sábado, 26 de octubre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXXI) LA TARTA DE SANTIAGO


 La tarta de Santiago constituye un poste típico en la totalidad del territorio gallego, si bien su origen está en Compostela. Está compuesta por almendras pulverizadas, huevos y azúcar. De forma circular, plana, en su parte superior destaca la Cruz de Santiago, perfilada sobre un fondo de azúcar glasé. Este detalle le fue añadido a la tarta en el año 1924 por el repostero compostelano D. José Mora y hoy es uno de sus sellos identificadores, sin tener en cuenta en qué localidad haya sido elaborada.
La tarta forma parte de la gastronomía santiaguesa, de modo que ya en el siglo XVI se habla de ella como algo “de siempre”. Hoy es algo que los peregrinos, al retornar a sus lugares de procedencia, suelen llevar de regalo a quienes le esperan.

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Siempre encontré algo que no me encajaba en lo relativo a esta tarta y en concreto, en su aspecto de típica.  Creo que los platos típicos, postres incluidos, se hacen con productos del país, que están al alcance de la mano de cualquiera, por decirlo de algún modo. Pero esta tarta se hace a base de almendra y en Galicia, hasta donde yo sé, no hay almendros que puedan sustentar tal producción. Esto siempre me dio mucho que pensar, y más teniendo en cuenta que nunca le he encontrado una explicación por más que he preguntado a quienes me pudieran haber explicado. 
Era conveniente que encontrase el origen de un aporte de almendras a Santiago de Compostela. Y si éstas generaban un postre "típico", dicho aporte debería ser regular en el tiempo, pues una sola acción nunca ha generado tipismo. Indagando por mi cuenta, he encontrado que tanto las almendras como la sal, fueron objeto de tributo e impuestos durante la Edad Media. 
Pienso que estas tartas tienen su origen en siglos anteriores al XVI, pues ya entonces se habla de ellas como algo peculiar en Compostela.  ¿Qué persona, o entidad, compostelana podía cobrar impuesto o recibir tributo en la Edad Media? Sólo una, Diego Gelmirez. que gobernó la diócesis compostelana (bajo su gobierno accedió al rango de archidiócesis) desde 1100 a 1140. El obispo tenía muchas ganas de ser arzobispo, y cuando lo consiguió, fue nombrado arzobispo de las tierras a conquistar en el sur peninsular. (Hay un nombre jurídico de esta figura, que desconozco).
 Así que tenemos a Diego Gelmirez como arzobispo de tierras lejanas, gobernándolas y, por tanto, recibiendo de ellas los tributos correspondientes. Las almendras constituían materia frecuente de dicho tributo, debido a varias ventajas que tenían: eran nutritivas, fáciles de almacenar, duraderas y no muy pesadas. Ésta puede ser una posible explicación de la presencia masiva y periódica de almendras ne Santiago.

AUSENTE EN GALICIA
Tal vez alguno de los portadores de los tributos comentase que en sus tierras de procedencia, con las almendras se hacían apetitosos dulces y en ese comentario pudo estar el origen de las tartas que seguimos degustando.
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En todas partes, los gustos de las clases acomodadas, sus costumbres y sus normas, han sido copiados por el resto de personas. Pienso en algunos de estos casos. Las figuras representando los belenes en navidad, llegaron a Madrid de mano de los Borbones al Palacio Real en el siglo XVIII. Permitieron que la gente de Madrid lo visitase, y aquel mismo año, en la Plaza mayor de la Villa, se vendieron figuras para hacer belenes en las casas particulares madrileñas. Se agotaron las figuras. En Galicia, la flora ornamental entró a través de los pazos, gracias a relaciones que tenían los señores con personas que les pudieron proporcionar plantas exóticas. Aún hoy, la camelia es una de las flores con mayor prestigio entre nosotros y vemos cómo aparecen en muchos ajardinamientos modernos, tanto públicos como privados.

Quiero creer que con la tarta que se tomaba como postre en el palacio de Gelmírez ocurrió algo similar, que pronto fue comercializada y desde entonces disfruta de gran prestigio entre todos.
El que poco a poco la tarta, como tal postre, se fuese extendiendo a lo largo de los sitios del Camino, tampoco es tan extraño. Había diversas entidades que podemos considerar encargadas de hacerlo.

sábado, 12 de octubre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXIX) SEÑORÍO EN BARBADELO

En la montaña lucense, el otoño está llegando y en Barbadelo no va a ser de otro modo. El campo, silencioso, nos acoge después de que hayamos atravesado una hermosa carballeira llena de los sonidos propios del bosque. Crujidos de ramas, canto de aves y otros más, difíciles de identificar, han quedado atrás. Ahora estamos en una campa libre, diáfana, que nos deja ver los Ancares por un lado y el Cebreiro por otro. Casi estamos a su altura, pero no nos engañemos, estamos más bajos. El horizonte se muestra nítido, es el regalo de los aires fríos, y distinguimos perfectamente cada uno de los árboles situados en su línea.

