sábado, 31 de agosto de 2013

BANQUETES PETREOS

Conozco dos banquetes en el arte gallego, el del comedor del
EN SOBRADO, LAS UVAS LLENAN LA FACHADA
Pazo de Gelmirez y el que podemos disfrutar en el Monasterio de Sobrado dos Monxes. Ambos están esculpìdos en granito y en los dos se recoge el espíritu popular, ese que es tan fecundo cuando se vierte en las vías de la creación artística.
El banquete del comedor del Pazo de Gelmírez, es de estilo románico del siglo XII, mientras que el de Sobrado fue esculpido seis siglos mas tarde y es del estilo que entonces se utilizaba en Galicia, el barroco.
En el Pazo de Gelmirez, en las ménsulas del comedor, como todos sabemos, están esculpidas diversas fases de una comida principesca de la época. Vemos en ellas músicos, ritos y una empanada sobre la mesa. Una empanada tal como se hace hoy en día, inconfundible en su aspecto. Pero ya hablaré de este banquete en otro artículo. Hoy quiero comentar el de Sobrado.
ENTRADA AL PASILLO CUYA BOVEDA COMENTO
Está representado en la bóveda de medio cañón que cubre el tramo que separa la sacristía de la iglesia abacial. Unos diez metros de longitud. Cuando los curas iban a celebrar misa, atravesaban este pasillo recitando un salmo eucarístico compuesto por Sto. Tomás de Aquino, “O, Sacrum convivium” (Oh¡, sagrado banquete) en honor a lo que celebrarían al poco tiempo. El comparar la misa con un banquete ha sido un tema recurrente: los niños recibían el pan de los ángeles y los fieles se acercaban a la sagrada mesa…


EN LA MISMA BÓVEDA, EL PAVO  COMO
VIANDA NO ANIMAL 
Es bonito ver cómo se representa el banquete, no espiritual por cierto, en esa bóveda de la que hablo. Tiene disposición de tablero de damas y unos cuadros representan imaginarios rosetones vegetales y, los otros, viandas preparadas en sus platos y dispuestas para su consumo. Éstas, las viandas, son vegetales o animales nacidos en el agua.
 PERAS, ZANAHORIAS, MANZANAS, PEPINOS
TRUCHAS. TODOS EN SU FUENTE
Vemos allí uvas, peras, manzanas, granadas, zanahorias, etc.
Entre los animales productos del agua, según la idea del escultor, vemos anguilas, truchas, salmón y un pato preparado para ser trinchado.
Tal vez alguno se preguntará que qué hace un pato en esta presentación, pero esto tiene una explicación muy coherente con el pensamiento de monjes entrados en fase decadente en lo que se refiere a su afán de mortificación.
Estos monjes sostenían la idea de que los patos procedían de los nenúfares. Esta superchería les permitía excluir su carne en las dietas de ayunos, cuando solo era permitido comer productos de origen vegetal.
Los monjes de Sobrado debieron ser muy dados a este tipo de abstinencia, pues cerca del Monasterio existe un lago artificial, cuya construcción se les atribuye. Este lago tenía una acequia que llegaba directamente a la cocina. Por ella llegarían truchas, anguilas y patos, según la abundancia faunística de cada temporada.
Para mí, esta bóveda es lo mejor del Monasterio, pues considero que la singularidad es un tanto muy importante a tener en cuenta al calificar obras de arte. Creo que el contenido de esta bóveda es único en el arte monacal de Galicia.

