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viernes, 11 de diciembre de 2020

Libros, Libros, Libros

En Santiago cierran librerías. Y en Lugo, Córdoba y Sevilla, las ciudades que mejor conozco en plan de comprar libros. Empecé a hacerlo en la Luque, de la cordobesa calle Gondomar. Luego fui asiduo de muchas, cuyos nombres podría dar, pues ya no existen y, por tanto, tal enumeración no podría ser considerada como publicidad encubierta. 

viernes, 27 de septiembre de 2019

El otoño que llega


Lo sabemos, ha comenzado una estación que, por lo que parece, suscita muchos comentarios. Es posible que este año yo esté especialmente sensible ante cambios de este tipo, no lo sé, pero creo que nunca he visto tanto saludo a la nueva estación. Tampoco ha llegado como la primavera del poeta (La primavera ha venido/y no sé cómo ha sido), no. Este año el otoño ha entrado avisando, muy poco a poco, pero dejando ver que ya estaba, digamos, tras la puerta. Las lluvias, las nieblas, los aires y, al final, como coda de preludio, nos visitó la  gran DANA, que antes se llamaba ciclogénesis y que los mayores conocían como temporal, pero con un nombre u otro, nos ha dicho sin derecho a réplica que las cosas han cambiado.

viernes, 21 de junio de 2019

Proyecto para un verano sosegado

Cada edad tiene sus modos de viajar y de ese modo lo he vivido. Recuerdo mis viajes cuando tenía veinte años, todo era nada más que un correr atolondrado intentando ver todo, no dejar nada sin fotografiar.

viernes, 1 de marzo de 2019

Perséfone llega


Hablándonos de los dioses olímpicos, nos cuentan que Démeter era la diosa encargada de adornar y cuidar la superficie del monte Olimpo y, también, de la terrestre. Como jardinera celestial, se preocupaba de las plantas, sus flores y sus frutos. Hacía su trabajo bien y con la aprobación de los demás dioses, que apreciaban su dedicación. Démeter tenía una hija de nombre Perséfone. Como corresponde a las muchachas protagonistas de este tipo de historias, era muy hermosa a la par que virtuosa. Es decir, todo perfecto como debe ser en tan inmortales personajes.

viernes, 12 de octubre de 2018

Perséfone ha marchado


Cuenta la Mitología que Démeter era la diosa encargada de adornar y cuidar la superficie terrestre. Como tal, se preocupaba de las plantas, sus flores y sus frutos. Hacía su trabajo bien y con la aprobación de los demás dioses. Démeter tenía una hija de nombre Perséfone. Como corresponde a las muchachas protagonistas de historias, era muy hermosa a la par que virtuosa. Es decir, todo perfecto como debe ser en tan inmortales personajes. 

viernes, 26 de enero de 2018

En Carboeiro, mi Carboeiro.

Conocí Carboeiro en años tempranos de la década de 1970. Desde entonces y durante bastante tiempo, fui asiduo visitante del monasterio. Mas bien, de lo que quedaba de él, que no era poco.
Situado sobre un abrupto alcor rodeado casi en su totalidad por un meandro encajado del río Deza, su situación le presta una apariencia temible. Eso es lo que parece hoy, no quiero pensar cómo se le vería en el siglo XIII, cuando era poderoso y para acceder a él se hacía a través de empinadas calzadas tal vez romanas.

CALZADA DE ACCESO  EN 1975
HOY DESAPARECIDA
Lo que quedaba del monasterio nos hablaba de una iglesia de planta basilical, con tres naves, girola y cripta. La girola es pequeña, con sólo tres capillas absidales, una de ellas con restos de frescos en sus paredes. La cripta es amplia y sirve para proporcionar una buena planta para construir sobre ella la iglesia, que tiene las naves cortas. Del resto del monasterio sólo quedaba en buen estado (es un decir) el palomar. Cuando llegó la noticia de su restauración, desconfié del modo en que se haría y no fui más por allí.


1975. Yo en la entrada a Carboeiro
Volví en 2010 con unos amigos, pero nos lo encontramos cerrado. Hace unos días he estado de nuevo en Carboeiro con motivo de una boda y lo recorrí con avidez. Me gustó la restauración. Donde no se pudo poner la piedra ausente, se sustituyó con madera figurando arcos y nervaduras, haciendo patente lo original y lo postizo. El suelo se ha dejado de tierra batida, tal vez sabiendo que a nadie gustaría la solución a la que se recurriese. En la nave central se ha situado una tarima móvil para conferir horizontalidad a los actos que se celebren. 



Al acceder nos encontramos este espacio acogedor

Todo bien reconstruido para los ojos de un profano, que es lo que soy. Qué grandiosidad en la iglesia, y no en la superficie de la planta, sino en la altura. Ya dije que es pequeña, pero es alta y esbelta. Una esbeltez bien conseguida gracias a los múltiples arcos y columnas que se esparcen por las naves. Y si los arcos de las naves son de medio punto, los de la girola comienzan a apuntar, como todos los que se construirán poco tiempo más tarde. El gótico está en puertas.


No hay dos iguales. En el techo, la madera substituye
a la piedra en la reconstrucción
Sí, me asombró la grandiosidad del templo y lo mismo me ocurrió con la profusión de capiteles, ninguno de ellos repetido y todos con decoración vegetal, lejos ya de los historiados del románico con vocaciones doctrinales. También en los capiteles se vislumbra un nuevo estilo que llega. Paseando por las naves y viendo capiteles, pienso que a los fieles de entonces no les debía extrañar ver tanto vegetal hecho piedra después de haber visto tanta frondosidad rodeando Carboeiro. El bosque se hizo piedra.



