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viernes, 16 de octubre de 2020

Renovación genética

Cuando hablo de poblaciones con pequeño tamaño, siempre aviso del riesgo de consanguinidad en ellas. No es lo mismo cuando una población de 20 individuos (es un decir) está formada por 10 machos y 10 hembras, o bien por 1 macho y 19 hembras. En este segundo caso, los primeros descendientes serían todos medio hermanos, lo cual podría llevar a un desastre en pocas generaciones debido a su consanguinidad. 

viernes, 9 de octubre de 2020

Consanguinidad e inmigración

A partir de lo que escribo, se puede pensar que, biológicamente, no me gustan las poblaciones pequeñas. Eso es cierto por motivos que voy explicando, pero no quiero generalizar. En realidad, salvo unas cuantas cosas concernientes a biología molecular, en biología no existen reglas generales que reciban el reconocimiento de leyes. Lo que es bueno para un grupo de individuos, puede ser pernicioso para otros y siempre depende de la estrategia biológica de la especie en cuestión. 

viernes, 2 de octubre de 2020

Consanguinidad

En situaciones de reproducción sexual, consideramos que existe consanguinidad cuando los individuos que se cruzan son parientes por poseer un antepasado común. Un caso frecuente de consanguinidad es el cruzamiento entre primos hermanos, pero la consanguinidad más intensa se da en los casos de autofecundación. En la naturaleza hay muchas especies con esta estrategia reproductiva.

viernes, 2 de agosto de 2019

Genes inmigrantes


Quiero insistir en lo que escribí en mi entrada anterior, pero ahora utilizando otros aspectos más biológicos y teóricos. Por eso, en algunos casos me repito en los ejemplos dados allí.

viernes, 26 de julio de 2019

Consanguinidad e inmigración


A partir de lo que escribo, se puede pensar que, desde un punto de vista biológico, no me gustan las poblaciones pequeñas. Eso es cierto por motivos que voy explicando, pero no quiero generalizar, pues salvo unas cuantas cosas concernientes a biología molecular, en biología no existen reglas generales que reciban el reconocimiento de leyes. Lo que es bueno para un grupo de individuos, puede ser pernicioso para otros y siempre depende de la estrategia biológica de la especie en cuestión.

viernes, 19 de julio de 2019

Consanguinidad

En situaciones de reproducción sexual, consideramos que existe consanguinidad cuando los individuos que se cruzan son parientes por poseer un antepasado común. Un caso frecuente de consanguinidad es el cruzamiento entre primos hermanos, pero el cruzamiento más consanguíneo es el representado por la autofecundación. En la naturaleza la consanguinidad está muy presente en abundantes especies.

sábado, 14 de julio de 2018

Rompiendo la consanguinidad

Existe consanguinidad en una pareja cuando ambos miembros comparten algún ascendiente. Cuanto más próximo sea ese ascendiente, mayor es el grado de consanguinidad que comparten. En principio, no es mala. Pero si en esa familia existen alelos causantes de malformaciones, los dos miembros de la pareja pueden haber recibido ese alelo del ascendiente común, existiendo un alto riesgo de que tengan algún hijo con la tara determinada por dicho alelo. 

viernes, 18 de mayo de 2018

Origen de una población


Por regla general, podemos pensar que una especie, sea animal o vegetal, está adaptada a un terreno concreto, con sus condiciones ecológicas concretas, cuando sus miembros son capaces de vivir en él y reproducirse generando descendientes fértiles. Lo que he comentado más veces, la condición de que los descendientes sean fértiles asegura la capacidad de perpetuarse por sus propios medios, sin necesidad de recurrir a ayudas exteriores.

ÁREA DE DISTRIBUCIÓN DEL SAPO
Bajo esta definición, en un gran territorio geográfico, el área de distribución de una especie nos indica el área ecológica en la que dicha especie está adaptada. Fuera de ella, las modificaciones ambientales son de tal magnitud que los individuos ya no están adaptados a ellas. A veces, en los límites de las áreas de distribución, los individuos son capaces de vivir, pero no de reproducirse. Quienes tienen aficiones a la horticultura, saben que a veces consiguen que una determinada planta consiga crecer en un ambiente adverso, pero no produce ni flor ni fruto. Es capaz de vivir, pero no se reproduce. Algo similar ocurre con animales en cautividad, como en los zoológicos.