 
EL LAGO ARTIFICIAL, ORIGEN DEL RIO TAMBRE


viernes, 23 de agosto de 2013

HERRAJES SAGRADOS

CATEDRAL DE LUGO.
PUERTA NORTE
Sabemos que la importancia de un edificio se manifiesta, también, por las dimensiones de su puerta principal. Cuando dicha puerta era amplia, solía construirse con varios tablones dispuestos verticalmente, ensamblados por flejes metálicos o por otros tablones, dispuestos horizontalmente.
A veces, y no es infrecuente que suceda de este modo, los flejes que comenzaron siendo utilizados para conferir rigidez a las puertas, pasaron a adquirir aspectos decorativos, como es el caso de los de algunas iglesias. Pero antes de que ocurriera esto, adquirieron una nueva disposición y en vez de estar como escondidos en las partes posteriores de las hojas de las puertas, pasaron al exterior, confiriéndoles gran belleza y valor.
Aunque hay diversas iglesias en la provincia de Lugo con este tipo de herrajes, comentaré sólo los que están en las puertas de tres de ellas, por representar para mí lo mejor de este tipo de trabajo artístico, sin perder por eso su inicial función de reforzamiento de las puertas.
AZUCENAS EN LOS HERRAJES DE LA
CATEDRAL DE LUGO
En la puerta norte de la catedral de Lugo tenemos unos maravillosos herrajes. Los flejes adoptan la forma de grandes paréntesis enfrentados que encierran otro, de disposición horizontal. Los flejes están como ramificados en múltiples lazos. El horizontal superior tiene incrustadas azucenas de tamaño natural. En ese mismo conjunto superior es posible ver cómo estos herrajes se apoyan en los goznes de la puerta.
PUERTA DE VILAR DE DONAS
Similares, pero no tanto, son los de la puerta de la iglesia de Vilar de Donas. Similares, pues se inspiraron en los de Lugo, pero no se dispuso del presupuesto con que contaban en la catedral. Por eso la similitud no llegó a más.
No obstante, esa misma sencillez, esa pobreza podríamos decir, le confiere una solemnidad a esa puerta que hace que sea posible permanecer ante ella un buen rato inmerso en propias cavilaciones. Vilar de Donas es una iglesia rural, que hoy se reestructura después de un pasado histórico. Esas puertas son testigos mudos del pasado. A veces, recordando las puertas de la catedral de Lugo, bien pintadas y arregladas, y viendo las de Vilar de Donas, con las vetas carcomidas y las maderas dignamente remendadas, me he preguntado que cuáles me gustan más y nunca sé qué contestar de modo categórico. Es lo de siempre, la pugna entre la digna sencillez y la sobria opulencia que se deja adivinar.
 
PUERTA REMENDADA DE VILAR DE DONAS


MEIRA
Caso diferente es el de la iglesia de Meira. Tras pasados mejores, hoy es parroquia, pero muestra parte del esplendor que tuvo. Su puerta es impresionante. De dos hojas, cada una de ellas presenta flejes que suben en su parte próxima a las bisagras. De ellos van saliendo como ramas horizontales que van a terminar muy ramificados en la parte central de la puerta. Muchas ramas terminales tienen formas de animales, como perros, ranas, serpientes, etc.
CERRADURA DE LA PUERTA. IGLESIA DE MEIRA
Una cosa me intriga desde siempre en la puerta de la iglesia de Meira, y es que se cierra desde fuera. ¿Quien la cerraba? Siempre creí que el que la cerraba quedaba dentro del recinto una vez realizada su labor. Vemos que aquí no era así. Cerradura y cerrojo se manipulaban desde fuera.
Solo conozco un caso similar, el de la cárcel de Ponte de Lima. Pero en este caso está claro que quien manipula los cerrojos era el carcelero que, supongo, no querría quedar dentro. ¿Le ocurriría lo mismo al encargado de la puerta de la iglesia de Meira? 
PONTE DE LIMA. CERROJOS DE LA CARCEL

