viernes, 31 de octubre de 2014

VISITANDO MONASTERIOS

SAN CLODIO
Me gustan mucho los Monasterios. Y me sobrecogen. Los encuentro como una arrogante manifestación de poder incuestionable mediante una belleza tremenda, también incuestionable. (¿Por qué al poder le gusta revestirse de belleza?). Todos los que conozco, y son algunos aquí y allá, me infunden un gran asombro, como si fuese la primera vez que los visito, y me gusta repetir visitas.

Las fachadas, de las que hablaré cuando sea, ya indican que allí dentro hay algo diferente, pero eso se nota más, y de qué modo, al penetrar en el primer claustro. De Caballeros, de Peregrinos, de Visitantes, y de maneras similares les llaman los monjes. Es decir, el claustro en que se recibe, y da cobijo, a quienes llegan. En Sobrado dos Monxos se siguen hospedando a los peregrinos en ese claustro.
CELANOVA
Pero si en su exterior la sensación que daba el Monasterio era la de ser otro mundo, en ese claustro nos encontramos con la grandiosidad hecha arquitectura, tal vez para empequeñecer al visitante. Todo aquí es grandioso: la fuente central, las columnas, los arcos, las dimensiones, la escalera que lleva a las dependencias abaciales y que quiere remedar la de un gran palacio. Y todo ello embebido en un gran sosiego. Si hubo ruido fuera, allí quedó. Todo el ajetreo mundano ha desaparecido, aquí todo es calma y grandiosidad. Si a través de esa puesta en escena, los monjes constructores quisieron propiciar un espíritu de sometimiento en quienes penetrasen en ese claustro, creo que lo consiguieron. Quedaba claro quién mandaba allí.
SOBRADO DOS MONXES
Otro cosa es el claustro adyacente, conocido como de las Procesiones. Rezuma intimidad y la inspira a quienes, hace poco, estaban asombrados en el anterior. Todo lo importante de la vida monacal gira alrededor de este claustro. La iglesia, el comedor, la cocina, la sala capitular, todo tiene su acceso a través de él. Por eso, dada su importancia en la vida monacal, suele estar muy decorado desde un punto de vista arquitectónico, para indicar que se está en un lugar especial.
A veces me gusta evocar una procesión en un claustro de Procesiones. Los monjes en dos filas, a distancia marcada unos de otros, precedidos por la cruz abacial, con las insignias reglamentarias en medio de las filas y, al final, el Abad revestido de sus ornamentos con toda su boato.
Era el último en salir de la iglesia, cuando la procesión casi había rodeado la totalidad del claustro, a punto ya de entrar en la iglesia la cruz inicial. No podía ser que esa cabecera encontrase entorpecida la entrada a la iglesia porque la procesión aún no había terminado de salir.
Dadas las distancias de unos monjes a los siguientes, era posible
SAMOS
calcular cuánto mediría la procesión conociendo el número de sus participantes. Puesto que el número de monjes estaba prefijado en el momento de erigir el Monasterio, la longitud de la procesión marcaba la dimensión del perímetro del claustro de procesiones, independientemente de que fuese cuadrado o rectangular. Lo importante era el perímetro, pues en él se acogería la procesión entera.
El número de habitantes del Monasterio era importante en el momento de señalar las dimensiones de las diferentes estancias y servicios monacales, pero también indicaba el perímetro del Claustro de procesiones.
A veces, es bonito recordar estas cosas paseando por los hermosos claustros de Procesiones que tenemos.

NOTA: Las fotos que presento corresponden a otros tantos Claustros de Procesiones de los Monasterios que indico.



miércoles, 22 de octubre de 2014

AQUELLOS LIBROS ANTIGUOS...

Un buen amigo me regala un libro editado en 1947,  “De la Física la Biología”. Su autor, el Prof. Julio Palacios. Han pasado años desde que se publicó, unos años en que la ciencia ha avanzado mucho, y no sólo en contenido. También ha aumentado el número de investigadores que buscan repuestas a las múltiples preguntas que se formula el mundo, no sólo el científico.