Pensemos en esos individuos dentro de su área de distribución. Aunque disponen de total capacidad de movimiento, en caso de animales, o sus semillas se pueden dispersar por todas partes, si son vegetales, únicamente aquellos que se encuentren dentro del área, estarán adaptados a esas condiciones ecológicas y podrán crecer en la forma requerida. No pensemos que las semillas no se dispersan fuera de las áreas geográficas de distribución. Llegan muy lejos, pero no siempre sobreviven. Los animales o mueren o retroceden.

ÁREA DE DISTRIBUCIÓN DE LA ENCINA

Supongamos estamos paseando por el monte y nos encontramos una población de cualquier especie. Podemos preguntarnos cómo llegaron los primeros individuos a esos terrenos. Eso es algo que puede ser intrigante y siempre un reto que se plantea al investigador. El origen de una población. Pueden ser muchos orígenes y muy diversos.

Pensemos en poblaciones continentales en territorios con islas próximas. Tal vez, en alguna ocasión el viento llevó semillas a la isla y algunas cayeron en terreno apropiado. Unas semillas, pocas, procedentes de esa población originaria pudieron germinar y generar individuos adultos. La población originaria tendría su variabilidad genética, no sabemos cuál, pero si han llegado unas pocas semillas lo más probable es que no llevasen consigo toda la variabilidad existente en la población originaria. Las semillas germinan, crecen y se multiplican. Originan una población. Ocurren varias cosas.

FRUTO DEL ARCE

Esta población nueva procede de la anterior, sí. Esta población nueva sufre lo que se llama “efecto fundador”, que nos indica que aunque procede de otra, ha perdido mucho de la variabilidad génica que poseía la originaria. Esta variabilidad requiere grandes números de individuos para estar representada por completo, y no es lo que ha ocurrido con estos pocos fundadores de la nueva. Se ha perdido variabilidad, y los alelos presentes pueden estar en frecuencias diferentes a las que tenían originariamente. Todo ha sido cuestión de azar y se plantea la supervivencia de esos individuos invasores. Cuidado, hablo de supervivencia, que sería un éxito evolutivo, aunque la morfología se pierda o se altere. En estos casos, la morfología no es tan importante como la supervivencia de la nueva población.

Si han sido pocos los individuos que han llegado, dejando aparte la pérdida de variabilidad génica, existe la necesidad de adaptación al nuevo territorio. Pero si han sido pocos los individuos llegados, en vegetales a veces una sola semilla, o pocas en un solo fruto, los descendientes tendrán un elevado nivel de consanguinidad, con los efectos adversos que ese nivel puede conllevar.

FRUTO DE OLMO

Si se superan todas estas situaciones adversas, puede generarse una rápida expansión de los componentes de la nueva población, pues en principio pueden no existir en esa nueva zona especies limitantes a ellos. Darwin indica en “El origen de las especies” que, debido a esta ausencia, los miembros de la especie nueva pueden comportarse como especies invasoras. Fijémonos que en nuestro país, ahora mismo, todas las especies invasoras son exóticas que no tienen predadores biológicos en esta zona.

FRUTO DE CLEMATIS, TREPADORA DE JARDIN
Si la nueva población tiene éxito, es decir, ocupa un territorio y se reproduce generando hijos fértiles, comenzará una historia evolutiva propia. Con esto quiero decir que, con el tiempo, acumulará su propia variabilidad. La nueva variabilidad puede no parecerse a la existente en la población de la que procede, pues las condiciones ecológicas han cambiado y es muy probable que también sean otros los efectos de la selección sobre ella. Tal vez en esta nueva zona la selección favorezca combinaciones génicas que desfavorecía en la zona inicial, tal vez debido a que exista una nueva variabilidad.

Este proceso que comento puede no ser un suceso aislado y repetirse de modo recurrente en el tiempo. A veces, en estos casos hay intercambio de individuos entre las poblaciones  (la originaria y la derivada), generando unos fenómenos auspiciados por estas migraciones en ambas direcciones.

Pero tampoco pensemos en hechos aislados, en todas las generaciones se dispersan semillas de modo aleatorio. Pueden caer en terrenos apropiados y generar la aparición de nuevas poblaciones. Si caen en lugares inapropiados, todo queda en nada, pero este mismo dato nos indica que la tendencia a la expansión poblacional es constante. Otra cosa es que cada vez sea un éxito.



viernes, 22 de septiembre de 2017

Genes inmigrantes


Vamos a echar unas cuentas. Supongamos una población natural de 100 mamíferos. Incluso, y ya es mucho suponer, pensemos que forman 50 parejas, es decir hay 50 machos y 50 hembras. Para ese tamaño censal de población, el tamaño eficaz es el máximo.