Evocaciones al Maestro Mateo

Mucha grandiosidad en la iglesia abacial y nada alrededor. La iglesia muestra riqueza, pero ¿cuál era su fuente? Un monasterio solitario, sin huertos que veamos, sin amplios caminos de acceso para llevar y traer, sólo dos calzadas medievales para llegar a él. Ninguna aldea de colonos o siervos, nada de nada. ¿De qué vivían estos ricos monjes? Un amigo, Darío, me dice que, sobre 1980, él ha visto a mujeres peneirando las arenas del río Deza. Intentaban sacar oro de ellas utilizando los artilugios que conocemos de las películas de buscadores de oro. En gallego, un peneiro es un cernidor y las mujeres cernían las arenas buscando oro. Tal vez un delicado oficio para unos monjes de suntuosa iglesia y pequeño monasterio, no lo sé. Pero en aquellas lejanías de entonces debía ser muy caro un portal con evocaciones al Maestro Mateo y el monasterio tenía cómo costearlo.

Otra versión sobre el origen del nombre, nos habla de la función de los monjes, fabricar carbón vegetal para enviarlo a la Abadía que les gobernaba, San Martín Pinario, en Santiago de Compostela. No lo sé.



¡Qué bonito está Carboeiro! Aconsejo a quien pueda ir que no deje de hacerlo, pero que antes se entere del horario de visitas y no les ocurra lo que a mí en enero de 2010.

+ + +

¿Y qué más? Hay mucho más, pues en cuanto llegué me asaltaron miles de recuerdos de amigos y amigos con quienes estuve allí en otros tiempos. Atropelladamente se me agolparon situaciones, conversaciones, detalles, mil cosas que traían de nuevo a mi memoria multitud de momentos compartidos con aquellos a quienes quise y sigo queriendo en el recuerdo.


 Alrededor de Carboeiro, 1975
     Nombres de personas que fueron importantes para mi y de los que ahora no sé nada. O tal vez sí, de varios conozco por dónde van sus vidas, pero allí, en Carboeiro, sentí intensamente la ausencia de muchos de ellos. Qué habría sido de nosotros de haber seguido en contacto. De qué hablaríamos en estos tiempos, cuáles serán sus preocupaciones actuales. 

Con relación a muchos de ellos, no sé responder a estas preguntas. Pero con relación a otros, Ángel, Darío, Marisa, José Manuel, Antonio y algunos más, sí sé responder. Seguimos charlando y compartiendo preocupaciones.

Pero, en general, como dijo nuestro amigo Pablo, “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.

Nota: Me dicen que muchas de las esculturas que faltan, están en el Museo Marés, un Museo privado situado en Barcelona. Llegaron al Museo como consecuencia de una compra legal, y allí están dignamente custodiadas.


sábado, 7 de mayo de 2016

... Y mes de la primavera.

Hay meses del año (diciembre, noviembre, febrero…), que cuando los evoco vienen a mi recuerdo acompañados de imágenes concretas. Mayo es otro mes que, siempre, lo asocio mentalmente con flores, con muchas flores. Yo diría que no es una cuestión personal mía, pues en muchas partes y de diversos modos, se celebran las flores a lo largo de este mes. Festejos, romances, canciones, refranes, siempre con ecos culturales populares, relacionan mayo, flores y alegría. En una de nuestras fuentes culturales, Roma, este mes estaba dedicado a la diosa Maia, la diosa de la floración, de ahí el nombre que le damos.


MAIOS GALLEGOS
En Galicia se celebran los Maios, con flores y niños que cantan canciones improvisadas, la mayoría de las veces con tintes satírico-locales. A veces me he preguntado por qué se han dejado en reductos infantiles estas manifestaciones culturales, pero ese es otro cantar del que tal vez convenga hablar en otro momento.

CRUZ DE MAYO
En Andalucía, por estas mismas fechas, se celebran las Cruces de Mayo, con rezos, cruces hechas con flores y cantos. Como siempre, fiestas en que se mezclan religiones cristianas y paganas. Creo que estas fiestas de exaltación a las flores vienen de lejos en el tiempo, tal vez desde más lejos de los que se pueda suponer.

Estando en mayo, el invierno casi ha pasado, recordemos el refrán de “Hasta el cuarenta de mayo…”, por eso digo el “casi”. Pero lo duro, y de eso en este año 2016 sabemos mucho, podemos pensar que ha pasado. La primavera está en su esplendor. Ya no son los naranjos en flor, o los manzanos o los almendros que nos la anuncian. Ahora todo está florido y andan por medio los insectos polinizando. No es como en marzo, en que las flores abiertas eran de corola amplia, de modo que el viento pudiese recoger, transportar y depositar el polen donde sería bien recibido. Ahora son los insectos los que lo llevan de una a otra flor, adherido a alguna parte de sus cuerpos. No es necesario que las flores sean abiertas ni tengan sus estambres al aire.  

Desde siempre me ha llamado la atención la veneración que sentimos por las flores. Las encontramos hermosas y, si bien son efímeras, no falta quien diga que ese mismo carácter contribuye a hacerlas más hermosas. En esta época de consumo, recordemos las excursiones para ver determinados bosques en flor, por ejemplo.

FLOR DE PATATA. LUJO ORNAMENTAL

Otra cosa ocurre cuando las flores son utilizadas como adorno, incluso corporal. Tal vez pocas personas sepan que, en la Francia de finales del siglo XVIII la flor de la patata fue muy utilizada en peinados de la aristocracia. Realmente es una flor pequeña, bonita y de colores muy tenues. Por otra parte, en la historia del arte hay muchas pruebas de mujeres con sus cabellos adornados con flores.
DIONISOS
En hombres no conozco casos de flores en sus cabellos. Sí de hojas como coronas, de laurel, por ejemplo. También de uvas en casos de bacanales, cuando se representa a Baco, o a Dionisos, con sus racimos en sus cabellos. Total, entre las flores de las mujeres y los frutos de los hombres, sólo media un proceso de maduración, que se suele producir a lo largo del verano.

