sábado, 30 de junio de 2018

Paseando por el bosque 2


Siempre he considerado que el olvido es una de las mayores formas de marginación, si no la mayor. Mientras se hable de algo, aunque sea mal, ese algo está presente en el pensamiento de la gente. Lo malo es cuando ni se habla de eso, pues pronto cae en el olvido. Y de ahí al menosprecio hay un camino fácil, pero de difícil retorno. ¿Porqué digo esto? Porque dentro del mundo de muchos poderosos, ocurre que nunca se olvidan de lo que consideran importante. Si han olvidado algo, es por no concederle importancia. 

martes, 26 de junio de 2018

Paseando por el bosque I


Me gusta pasear por el bosque. Ya antes de realizar mis estudios me gustaba. Más tarde, siendo estudiante de Ciencias Biológicas, en Barcelona, aprendí a descifrar su situación biológica a través de los síntomas que nos muestran. 

lunes, 18 de junio de 2018

Un Templo de Mitra en Lugo

Cada cierto tiempo tenemos una noticia grata en Lugo, referida al conocimiento que vamos adquiriendo acerca de nuestra ciudad pues, hasta hace poco, ese conocimiento era muy escaso, cuando no erróneo. 

sábado, 16 de junio de 2018

Paseante silencioso 2

Gracias por vuestras visitas, supongo que para ver entradas antiguas, pues aquí no publico más.
Lo nuevo lo publico en Paseante silencioso 2.

Espero que allí  nos seguiremos viendo.
                       
Emilio Valadé del Río

jueves, 14 de junio de 2018

Nuestro sitio

Hubo épocas en las que el mundo de los seres vivos se estudió por diversión, o casi. Venía a ser como un pasatiempo elegante. No se sabía bien qué interés podía tener el conocimiento de los músculos de un insecto o su desarrollo larvario, a no ser el de servir de distracción al propio mecenas. 

sábado, 9 de junio de 2018

Hasta aquí

El Paseante silencioso se despide, pero no se va. 
Me han aparecido unos problemas de configuración que he intentado arreglar, pero no he sabido hacerlo. Este problema consiste en que soy incapaz de relacionarme con Comunidades y de recibir comentarios desde ellas.
El Paseante silencioso termina, pero sigue en un nuevo blog al que he llamado Paseante silencioso 2  En él seguiré publicando con regularidad. 
Bajo su título aparecen las pestañas correspondientes a las mismas colecciones a las que se puede acceder desde Paseante silencioso. 
En cada uno de los dos blogs, la primera pestaña de acceso a colecciones externas sirve para pasar de modo directo al otro blog.
Gracias por vuestro apoyo y espero seguir contando con vuestra compañía.

viernes, 8 de junio de 2018

Luz natural

Según la Biblia, el primer día Dios creó la luz. En algunos pasajes del evangelio de San Juan, se relaciona a Jesucristo con la luz. Siempre la luz ha tenido significado divino para las diversas culturas. Así hasta hoy. 

martes, 5 de junio de 2018

Curiosidades de laboratorio


Hice mi tesis doctoral sobre comportamientos extraños en un mutante que afecta al color de ojos de Drosophila melanogaster. Hablo de la primera mitad de la década de 1970. El comportamiento anormal era debido a la presencia o ausencia de un elemento móvil en el gen cinabrio, y eso modificaba la tonalidad del color. Gracias a aquel estudio obtuve el título de doctor y, también desde entonces, utilizo gafas de cerca y de lejos.


Visitando a Chaira luguesa

Para muchos, Galicia es una zona llena de verdes montes y verdes valles, un tópico que se confirma en un amplio porcentaje del territorio gallego. Pero hay una zona en la provincia de Lugo a la que los lucenses llamamos A Chaira (La Llanura) y en el resto de Galicia se le conoce como  A Terra Chá (La Tierra Llana).

domingo, 3 de junio de 2018

Visitando a Chaira luguesa

Para muchos, Galicia es una zona llena de verdes montes y verdes valles, un tópico que se confirma en un amplio porcentaje del territorio gallego. Pero hay una zona en la provincia de Lugo a la que los lucenses llamamos A Chaira (La Llanura) y en el resto de Galicia se le conoce como  A Terra Chá (La Tierra Llana).

También es Galicia, A Chaira
Es una amplia meseta que se extiende por un área situada hacia el noroeste de la provincia. Para mi es hermosa y sobrecogedora.