Vámonos a los orígenes de esos 100 individuos. Se han formado gracias a 200 gametos, 100 óvulos y 100 espermatozoides. Hay, por tanto, 200 copias de cada gen en esa población (salvo los ligados al sexo, de los que hay 150). Vamos a descartar la más que segura consanguinidad entre esos 100 mamíferos componentes de esta hipotética población.


Algunas poblaciones de aves son muy numerosas 

Si la tasa de mutación para cada gen viene a ser de un mutante nuevo por millón de gametos, podemos calcular que en estos 200 gametos hay pocas mutaciones nuevas y que, por tanto, será escasa la variabilidad génica que se pueda estar generando en sucesivas generaciones. 

Indudablemente, es en esa variabilidad donde está encerrada la posibilidad de adaptación ante posibles cambios que se produzcan, en las condiciones ambientales en las que se desarrollan las actividades de esta imaginaria población. Pero muchos saben que este tamaño de 100 individuos es una estima alta y que, normalmente, las poblaciones naturales de mamíferos suelen ser menos numerosas. 

Las poblaciones de mamíferos
son de menor tamaño
En estos casos de pequeñas poblaciones, podemos calcular que la mutación, aunque real, es un fenómeno escaso, casi ausente de ellas y, puesto que son la fuente principal de variabilidad génica, la única variabilidad que puede existir en esta población es la genotípica. Es decir, genotipos diferentes, siendo los genotipos las combinaciones de alelos disponibles. Pero los genotipos son efímeros en animales, sólo duran lo que dura un individuo, pues al formar gametos se disgregan. En vegetales, debido a su posibilidad de reproducción asexual, los genotipos pueden ser más duraderos. 

En poblaciones pequeñas, y una formada por 100 individuos lo es, existe un gran peligro de consanguinidad, con todo lo que esto lleva consigo de negativo. En poblaciones exiguas, no sólo es peligrosa la poca variabilidad génica, también es alarmante la alta tasa de consanguinidad que puede existir entre sus miembros. 

Poblaciones humanas pequeñas suelen
tener problemas genéticos
Existe otra fuente natural de variabilidad génica, y es la inmigración. Consiste en la llegada a una población de un individuo de la misma especie, pero procedente de una población alejada. Que venga o no para quedarse, es cosa de fábulas. Lo importante es que se cruce con individuos residentes de la población y deje descendencia con sus genes que, con toda probabilidad, no todos ellos serán iguales a los existentes en la población de acogida. 

La frecuencia de aparición de los alelos así llegados a esa población receptora es mucho más alta que la que podría esperarse si apareciesen en gametos. Además, la probabilidad de que el gameto portador del nuevo mutante alcanzase el estado adulto es muy remota, y en el caso del inmigrante, llega como adulto que ha superado la acción de la selección natural. Todo son ventajas, como vemos. 

En algunas tribus africanas, los muchachos
inmigrantes son muy bienvenidos
¿Quién es mejor inmigrante, un macho o una hembra? Hay estudios, no rigurosamente confirmados, que indican que los individuos foráneos poseen mayor éxito reproductor que los residentes, incluso en humanos. Pero una hembra de mamífero, debido a su modo de reproducción, está ocupada en la procreación durante un cierto tiempo, mientras que un macho puede reproducirse de modo más despreocupado, al no tener problemas de dedicación a la progenie. 

He comentado situaciones similares en humanos, cómo chicos y chicas adoptan modos y costumbres tendentes a romper situaciones consanguíneas. Hay situaciones históricas que nos hablan de mezclas de poblaciones originadas por migraciones, dando como resultado un enriquecimiento biológico en todos los sentidos. También se citan casos de tribus africanas en las que, cuando llega un muchacho procedente de otra tribu, se le premia eximiéndoles de los trabajos tribales durante un año. Este es un caso comparable al de los machos inmigrantes que he comentado. 

En la actualidad existen programas de renovación génica para poblaciones naturales en peligro. Se hacen al amparo de parques zoológicos y consisten en intercambios recíprocos de machos procedentes de las zonas geográficas afectadas. Esos machos se mantienen con hembras de las poblaciones receptoras durante un tiempo, pasado el cual, el macho se retorna a su población originaria pero ha dejado copias de sus genes en las poblaciones de las que procedían las hembras. Realmente, se ha copiado el efecto que podría haber tenido la inmigración de ese macho. Nacerán hijos suyos con alelos nuevos en las poblaciones receptoras, pero todos ellos serán medio hermanos. La consanguinidad previa no se elimina, pero al menos se conjura el peligro de poca variabilidad génica. 