Siempre me he preguntado el porqué de esta utilización. Para adorno y quizás también como símbolo de dominio, no lo sé. Pero las mujeres se aderezan el cabello como adorno sin más pretensiones simbólicas, mientras Baco pone uvas en el suyo tal vez como un símbolo de su estado de zafia embriaguez, o puede que por sentirse dueño de las uvas y del vino que saldrá de ellas.

OLMO DALCÓ EN NOVECENTO
Tal vez esto del dominio sea lo que, siglos más tarde, mueve a Olmo Dalcó el niño campesino de Novecento. En la película, Bernardo Bertolucci le hace coronar su cabeza de golfillo con una sarta de ranas vivas, que más tarde serán comidas por los señores de la casa. Esas ranas constituyen el único medio de que dispone, de momento, para contribuir a la pobre economía familiar. Orgulloso de su posesión, Olmo se las pone en la cabeza aún vivas, mientras recibe la bendición del patriarca familiar en una escena en la que la luz también juega un papel importante.

Flores, flores en nuestro sentir cotidiano. A veces, como sarcástica constatación, calambur incluido, de Quevedo "Entre el clavel y la rosa...", en otras ocasiones, como metáfora de lo mejor "la flor y nata...", el Emperador de la barba "florida" Luego, suele ocurrir, a la sociedad puritana le contrarió que las flores fuesen, precisamente, órganos reproductores. Pero por aquel entonces, las flores ya eran sinónimo de "lo mejor", de ahí nuestras "antologías" y florilegios. (En griego, "antos" significa flor). 

FLORES EN OFRENDA
Otro aspecto, que no quiero tratar ahora, es la utilización que hacemos de las flores como ofrenda. No me refiero a los ramos de regalos desvinculados del tiempo, hablo de las flores de difuntos o de las alfombras florales propias de las procesiones de Corpus. Éstas, las alfombras florales, tienen sus orígenes en las fiestas que se hacían en la antigua Grecia en honor del dios Dionisos. 

Curiosa situación ésta en que nos seguimos sintiendo dueños del mundo, creo yo. Un reformador medieval, San Francisco, se consideró hermano suyo, recordemos su Hermano Lobo, y tuvo sus problemas con la Inquisición. Por desgracia para nosotros, nos seguimos sintiendo dueños en el peor sentido y de modo inapelable.

Y mientras pienso estas cosas, mayo irá dando pruebas y más pruebas de que estamos en el mes más florido del año. Las flores de hoy serán frutos en agosto, septiembre, octubre... Pero ahora estamos en mayo y conviene disfrutarlo. 

jueves, 4 de febrero de 2016

¿Qué es cultura?

Un buen amigo me hace llegar este pequeño discurso que pronunció Federico García Lorca con motivo de la inauguración de la biblioteca pública de su pueblo, Fuente Vaqueros (Granada), en 1931. El discurso, ya de por sí interesante, está, además, repleto de rabiosa actualidad. ¿No creéis que sí?



Cultura ¿qué es cultura?

Sras., Sres:

Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.


Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. 

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?



¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz."

Federico García Lorca

lunes, 2 de noviembre de 2015

Un Matadero reciclado

EL MUSEO
En el Ateneo de Santiago hemos tenido una magnífica conferencia sobre Patrimonio Industrial. Nos la impartió un miembro de la Asociación Buxa, cuyo enlace en Internet dejo al pie de esta entrada, para que la consulte quien esté interesando en este tema. Me abrió los ojos a un mundo nuevo y a un concepto también nuevo de Patrimonio. Con este criterio, visité en Lugo el Museo de la Porta Miñá, situado junto a la muralla y al borde del Camino de Santiago cuando sale de la ciudad.

