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sábado, 2 de agosto de 2014

PROYECTO PARA UN AGOSTO SOSEGADO

Cada edad tiene sus modos de viajar, y de ese modo lo he vivido. Recuerdo mis viajes de veinte años, un correr como atolondrado intentando ver todo, no dejar nada sin fotografiar. Subir, bajar, ajetreo sin fin, terminar cansado y, la verdad, no recordando bien si las estatuas ecuestres estaban en la fachada de la catedral de Chartes o en la de Estrasburgo. Lo mismo me ocurría con museos, paseos, calles. Pero lo veía todo, eso sí. Un verdadero triunfo de este modo consideraba mi viaje. Luego, ya en casa, me recreaba contemplando las diapositivas de los lugares en los que había estado.

MONASTERIO DE SOBRADO DOS MONXES
RURAL, GRANDIOSO, DESTARTALADO
Ahora, todo es de otro modo. Las prisas han quedado atrás, muy atrás. Mi viaje es reposado, sin prisas y, si no tengo tiempo para ver algo, no lo veo. Me gusta sentarme en cualquier sitio, mirar el entorno y echar el pensamiento al aire. Evocar todo cuanto me es posible sobre el lugar y su historia, las anteriores veces en que estuve allí, quiénes me acompañaron y cómo fui. Eso, y mil cosas más, me acompañan en esos ratos de ensoñación que hacen que mis viajes sean irrepetibles, aunque siempre sean al mismo sitio, que tampoco lo son.
Si bien no desdeño conocer lugares nuevos, (¡faltaría mas!), me gusta mucho volver a lugares conocidos. Aunque sé lo que voy a ver, voy dispuesto a sorpresas, pues los viajes nunca son los mismos. Me explico, los lugares nunca cambian. El que lo hace soy yo y allí lo compruebo al contrastar lo que veo con lo que recuerdo. Cosas que
EL CAMINO, SIEMPRE ENTRAÑABLE
en otras ocasiones me llamaron la atención y hoy considero superficiales. Detalles que hoy me atraen y no recordaba haber visto, lo cual me indica la importancia que le dí entonces. Soy yo quien cambia y me comparo conmigo mismo al comprobar mis recuerdos, o la falta de ellos.
Esto me ocurre al visitar un lugar, pero también al releer un libro o al volver a ver una película que me causaron cierto impacto en su día. Nunca los encuentro como en veces anteriores. Detalles, matices, situaciones que antes se me habían escapado, ahora, al volver de nuevo a sus argumentos, los veo como asombrado de no
HERMOSOS LUGARES DONDE REENCONTRARSE
haberlos tenido en cuenta antes.
Es lo mismo. En esta aventura de volver a lo conocido, tanto viajando, como leyendo o viendo una película, creo que existen dos factores, uno intrínseco y otro extrínseco. El intrínseco es lo que vuelvo a visitar: sitio, libro o película. Ese factor no cambia. Pero hay otro factor, el extrínseco, que soy yo mismo y, por el modo diferente de verlos, considero que sí, que no soy el mismo.
DESDE MI ADOLESCENCIA
ME SIGUE GUSTANDO
Noto mi cambio en que considero de diferente modo las cosas que siempre me han gustado. Normalmente, me siguen gustando, pero hay ocasiones en las que ya no me llaman la atención como lo hicieron antaño.
Este verano espero volver a mis sitios de siempre, releer algún libro que hace tiempo no leo (tengo dos o tres en lista de espera), volver a ver (ahora se dice visionar) alguna de las películas que me han gustado y (¡cómo no!) acercarme a algún tramo del Camino a evocar cosas y soñar viendo cómo, en él, todo sigue como siempre..
Son cosas para hacer en solitario, con sosiego, y sabiendo que voy a disfrutar con ellas. Mucho. También me voy a reencontrar conmigo mismo, algo que siempre conviene.


 ESTA IMAGEN EVOCA UNA GRAN PELICULA (EL SÉPTIMO SELLO)
DE LA QUE AÚN HAY MUCHO QUE HABLAR



sábado, 5 de julio de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: LA LÁPIDA DE TEODOMIRO

