domingo, 28 de abril de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (IX) MÁS VESTIGIOS PAGANOS

LA VIRGEN SOBRE EL PILAR

 La leyenda nos dice que en un momento dado, el Apóstol se sintió anímicamente fatigado. Casi, casi, había decidido marcharse de este país, cuando la Virgen, que aún vivía, se le presentó sobre un pilar de piedra con intención de animarle. De lo que hablaron no nos dice nada la leyenda, pero sí que el Apóstol quedó confortado y ya no se fue. La Virgen es conocida como del Pilar y es la patrona de España.

También es la leyenda la que nos cuenta que el cuerpo del Apóstol, después de martirizado, es traído a este país por dos de sus discípulos a través del mar. Llegados a Iria Flavia (Padrón en la actualidad), amarran la barca a otro pilar y depositan el cuerpo sobre una roca, que se ablanda para acoger tiernamente al santo cadáver.
LLEGA EL APÓSTOL BAJO VIEIRAS Y ESTRELLAS
El mismo Jesucristo, en los Evangelios, cita las piedras como símbolos de duración: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra…” “La piedra que desecharon los arquitectos ha venido a ser la piedra angular”
La roca, la piedra, simboliza lo compacto, lo duradero, lo procedente de la tierra, la Madre Tierra, a diferencia de la arena, disgregada, perecedera.
Piedras y piedras que hacen más fácil un camino que para otros mortales sería duro. Con tantos favores recibidos de la Madre Tierra, no nos debe  extrañar que nuestros antepasados remotos la venerasen y adorasen. Piedras en las encrucijadas de caminos, en puntos de significado geográfico... tal vez estamos  ante el significado de menhires y de cruceiros en el mundo celta.
ARBOL DE JESÉ EN EL PORTICO
SE VEN LAS HUELLAS DE LOS DEDOS 
Es posible que también estemos asistiendo a la perpetuación de ritos de veneración a las piedras, sin siquiera saberlo aquellos que los mantienen, ya que dichos ritos han sido cristianizados. En la Catedral de Santiago entran peregrinos que saben lo que deben hacer para ganar las gracias del Jubileo: las oraciones pertinentes y cuándo rezarlas. Otros caminantes vienen a lo que encuentren y éstos, repito que de modo inconsciente, se suman alegremente a los ritos de veneración de la piedra dentro de la misma Catedral. Veneración que requiere el puro contacto físico. 
Nada más entrar en la Catedral, el peregrino se encuentra ante el Pórtico de la Gloria. Sobre la base de monstruos, están las columnas que representan el Antiguo Testamento, de granito y sin adorno ninguno salvo las tres de pórfido que representan precursores proféticos del Mesías y el central, con el Árbol de Jesé, es decir, el árbol genealógico terrenal de Jesucristo. En la base de la
EL RITO
columna duerme Jacob y, ascendiendo,  vemos a David, Ruth, María... Pues bien, hay tal tradición de tocar esta columna (una más), que los dedos de los cientos de miles de peregrinos han dejado su huella en forma de huecos en la piedra.
Tras esta columna, a ras de suelo, está el conocido como “Santo dos croques”, Santo de las cabezada podríamos traducir. La leyenda, otra vez ella, nos dice que el maestro Mateo se retrató allí en posición de orar hacia el altar del Apóstol. Los peregrinos acostumbran a dar unos croques sobre la cabeza del santo, suponiendo que con tal hecho adquieren parte de su sabiduría… Esta escultura está sucia y precisa de
SANTO DOS CROQUES, PROTEGIDO
una buena limpieza. Tocar la cabeza pétrea con la propia, tiene el efecto en quien lo hace de recibir una buena dosis de sabiduría (dice la tradición).
Vemos dos ritos curiosos. La mano que toca la columna y la cabeza que golpea la escultura esperando un efecto benéfico. Hoy no es posible acceder a ninguno de los dos elementos pétreos por causa de las obras de restauración que se están realizando en el Pórtico.
OTRO RITO
                                                Queda un tercer hito de piedra con el que los caminantes quieren, deben, establecer contacto físico: la imagen del Apóstol. Se le abraza. Los efectos de tal abrazo no se comentan, pero para la casi totalidad de quienes vienen, este abrazo es totalmente imprescindible dentro de sus ritos jubilares.
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EL TERCER RITO
Hace algunos años, cuando la afluencia de peregrinos comenzó a calcularse por cientos de miles, el interior de la Catedral se volvió totalmente insuficiente para albergarlos en la llamada Misa del Peregrino y las naves tomaron a veces los tintes de caóticas. Se pensó en la posibilidad de celebrar misas en las plazas adyacentes, que acogerían grandes contingentes de personas, pero los estudios realizados indicaron que no servirían de mucho, pues todos querían tocar, golpear y abrazar los signos pétreos.