En su origen, el edificio, chiquito, fue Matadero Municipal. Luego, cuando hubo otro matadero de mayores posibilidades en Lugo, pasó con el tiempo a tener el uso que tiene ahora. Para mi entender es un Museo sobre la vida cotidiana en el Lucus Augusti de entonces, y en él se exponen más objetos de los que se esperaría ver y que, en su conjunto, nos hablan de una sociedad, los lucenses, amantes del buen vivir (con criterios de entonces, claro).
LA PERSONA SENTADA VE EL VIDEO
EXPLICATIVO. 
Pero ya hablaré del contenido en otras entradas. Hoy quiero hablar del continente. He dicho que visité el Museo bajo el impacto conceptual de la conferencia acerca del Patrimonio Industrial. Sé que ha sido una suerte que se haya conservado, pues en circunstancias diferentes, este edificio se habría deteriorado o destruido para destinar su solar a otro uso.
Por suerte no ha sido así y voy a presentarlo. Es curioso, pero su planta me recuerda a una iglesia con tres naves, la central más alta, y separadas por arcos que se apoyan en pilares de sección cuadrada. Es lógico que no tenga ábsides, las tres posibles naves rematan en un mismo plano. El techo es una hermosa y acertada reconstrucción de toda una estructura de madera sosteniendo tejados de este tipo en Lugo. En fin, una maravilla de protección y
ASPECTO INTERIOR. ARCOS
TECHO, COLUMNAS, VITRINAS
conservación.
En este acogedor local, luces adecuadas así como una buena disposición de los objetos, propician una visita agradable y, fundamentalmente, instructiva. Se comienza viendo un corto vídeo que nos explica a grandes rasgos las fases que median desde la creación de la ciudad a su destrucción, pasando por la época de mayor esplendor, con sus lujos asociados.
Me gusta que toda la información que posee, la ofrece el Museo como sin darle importancia, como sabiendo que su finalidad principal es esa, ofrecer información que debe ser comprensible para el visitante. Y lo es. Junto a cada vitrina con objetos expuestos hay paneles explicativos breves y acertados, escritos en los dos idiomas oficiales en la Comunidad Autónoma.
MÁSCARA DE TEATRO
¿Que qué hay en este Museo? Bueno, a mí me ha gustado encontrarme con una máscara de teatro. Es el mayor exponente de que en Lucus Augusti existía vida cultural. En realidad, aquella antigua idea de una ciudad cuartelera va quedando olvidada gracias a los numerosos hallazgos que nos permiten hablar de una gente refinada, habitando casas con mosaicos, calefacción y disponiendo de edificios de cierta altura, como nos lo indican los diámetros de las basas y columnas encontradas en diversos lugares ciudadanos. Las termas romanas, en el balneario que aún sigue en uso, corrobora esta idea. La máscara de actor también nos recuerda que a Lucus Augusti llegaron tragedias, comedias y todas las historias que se representaban en los escenarios y a las que tan aficionados eran los romanos. En realidad, hay dos máscaras en muy diferente grado de conservación. Una sola bastaría como testimonio de vida cultural. Hay dos, una más deteriorada y, junto a ella vemos un dado y fichas para jugar. Aquellos lucenses romanizados...
Pero la pieza más preciada, aquella de la que se enorgullece el
VITRINA CON EL PESO
Museo por su singularidad, es un peso. Corresponde a la pieza que se desliza a lo largo del brazo de la pesa llamada “romana”, y que servía para conocer el peso del objeto sujeto a análisis. En la misma vitrina en que se expone la pieza, hay una foto amplia, en la que se ve un niño junto a una romana, señalando el lugar correspondiente a la pieza expuesta. Junto a la vitrina pueden apreciarse los textos explicativos, en gallego y castellano, que he comentado como acompañantes de los objetos expuestos.
La ubicación de esta pieza corresponde a lo que sería, si comparo la planta del Museo con una capilla de tres naves, el altar mayor, estando ocupada la nave central por un pequeño auditorio, donde se ve el vídeo inicial, y en las naves laterales, los espacios en los que se exponen las piezas.
EL PESO
En pocas palabras, me ha gustado mucho esta visita y me ha abierto los ojos a una nueva perspectiva acerca de Patrimonio. En este Museo tenemos Patrimonio Histórico, romano y anterior, guardado en un edifico que considero que forma parte de nuestro Patrimonio Industrial, más reciente, pero que nos informa acerca de cómo vivíamos (y comíamos) los lucenses a mediados del siglo XX. Una información que también nos conviene cuidar y mantener si realmente queremos saber de dónde venimos.
Muy aconsejable su visita.


Asociación Buxa:  http://www.asociacionbuxa.com/

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Lo que espero del otoño

O VERAL. LUGO- 1965
Lo sabemos, hoy comienza una estación que, por lo que veo, suscita muchos comentarios. Es posible que este año yo esté especialmente sensible ante cambios de este tipo, no lo sé, pero creo que nunca he visto tanto saludo a la nueva estación. No ha llegado como la primavera del poeta (La primavera ha venido/y no sé cómo ha sido), no. En esta ocasión el otoño ha entrado avisando, poco a poco, pero dejando ver que ya estaba, digamos, tras la puerta. Las lluvias, las nieblas, los aires y, al final, como coda de preludio, la gran ciclogénesis, que antes se llamaba temporal, y que nos ha dicho sin derecho a réplica que las cosas han cambiado.

Para mí, biólogo, el otoño significa madurez. La naturaleza termina un ciclo y elegantemente baja el telón. Los últimos frutos, los que maduraron al sol de agosto, ya están disponibles, sabrosos y con ese toque familiar que dan sabor a las largas tertulias de fin de semana sin prisas, aprovechando el sol. Porque ahora lo aprovecharemos, no es como en verano, cuando era normal tenerlo, Me gustan los frutos del otoño, las uvas, las granadas, las manzanas, las moras. Todas generosas en sus dádivas. Nos darán vinos, sidras y postres con fiestas cargadas de tradiciones, rituales, canciones y encuentros familiares.
CARRETERA LUGO-FRIOL 1965
Los ciclos anuales comienzan con la vendimia y sus actividades derivadas. Las familias y amigos se reúnen para recolectar la uva y preparar, según las posibilidades de cada cual, sus vinos y derivados. El aguardiente, también saldrá de estos días y las comidas al abrigo de un sol que ya no es lo que fue, serán agradables. O comeremos a la lumbre de la lareira. Nos metemos en actividades de siempre, la historia y la Biblia nos hablan de vendimias y ahora nos toca a nosotros vivirla y protagonizarla.

Las plantas anuales cierran ciclo con semillas dispuestas a ser diseminadas, y de ese modo, contribuir al mantenimiento de la población y de la especie de la que forman parte. Es hermoso pasear por el campo y poder observar todo esto. Y, claro, si además uno es aficionado a las setas, en otoño vivirá de nuevo toda esa aventura humana que se envuelve tras una recolección. Porque ellos saben, los amantes de las setas, que todo el día, el paseo o la excursión, están pautados por múltiples detalles que jalonan el paseo campestre. Hay que determinar la seta, recogerla con cuidado, cocinarla y, al final, vivir la gran merienda en compañía de todos quienes han participado en la aventura.
HOMBREIRO- LUGO- 1965

El otoño, a través de sus ritos, favorece los encuentros de los amigos. Aquellos que en verano se desparramaron por mil sitios diferentes, ahora vuelven a reunirse alrededor del fuego acostumbrado para vivir de nuevo los ritos de siempre, los que mantenemos nosotros mismos.

Notaremos que las tardes se van acortando, y cuando las castañas estén listas, llegarán los magostos, nuestras meriendas con el vino nuevo, castañas asadas y amigos reencontrados. Estos conocidos que están cercanos, aunque lejos, de quienes se tienen noticias a lo largo del año, pero con quienes es difícil encontrarse, ahora estarán en el magosto y aprovecharemos para ponernos más al día. Volvernos a ver cara a cara.