Cojo el libro con respeto, casi con veneración. Me paro a ver en él cómo han cambiado las cosas que se conocen y cómo se interpretan hoy en comparación a cómo se interpretaron en la fecha en que fue escrito. En general, el contenido del libro está de acuerdo con lo que se dice hoy, 2014, acerca de los temas que trata. Pero se nota el aumento de conocimientos que disfrutamos hoy. El tiempo pasa de modo inexorable para todos.
HISTOLOGÍA, DE CAJAL
LO TUVE DE TEXTO EN LA
UNIVERSIDAD
En los libros escritos por maestros, hay cosas que no cambian en la manera de presentar los conocimientos. Es la prudencia del autor en el momento de enjuiciar datos, analizar resultados, presentar opiniones. Me gusta comprobar cómo aquellos que siguen influyendo en el pensamiento actual, huyeron de dogmatismos cuando plasmaron sus opiniones en obras que más tarde serían leídas por todos y consideradas pilares de la ciencia. Una prudencia que se manifiesta en frases cautelosas tipo “Parece que…” “Existen indicios para pensar…”, “Podría interpretarse como…” Frases en las que se dice lo que se quiere, pero con la prudencia que obliga a rechazar la rotundidad, porque, a fin de cuentas, las verdades en ciencia son pocas y suelen estar substituidas por ideas en continua revisión.
CÉLULA NERVIOSA 
DIBUJO DE CAJAL
Desde siempre, la ciencia es un cuerpo de conocimientos que intentan explicar el entorno, contando con los conocimientos disponibles en cada momento. Al aumentar los conocimientos, la ciencia entra en fases de revisión. En realidad, nunca sale de ellas.
En este libro que comento, se nos habla del gen desde una óptica que respeto. No obstante, las investigaciones posteriores a su escritura, han tomado caminos diferentes a los enunciados presentados en él. El descubrimiento de los ácidos nucleicos, y su estructura, abrieron vías nuevas a la investigación.
Hablando de libros antiguos, o de autores influyentes en la ciencia, no faltan quienes digan que personas clave como Mendel o Cajal por ejemplo, están superados. Me gustaría que me explicasen qué entienden ellos por “superados”, porque si entienden que sus conocimientos han sido acrecentados en la actualidad, están en lo cierto. Pero todo este aumento de saber no ha hecho más que apoyarse en los principios establecidos por ellos. Los trabajos recientes han servido para dar mayor valor a los pioneros. Si eso es estar superado, me parece un adjetivo muy halagüeño.
CAJAL
Pero tal vez quieran decir que los nuevos conocimientos han hecho anticuado todo lo aportado por los fundadores de las diferentes ramas del saber, cuyos hechos y descubrimientos ya no interesan a nadie. A esos, yo les aconsejo que mejor queden callados, que es un modo muy eficaz de no mostrar la propia ignorancia.


miércoles, 8 de octubre de 2014

PLANTAS QUE SE PARECEN A PLANTAS

Podemos imaginar una población de ortigas más o menos numerosa.
ORTIGA
Ningún herbívoro comerá sus hojas, por tanto vivirán bien. De hecho, en el campo es difícil que encontremos ortigas con mal aspecto. Todo va bien en esa población, debido a que está bien defendida.

Otras plantas del ecosistema no notan la presencia de las ortigas, como es el caso de los arbustos. Pero hay hierbas que pueden resultar muy beneficiadas por su presencia. Me refiero a plantas tipo menta, parietaria y otras, que tienen la característica de parecerse en aspecto a la ortiga.

MENTA
Esta morfología les sirve de protección, pues después de que el herbívoro haya probado la ortiga y se desencadenase en él el reflejo condicionado consiguiente, todas las plantas con un aspecto similar, se verán protegidas del ataque del predador. Y esto ocurre sean o no sean ortigas. Es decir, sean dañinas o no para el predador. En este caso, la defensa de las ortigas está constituida por las múltiples vesículas urticantes de las que todos tenemos experiencia. La defensa de la menta, por ejemplo, consiste en su parecido morfológico con la ortiga. De hecho, si observamos poblaciones de ortigas en el monte, nos encontramos siempre que están acompañadas por otras plantas de aspecto parecido, pero de las que sabemos que son inocuas.
Este fenómeno se conoce como “Mimetismo batesiano” y consiste en
PARIETARIA
que dos o mas especies son similares en morfologías, aunque sólo una de ellas está armada con mecanismos de defensa ante predadores. El predador asocia esa morfología con una mala experiencia al comerla, y todas las especies que comparten apariencia están protegidas.
El nombre de “batesiano” hace memoria a su descubridor, Henry Walter Bates, un científico británico que estudió mariposas del Amazonas en la segunda mitad del siglo XIX, encontrando muchos casos de este tipo, principalmente en insectos.
No obstante, en las poblaciones naturales con especies en las que ocurre este mimetismo, hay un modo de selección muy interesante. Lo conocemos como “Selección dependiente de las frecuencias”. La población estará estabilizada, en cuanto a censo de especies de cada tipo, siempre que el número de ortigas sea superior al de formas protegidas. Si éstas son más numerosas, los predadores posiblemente agredirán impunemente a la población hasta encontrar formas agresivas. Entonces se irán.
Si, por el contrario, las formas agresivas son las más frecuentes, es
¿QUÉ ES?
mayor la probabilidad de que los predadores empiecen por ellas probando la agresión, por tanto, dejando a la población.
Si observáis una población de ortigas en el monte, fijaros cómo las formas inocuas acompañantes son menos abundantes. En ese caso, están en equilibrio de frecuencias.