viernes, 19 de abril de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (VIII) VESTIGIOS PAGANOS


Todos sabemos de múltiples rituales y festividades católicas que tienen su origen en épocas prehistóricas, si bien luego han sido cristianizadas. El 25 de diciembre como conmemoración del nacimiento de Cristo, es una de esas fiestas. La presencia de los cruceiros en el mundo celta, nos evoca un ritual anterior al cristianismo. El Camino de Santiago no está libre de estas presencias y voy a comentar una de ellas. Los milladoiros, llamados originariamente montes de Mercurio.

Parece que en el mundo celta existía la costumbre de marcar algunos
A CRUZ DE FERRO
lugares estratégicos de los caminos mediante montones de piedras, a los que los romanos dieron el nombre de montes de Mercurio. Mercurio era el dios de los viajes. Los lugares estratégicos solían ser límites de zonas, de jurisdicciones y similares. No falta quienes digan que estos montones de piedra servían para indicar el camino en épocas de nevadas, otros van más allá. El temor a los espíritus de los muertos, con la inseguridad que generaba, se hacía más patente en las encrucijadas de caminos. Allí se intentaba apaciguarlos mediante una ofrenda en piedra. En este sentido, los montes de Mercurio representarían intentos de congraciarse con espíritus posiblemente adversos. Luego, el cristianismo coronó estos montículos con una cruz y quedaron absorbidos para la nueva cultura, como muchas otras cosas procedentes de épocas remotas. Hoy, a esos montículos de piedras a los pies de una cruz se les llama Milladoiros.
FOTO RECIENTE. FIJARSE EN EL
TAMAÑO DE LA PIEDRAS
En el Camino, la cruz de este tipo más conocida es la Cruz de Hierro, situada en su punto más alto (casi 1500 m) en la provincia de León, entre Foncebadón y Manjarín. El montón de piedras es grande, y ya en el s. XI Gaucelmo, abad de los alojamientos del lugar, colocó una cruz en la cima de un poste de unos seis metros de altura, a cuyo alrededor se fueron depositando las piedras. La cruz y el poste actuales son una réplica de los originales, que se encuentran en el Museo de los Caminos, en Astorga. Entre los caminantes sigue presente la costumbre de depositar en su base una piedra, haciéndolo con diferentes significados. Hace poco, esta Cruz de Hierro sufrió el robo de la cruz que la remataba, y no sé si fue una gamberrada o bien el deseo de restituirle su antiguo significado, quitándole el cristiano.
Esto lo digo en relación al pasado, pero hay un cruceiro en O Cebreiro, en el ábside del santuario, que me da qué pensar. Está enclavado también en una gran altura, 1300 m. aprox. y sobre un cambio de demarcación, de modo que a los pies del cruceiro sólo es cuestión de girar la cabeza para ver o bien Galicia o bien El Bierzo.
O CEBREIRO. FOTO DE 2012
A los pies de este cruceiro es frecuente ver piedras depositadas por los peregrinos, si bien algunos con autoridad mandan retirarlas, prontamente. Por eso digo que “es frecuente”, no constante. La foto que presento es del verano pasado, pero ya digo, es posible que al día siguiente ya no hubiese resto de estas ofrendas pétreas.
¿Quién quiere eliminar estos vestigios prehistóricos? ¿Molestan a algunos estas piedras? De poder, yo intentaría convencer “a quien corresponda” de lo importante que es mantener esas costumbres de cuyos orígenes todo son conjeturas, pero que se mantienen robustas a pesar de todas cuantas trabas se les puedan poner. A veces sin ningún sentido ni justificación.
No creo que quienes llevan una piedra y la depositan a los pies de una cruz en un punto concreto del Camino, tengan conocimiento del significado histórico o religioso de tal acto. Simplemente lo hacen sin preguntarse su porqué. Lo mismo que quienes preparan una hoguera en San Juan se preocupan de acopiar leña, madera y similares sin tener en cuenta la trascendencia histórica o cultural de lo que hacen. Para eso están los historiadores, los antropólogos culturales y demás gentes que estudian esas cosas.
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Conozco pocos topónimos relacionados con este tema, aunque milladoiros o humilladeros o cruces debió de haberlos en cierta abundancia jalonando el camino. En las cercanías de Santiago existe una localidad, de nombre Milladoiro, que parece que se originó alrededor de uno de ellos, del cual no conozco vestigio alguno. Que yo no conozca, no quiere decir que no exista, Tal vez haya algo documentado, que desconozco. También está sobre una cima y desde allí podían por fin ver Compostela quienes venía por los caminos del Sur.

