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lunes, 20 de mayo de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XII) TÍMPANOS DIDACTICOS


En Compostela acostumbramos a charlar de nuestra ciudad. Con cariño pero también con exigencia, pues muchas veces nos duele comprobar lo que se hace en relación a lo que se podría hacer. Como en todas partes. Cada uno de nosotros tenemos nuestros referentes. De uno de ellos, el Padre Francisco Brandariz, S.J. director del Colegio Mayor en que viví varios años, aprendí a profesar cariño a esta ciudad. Gran europeísta, decía que si a diversos especialistas en Historia Medieval se les pidiese una lista de las diez ciudades que más habían contribuido a forjar la idea de Europa, en todas ellas aparecería Compostela. El orden que tuviese en cada una sería variable, pero estaría en todas. Pasados muchos años, sigo creyendo esta afirmación de mi amigo y maestro, ya fallecido.

Creo que, a veces, desde esta ciudad se quiso dar lecciones de teología a la cristiandad, aprovechando el tirón del Camino a Santiago. Las órdenes religiosas que vigilaban por el buen fin de los caminantes, no iban a dejar que transitasen sin recibir sus buenas dosis de doctrina. La enseñanza llegaba a modo de figuras esculpidas o pintadas en los templos que servían de jalones a lo largo de las muchas jornadas de caminar. Símbolos reconocibles por parte de un público mayoritariamente analfabeto, a quien toda la información le llegaba a través de lo que viese, y supiese, interpretar. En este sentido, pórticos, capiteles o los tímpanos, venían a ser como unidades didácticas con las que se pretendía transmitir información y formación doctrinal.
Sobre cada Rey, aparece su nombre
En la Edad Media, la idea que se tenía de nuestra presencia en el mundo era la de unos seres que habíamos venido a sufrir para, al final, poder alcanzar la vida eterna. En muchos lugares, entre ellos el Pórtico de la Gloria compostelano, se nos representa a Jesucristo como juez que verá si somos merecedores de tal favor.
Otra representación es la adoración de los magos. El hecho, desde el punto de vista doctrinal, se llama epifanía, un término de raíz griega que viene a decir “manifestación fuera”. En la adoración de lo magos, Cristo es venerado por sabios gentiles. Es en el evangelio de S. Mateo donde se nos narra la llegada de estos magos. No nos dice ni su número ni sus nombres. No obstante, en grabados del siglo XIII ya aparecen tres y en una pintura presente en el Museo de Arte de Cataluña, aparecen ya con sus nombres sobre cada uno de ellos. Los nombres son los que han llegado hasta nosotros. Pero los tres magos son blancos, así como en pinturas del siglo XIV.
Siempre me intrigó el número de tres, pues ha sido fruto de la tradición, si bien sabemos que las tradiciones pueden inventarse en un momento dado. No obstante, si Cristo se presenta como alguien importante ante los gentiles, el número de tres podría representar, en plan selecto, un gentil por continente conocido. Pero que si cada uno representa a un continente, tendrá que haber algún negro. Creo que esa puede ser la causa.
En las iglesias del Camino, tenemos varios tímpanos románicos con
Tímpano de la Corticela
epifanías. Me gusta mucho el de la Corticela, capilla románica hoy adosada a la catedral compostelana. Su tímpano tiene algo que me atrae mucho, y es la inclusión de las arquivoltas en una concepción espacial del tema representado. La Virgen con el Niño y un mago están en el centro del tímpano, digamos que “dentro”. En la arquivolta más interna, como esperando entrar, están los otros dos magos. Y en la externa, como en el exterior, están los caballos que han servido de medio de locomoción y que han quedado fuera.
S. Félix de Solovio. Baltasar es negro
En el tímpano de S. Félix de Solovio, la capilla compostelana erigida sobre el lugar en que, a comienzos del siglo IX, habitaba el monje descubridor de los restos del Apóstol, hay un tímpano románico tardío que representa una epifanía. Aunque está completamente desprotegido de rigores atmosféricos, el tímpano conserva bastante bien su policromía inicial y vemos en él cómo uno de los magos es de color negro. Ya están representados los tres continentes conocidos rindiendo pleitesía. Hay opiniones que indican que es en este tímpano donde por primera vez se representa a uno de ellos con este color (nuestra tradición quiere que sea Baltasar). Poco más tarde, en el arte europeo ya serán estos los colores determinantes de los tres magos.
Leboreiro cerca de Melide
Hay más tímpanos cerca de Compostela, pero corresponden a tiempos ligeramente más tardíos y, tal vez por eso, ya no se representan los magos adoradores. Pienso en el de Leboreiro o el de S. Martiño de Noia. Los tiempos del gótico están cercanos y se representará más la relación maternofilial de la Virgen y el Niño. En estos tímpanos son los exclusivos protagonistas. 
San Martiño, Noia