EXCAVACIONES EN LA NAVE CENTRAL
DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO
Lo dice la leyenda: Un ermitaño, de nombre Pelaio, vio caer estrellas sobre el monte. Otros dicen que era un pastor, pero coinciden en que las luces cayeron. Hoy nadie se cree eso de las estrellas cayendo, pero los relatos de entonces se hacían, también, para encandilar a los oyentes y lo de lluvia de estrellas tenía mucho atractivo en la época en que se fraguó la leyenda.
Sigue diciendo la leyenda que el pastor desbrozó el monte y encontró una tumba, con unas señales especiales y que, posiblemente, la tradición había guardado en la memoria popular.
Pelaio, conocedor de quiénes administran el poder en esta tierra, avisó al rey, Alfonso II el Casto, y al Obispo de la zona, Teodomiro, que tenía su sede en Iria Flavia, hoy cerca de Padrón.
Se ponen en marcha los mandatarios, se encuentran junto a la tumba anunciada por el monje Pelaio y “por las señales que muestra” coinciden en que no cabe duda de que se trata de los restos del Apóstol Santiago.
EXCAVACIONES. SE VEN LAS BASAS
DE LAS COLUMNAS DE
LA NAVE CENTRAL
Alfonso II manda construir un templo y funda un monasterio de monjes para cuidarlo. Este monasterio (hoy femenino), es el de San Paio Antealtares. En él se guarda la primera descripción escrita del hallazgo. Figura en el documento llamado “Concordia de Antealtares” y se viene a comentar, más o menos, como lo he hecho. Lástima que insista en las señales inequívocas que acompañaban a los restos humanos, pues les concede un gran valor probatorio, pero no nos dice cuáles eran.
Alfonso se volvió a Oviedo. A este rey se le considera el primer peregrino y se conoce como Camino Primitivo el itinerario que siguió para llegar a Compostela.
De Teodomiro no se volvió a saber nada. Ni un documento, ni una referencia, Nada de nada, hasta el punto de que muchos llegaron a dudar de su existencia, atribuyéndole la categoría de personaje legendario.
MONUMENTO FUNERARIO A TEODOMIRO
CON LA LÁPIDA ORIGINAL
En el año 1946 se iniciaron unas obras de reforma y consolidación del pavimento de la catedral compostelana. 
Hubo más de una sorpresa entre todo cuanto se encontró. Indudablemente, los cimientos de las diferentes basílicas que se fueron construyendo para dar cabida a tantos peregrinos como llegaban. Había más. Muchos, muchos datos que interpretan quienes saben hacerlo. Pero, entre tantas cosas encontradas, y coetáneo con la fecha en que se encuentra al Apóstol, aparece la tumba de Teodomiro con una inscripción perfectamente legible. En ella se habla del obispo de Iria. Con este hallazgo, el obispo pasa a ser personaje histórico y deja de ser legendario. Por otra parte, el obispo debió de encontrar "algo" importante para querer ser enterrado junto a lo hallado, renunciando a serlo en su propia catedral, como era norma en sus antecesores.

RECONSTRUCCIÓN DE LA TUMBA
 DE TEODOMIRO
La lápida sepulcral de Teodomiro estuvo expuesta durante mucho tiempo en la entrada del Museo de la catedral de Santiago de Compostela. Hoy se ha simulado un sepulcro y la lápida se ha colocado sobre él. Está situada en la nave transversal, parte de la epístola, cerca de la puerta que da a la Plaza de Platerías.

LAPIDA DE TEODOMIRO. EN LA SEGUNDA LINEA,
ES FÁCIL LEER "THEODEMIRUS"


Como en anteriores ocasiones, y en relación al Apóstol, lo tenido como leyenda se consolida como veraz mediante documentación fiable.

jueves, 19 de junio de 2014

SOLSTICIO DE VERANO – HOGUERAS DE SAN JUAN

BAILABA HASTA EL GATO
Tengo un grabado en mi casa al que tengo especial cariño. En él, vemos a personas que juegan alegremente alrededor de una hoguera, mientras que por el cielo vuela una paloma con su rama de olivo en el pico. Por jugar, hasta hay un gato que lo hace para que luego se diga que bailaba “hasta el gato”. Es una de las cosas más queridas que tengo.