sábado, 17 de agosto de 2013

UN MITREO EN LUCUS AUGUSTI, CULTO SECRETO EN LUGO

MITRA
Cada cierto tiempo tenemos una noticia grata en Lugo. Noticia referida al conocimiento que vamos adquiriendo acerca de nuestra ciudad pues, hasta hace poco, ese conocimiento era muy excaso, cuando no erróneo.
Hace un tiempo, y con motivos de unas obras de restauración en la zona monumental, aparecieron los restos de una domus romana y poco a poco fueron filtrándose noticias sobre ellos a la vez que íbamos conociendo el progreso de las obras de acondicionamiento y los informes que los mismos hallazgos daban acerca de nuestra ciudad y su historia.
Al poco tuvimos la sorpresa, pues entre los hallazgos !había un templo dedicado a Mitra, (un mitreo)¡
Las obras fueron de mayor envergadura que la prevista y se modificó el volumen construido, lo cual generó las polémicas ciudadanas que son de prever. Creo que lo encontrado, lo que nos dice de nosotros mismos y el acceso que tenemos a verlo, bien valen el sacrificio, supuesto, de algunos metros cúbicos de construcción.
PATIO DE LA DOMUS. COLUMNAS Y LOSAS
EL PAREDÓN QUE CORTA EL PATIO ES PARTE
DE LA MURALLA,
Hoy he estado visitando los restos, ya preparados para ser visitados. Éramos bastantes quienes allí estábamos, aunque no vi lucenses, (muchos de ellos ya lo saben todo). Las obras descubiertas nos dejan ver una casa de amplia envergadura, varias plantas y un lujo que hace pensar en un propietario de clase social elevada, tal vez un militar de la Legio VII. Podemos pasear por diferentes niveles de la domus, contemplar sus pinturas, ver el pórtico con columnas y su patio con suelo de losas rectangulares. Todo eso acompañado e ilustrado con muy buena explicación, pantallas táctiles, un vídeo general y vitrinas en las que se exponen objetos hallados en las obras. Se estudia la posibilidad de un museo para albergar la totalidad de los hallazgos.
EL MITREO. AL FONDO EL ARA VOTIVA
Y, por encima de todo, el templo privado de Mitra erigido en el siglo III d.C. y mantenido en el siguiente. Hay un ara votiva en la que se puede leer fácilmente  que está dedicada al dios "nunca-conquistado" Mitra, por su fiel, devoto y leal C. Victorius Victorinus, centurión de la Legión VII Gémina Antoniana. Posiblemente el propietario de la domus.
Mitra... el dios persa representado como un joven que da muerte a un toro abatido en el suelo. Tiene una historia que nos puede resultar conocida, o evocar alguna otra: Nació en la noche más larga del año, en el solsticio de invierno, hoy 25 de diciembre. Su madre era una virgen y su padre un dios. Nació en una cueva de pastores y fueron pastores los primeros en adorarle. Fue comparado con un pastor cuidadoso de sus ovejas.
Ciertamente, en la vida de Mitra hay muchos paralelismos con la de Jesucristo. Mitra era considerado el dios de la luz, y San Juan en su evangelio insiste en homologar a Jesucristo con la luz (Jn 1:9). El mismo Jesucristo dice de sí mismo: "Yo soy la luz" (Jn 8:12).
Lo cierto es que el culto a Mitra, culto jerarquizado y con reglas internas muy estrictas, estuvo prohibido en el Imperio  Romano y no fue hasta que el cristianismo adquirió el rango de religión oficial del Imperio, cuando el culto a Mitra dejó de ser perseguido. Aunque ya no tuvo tanta importancia ni significado entre la gente del Imperio.
OTRA VISTA DEL ARA. TRAS ELLA, UNA IMAGEN
DE MITRA (RECIENTE)
Es curioso, me entero en mi visita que el culto a Mitra anduvo muy de la mano de los ejércitos. Eran militares de cierto rango quienes lo extendían entre las legiones imperiales. No son raras las casas, hoy consideradas como pertenecientes a militares, que poseen mitreos. Junto a ésta, de Lugo, se conoce otras en Astorga, Mérida, Tarragona  o Cabra, por decir unas cuantas de la Península Ibérica. Yo pienso que, siglos más tarde, la masonería también anduvo muy de la mano de militares y tampoco me extraña tanto. Ambas instituciones son de rígidas reglas y estructuras jerarquizadas. Tal vez a un militar, acostumbrado a sus específicas formas de vida, no deberían extrañarle algunas costumbres y modos ni de la masonería, ni del culto a Mitra. También es cierto que, si estaba acostumbrado a esos modos, debería gozar de un buen rango dentro de la estructura de que formaba parte. En esta reflexión conviene tener en cuenta que los militares eran gente de bastante movilidad dentro de un área, pero con destinos más o menos duraderos. Es decir, personas adecuadas para  servir de soporte a la posible difusión de grupos secretos.
Me gustó encontrarme con estos datos, que me dieron qué pensar. Las religiones, los cultos, siempre anduvieron de unas zonas a otras, a veces llevadas por los mismos, aunque con diferentes vestimentas o uniformes. 
Pero volvamos al motivo de mi visita, los hallazgos de la domus. Con el tiempo se construyó la muralla y se expropiaron terrenos de la casa lo cual llevó consigo su decadencia. Con ella, la propiedad pasó a otras manos, el mitreo se destruyó y todo se transformó en una escombrera. Así ha llegado hasta hoy. 
Por mi parte, doy las gracias a quienes han tomado las decisiones acertadas que han permitido que hoy disfrutemos de esta joya.
+ + +
NOTA: En navidad de 2002 pronuncié el pregón inaugural del Belén electrónico de Begonte, publicado en este blog con fecha 18-12-12 y localizable en la etiqueta "Sentimiento". En su inicio esbozo un paralelismo entre el significado de Mitra y el de Jesucristo.