Lo del tamaño de población es un problema en todos estos casos. Pocos individuos, aparte de ser parientes, no pueden presentar una amplia variabilidad genotípica. Esta variabilidad se refiere a los diversos genotipos que se pueden generar a partir de una variabilidad alélica determinada. El que existan mucha variabilidad genotípica es importante de cara a la selección natural, pues no todos los genotipos posibles tienen la misma capacidad adaptativa

Y de eso se trata en la supervivencia de una población, de que haya individuos portadores de genotipos con diversa capacidad adaptativa, de modo que la selección natural, pueda escoger entre ellos. La selección natural escoge, pero para eso es necesario que haya variabilidad donde escoger.

domingo, 27 de abril de 2014

SOBRE SERES VIVOS: HUMANOS ROMPIENDO LA CONSANGUINIDAD

Existe consanguinidad cuando los miembros de una pareja son parientes. Es decir, poseen uno, o más, antepasados comunes. Por ejemplo, comparten un abuelo, o un bisabuelo. Podemos decir lo mismo indicando que un individuo es consanguineo cuando tiene el mismo antepasado tanto por vía paterna como por vía paterna. En ambos casos los individuos consanguineos pueden poseer un alelo “malo” procedente de ese antepasado común, que les ha llegado por sus dos vías de herencia. Eso puede ser peligroso para sus posibles descendientes. Se rompe la consanguinidad cuando, en poblaciones consanguineas, se producen matrimonios entre personas no emparentadas, normalmente, de fuera de la población.
Entre nosotros los humanos, creo que existen instintos que nos llevan a la ruptura
LOS CHICOS INMIGRANTES SON BIENVENIDOS
de la consanguinidad. Voy a comentarlos ahora pero, antes, quiero indicar que dichos instintos se han manifestado siempre y en todas las culturas de las que tenemos datos.
Por ejemplo, en tribus africanas, existen mecanismos sociales con este fin. Los muchachos procedentes de otras tribus que se integran en alguna debido a que se van a emparejar con alguna chica perteneciente a ella, ven rebajados sus deberes laborales en la tribu que lo recibe a lo largo de todo un ciclo anual. Quienes siguen esta costumbre, desconocen el beneficio genético que representa la llegada del muchacho, pero el beneficio a largo plazo, siempre de índole biológica, es más importante que el que se pueda producir a corto plazo, sumando el esfuerzo de un hombre más a los trabajos tribales de la comunidad.
DE PASEO A OTRO PUEBLO
Por otra parte, existen datos procedentes del siglo XIX y principios del XX, que nos hablan de poblaciones humanas con graves defectos hereditarios, debidos a consanguinidad generada en poblaciones pequeñas residentes en lugares de difícil acceso. En esos lugares, con inviernos largos y duros, los matrimonios consanguineos se formaron del modo más normal. Por ejemplo, en montañas de Galicia, León, Cantabria o en las Hurdes. Pero también ocurrió algo similar en Noruega, en pueblos situados en vertientes de fiordos con difícil acceso, así como en algunos lugares poco poblados de Norteamérica, en este caso, en Estados de grandes llanuras. Todas las taras genéticas desaparecieron mediante causas curiosas. Por ejemplo, en Norteamérica desaparecieron cuando se popularizó el uso de la bicicleta y los jóvenes iban de un pueblo para otro a conocer a otros jóvenes, costumbre que arraigó entre ellos, pues les gustaba conocer personas de otros lugares (Recordemos que vivían en zonas llanas). Con estos paseos, estaban erradicando la costumbre de los matrimonios consanguineos.
UN INVIERNO ENTERO ASÍ
En Noruega se construyeron embalses y las gentes de las aldeas fueron reunidas en grupos de población más grandes, que acogían a poblaciones procedentes de pequeñas aldeas. En ellos, los matrimonios se realizaron entre gente de diferente procedencia, eliminando la consanguinidad en una sola generación. En nuestro país ocurrieron casos similares.
Los jóvenes, ellos y ellas, cuando se trasladan a otras localidades, suelen tener mayor atractivo para establecer parejas con personas pertenecientes a las poblaciones receptoras. Esta pauta reiterada contribuye a la pérdida de consanguinidad en las poblaciones receptoras.
LUGAR DE ENCUENTRO PARA GENTE DE
OTROS SITIOS
Todos tenemos en nuestras mentes las imágenes de enormes discotecas situadas en zonas rurales, alejadas de las poblaciones, pero situadas entre varias, mas o menos equidistantes. Los jóvenes procedentes de esas localidades constituyen su principal clientela. Entre ellos, el conocer a “gente nueva” es un gran aliciente para acudir a dichos establecimientos. Está claro que al hablar de gente nueva, se refieren a jóvenes de otras localidades y, sin ellos saberlo, contribuyen con esta actitud a la posibilidad de la desaparición de la consanguinidad que pudiese existir en sus respectivos lugares de origen.