Me gusta mucho comprobar que los jóvenes asisten a todas estas celebraciones como algo suyo. La tradición está viva, tal vez más viva de lo que muchos puedan creen.

En los cielos también se nota el otoño. Dentro de poco, veremos las bandadas de aves migratorias que marchan. El reclamo de un tiempo cálido las lleva a emprender su viaje hacia tierras del sur. Pero hay, por la zona de Sarria, poblaciones de cigüeñas que se han hecho estables allí durante todo el año. Estas zancudas son así. Han llegado hace poco, siendo sin pretenderlo un exponente del cambio climático, y ahora quedan volviendo a señalarnos con su conducta que el clima cambia.

Pero no son las aves migratorias los únicos animales que se ausentan. Los de
POR VILAR DE DONAS - 1965
ciclo anual, ya han puesto sus huevos y desaparecieron. En ese estado de huevo, muchos insectos y otros invertebrados esperarán a que los calores de la primavera próxima los estimule para comenzar a desarrollarse. Otros animales, mamíferos inferiores, o no tan inferiores, se sumirán en ese sueño largo y profundo que conocemos como letargo invernal.

Y los árboles. ¿Qué decir de los árboles? En los de hoja caduca, la clorofila, que es de síntesis costosa, se retira a la raíz, dejando en las hojas otros pigmentos, amarillos, rojizos o pardos, que antes estaban enmascarados por el verdor de la clorofila. Los bosques se ponen espléndidos. Los colores son espectaculares. Los chopos se vuelven amarillos; los castaños, marrón claro; los carballos, adquieren tonos de bronces y los arces son capaces de mil colores diferentes en un solo árbol. Los pinos mantienen su coloración verde, como el resto de coníferas. Las mezclas de árboles se han pasado a mezclas de colores.

El monte se vuelve un regalo para la vista, junto con un olor como de nuevo, el suelo está mullido por las hojas que van cayendo y todo esto se ve realzado por el sol que, no tan fuerte como en verano, ahora cae oblicuo describiendo mil juegos de luces y sombras.


Es tiempo de salir abrigados, de vivir con los amigos los múltiples reclamos que nos irán convocando las fiestas rituales de este fin de ciclo. Ahora, estaremos con los amigos. Cuando cerremos el ciclo, habremos llegado al entrañable tiempo de estar con la familia: será Navidad.

PAZO DE RIVADULLA - 1977

Muchos de los lugares fotografiados han sido destruidos, sacrificados al "progreso".

lunes, 21 de septiembre de 2015

No seremos como dioses


AHI EMPEZÓ TODO
El Génesis nos relata que quien instigaba a Eva para comer el fruto prohibido, le prometió “Seréis como dioses”. ¿Qué se entendía por ser como dioses? Tal vez poseer la sabiduría total, el ser inmune al dolor y, fundamental, disfrutar de inmortalidad. Está claro que, sigo con el Génesis, Adán y Eva no lograron lo prometido. Pero este deseo de ser divinos ha sido una constante de la humanidad.

Siglos más tarde, en la religión griega existía una sola falta contra los dioses, llamada Hybris, consistente en quererlos emular, ser como ellos. Recuerdo ahora a Ícaro queriendo volar y pegándose con cera unas alas en su espalda. Nos cuenta el mito que, al subir, el sol derritió la cera e Ícaro cayó al suelo. En las diferentes religiones, siempre los sacerdotes nos dijeron que a los dioses no les gusta que queramos invadir su territorio y, por eso, nos castigan cuando queremos hacerlo. En un cuadro, atribuido a Brueghel, se representa esta caída de Ícaro entre gentes dedicadas a sus tareas cotidianas porque, piensa el pintor, a nadie le importan los castigos que otros puedan recibir de los dioses. Incluso para el mismo pintor, la caída es algo secundario e Ícaro aparece
ÍCARO CAE AL MAR
en un lateral del lienzo.

No obstante, ese deseo de emular a los dioses sigue presente en nuestro inconsciente. Cuando un muchacho, en un momento bravucón dice estar “como dios”, tal vez crea pronunciar una brutalidad muy soez, cuando realmente su dicho está enlazando con una tradición cultural tan antigua como el hombre, al menos en el sentido bíblico.

Ser como dioses… La hybris griega como estímulo conceptual, querer saber cada vez más, generar vida, erradicar el dolor de nuestras vidas, ser inmortales, entre otros deseos. ¿Son sueños realizables? Vamos a ver:

Creo que la génesis de vida artificial es algo que perseguimos, aunque está lejos de ser alcanzada. No obstante, está siendo un reto muy fecundo en descubrimientos, en proyectos de investigación y en ríos de tinta en prensa más o menos sensacionalista revestida de aires serios.
BIOLOGÍA MOLECULAR
UNA FALSA PUERTA

La erradicación del dolor sí está bastante lograda, creo yo, si bien es una opinión puramente personal. Sigue habiendo dolor, pero es posible disimularlo con tratamientos paliativos.

La inmortalidad (¡Ah!, la inmortalidad), constituye un sueño que cada vez está mas claro que nunca será conseguido, si bien se incrementa la expectativa de vida, retrasándose la muerte. No obstante, a veces parece como que se nos quiera confundir. Por ejemplo, se persigue la curación de una enfermedad que causa un elevado índice de mortalidad, haciéndonos creer que, una vez erradicada tal enfermedad, ya nadie morirá. Eso ocurrió con la tuberculosis, por citar un caso, ya (casi) nadie muere de esa enfermedad, pero ahora se muere por otras causas. A veces se acomete el arreglo de curvas en carreteras porque en ellas “muere mucha gente”. Está bien que se haga, pero no que nos hagan creer que los que allí morirían ya se han salvado de morir.