sábado, 10 de agosto de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXIII) UN RECUERDO A D. ELÍAS VALIÑA

BUSTO DE D. ELIAS JUNTO AL SANTUARIO
Existen personas que, sin buscárselo, pasan a la historia por derecho propio. Suelen ser, siempre lo son, gente generosa que hace lo que le parece conveniente como sin darle importancia, como si cualquier otro lo hubiese hecho incluso, creen, mejor que él o que ella. Nunca se les ha ocurrido pensar que son personajes históricos también por eso, por servirnos de ejemplo de cómo se actúa, de cómo se derrocha generosidad y de cómo no hay que pedir nada a cambio cuando se trabaja por o para una idea.

D. Elías Valiña ha sido una de esas personas y voy a comentar algunas cosas suyas por las que debemos reconocerle. Sarriano de nacimiento, pronto ingresó en el Seminario de Lugo para acceder al sacerdocio, obteniendo siempre las más altas calificaciones. Posteriormente alcanza el grado de doctor con una tesis doctoral que estudiaba el Camino de Santiago bajo el doble aspecto histórico y jurídico. Era el año 1965 y D. Elías Valiña contaba 36 años de edad. Desde 1959 era párroco de O Cebreiro.
Tal vez no faltó quien le augurase un brillante futuro en Lugo, sede de
la Diócesis. No obstante, D. Elías, que gustaba ser conocido como "el cura de O Cebreiro", nunca pretendió salir del ámbito de su parroquia y, cuando lo hizo, fue debido a motivos de estudios y para dar a conocer el tema de su preocupación intelectual: el Camino.
Porque, y aquí empezamos a ver la importancia de cuanto hizo, D. Elías era consciente del significado que el Camino podía tener en la Europa del siglo XX y en la de tiempos venideros. Por más que he querido conocer qué motivos guiaron sus hechos, no los encuentro salvo el haber poseído una gran fe en el significado del Camino y tener una sólida confianza en que ese significado se mantendría en tiempos futuros.
PLACAS DE HOMENAJE AL PIE DEL BUSTO DE D.ELIAS
Hasta su época, el Camino había sido considerado como un fenómeno terminado, algo que debía ser estudiado en el marco de la historia como un fenómeno propio de tiempos idos. D. Elías quiso contagiar a todos cuantos estaban con él su fe en un Camino que, viniendo del pasado, se proyectase hacia el futuro con una pujanza cada vez mayor y un significado propio de este tiempo.
MONOLITO CON PLACAS
DE HOMENAJE
Convenciendo a unos y a otros, consiguió que se reconstruyesen el santuario y el poblado de O Cebreiro y que las pallozas que quedaban en pie fuesen acogidas bajo protección oficial. En ellas se instalaron diversas entidades culturales, mientras que sus antiguos habitantes fueron realojados en casa acordes con los tiempos de hoy.
Hizo que el Camino comenzase a ser conocido como algo actual, no de otro tiempo. Al principio en soledad y con la incomprensión de muchos, comenzó a desarrollar una actividad consistente en darlo a conoce. Conferencias y publicaciones fueron sus medios para hacerlo y, con el tiempo, se empezó a hablar de sus actividades. D. Elías se movió de un sitio a otro por Europa hablando siempre de su tema mejor conocido: EL Camino de Santiago. Muchos libros y guías referentes a él y que hoy vemos en manos de peregrinos, son obra suya. Se le consideró como un experto conocedor de la senda, en especial del que conocemos como Camino Francés.
Fue en 1984 cuando inició la señalización del camino mediante flechas de color amarillo. Hoy esas flechas jalonan el Camino y todos quienes han pasado por él, las conocen como algo familiar, casi entrañable, en su ruta. En Galicia, el trayecto marcado por las flechas se considera la indicación más fiable del Camino.
Fundamentalmente humilde y asequible, cuando fue objeto de algún tipo de homenaje, casi pedía perdón por recibirlo. Nunca, creo yo, fue consciente de la trascendencia de toda su labor a favor del Camino en todos los aspectos.
Entre el Santuario del Cebreiro y la hospedería hay una pequeña parcela con su busto y gran cantidad de placas, procedentes de asociaciones o entidades, que le reconocen sus méritos y le rinden homenaje. También hay un monolito con placas diversas reconociendo y alabando su labor. 
Siempre que veo flechas amarillas señalando la dirección del Camino pienso en este hombre que, sin quererlo ni proponérselo, ha entrado en su historia tal vez por hacer calladamente lo que él pensaba que debía de hacer. Sólo por eso merece mi respeto y admiración, porque, además, nunca pidió nada a cambio.
+ + +

