho de ser una costumbre antigua, ya es motivo suficiente para ser erradicada.
Opiniones que no comparto.