Hoy ya no está bien visto recordar que somos mortales, pero es así. Incluso en nuestra Galicia, hace años las aldeas convivían con los cementerios, que estaban en medio de los núcleos de población, a veces compartiendo espacio con los lugares de fiestas. En esas
ESPADAÑAS EN UN CEMENTERIO
RURAL GALLEGO
mismas poblaciones, hoy los cementerios se han trasladado a las afueras, pensando tal vez que no recordando la muerte podremos ser más felices.

A veces cuesta admitir nuestras limitaciones. Creo, es mi opinión, que hasta que no las admitamos, en cierto modo seremos seres inmaduros. Y creo que en esto hemos dado un paso atrás, queriendo olvidar que una espada de Damocles se cierne sobre cada uno de nosotros.

Mientras, que la investigación biológica siga descubriendo cosas relativas a la vida, que serán logros de la Humanidad y tal vez nos confieran mayor calidad de vida, mientras la disfrutemos...

La imagen de las espadañas la he realizado yo. Las otras tres son del fondo de Google.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Hermano Rompesuelas, en tu memoria

Ya se ha cometido la barbarie de este año y un muchacho ha mostrado a todos su valía dentro de ese mundo de grito y aspaviento, en el que parece ser ciudadano de honor por méritos propios. Ha matado al Toro de la Vega y, según dicen sus cánones, a traición y por la espalda. Toda una hazaña para el mozo. No puedo hablar ahora de arte ni logros del espíritu creador del hombre, mientras a mi lado el debate está abierto con posturas enfrentadas. A veces, agriamente enfrentadas. Se esgrime la tradición como valor incuestionable. También fue tradición el derecho de pernada, por ejemplo.


MUY VALIENTES

¿De dónde viene esta tradición? ¿Tiene raíces históricas? Creo que sí, y pienso que desde muy lejos, aunque tal vez mal interpretadas. Ya en la Biblia se nos dice que Dios creó a Adán, le hizo dueño del mundo y le transmitió este mandato: “Creced y multiplicaos, y dominad la tierra…” Desde entonces, el hombre se ha constituido como Rey de la Creación (para algunos grupos sigue siendo algo incuestionable) y todo cuanto haga y deshaga no es más que cumplir aquel mandato. Todo cuanto fuese “dominar” la tierra no era más que obedecer, cosa que el hombre no está muy acostumbrado a hacer, la verdad. Jugar con los animales hasta darles muerte no es más que una consecuencia de ser su propietario.


VALOR NO LE FALTA

Esto funcionó, con sus injusticias incluidas, mientras la población humana mundial fue pequeña, pero iba en en progresión geométrica. Recuerdo cuando fuimos tres mil millones de habitantes. Se había tardado milenios en alcanzar ese número, pero al poco ya fuimos seis mil millones y así vamos. Lo que antes sobró, ahora empieza a escasear. Muchas cosas se replantean a todos los niveles, pero hay quienes se mantienen en la idea de que somos propietarios de la tierra para hacer con ella, y con sus habitantes, lo que nos venga en gana.

San Francisco ya había modificado este modo de ver el mundo. Si todos somos hijos de Dios, razonó, tenemos el mismo padre y, por tanto, somos hermanos. Ese es el origen conceptual de su famoso poema en el que habla del “Hermano sol, hermano lobo”. Este poema, por cierto, le trajo problemas con la Inquisición, que ya entonces andaba mirando de soslayo a quien se salía de madre con sus pensamientos.

HAY QUIENES SE QUEJAN DE ESTA IMAGEN
Este modo de ver el mundo ha sido propio de las religiones derivadas de la Biblia. En países orientales, la visión del mundo ha estado más en consonancia con la idea de unidad de todos los seres vivos. Cuando en la década de 1960, muchos intelectuales del mundo occidental viajaron al Tibet y regiones similares, conocieron esta idea y se la trajeron consigo de vuelta a este mundo. Mientras, aquí vivíamos una época convulsa, comenzaban los planteamientos ecológicos, el sistema capitalista hacía aguas y a todos los jóvenes nos horrorizaba la guerra del Vietnan, sus planteamientos y sus consecuencias. Películas como Hair nos hicieron mella y se hizo popular el slogan de “haz el amor, no la guerra”, con su logotipo, que entonces no se llamaba así.

OTROS SIMBOLOS
Comenzamos a cuestionarnos muchas cosas crueles de nuestra España, que no tenían mayor justificación que la de ser “tradicionales”. Había tantas injustificables… Aún se esgrime lo de tradicionales para justificar su permanencia. No nos engañemos, muchos las quieren porque aportan dinero a las localidades donde se perpetran. Bien promocionadas, estas algaradas atraen a gente dispuesta a dejar sus cuartos. Seguro que ayer, en Tordesillas, los hosteleros se frotaron las manos con el consumo de tantos como fueron por lo del toro, fuesen del bando que fuesen. El dinero es así,  mezquino y hace mezquinos de ese tipo.

No digo que una corrida de toros, el hombre luchando con el astado, no tenga sus raíces culturales en Creta, con Teseo luchando y mostrando sus habilidades frente al Minotauro, y que sea algo propio de la cultura mediterránea, no lo discuto, está ahí. Pero ¿Tenemos que seguir manteniendo ese símbolo? ¿Ese salvaje símbolo de incultura de otros tiempos? 
PREFIERO ESTA PALOMA

Me duelen esas luchas dialécticas entre unos y otros. Los defensores del toro y los de su muerte alanceado, y me duele porque no puedo creerme que en este país de 2015, haya quienes tengan argumentos a favor de una cosa de ese tipo.