El silencio lo impregna todo. Es esa solemnidad rural a la que nunca nos acostumbramos en Galicia.
AL FONDO ENTRE LA NIEBLA, LOS ANCARES
DESDE BARBADELO
En todo caso, un pájaro canta vaya uno a saber dónde, o una máquina suena, también por algún sitio indeterminado.
Y casi oculta, hay que saberla vislumbrar, está la iglesia. Una maravilla románica poco deteriorada a pesar de los siglos que tiene en su historial, pues ya el Códice Calixtino nos habla de ella como algo señorial. Eso sigue siendo, señorial, para quien la mira con ojos atentos.
IGLESIA CON EL MURETE DONDE VEMOS EL VIACRUCIS
Y LOS PILARES DEL POSIBLE PORCHE
La iglesia viene a representar el contrasentido, a veces consustancial, de estas tierras. Un templo robusto, elegante, hermoso y muchas cosas más, en un paraje totalmente deshabitado, aunque con cementerio que lo rodea, que habla de una buena y poblada parroquia. Cuando hay entierro, no se puede aparcar en ningún sitio con tanto coche como acude a la triste llamada, pero cuando no lo hay, es raro encontrarse con alguna persona por aquel entorno, a no ser los peregrinos que pasan teniendo a Compostela como meta. Mientras, la iglesia, majestuosa con su hermosa fachada, sigue haciendo frente al sol de la tarde o a la lluvia cotidiana.
La fachada puede parecer extraña en un primer momento, hasta que nos percatamos de que sólo tiene una torre. Y no es que le falte. Si miramos bien, vemos que ya fue diseñada de ese modo. Esa única torre le confiere una personalidad inolvidable.
ARRANQUE DE LA TORRE
EN EL INTERIOR
Barbadelo tiene una asombrosa colecciónde capiteles colocados allá donde los constructores quisieron que estuviesen. Capiteles con monstruos, guirnaldas, motivos vegetales o dibujos de difícil interpretación. Con el encanto de no estar en museo, sino manteniendo la función que se pensó que tuviesen desde un principio. Difícil interpretación para nosotros, que no para aquellos para quienes se labraron. A veces pienso en que cada cultura ha generado sus símbolos correspondientes. Nosotros no entendemos los de entonces, pero somos capaces de seguir una autopista sin más información que la que nos dan los símbolos presentes en los paneles, o manejamos un complicado mando a distancia gracias, también, a sus símbolos explicativos. Culturas y símbolos. Tal vez estamos fuera del mundo que construyó Barbadelo. A veces, decir que sí constituye una tentación sencilla.
ALTAR MAYOR
Rodeando la iglesia, hay un murete con cruces de granito formando un víacrucis y también unas columnas que bien pudieron servir de soporte a un pórtico que rodease parte del templo, como existe en otras iglesias de la montaña luguesa.
Junto, pero separado, existe un edificio con fachada renacentista. Hoy
ANTIGUO EDIFICIO MONACAL
hace las veces de casa parroquial, pero antaño tuvo usos monacales dependientes del de Samos.
Diría que el tímpano está hecho con piedras utilizadas anteriormente. Hay una, de mayores dimensiones, de forma pentagonal, que descansa sobre las jambas de la puerta. Está labrada por ambas caras y en la parte exterior presenta un dibujo geométrico alrededor de una figura central antropomorfa. En su parte interior, esta misma pieza tiene una ornamentación de círculos tallados. Como el semicírculo del tímpano de entrada no encaja con la forma pentagonal, los huecos están rellenos con otras piedras talladas. En la parte superior, y dando al frente, hay una figura humana con los brazos levantados, como saludando.
TIMPANO. PARTE EXTERIOR
El interior de la iglesia es limpio, íntimo y amplio. Destaca el elegante arranque de la torre, mediante columnas que dejan vistos los primeros tramos de escaleras.
El retablo es barroco, con policromía popular y buenas tallas.
Siempre me encuentro muy a gusto en Barbadelo. En contraste total con la grandiosidad del Monasterio de Samos, a tan sólo unos 15 km. de distancia, este lugar representa para mí la introversión, el pensar para uno mismo, el reflexionar  callado sin abandonar las buenas formas, eso de que tanto se necesita hoy. No creo que aquí se hiciese nada por afán de simular o impresionar. Me gusta pensar que todo se hizo para inducir en el peregrino un estado de ánimo que hoy se nos queda algo velado, pero que nos impresiona y gusta.

TIMPANO. PARTE INTERIOR
Tal vez el otoño influye en los pensamientos, pero el esplendor del verano ha dejado paso a la serenidad de esta nueva estación. Los peregrinos que antaño llegaron a este lugar de Barbadelo, tal vez supieron interpretar todo cuanto se les decía en sus relieves y capiteles. Hoy no es así, pero ahí está la iglesia como testimonio de otros tiempos, otros modos de lecturas y dando la sensación de que por ella no pasa el tiempo. Elegantemente en su sitio para quien se le acerque y la mire con cariño y respeto.