SARDANA POPULAR
Me gusta pensar que representa una escena fenicia, el autor era malagueño, ciudad de profundas raíces púnicas. Todavía hoy son normales en zonas costeras del Mediterráneo esos corros de personas bailando, o jugando, alrededor de algo de su pertenencia. En las sardanas, los danzantes ponen sus cosas en el centro de la rueda que forman, que de este modo quedan a buen recaudo. También los componentes de bandas de cornetas y
ANTIGUO MOSAICO CATALÁN
tambores, en el mismo Mediterráneo, ensayan sus actuaciones poniéndose en corro y depositando en el centro los estuches de sus instrumentos musicales. Por esa disposición quiero creer que los muchachos del grabado del que hablo, se inspiran en una costumbre ancestral del Mare Nostrum.
No son los únicos vestigios vivos que tenemos procedentes de los fenicios. En obras suyas, aparecen personas con faldas de volantes, lo que hace que los andaluces digan que ahí están los orígenes de sus trajes populares. No se lo voy a discutir. En otras figuras aparecen personas tocando flautas cortas, que recuerdan al flautín de los
EN EL ROCIO
tamborileros del Rocío, pero también al flabiol catalán, el que inicia las sardanas.
Me gusta mucho detectar estas reminiscencias históricas y culturales presentes en nuestra vida cotidiana.
De los fenicios, y de muchos otros antepasados nuestros anteriores a ellos, me asombra el conocimiento profundo que tuvieron de astronomía. En no pocos monumentos megalíticos, cuyo modo de mover las piedras sigue siendo enigmático para nosotros, en el solsticio de verano el sol se cuela hasta el fondo
INTERIOR DEL DOLMEN DE MENGA
 ANTEQUERA
de sus salas, como en el Dólmen de Menga, en Antequera, o atraviesa los menhires de modo asombros, como el caso de menhires de Stonehenge. Miro esto con mucho respeto, pues no sé cómo fue el proceso intelectual que les llevó, por una parte, a descubrir los ciclos solares, les diesen los nombres que les diesen, pero también a calcular el modo de orientación de sus construcciones religiosas, de modo que un día concreto del ciclo solar, los rayos del sol llegasen a un lugar, también concreto.
Porque tenían muy en cuenta al sol, al que consideraban fuente de todo. Hoy, siglos mas tarde, sabemos que no iban nada descaminados en cuanto a atribuirle el origen de la actividad biológica y de la energía que precisamos para desarrollarla.
BAILANDO ALREDEDOR DEL FUEGO
COMO EN MI GRABADO
Luego, ya en tiempos históricos, los griegos extendieron por el Mediterráneo sus fiestas en honor a su dios Apolo, con celebraciones basadas en hogueras callejeras en los solsticios de verano. Se animaba al sol a seguir fuerte, pues sabían que comenzaba a perder fuerza, pero también se purificaban las vidas de la gente. Se quemaban cosas viejas, recuerdos, como si se quisiera simbolizar que comenzaba una vida nueva. Pero la fiesta del fuego procedía de antes, de mucho tiempo atrás. Representaba un cambio de ciclo, el nacimiento de un tiempo nuevo, y convenía desprenderse de malos vicios traídos de antes.
En estos días de hogueras, cuando los niños piden en las casas algún mueble viejo para quemar, pienso que son los continuadores de una tradición que viene de siglos y que ellos continúan sin saberlo. También continúa esa misma tradición la gente que, con discreción, se acerque al fuego para depositar en él algún recuerdo que prefiere sacrificarle.
STONEHENGE
Muchas cosas tienen sus raíces en no sabemos cuándo, pero algo deben de tener que las seguimos manteniendo, incluso sin saber su significado.

Como estas hogueras que están a punto de ser encendidas.

martes, 17 de junio de 2014

BONDAD Y BELLEZA (Y II)

BELLAS EN EL SIGLO XVII
En mi artículo anterior, decía que los rasgos que definen los conceptos de belleza en humanos cambian según las culturas y sus épocas. En una misma zona geográfica, según las modas culturales, el concepto de belleza varía de modo drástico. Sin salir de nuestra Europa, comparemos las Tres Gracias pintadas por Rubens (pintadas en la primera mitad del siglo XVII), con una actual modelo de pasarela.
Ante las Gracias de Rubens, un Paris de hoy no tendría problema en dar media vuelta y marchar. Pero no digamos qué haría el Paris del siglo XVII ante la modelo actual de pasarela. Tal vez el mismo comportamiento ante diferentes prototipos de belleza. Fijémonos que en ambos casos, se enaltece el modelo de belleza que domina cada momento cultural, que es diferente.
BELLA DEL SIGLO
XXI
Mientras que los modelos humanos están sometidos a fluctuaciones de modas y mercados, los modelos morfológicos de animales o flores no están sometidos a ningún tipo de selección cultural. Los perros pintados como bonitos por Velazquez, nos lo siguen pareciendo hoy, así como seguimos encontrando hermosos los tulipanes que Rembrand reprodujo como tales.
En flores polinizadas por insectos, existe coadaptación flor–polinizador. Parece que, cuando en invernadero, se puede experimentar con flores de diversos colores, las abejas se van a aquellas que poseen la coloración silvestre, como si tuviesen fijada en su conducta la atracción hacia las flores que manifiesten ese color. Esta puede ser la causa de que las flores de cada especie manifiesten poca, o ninguna, variabilidad cromática en la naturaleza. Curiosamente, en general, a nosotros también nos gustan más las coloraciones silvestres cuando hablamos de flores con diversidad cromática mantenidas en invernadero.
HERMOSO PARA SUS HEMBRAS
Y PARA NOSOTROS
En aves existen comportamientos bien conocidos relativos a la elección de pareja por parte de las hembras. En general, los machos exhiben plumajes especiales con coloraciones también especiales en la época en que se establecen las parejas. Pasean ante las hembras, presumiendo ante ellas (pavoneándose, decimos) con la pretensión de resultar escogidos para realizar el apareamiento sexual. Los machos considerados como más hermosos por las hembras serán los favorecidos. Si los caracteres que configuran esa belleza son hereditarios, decimos que actúa la selección natural. Pero lo que quiero decir ahora es que las morfologías y las coloraciones que determinan la elección por parte de las hembras, también nos gustan a nosotros.
LE GUSTA ESTA FLOR
Y ESTE COLOR
Darwin, que ya había observado, y estudiado, este comportamiento, llegó a postular la idea de un concepto universal de belleza. Lo hizo en ese trascendental, y hermoso, libro “El origen de las especies mediante la selección natural”, del que todos (o muchos) hablan, aunque por lo que dicen de él, creo que pocos han leído. Al menos, hasta su final.
Ya digo, Darwin lo plantea como una hipótesis que, hoy por hoy, no es científica por no haber modo de comprobarla. Sigue siendo una hipótesis.