D. Elías está enterrado en el interior del santuario, a los pies del altar situado en el ábside izquierdo. No soy quien para decir cómo deben hacerse las cosas, pero hace poco tiempo le pusieron unas barras metálicas sosteniendo una cadena que mejor que no se hubiesen puesto, pues las barras parecen ridículas y la cadena hace pensar en las que se venden por metros en cualquier ferretería de arrabal. Sin las barras y la cadena, la tumba estaba mucho más digna, por sobria.



jueves, 1 de agosto de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXII) EN LUGO, BIEN GUARDADO

POR ESTA PUERTA ENTRÓ ALFONSO II
Al llegar el peregrino a Lugo, lo primero que le sorprende es su muralla. O sus murallas, que así las denominamos los lucenses, en plural. También debió de sorprender al rey Alfonso II, el Casto, cuando llegó aquí camino de Compostela, al reclamo de un cuerpo que se había descubierto y querían atribuir al Apóstol Santiago. Entró por la puerta que hoy llamamos de San Pedro, donde hay un monolito recordando el hecho y diciendo del rey Alfonso que fue el primer peregrino compostelano. Eran los primeros años del siglo IX. La visión de la ciudad desnuda, rodeada de murallas que seguían las irregularidades topográficas debieron causar impresión al rey y a sus acompañantes. Pero siguió caminando a Compostela, lo mismo que los peregrinos actuales. Lugo sigue siendo una ciudad de paso en el Camino, con méritos sobrados para detenerse y ver lo que hay, que es mucho.