Son comportamientos normales que se realizan de modo inconsciente, yo diría que instintivo, y que tienen un saludable efecto en la biología de nuestras poblaciones.

martes, 22 de abril de 2014

SOBRE SERES VIVOS. CONSANGUINIDAD E INMIGRACIÓN

A partir de lo que escribo, se puede pensar que, biológicamente, no me gustan las poblaciones pequeñas. Eso es cierto por motivos que voy explicando, pero no quiero generalizar. En realidad, salvo unas cuantas cosas concernientes a biología molecular, en biología no existen reglas generales que reciban el reconocimiento de leyes. 

ESQUEMA DE INMIGRACIÓN
UN INDIVIDUO DE TIERRA FIRME
SE APAREA CON UN HABITANTE
DE ISLA
Lo que es bueno para un grupo de individuos, puede ser pernicioso para otros y siempre depende de la estrategia biológica de la especie en cuestión. Pero los bajos tamaños de población, en casos de reproducción sexual, son peligrosos para el mantenimiento de las poblaciones. Siempre se llega a situaciones consanguíneas y eso puede no ser bueno.
En poblaciones pequeñas, la inmigración constituye en fenómeno biológico importante. Ocurre cuando uno o más individuos procedentes de otra población se instalan en una que llamamos receptora. ¿Por qué es importante? Porque suponemos que los individuos inmigrantes aportan alelos nuevos a la población que los reciben que, por tanto, genéticamente se renueva o enriquece gracias a esto. Lo mas frecuente es que la variabilidad vaya apareciendo a lo largo de las generaciones, que normalmente surge gracias a la  de mutaciones. Pero si la tasa de mutación es de uno por millón (de copias de gen, o de gametos) y la población es de treinta individuos, hemos de pensar que se ha formado a partir de sesenta gametos. Poca variabilidad nueva puede residir en tan exiguo número de gametos con tales frecuencias de aparición. Si, procedente de otra población, llegan individuos adultos, seguro que traen alguna variabilidad no existente en la población que los recibe, que de este modo, se verá enriquecida.
Entre algunos parques naturales, se generan inmigraciones artificiales intercambiando machos. Después de permanecer un tiempo en las poblaciones receptoras, esos machos se devuelven a sus lugares de origen, pero las poblaciones en las que estuvo durante un tiempo, quedan renovadas genéticamente siempre que el macho deje descendientes en ellas.
Esto de los machos inmigrantes es algo muy curioso dentro de la biología de poblaciones, y siempre relacionado con su efecto de ser portadores de una posible variabilidad genética no existente en las poblaciones receptoras. Por ejemplo, existen múltiples datos, tanto en aves como en mamíferos, que nos hacen pensar que esos machos inmigrantes poseen mayor éxito que los machos residentes a la hora de aparearse con hembras de las poblaciones que los reciben. De este modo, los genes portados por esos machos se mezclan en pocas generaciones con los genes de la población receptora. Se generan, por tanto, nuevas combinaciones de alelos. Podemos decir que, genéticamente, la población receptora se enriquece con nueva variabilidad aportada por los inmigrantes. Ciertamente, estos nuevos alelos pudieron haber aparecido por mutación en la población receptora, pero si ésta es pequeña, es poco probable que ese sea el camino biológicamente adecuado. 
Más eficaz será la inmigración. por algunas consideraciones que voy a exponer. Un gameto portador de un mutante nuevo, entre el resto de gametos producidos, tiene pocas probabilidades de fecundar un gameto femenino. Esto es así debido simplemente a su baja frecuencia entre la totalidad de gametos producidos por el progenitor. En caso de poder fecundar, nacerá un individuo que deberá superar la intensa acción adversa por parte de la Selección Natural, antes de alcanzar el estado adulto.  
Cuando se produce una inmigración, el alelo nuevo (o los alelos nuevos ), llegan en un individuo adulto, en estado reproductor, que ya ha superado todas las actuaciones adversas por parte de la Selección Natural. 
En biología de poblaciones, muchos procesos históricos se explican mediante procesos migratorios, pudiento, incluso, deducir el rigen poblacional de los teóricos individuos que migraron.