Además, aunque en animales los supuestos conceptos de belleza no cambian, en nosotros sí lo hacen por tener un fuerte componente cultural. En ese plan, es difícil encontrar en nosotros relación entre belleza y comportamiento.

miércoles, 4 de junio de 2014

CELEBRACIONES TRADICIONALES

ALFOMBRA FLORAL EN BRUSELAS
Cuando anuncian un hecho artístico o cultural que se celebra anualmente o cada cierto período de tiempo, cuando lo anuncian, repito, como tradicional, me imagino que su origen se remonta a centenas de años, o casi. Luego me doy cuanta de que el adjetivo “tradicional” se le pone a todo lo que se quiere promocionar, desde que se celebra su cuarta o quinta edición. Con este criterio, en Galicia tenemos varias fiestas tradicionales.

Pero no voy a hablar de ellas, voy a saltar algunos miles de kilómetros para irme a Bruselas. Allí hay una plaza, la Grand
HACIENDO LA ALFOMBRA
Place, que para muchos es la más bonita del mundo. Discrepo de ese “más bonita” y sí diría “una de las más bonitas”. Detesto los dogmatismos incluso en esos detalles. Para mí, la más bonita está en Galicia y no digo nombres. Indudablemente, si nos mandasen hacer una lista de las diez más bonitas, sí pondría la de Bruselas.

Hace años, concretamente en 1971, a un arquitecto urbanista se le ocurrió cubrir el suelo de esta plaza con una alfombra floral, que fue la más grande del mundo y permaneció expuesta durante unos días durante el mes de agosto. Desde entonces se mantiene la costumbre de hacerla cada dos años. En 2014, la alfombra estará expuesta entre el 14 y el 17 de agosto y medirá 77 metrosde largo por 24 de ancho, es decir, ocupará una superficie de 1800 metros cuadrados. La ya “tradicional” alfombra podrá verse desde los primeros pisos de los diferentes edificios públicos que rodean la Plaza al módico precio de tres euros por persona, pudiendo hacerse fotografías desde esos lugares. A la salida, cada visitante es obsequiado con una bolsita de caramelos. Si vamos a Google y buscamos “alfombra de flores Bruselas” nos encontraremos múltiples páginas que nos hablan del suceso. También las agencias de viajes ofrecen la posibilidad de visitarla, incluyendo Bruselas en sus destinos turísticos de esos días.

MAS PERSONAS CONSTRUYENDO SU TRADICIONAL
ALFOMBRA
Nada de eso me parece mal, ni mucho menos. Pero echo de menos promociones similares en nuestro país. Tal vez muchos no sepan que somos el segundo país europeo en Patrimonio Artístico. Sí, el segundo, después de Italia, y si alguien pensaba que otros países estaban por delante de nosotros, es por lo bien que esos otros países saben potenciar lo suyo. Creo que, en general, nosotros no lo hacemos bien. Hay muchas páginas web sobre fiestas nuestras muy bien hechas, pero a veces nos encontramos, por ejemplo, con alguna que promociona una fiesta con vocación de internacional escrita sólo con dos idiomas como opción para el lector: gallego y español.
CONSTRUYENDO LA ALFOMBRA
¿Es que no hay quienes sepan los que tenemos? ¿Que sepan qué promocionar y cómo hacerlo?
Una vez, en Sevilla, era el mes de diciembre, me encontré una peña taurina del norte que visitaba plazas de toros importantes por su arte o su historia. Me gusta ver cómo hay quienes saben sacar partido a lo que tenemos, pero creo (es una opinión) que tenemos múltiples cosas dignas de ser promocionadas y que están en el olvido o descansando en la dejadez. Todos sabemos del tirón popular del que gozan actividades tipo mercados medievales, fiestas gastronómicas o recreaciones de hechos históricos. Todos esos festejos, y muchos otros, me gustan, y creo que se deben de potenciar ante propios y extraños como algo de lo que nos sentimos orgullosos.