Las figuras que utilizo en esta entrada proceden del fondo de Google.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Conviviendo como si tal cosa

MURALLA DE LUGO. ACCESO DEL CAMINO
DE SANTIAGO AL RECINTO HISTÓRICO
Muchas veces nos movemos, y nos moveremos, como continuadores de la tradición del tour, el viaje nacido en el siglo XIX con el fin de ver lugares hermosos y cargados de historia. Supongo que es a ese tipo de actividad al que se refieren algunos cuando dicen que les gusta viajar. A mi, también. Pero con condiciones, claro. Mi plan siempre fue el mismo, más o menos. Enterarme acerca de lo que iba a visitar. Visitarlo, recrearme en todo cuanto veía y hacer las fotos que me parecieran convenientes para recordar.


En general sigo con el mismo plan, si bien me gusta repetir lugares a los que ir, como he comentado en más de una ocasión, y a veces prescindo de la cámara de fotos, lo cual es una bobada, ya que la del móvil suple con creces la ausencia de la, digamos, normal.

PEREGRINOS EN EL PÓRTICO DE LA GLORIA
Para muchos, llevar cámara es casi una obligación. Me gusta pasear por mis ciudades habituales, Lugo, Compostela, Sevilla o Córdoba sin ella. En todo caso, si aparece una situación inesperada, recurro a la del móvil, pero creo que estamos cayendo en una fase en la que los devotos del tour, los turistas, hacemos más fotos, muchas más fotos, de las que sería preciso hacer. A veces quedo perplejo y sin saber qué decir al recibir una foto del postre que alguien se va a tomar a quinientos kilómetros de distancia de mí. O de las florecillas que había junto a una reja, o… de mil cosas insustanciales.

En este verano que se nos va, estaba yo con una amiga en la cocina del Museo Provincial de Lugo, (hermosa, rica e interesante por sus piezas), cuando llegó un hombre. Expedito, sin entrar en la sala, lanzó unos cuantos disparos desde su puerta y marchó con la cámara a otra parte. Ni siquiera se dignó entrar a la sala.

Hay otros que llegan como visitando un santuario. Pienso en personas asiáticas, que nos visitan con una unción propia de estar cumpliendo un ritual religioso. En silencio, con respeto, pasan a nuestro lado como pidiendo perdón por meterse en nuestros lugares simbólicos y haciendo los retratos que les servirán de recuerdo.

JUNTO A DAVID, DE VALOR INCALCULABLE
Sabemos que para muchos visitantes, estos viajes que hacen les resultan caros, pero su formación cultural les hace ver que esos costes les compensan en beneficios de otra índole. Eso, a ellos y a todos los que iniciamos un viaje en este plan. No todos los gastos han de ser analizados con criterios de plus valías y hace tiempo que sabemos de la utilidad de lo inútil. (Utilizo este adjetivo, pues para alguien es inutilidad total viajar a Madrid a ver las Meninas, por ejemplo).

Estaba yo en Berlín y me sentía conciudadano de Nefertiti o del altar de Pérgamo. Por no decir el montón de evocaciones que trae el estar en París, Florencia o cualquier otro lugar.  Disfrutaba del lujo de saberme vecino de esas ciudades. Me gusta ver gente que disfruta de vivir donde vive. Tenía yo treinta años y estaba en Pigalle con un amigo. Eran los primeros días de agosto y la plaza hervía de bullicio. Un titiritero haciendo magia con antorchas ardiendo. Hice una cosa que puede parece absurda. Le pregunté a una anciana por la Place Pigalle. Ella sonrió, me cogió del antebrazo y con la mano libre fue señalando lentamente las casas todas, sus fachadas y sus buhardillas, la gente, el bullicio.. Una vez que me hizo ver todo eso, me miró a los ojos y me dijo

-         Cette, garçon, cette, c’est la Place Pigalle…

En pocas ocasiones he visto tanto orgullo como el suyo al describir lo propio, al presentar lo de uno mismo ante extraños que quieren verlo.

EL MAESTRO MATEO NO LO ESCULPIÓ
CHATO
A veces me gustaría sentir ese orgullo al presentar lo mío. Frente al ajetreo de los viajes de entonces, prefiero la calma con la que viajo hoy. Por otra parte, gozo del lujo cultural de saberme convecino de monumentos que son Patrimonio de la Humanidad declarados por la UNESCO como tales. No tengo prisa por fotografiar nada cuando me muevo por mi entorno cotidiano. Todo está fotografiado y a buen recaudo. Me gusta ver al Pórtico de la Gloria, o a la Giralda, como convecinos a quienes, incluso, no hay que mirar en esta ocasión, pues sabemos dónde están y que continuarán durante tiempo y tiempo.

Es como la relación que mantenemos con los vecinos de escalera, que no nos vemos pero sabemos dónde estamos. Las últimas veces en que visité la catedral de Lugo fue para enseñársela a amigos. Con ellos volví a ver el paso del románico al gótico, vi las naves cerradas para poder ampliar, vi los remiendos que se hicieron para paliar los desastres provocados por el terremoto de Lisboa. Por eso les agradecí que hubiesen venido, por haberme dado ocasión de repetir unas visitas que, de no ser por ellos, yo no hubiese realizado. Sabía dónde estaban.

Todo eso lo tengo ahí al lado, y los miro con la alegría de saberme convecino suyo y pasando a su lado casi sin darles importancia, como si tal cosa. Pasando a su lado, sí. Pero a veces expuestos a posibles agresiones por parte de incultos. Hay quienes prefieren que los originales se vayan a museos y en su lugar se pongan buenas copias, y quienes los prefieren en aquellos lugares para los que fueron hechos. De esas piezas tenemos un montón y, la verdad, no se qué decir. En la Puerta Santa, hay relieves de 24 ancianos realizados por el Maestro Mateo. Los que están al alcance de vándalos han sufrido sus ataques, como dejarlos chatos o decapitarlos. Hay otras obras que no han sufrido ataques, y no voy a citar sus nombres para no dar pistas, pero es un debate que algún día habrá que abordar serenamente.