Los muros rezuman vida y humedad
Cuando el cielo está bajo, lluvioso, a lo lejos se llega a confundir con sus horizontes lejanos y difuminados. Me recuerda Holanda o Bélgica y me trae a la mente aquella canción, Le Plat Pais, con la que conocí a Jacques Brel siendo yo un estudiante de 23 años en Barcelona. “Con un cielo tan bajo/ que provoca humildad; con un cielo tan gris/ que hay que perdonarle…” decía, o susurraba,  Jacques Brel y ahora lo recuerdo al estar en A Chaira…
Cada vez que paseo por ella la veo diferente y siempre hermosa. Hoy anduve por allí. Hay infinidad de ríos (“el país de los mil ríos”, fue llamada por Álvaro Cunqueiro, un escritor mindoniense recordado con cariño y respeto, ambos sentimientos mezclados). Tarde o temprano, todos ellos van a verter sus aguas al Miño, que pasa como recién nacido y ganando caudal gracias a sus aportes. Ríos de nombres cantarines: Rego dos Chaos, Río Anllo, Rego de Pumar, Río de Guisande… y cientos de ellos más, todos capaces de generar mil morriñas en quienes están alejados, ellos sabrán las causas.
Cita anual con los polinizadores
Es ésta una comarca rica en casas, casonas rurales, pequeñas capillas y cruceiros peculiares en su estructura. Hay varios núcleos de población con sus ferias, mas o menos mermadas, pero que antaño fueron centros de venta de ganado vacuno, derivados de leche y complementos. En la actualidad producen más de un queso con denominación de origen (Tetilla, San Simón). Hay otros productos gastronómicos con merecida fama, como pueden ser los navideños capones de Vilalba.
  Hoy el buen tiempo empezaba a brotar por todas partes. En los árboles frutales las flores ya están con sus corolas abiertas a insectos o al viento, como ofrecidas a los polinizadores. En un suelo, aún ayer anegado por la riada, aparecen hoy margaritas y dientes de león. Con relación a este último siempre me llamó la atención la amenaza de las madres para que sus hijos no jugasen con sus flores, pues de hacerlo se orinarían de noche en la cama. Hoy relaciono esta amenaza como un deseo materno de conjurar el peligro de una mancha indeleble de látex en la ropa infantil. Sea como sea, allí estaban los dientes de león esperando tentadores a unos niños que aún tardarán tiempo en aparecer. Aunque los frutales están en flor, no ocurre así con los abedules, carballos, ameneiros y otros árboles endémicos. En ellos ni todavía verdean las ramas.
Tentador diente de león
En Feira do Monte hay una bonita laguna, a Lagoa de Cospeito, algo dejada por la administración, lo cual casi es una suerte desde el punto de vista de su conservación. En esta laguna y en muchos humedales circundantes, es posible ver un amplio grupo de aves propias de estos hábitats. Pero eso será más adelante, cuando la primavera esté bien asentada y hayan llegado las aves migratorias a pasar aquí el verano.
En Xustás hemos visto jace unos años una amplia bandada de cigüeñas comiendo en un barrizal. También a principios de febrero de este año, vimos una pareja de ellas en su nido cerca de Feira do Monte, en Tamoga. Hace aún pocos años eran desconocidas por aquí, pero desde un tiempo a esta parte, eligen estas zonas para pasar sus veranos. Tal vez les guste, tal vez están cómodas por aquí. Es posible que, aunque no sepan nada del cambio climático, lo noten en su fisiología y hayan ampliado su área de veraneo debido a él. Lo que no han ampliado es su calendario de migración. El refrán nos dice que “por san Blas, la cigüeña verás” y allí estaban ese día, el martes de carnaval, puntuales a su cita.

Laguna de Cospeito
El verano está en puertas y, aunque sabemos que tienen que venir días malos, queremos creer que lo peor de este invierno ya (casi) ha pasado. Para ver esta primavera entrante y disfrutar con su llegada, merece la pena una visita a esta comarca, A Chaira.
Los frutales en flor polinizados por el viento... ¡Vaya con la intuición popular! Recuerdo una canción que trata de un viento enamorado de una rosa...  Ay mi rosa de la Alhambra/ rosa de la morería / haré lo que tu me pidas / con tal de que seas mía...


viernes, 1 de junio de 2018

Curiosidades de laboratorio


Hice mi tesis doctoral sobre comportamientos extraños en un mutante que afecta al color de ojos de Drosophila melanogaster. Hablo de la primera mitad de la década de 1970. El comportamiento anormal era debido a la presencia o ausencia de un elemento móvil en el gen cinabrio, y eso modificaba la tonalidad del color. Gracias a aquel estudio obtuve el título de doctor y, también desde entonces, utilizo gafas de cerca y de lejos.

En mitad de mi tesis, un sólido genetista me comentó que esos mutantes de color de ojos eran curiosidades de laboratorio, pues en la naturaleza todos los ojos de Drosophila son del mismo color, que recuerda el rojo de un ladrillo. En condiciones naturales, me dijo, las anomalías cromáticas susceptibles de ser estudiadas en laboratorio, son eliminadas de inmediato por la selección natural. Aquel comentario me molestó pues, avaro de mi trabajo como cualquier doctorando, creí que estaba devaluándolo, cuando solo era el comentario de un sabio que no pretendía más que eso, comentar.

OJOS CINABRIO
EN DROSOPHILA MELANOGASTER

Antes de terminar mi tesis ya sabía lo acertado del comentario. Un montón de mutantes morfológicos en animales y vegetales se comportan como curiosidades de laboratorio o de invernadero, pues en la naturaleza sólo encontramos los fenotipos salvaje o silvestre. ¿No existen mutantes morfológicos en las poblaciones naturales? Sí, existen, pero están determinados por genes recesivos, escondidos por la acción de los dominantes, los responsables de los fenotipos propios de las poblaciones que viven libres en el monte.