ATARDECER OTOÑAL EN BARBADELO

sábado, 5 de octubre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXVIII) INFLUENCIAS QUE VIENEN Y VAN

Se dice del camino de Santiago que ha sido un camino de recíprocas
REY DAVID. FACHADA DE PLATERIAS.
CATEDRAL DE COMPOSTELA
influencias culturales entre 
España y el resto de Europa. A veces, me gustaría saber cuántos peregrinos vinieron a Compostela en el siglo XIV, por decir una fecha. Me impresionan los peldaños desgastados que conducen a la cripta de la catedral compostelana, o las huellas dejadas por los dedos de los peregrinos en el parteluz de jaspe del Pórtico. Ahora vienen cientos de miles y, que yo sepa, tales huellas no han incrementado su desgaste. Y casi me atrevo a decir que en un Año Santo actual vienen más peregrinos de los que vinieron en muchos años pasados.

Vinieron con culturas propias, que fueron desparramando a la largo del Camino, y se fueron también después de haber conocido peculiaridades nuestras, que llevaron consigo a todas partes. Menéndez Pidal rastreó vestigios de nuestro Romancero por países europeos, y se encontró lo que intuía que encontraría. Por muchos sitios había restos de nuestros héroes. Incluso en Dinamarca encontró una réplica de nuestro Gerineldo, con el noble que pone a su espada por testigo del deshonor de su hija

CABEZA QUE INDICA ORIGEN IRLANDES
VILAR DE DONAS
Más recientemente, los hermanos Grimm hicieron suyos varios cuentos extraídos de capítulos de nuestro Conde Lucanor, del Infante D. Juan Manuel. Los hacedores del paño que sólo verían aquellos que fuesen hijos de quienes creían ser, antes de ser centroeuropeos fueron castellanos.
Estos dos datos me sirven para indicar cómo los peregrinos se llevaban partes de nuestra cultura. No en bloque, cada uno llevaba aquello que más le había impresionado y luego lo adaptaba en su lugar de origen. Otros no se llevarían nada.
Es muy frecuente, entre los estudiosos del Camino, hablar de influencias. Sí, está muy bien eso, pero las influencias tuvieron que viajar, alguien las tuvo que traer e ir dejando acá o allá, tal vez sin siquiera darse cuenta. Supongamos que en el momento de la transición del románico al gótico, llegan comentarios de un nuevo estilo que aparece en otras tierras. Vienen gentes de allí y se les propone, en algún sitio, pintar o esculpir algo
ANGEL PESANDO ALMAS
VILAR DE DONAS
manifestándolo en el nuevo estilo. Bien pudo ser de este modo.
Alguien foráneo que pinta o esculpe de acuerdo con los estilos de otras tierras. Y lo hace vistiendo a los personajes con las ropas de sus países de origen. O bien toma su aspecto como indicativo del mismo. En Vilar de Donas, en la piedra clave de la arquivolta exterior de la fachada, una cabeza muestra su corte de pelo al estilo irlandés tal vez para indicarnos quiénes esculpieron la fachada.
Bien es cierto que en el interior de esta iglesia hay un ángel con una balanza pesando almas, idea que también procede de Irlanda del siglo XIII.
Me gusta pensar en artistas del tipo de Narciso y Goldmundo, el libro de Hermann Hesse, llevando el nuevo estilo de escultura de un monasterio a otro en pleno siglo XIII. Tal vez personas de este cariz vinieron a Compostela y se ganaron el sustento con sus habilidades, mientras jalonaban su Camino con trabajos suyos que hoy podemos contemplar.
HOLANDESES ELEGANTES
VILAR DE DONAR
En Vilar de Donas, también, algún pintor holandés debió pintar los frescos del ábside, dejando los tocados propios de los Países Bajos en los personajes allí representados.
En Compostela hay una bonita iglesia, Sta. María del Camino, que en su interior conserva el tímpano románico que tuvo en su día. Los pliegues de los personajes son centroeuropeos, así como los sombreros de S. José y el donante. Por estos ratros vamos sabiendo quiénes pudieron esculpir qué cosas.
TÍMPANO DE STA. MARÍA DEL CAMINO
SANTIAGO DE COMPOSTELA
La catedral que sirvió de modelo a la nuestra es Saint Sernin de Toulouse. Pero no sólo la inspiración está en el trazado de las naves. Muchas esculturas y relieves de nuestra catedral encuentran su fuente en Saint Sernin. ¿Copia? De ningún modo. Los artistas afamados eran llamados de un sitio para otro y es muy posible que sin siquiera quererlo ellos mismos, sus mismas obras sirviesen de inspiración para otras nuevas. La fachada de Platerías de nuestra catedral está llena de esculturas que evidencian su influencia de Toulouse, cuando no la misma mano escultora, que también.

A veces me gusta encontrar estas influencias y reflexionar sobre todo lo
que eso significó y significa.