JARRA CON FLORES EN LA TORRE DEL RELOJ
Cuando Lugo era lugar obligado de los peregrinos que venían de Oviedo y más allá, el Camino Primitivo se le llama todavía, era una ciudad bien surtida de hospitales, si bien hemos de tener en cuenta que entonces un hospital atendía más necesidades de la que atiende actualmente: residencia, albergue, lugar de reposo, de curación… Casi junto a cada puerta de la muralla había uno atendido por diferentes asociaciones caritativas: de Santa Catalina, de San Bartolomé, de Sta. María del Campo y más.
En la catedral tenía ocasión de conocer a Santa María, a quien otro Alfonso, el décimo, dedicaría sus Cantigas siglos más tarde. De entonces permanece la imagen, ya sin milagros atribuidos, una plaza adjunta con su nombre y el testimonio, esculpido en lo alto de la torre del reloj, que indica que aquella iglesia está dedicada a la virgen: un ánfora de la que sale un ramo de azucenas.
CRISTO MAJESTAD EN LA
PUERTA NORTE
En su puerta norte, la catedral tiene un hermoso Cristo majestad, muy similar al de Carrión de los Condes, y que nos presenta a un Cristo dispuesto a juzgar. En su mano tiene el libro con los siete sellos apocalípticos aún cerrados.
Puestos a entretenerse y descansar en Lugo, la vida del peregrino giró alrededor de la plaza del Pozo da Pinguela, donde había fuente pública, mesones y un albergue. Dicen los sabidos de hoy que la hospitalidad consistía en dar cama, calor, agua y sal. Sabemos del comercio abusivo que hubo relativo al agua, por eso cito las fuentes públicas, pues rompían esa costumbre y, además, nos indican la preocupación de los gobernantes en relación a los caminantes y sus necesidades. Heredera de aquella plaza es la actual Plaza del Campo, que conserva la fuente, hoy ornamental, y muchos mesones en los que comer adecuadamente por no mucho dinero. Es curioso, en este entorno en el que estaban los lugares de atención a los caminantes, siguen presentes las oficinas dedicadas a los mismos fines.
PLAZA DEL CAMPO
Es en esta Plaza donde se encuentra ambiente de caminantes, en el resto de la ciudad, con su vida definida, los peregrinos pueden pasar bastante desapercibidos. No obstante, en la Plaza del Campo, en sus terrazas y sus lugares de comidas, los caminantes se adueñan sanamente del ambiente, lo hacen suyo sin pretenderlo y prestan un indefinible colorido al lugar, que muchos ven con cierto aire nostálgico. Estamos en el Camino Primitivo, no en el Francés. Aquí no encontramos grandes grupos de peregrinos, mas bien son parejas o pequeños grupos silenciosos, que viven tranquilamente su caminar sin mayores ostentaciones ni jolgorios.
ANTIGUA SEÑAL INDICADORA
DE HOSPITAL DE PEREGRINOS
La salida de la ciudad se hacía por la Porta Miñá, la más antigua de las murallas, que daba a la calzada romana por la que se llegaba al puente, también romano. A los pocos metros de esta salida, los peregrinos saludaban a la Virgen del Camino, hermosa talla, a la que pedían ayuda en su caminar. Es curiosa esta devoción naciente hacia María. En otras localidades del camino, en León, por ejemplo, y también en la salida, existen santuarios suyos bajo la misma advocación “del camino” pidiendo ayuda en los tramos siguientes. La capilla de la que hablo, ahora es de una cofradía privada, pero tienen a la Virgen del Camino dignamente colocada en un altar lateral.
PORTA MIÑÁ
Atrás queda Lugo, el peregrino sólo tiene que dejarse llevar por la calzada romana hasta cruzar el río Miño. Cuando esté sobre el puente, a su izquierda dejará las antiguas termas romanas, aún en funcionamiento. Luego, tuerce a la derecha y camina hacia Orbazai, pero antes pasará por otro hito propio de las urbes con un cierto tamaño: el hospital de leprosos puesto bajo la advocación de S. Lázaro. Como en otras localidades del Camino, se encuentra a la salida de la población, una ubicación que no entiendo mucho, pues considero que sería más sano que estuviesen en las entradas, sin dejar penetrar a los enfermos, como ocurre en Compostela, evitando posibilidades de contagios.
¿Marcharía contento el peregrino? Quiero creer que sí. Había tenido
VIRGEN DEL CAMINO, EN LA CAPILLA DEL CARMEN
agua disponible para asearse y beber, dispuso de varios hospitales, la catedral le dio lugar apropiado para sus actos de devoción. Y, por si fuera poco, la muralla le había brindado una buena protección ante bandidos y salteadores…

Tal vez haya dado cuenta de lo que pudo haber encontrado en Lugo el caminante. Para mí, en Lugo encuentro mucho más. Aquí supe lo que era el Camino, conocí las historias y las leyendas, todas mezcladas sin importarme discernir. Fue en Lugo donde dejé que creciese en mi mente una imagen de peregrino misterioso, erradicado, sin historia ni edad, pero que caminaba a rumbo fijo. Siempre, el peregrino ha representado para mí alguien que salió de su mundo para vivir otro, más íntimo, mientras caminaba tras ilusiones, misterios y promesas, protagonista
SAN LAZARO, FUERA DE LUGO, CON SU HOSPITAL
PARA LEPROSOS
en solitario de un poema épico, el suyo. Así lo empecé a ver siendo muy niño, en el primer Año Santo que recuerdo. Ahora la imagen casi se ha desnudado de los ropajes iniciales, pero siempre conserva en mi mente la idea de algo mágico que hace que cuando veo a un peregrino le mire con un cierto aire de inefable envidia mezclada con un tinte de añoranza. La visión mágica del peregrino se forjó en Lugo en la mente de aquel niño que fui. Aunque sólo fuese por eso, le tengo un tremendo cariño a esta ciudad y no puedo ser imparcial al hablar de ella.