Pongo una página web sobre la alfombra de flores de Bruselas. Hay muchas más fácilmente localizables en google



Añado cuatro buenas páginas web sobre eventos españoles Recomiendo fijarse en los idiomas en los que cada una de las páginas está disponible.

http://www.misteridelx.com


sábado, 21 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

Paso una de estas tardes, lluviosa y fría, leyendo un libro bonito, ameno e instructivo. Titulado “Cartas europeas de Navidad”, hace unos años lo regaló una empresa entre sus amigos y clientes en las fiestas navideñas.


Los autores de las cartas son personajes fundamentales en nuestra cultura: Bela Bartok, Erasmo de Rotterdan, Luis de Góngora, Teresa de Ahumada y así, hasta diecinueve autores. Diecinueve formas de ver la vida cotidiana y la Navidad en diferentes épocas, desde el siglo XVI hasta el XX.
¿Que qué encuentro en ellas?. A veces la nostalgia de quien pasa la Navidad fuera de su hogar, como es el caso de Bela Bartok, que añora a sus hijos en su Hungría natal cenando solos en la nochebuena de 1940. Son entrañables sus frases llenas de cariño, castigado por la lejanía. Hay cartas que destilan el ajetreo de alguien que no dispone de tiempo debido a la intensidad de su vida. En otras aparece, se deja ver, cierta sensación de cansancio. Ya digo, diecinueve maneras diferentes de vivir esta época en otros tiempos.
Como en botica, hay de todo. No obstante todas tienen un denominador común. Los autores, eran tiempos pasados tal vez incomprendidos para muchos de hoy, hacen un alto en sus actividades para tomarse un tiempo e imaginar que se mantiene un monólogo con la persona a quien se destina la carta.

Tardarían tiempo en llegar a sus destinatarios, pero están repletas de pensamientos profundos, de cavilaciones sobre lo propio y lo ajeno. Por eso mismo, estos contenidos trascienden más allá de la simple carta para transformarse en pequeñas reflexiones útiles a muchos lectores.
Con las ideas acerca de la familia, el cariño, el trabajo o los deberes, los escritos nos hacen ver los conceptos que sus autores poseían sobre valores de entonces que aún son importantes en los tiempos actuales. Tal vez perennes para los humanos, pero digo “tal vez”. No me atrevo a dogmatizar.
Y, claro, sus comentarios acerca de la Navidad. Se deja ver la idea de una celebración serena, familiar, rebosante de cariño y sin mayores pretensiones que las que pueden aportar los seres queridos alrededor de una mesa llena de manjares adecuados a la época. En todas las cartas se intuye que, para sus autores, el calor familiar es lo esencial de las fiestas que estamos viviendo.
Para muchos de nosotros, ese sigue siendo el valor de estas fiestas, lejos del loco y absurdo festival consumista en que las han transformado. 
Siendo adolescente escuché un villancico sudamericano que venía a decir que la Navidad “se la apropiaron los ricos pa secuestrarla y venderla”. No quiero comentar esto, pues su veracidad me da dolor. Ya en la década de los sesenta, una empresa lucense aconsejaba por radio “practique la elegancia social del regalo…” y así hasta nuestros días, consumo sobre consumo. El mensaje ha ido creciendo como una bola de nieve y ha atrapado a muchos.
Hay amigos a quienes la Navidad produce tristeza, claro. Es el recuerdo de los que faltan, de los que se han ido. Pero también están los que han llegado a nuestro lado y llenan de alegría nuestras vidas. Es un ciclo vital en el que estamos metidos. Disfrutemos de ese ciclo del que tenemos la suerte de  seguir participando.
Porque eso es lo que celebramos con los nuestros en estos días, en el solsticio de invierno. Que la vida renace y, de momento, sigue contando con nosotros.
Ahora, en el día más corto del año, deseo feliz Navidad a quienes me hacen el gran regalo de su amistad y su cariño.