viernes, 5 de abril de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (VI) GALLOS Y GALLINAS


Todo santuario que pretenda ser un centro de peregrinaciones, debe contar con una buena relación de milagros atribuibles a su titular.

El Apóstol ante un fondo de vieiras (C.Calixtino)
En el Códice Calixtino, escrito en el Siglo XII, se narran milagros del Apóstol, pero la verdad es que nunca me preocupó conocerlos, pues no creería en su veracidad al venir adornados con los atributos a los que eran tan aficionados los lectores (no muchos) de aquel tiempo. Seguro que hay voces que salen de no se sabe dónde, luces de origen indeterminado, estrellas que caen y cánticos celestiales. En medio de esta increíble puesta en escena, ocurriría el celebrado milagro: tal vez un muerto despedazado que se recompone y tiene ganas de comer como primera providencia. Eran los gustos de la época y el Códice estaba escrito para lectores de libros de caballerías, para quienes el liberar a una princesa de su prisionero, que era un dragón, era motivo más que suficiente para alcanzar la santidad, como ocurrió a San Jorge.
Otras veces los milagros atribuidos a Santiago eran más sencillos, pero
Gallo de Barcelos
no exentos de falsedad o manipulación, que diríamos hoy. Nunca me dejó de sorprender el que en lugares distanciados del Camino, incluso en diferentes rutas, aparezca el mismo milagro localizado en esos diferentes lugares. Pudo ser que, una vez conocido el milagro, se quisiese situarlo en varios lugares, para ir jalonando el Camino de otros centros de peregrinación que hiciesen más llevadero el caminar. Lugares alejados, lógico, lejos del peligro que podría ocurrir si alguien conociese las diversas versiones del mismo milagro.
Me explico. Tanto en Santo Domingo de la Calzada (Camino Francés), como en Barcelos (Camino Portugués), existe la misma tradición relativa a un milagro sospechosamente idéntico. Quiero indicar que me parece una historia escrita por un hombre del siglo XII, para quien el muchacho representaba un cúmulo de virtudes y la chica era la misma perversidad hecha mujer.
Cruceiro en Barcelos. 
En ambos casos, a un mesón llega un matrimonio alemán con su hijo, un joven llamado Hugonell. Una criada se enamoró de él, pero su pretensión fue rechazada por el virtuoso mozo. Despechada, la moza introdujo arteramente algunos utensilios de plata en el equipaje de de Hugonell y dejó que se marchasen a la mañana siguiente. Al poco, la criada formuló la correspondiente denuncia, sabiendo que las leyes vigentes castigaban los hurtos con la muerte. Sabía que condenaba a muerte al joven, pero, despechada, no le importaba que si no era para ella, no lo fuese para ninguna.
Hasta aquí, ambas leyendas coinciden plenamente, incluso en el hecho de que los objetos escondidos en el equipaje de Hugonell fuesen de plata. Tal vez el oro era un material demasiado valioso como para estar a disposición de la servidumbre y convenía darle aspecto de credibilidad a la historia.
Hugonell fue ahorcado, pero los padres habían pedido ayuda al Apóstol Santiago (caso de Barcelos) o a Santo Domingo (S.D. de la Calzada). En ambos casos, los santos cuya ayuda fue requerida sostuvieron al mozo que
Relieve en S. Domingo. Drcha. el Apóstol peregrino
asiste a los padres
no llegó a caer y, por tanto, no murió ahorcado.
Cuando los padres vieron el milagro, fueron a decirlo a quien ostentaba la máxima autoridad del pueblo. Éste, que estaba comiendo una gallina asada (un gallo en el caso de Barcelos), comentó, incrédulo, que antes de que el joven estuviese vivo, saldría del plato la gallina (o el gallo) cantando alegremente, como así ocurrió.
El gallo de Barcelos se ha transformado en el símbolo de todas las buenas cualidades humanas encarnadas en los portugueses. En el Museo Arqueológico de Barcelos hay un cruceiro en cuyo fuste se representa al Apóstol sosteniendo al joven colgado, sobre el cual aparece el gallo, ya a los pies de Cristo.
Por otra parte, en el interior de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, existe una jaula en la que viven unos cuantos gallos y gallinas blancos (no podían ser de otro color) que dicen que son descendientes del que salió corriendo y cantando.
Gallinero en la catedral de Sto. Domingo de la Calazada
Hoy, nueve siglos más tarde de la aparición de estas leyendas, encontramos entrañable este comportamiento de quienes llevaron la historia de un sitio para otro. Pero es una práctica que repudiamos por completo esa de jugar con la credulidad de quienes ponían en ellos su confianza.