OJOS SALVAJES EN
DROSOPHILA MELANOGASTER

Quiero recordar que la mayoría de seres vivos tenemos dos copias de cada gen, (a esas copias les llamamos alelos), salvo en los genes situados en los cromosomas sexuales. Cuando esos dos alelos son iguales, al individuo le llamamos homocigoto. También pueden ser diferentes y les llamamos heterocigotos. Un individuo homocigoto muestra el aspecto determinado por el único alelo que posee de un determinado gen, pero si los alelos son diferentes, se pueden dar diversos casos y uno de ellos consiste en que el individuo muestra el aspecto determinado por uno de los alelos que posee, al que llamamos dominante, mientras el otro alelo queda como escondido, no se manifiesta y, por eso le llamamos recesivo. Esta terminología de dominante y recesivo proviene de Mendel y hoy se cuestiona mucho, pero de momento voy a seguir utilizándola.
Como digo, en la naturaleza, los alelos que determinan los fenotipos salvaje y silvestre, suelen ser dominantes y ocultan como recesivos muchas alternativas que pueden ser útiles ante posibles cambios ambientales, pero en circunstancias actuales no lo son. No obstante no se eliminan y sus alelos causantes permanecen escondidos a lo largo de las generaciones. Darwin comprobó que en las descendencias consanguíneas de animales en cautividad aparecían muchos mutantes morfológicos. Lo describe en el capítulo I del Origen de las especies. Desconocedor de los principios hereditarios descubiertos por Mendel, atribuyó a la misma cautividad la causa de esa aparición de mutantes.

ESTUDIO DE MUTANTES POR
MEDIOS BIOQUÍMICOS

Hoy, para estudiar comportamientos de mutantes en poblaciones naturales, recurrimos a mutantes bioquímicos o cromosómicos. Ambos tipos de mutantes están alejados de la producción de alteraciones morfológicas siempre rechazadas por la selección. Tampoco siempre, vamos a ver. Es una palabra esa, (Siempre) tan rotunda que está reñida completamente con los procesos biológicos. Conviene tener en cuenta los ambientes en los que viven los seres y tratar de comprender las actuaciones de la selección natural. En Drosophila hay un mutante llamado “vestigial” por tener las alas reducidas a tristes rudimentos. No puede volar, ni reproducirse con normalidad, pues una parte muy importante del cortejo sexual se lleva a cabo mediante movimientos de alas. En laboratorio, las moscas de alas vestigiales tienen una viabilidad menor que las de fenotipo salvaje, pero las podemos encontrar en la naturaleza en lugares azotados por vientos, como son  los acantilados. Allí, agarradas al suelo por sus patas, permanecen perfectamente defendidas de cualquier ráfaga que se las lleve a donde sea. En las poblaciones de esos acantilados no hay moscas con alas normales, pues el viento se las llevó en el primer momento en que quisieron volar.


ALAS VESTIDIALES EN
DROSOPHILA MELANOGASTER

Este es un ejemplo muy bonito, pero sí, hoy comprendo perfectamente que los mutantes morfológicos son curiosidades de laboratorio (o de invernadero). Si queremos estudiar comportamientos de genes en poblaciones naturales, hemos de recurrir a otros tipos de mutantes, por ejemplo los bioquímicos. Para hablar en términos humanos, en vez de estudiar los genes causantes del color de ojos (mutantes morfológicos), estudiaríamos los causantes de grupos sanguíneos (bioquímicos).
Estos estudios son costosos, pues es preciso utilizar grandes números de individuos y detectar los genotipos con electroforesis y otros métodos, siempre caros, pero los resultados dan muchas indicaciones acerca de los procesos de los genes en poblaciones naturales a lo largo de las generaciones. Conocer estos procesos en muy importante en los estudios evolutivos, pues a partir de datos y más datos similares, siempre es posible deducir normas generales, teniendo siempre en cuenta los datos ecológicos de cada situación.
¿Es lícito menospreciar el estudio de los mutantes morfológicos? Para nada, su estudio nos aporta mucha información acerca del funcionamiento de los genes, pero no sobre procesos evolutivos. Gracias a los mutantes morfológicos se descubrió la herencia del cromosoma X, la herencia ligada al sexo, la presencia de los genes en los cromosomas en lugares concretos a lo largo de las generaciones, la genética del desarrollo y la existencia de lo que llamamos cascadas de genes, por citar algunas de las aportaciones del estudio de los mutantes morfológicos.
La cascada de genes consiste en la existencia de  casos de varios genes, todos  ellos implicados en un mismo carácter. Supongamos los genes A, B, C y D. Cuando A actúa cumple su cometido y, además, induce el funcionamiento del gen B, que hace lo mismo e induce al gen C que, a su vez estimulará a D. Todos los genes actúan si lo hace el primero generándose entre ellos una cadena de estimulaciones no recíprocas. Como un efecto en cascada. Son muy frecuentes el los seres vivos.