Por cierto, una vez un amigo me indicó que él diferenciaba perfectamente a las ortigas de las mentas. Yo le dije que las plantas querían engañar a los herbívoros, no a él. Creo que le molestó mi respuesta.


jueves, 2 de octubre de 2014

SOBRE BIOLOGIA: PLANTAS CON PINCHOS

Los animales pueden huir cuando les van mal las cosas en un lugar determinado, o cuando son agredidos, que es un modo de irles mal. Las plantas no disponen de esa posibilidad, Lo he comentado en otras ocasiones, y lo repetiré más veces. Están ancladas al suelo y allí han de librar la constante batalla por su supervivencia hasta llegar a las formación de las semillas y contribuir, de este modo, a la formación de la siguiente generación.

En una entrada anterior me he referido a plantas que poseen
TALLO DE ZARZAMORA. FIJARSE EN LA
 ORIENTACIÓN DE LAS ESPINAS
cristales de diversa naturaleza en sus hojas para, de ese modo, ahuyentar a sus predadores. Después de haberlas mordido una sola vez, se genera en ellos el reflejo condicionado. También las hay con otros tipos órganos, todos ellos encaminados al mismo fin. Vesículas urticantes y espinas son estructuras de este tipo.
Ahora quiero hablar de espinas y no de las de los cactus que, evolutivamente, son hojas transformadas. La poesía suele hablar de la belleza de la rosa que, ¡Ay! va acompañada de espinas. La belleza y el dolor suelen ser compañeras de viaje, pero no viene al caso aunque sí el hecho de que vinculemos ambos caracteres.. Las rosas y las plantas de su familia taxonómica, rosáceas de nombre, tienen espinas como mecanismo de defensa ante los múltiples herbívoros que conviven con ellas en sus hábitats. Las espinas están esparcidas a lo largo de los tallos y en los nervios de las hojas. En ambas situaciones, las espinas están dirigidas hacia atrás, en una posición con la que se clavará en la lengua y el paladar del herbívoro cuando éste introduzca esas partes en su boca y quiera tirar de ellas para separarlas de las plantas mediante un tirón. El reflejo condicionado
CARDO MARIANO
surge con los pinchazos y la planta queda protegida.
Hay un cardo muy utilizado, el llamado cardo mariano. Su flor debe ser muy nutritiva para sus predadores, pues tiene abundantes brácteas y muchas flores o semillas. Nosotros no digerimos la celulosa, pero los herbívoros sí. Por otra parte, las semillas poseen un elevado poder nutritivo (recordemos su presencia en nuestra dieta). No obstante, esas flores están muy protegidas gracias a las abundantes espinas que poseen las brácteas que las rodean. Ningún herbívoro intentará comerlas.
ACEBO A RAS DEL SUELO
Hablando de espinas, y ya termino, hay un caso muy bonito y es el del acebo. Todos conocemos sus hojas espinosas, paro tal vez no muchos se hayan fijado en que únicamente lo son las hojas inferiores. Una planta de 70cm. de altura, tiene todas las hojas espinosas. Pero cuando es mayor, podemos observar que a partir de determinada altura, que suele ser unos dos metros, las hojas son de borde liso. ¿Qué ocurre? Es consecuencia de una mutación muy interesante, pues las espinas, que sirven como defensa de predadores que están en el suelo, no en ramas, aparecen hasta la altura a la que pueden llegar esos agresores. Mas arriba de ese nivel, las espinas ya son superfluas y las plantas no las forman, ahorrándose el coste metabólico de sintetizarlas.

A CIERTA ALTURA. EN EL ACEBO COEXISTEN HOJAS
 ESPINOSAS Y SIN ESPINAS
Hablaré de otras estructuras y dinámicas adaptativas.