jueves, 4 de abril de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO.(V) LA VIEIRA


Si tuviésemos que citar un símbolo del Camino y de los Caminantes, tendríamos muy sencilla la elección: la vieira.
La verdad es que no sé de dónde procede tal correlación entre esta concha y el Camino, pero es cierto que todos los indicios nos llevan muy lejos en el tiempo.
Conozco varias leyendas medievales que nos hablan de un caballero injustamente metido en las aguas del mar debido a diversas causas. En cada leyenda la causa en diferente, pero todas ellas coinciden en la inocencia del jinete, la invocación de ayuda al Apóstol y la vuelta del caballero a tierra firme, casi siempre a una playa, con el cuerpo totalmente cubierto de vieiras.
Tal vez la concha ya simbolizaba el sello Jacobeo y su presencia hacía pensar en el milagro, o en la intercesión apostólica, no lo sé. Unas leyendas hablan de los arneses del caballo también cubiertos de vieiras, otros los dejan sin el sello celestial.
Sta. Marta de Tera (S.XII)
Sea como sea, ya muy temprano en la iconografía jacobea está el Apóstol ligado a la vieira. En el pórtico de Santa Marta de Tera (Zamora), nos encontramos a un Santiago peregrino con su bordón y un zurrón en cuya tapa figura una inconfundible vieira. Esta imagen es del siglo XII y podemos deducir gracias a ella, que ya entonces existía esa relación..
Es curioso, pero también el atuendo del peregrino es el distintivo del mismo Apóstol, como si estuviese peregrinando a su misma tumba, lo cual entronca con muchos mitos de nuestra cultura y antiguas culturas orientales. En el pórtico de S. Martiño, de Noia, a la derecha de la puerta principal, tenemos tres apóstoles perfectamente identificables por sus símbolos: S. Pedro con sus llaves, S. Pablo con su espada y un tercero, de aspecto pacífico y vestido de peregrino con la vieira en el sombrero, Santiago.
S. Martiño, Noia
No deja de asombrarme la persistencia a lo largo de los siglos de esta relación del símbolo y el tema simbolizado. En las losas sepulcrales de Noia, hay una que presenta claramente la vieira como indicativo de la profesión del enterrado bajo ella
Eso es lo que más me admira, la incertidumbre de la procedencia del símbolo y, a la vez, su persistencia y consistencia en el tiempo. En Santiago y en Galicia siempre se han relacionado ambos temas, pero ha sido desde que el Camino fue reconocido como Bien de interés Cultural por parte de múltiples Instituciones,cuando la vieira ha alcanzado un valor casi universal  para simbolizar todo aquello que se refiere al Camino, de tal modo, que como indicaba al principio, se le podría considerar su logotipo.

Lauda sepulcral. Noia
La orientación del Camino se hace mediante mojones en los que hay esculpidas vieiras; en ciudades atravesadas por el camino, se señala su dirección mediante vieiras de bronce incrustadas en el suelo, sus imágenes aparecen por donde queramos mirar...
Pero, fundamentalmente, son los peregrinos de hoy quienes la mantienen en total actualidad al reclamarlas, al comprarlas, al lucirlas, al llevarlas como preciado recuerdo. Por este símbolo, como por todo lo jacobeo, parece no pasar el tiempo.
Punto kilométrico del Camino
Vieira en una casa compostelana
propiedad de la catedral,  





    







  (Por cierto, el naturalista sueco Carlos Linneo (S. XVIII), llamó Pecten jacobeus a la vieira. También él tenía conocimiento de su relación con el Apóstol, y quiso manifestar esa perenne ligazón en el nombre científico que le otorgó).