
Celebro el aniversario publicando la entrada más leída del blog
EL MAESTRO MEDIEVAL BERNARDO DE CHARTRES

Ahora quiero comentarlas aquí, pero creo que antes debo presentar al Maestro de Chartres.
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El Maestro Bernardo ejerció su docencia en la Catedral de Chartes en los primeros años del siglo XII. Neoplatónico convencido, su fama de intelectual ha llegado hasta hoy. Se le atribuye una frase muy fructífera en el mundo del conocimiento.
“Somos unos enanos encaramados en los hombros de unos gigantes. Así, vemos más lejos que ellos. Y no porque nuestra mirada sea más aguda o nuestra estatura más alta, sino porque ellos nos llevan encima y nos elevan sobre su altura gigantesca"
Con esta frase, humilde en la concepción del propio valor, hacía un gran
reconocimiento del saber a lo aportado por los clásicos. La frase tuvo mucha fortuna, incluso en siglos posteriores.Su discípulo John de Salisbury (S.XII), le atribuye la autoría del siguiente poema:
Quae vero sint discendi claves senex Carnotensis paucis expressit:
Mens humilis, studium quaerendi, vita quieta
scrutinium tacitum, paupertas, terra aliena.
Haec reserare solent multis obscura legendo.
(El viejo [Bernardo] de Chartres expresó en pocas palabras cuáles son las claves para aprender:
Mente humilde, afán de buscar, vida tranquila,
reflexión silenciosa, pobreza, tierra extranjera.
Estas cosas y la lectura suelen aclarar a muchos cuestiones oscuras.)
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Quiero presentar esas cualidades que Bernardo de Chartres exigía en el siglo XII a quienes querían aprender y se adentraban en el mundo del conocimiento.
Mens humilis. Mente humilde.
No conozco a ningún amante del saber que sea soberbio en lo que sabe. Más bien los conozco humildes, con la humildad que confiere creer que cualquiera le puede aportar algún tipo de conocimiento. Por eso el sabio pregunta a quien supone que le puede enseñar algo, independientemente de su rango. Muchas páginas de la historia del conocimiento nos describen que un sabio aprendió de un profano cosas que luego sirvieron para el avance de la ciencia. Siempre ha habido iletrados que enseñan a sabios, o sabios humildes que aprenden de iletrados.
Studium quaerendi afán de buscar.
Tampoco conozco a algún estudioso que se conforme con lo que sabe. Su afán de conocimiento es constante, con el saber como un fin en sí mismo. Para el amante del saber, nunca existe una meta ni un listón en el conocimiento. Pero el estudio es un acto positivo de voluntad. Se estudia porque se quiere hacerlo, a nadie se le puede obligar esta tarea, como hoy pretenden hacer muchos.
Vita quieta, vida tranquila.

Scrutinium tacitum, reflexión silenciosa.
En español tenemos una palabra derivada de scrutinium, escrutinio, y la aplicamos al estudio riguroso y atento de algo en lo que no debe haber error (escrutinio de votos, por ejemplo). Estudio atento en silencio, introvertido es lo que requiere el Maestro Bernardo. Luego se comentará, se contrastará, pero el ejercicio silencioso siempre en necesario, y clave, en el aprendizaje.
Paupertas, pobreza.

Terra aliena, tierra extraña.
Tal vez el más cruel, pues el sabio, por serlo, será considerado como alguien ajeno a la sociedad. Incomprendido desde el principio, siempre será considerado como alguien extraño. La sociedad tiene unos fines, los rendimientos y plusvalías. El mismo conocimiento es el fin de los desvelos del sabio, por eso es incomprendido y considerado como alguien que vive en otro mundo.
También de Bernardo de Chartres es esta sentencia:
INIMICUS HOMINIS INSIPIENTIA EIVS.
AMICUS HOMINIS SAPIENTIA.
(El enemigo del hombre es la propia ignorancia.
Su amigo, el saber.)
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