Y es tan bonito tenerlos cerca, al alcance de la mano…

viernes, 8 de mayo de 2015

DON QUIJOTE, SOLO UNO

Una historia, creo que es Borges quien nos la cuenta, habla de un hombre que admiraba tanto a Cervantes, que decidió vestirse como él. Más tarde, y siguiendo con su afán, consiguió estructurar su habla con frases similares a las del escritor. Finalmente, decidió escribir. Y al hacerlo, escribió un Quijote exacto por completo al original. El imitador de Cervantes no hizo nada nuevo en su vida y malgastó todo su potencial creativo, si acaso lo llegó a tener alguna vez.

YA HE HABLADO DE ESTA
EDICIÓN
¿Qué es el arte? No sé responder a esta pregunta tan básica. Pero sí sé lo que le pido al arte y lo que viene a representar para mi. Nunca me ha dado de comer, pero en dos ocasiones me olvidé de hacerlo, extasiado ante la maravilla que contemplaba. En una ocasión, fue en la Alhambra (“dale limosna, mujer…”), la otra, en el Louvre. En muchas ocasiones corro tras esos gozos del sentimiento del espíritu, que me hacen vivir, de un modo inefable, momentos en los que todo parece adquirir un valor diferente y en los que me centro en aquello que motiva mi sensación momentánea. Una música, una lectura, un olor, pueden ser estímulos que me llegan de modo inesperado y que revuelven mis sentimientos. En una ocasión, esta vez en Santiago, en una tienda de discos tenían puesta una obra concreta que, gracias altavoces, llegaba hasta la calle. Quedé viendo el escaparate aparentando interés, cuando lo que hacía era escuchar, simplemente escuchar.

Todo esto tiene sus factores intrínsecos, inherentes a la obra concreta, y los extrínsecos, los que me afectan a mí, los que hablan de mi condición receptiva en cada momento. Los factores intrínsecos no cambian, los extrínsecos sí. Por eso algo que nos conmueve en un momento, nos puede dejar indiferente en otro, y al revés. En esos casos noto cómo voy cambiando, pues la obra en cuestión sigue siendo la misma. Cambiamos con la edad, con el conocimiento, con muchas cosas, si bien siempre hay algo (un libro, una pieza musical, una película…), a lo que somos fieles pase lo que pase por nuestras vidas.

El arte es rompedor. El artista investiga nuevas formas de expresión, nuevos enfoques para hacernos ver su concepto del entorno. Estudiaba yo en Barcelona cuando se produjo un gran revuelo cultural: Antoni Tapies exponía su obra. Para unos, una maravilla. Otros se preguntaban si aquello era arte. Las discusiones eran enconadas y apasionadas. Cuánta polémica alrededor del arte y del artista. Así, siempre. Mas tarde, un amigo mío pintor, de quien aprendí muchísimo, me dijo que un artista que no genera polémica, no es artista. Así de simple.
PORCHE DE LA IGLESIA DE MORAIME

Siempre que hablo de esto, tengo que decir lo mucho que me ha impresionado la poderosa imaginación de nuestros creadores de la época del románico o del gótico. Su búsqueda de la luz, la que entraría a través de los posibles ventanales, hizo que se resolviesen de modo diverso los múltiples problemas que se plantearon en cada edificio. Hoy vemos esas construcciones como lugares recónditos que definen una gran intimidad. Yo me pregunto si buscaban esa intimidad al construir o si apareció como un valor añadido. Me gusta, y cuánto, pasear por las naves románicas o góticas de los múltiples templos que poseemos en Galicia, catedrales románicas, iglesias conventuales góticas y naves abaciales de diversos estilos, pero éstas son tema aparte. Los maestros superándose en cada obra, buscando siempre soluciones nuevas cada vez que se emprendía otra construcción. Por eso, al leer textos explicativos de esos edificios, encontramos que cada uno de ellos es el “primero en presentar…”, “aprovecha la oportunidad de…”, "aporta...", “se inspira…” Sí, se inspira pero no copia.
MORAIME. PUERTA LATERAL
DE LA QUE HABLO

Galicia debió ser un emporio de creadores en estas épocas, y lo comprobamos si sabemos ver todo cuando nos ofrecen sus obras repartidas por doquier. En San Xiao de Moraime, por ejemplo, un lugar que aún hoy queda algo alejado, (cómo sería entonces) me he encontrado con una antigua iglesia monacal, románica, con pinturas murales, porche con columnas en la que se han esculpido profetas, como en Oviedo, y un sencillo tímpano en una puerta lateral que recuerda la Sagrada Cena. Junto a Jesús en el centro, está Juan. Representado como un adolescente, el escultor nos lo hace ver con una cabeza que no alcanza la altura de las del resto de comensales y unos pies que no llegan a tocar el suelo. Siempre me ha impresionado esa capacidad de esquematizar que tuvieron esos artistas para obligarnos a llevar nuestra atención a donde ellos quisieron desde siempre.

Por todo eso, para mí pasear por estos sitios representa un profundo recreo que, a veces, me gusta hacer en solitario, para hacerlo como quiero y del modo que quiero. Siempre descubro cosas nuevas. La vez en que me olvidé de comer cuando visitaba la Alhambra, estaba solo. Mis grandes paseos por Santiago son en solitario.

MORAIME. TIMPANO EN LA PUERTA LATERAL
SE VE A SAN JUAN NIÑO
Aquellos que, de un modo u otro, crearon, han quedado como referentes para la historia. Los que enriquecieron los modos de expresión aportando su propia visión de la realidad, siguen vivos en nuestra cultura.

Pero era preciso, siempre lo fue, hacer cosas nuevas, crear. Por eso, el escritor del que nos habla Borges no hizo nada.