jueves, 10 de abril de 2014

SOBRE SERES VIVOS: CONSANGUINIDAD (1)

SE AUTOFECUNDAN
Conviene que veamos la Naturaleza como algo muy complejo, de la que se nos escapan múltiples variables. Aún así, la ciencia intenta explicar sus procesos, a sabiendas que serán mejor interpretados según vayamos conociendo más entresijos que influyen en su dinámica.

Hay quien piensa que la vida en la Naturaleza viene a ser algo así como un vodevil de sainete. Para esos, mi artículo anterior sobre tamaños de población, con sus dudas acerca de los tamaños eficaces, se resuelve al momento. Según ellos, el tamaño eficaz ideal, sin necesidad de aplicar fórmula ninguna, es el formado por un macho y múltiples hembras. Al fin y al cabo, esa estructura se llama harén cuando se aplica a mamíferos, gallinero, en caso de gallinas y otras aves, y en vegetales no sé si existe algún nombre específico, pero es la técnica empleada cuando se trata de explotar los productos de plantas dioicas, como el kiwi, en cuyas plantaciones se coloca una planta masculina en posición central, rodeada de varias plantas femeninas. En todos estos casos, el individuo masculino fecundará a las múltiples hembras y la producción estará asegurada.
AUTOESTÉRILES
Pero en esta situación hablamos de estrategias propias de explotaciones, granjeras u hortícolas, donde la finalidad es la producción ayudada siempre por tecnología humana. Otra cosa es cuando se habla de poblaciones naturales, cuando entendemos unas estructuras de individuos que, sin necesidad de ayudas externas, son capaces de perpetuarse a lo largo generaciones.
¿Son capaces de perpetuarse los harenes o los gallineros, sin ayuda tecnológica humana? Yo diría que puede ocurrir, pero creo que no, y me explico. Hablemos de pequeños tamaños, por ejemplo, 30 individuos y ninguno más debido a múltiples razones que no vamos a especificar, por ejemplo, límites de espacio o de recursos. Si la generación inicial la formamos con 29 hembras y un macho, los 30 individuos descendientes que lleguen al estado adulto, posiblemente se distribuirán en una proporción de mitad hembras y mitad machos, pero todos serán medio hermanos, pues son hijos del mismo padre. Esto vale también para los kiwis de antes. Con ese pequeño tamaño de población y el grado de parentesco de los componentes, la población tiene malas perspectivas de supervivencia a largo plazo.
RAZA PURA
¿Es malo ese parentesco entre los reproductores? Pues depende. Hay especies vegetales que son de consanguinidad obligada, pues se reproducen por autofecundación. Es el caso de guisantes, judías, garbanzos, lentejas, tojos, robinias y un largo etcétera. Especies tanto cultivadas como silvestres, y en ellas la consanguinidad no parece representar un peligro.
También en animales existen casos de seres excelentes con un alto grado de consanguinidad, como son los animales (perros, caballos, toros, etc.) de raza en cuyos árboles genealógicos aparecen progenitores que son parientes (Aunque en este caso son consanguíneos conseguidos de modo artificial). En humanos, una mujer altamente consanguínea fue Cleopatra, y no ha pasado a la historia por poseer ningún tipo de tara biológica, mas bien se habla de ella como una mujer inteligente y hermosa.
RAZA PURA
Por otra parte, también en animales y vegetales existen mecanismos para impedir la consanguinidad. Son otras especies que tienen como estrategia la fecundación cruzada. Los cerezos son autoestériles, lo mismo que las prímulas y hay múltiples mecanismos en plantas con flores masculinas y femeninas para que la maduración de los diferentes órganos no sea simultánea, de modo que cada flor o es masculina o femenina, nunca presenta los dos sexos a la vez no pudiendo, por tanto, autofecundarse.
¿Es mala la consanguinidad? No, no lo es. Ocurre que puede ocasionar la aparición de taras genéticas poco frecuentes en las poblaciones pero que,
en descendencias de cruzamientos consanguíneos, pueden aparecen con mayor frecuencia, si acaso los progenitores son portadores de estos caracteres.

AUTOESTÉRILES
Hablaré de este tema con mayor detalle en futuros artículos.