Hablándonos de los dioses olímpicos, nos cuentan que Démeter era la diosa encargada de adornar
y cuidar la superficie del monte Olimpo y, también, de la terrestre. Como jardinera celestial, se preocupaba de las plantas, sus
flores y sus frutos. Hacía su trabajo bien y con la aprobación de los demás
dioses, que apreciaban su dedicación. Démeter tenía una hija de nombre
Perséfone. Como corresponde a las muchachas protagonistas de este tipo de historias, era muy
hermosa a la par que virtuosa. Es decir, todo perfecto como debe ser en tan
inmortales personajes.