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viernes, 19 de febrero de 2016

Pulpo de río (Octopus potamodromus)

No deja de extrañar que los mejores lugares gallegos para degustar uno de nuestros platos emblemáticos, el pulpo, sean lugares de interior, cuando lo lógico sería que fuesen costeros. Melide, O Carballiño y Lugo son de los mejores lugares cuando se quiere tomar un buen pulpo. Y, repito, lo normal sería que el mejor pulpo se tomase donde se pesca.


PULPO Á FEIRA (PULPO ESTILO FEIRA)
¿Si? Si, pero con matices. Lo primero que conviene aclarar es que es en Lugo, Melide y O Carballiño donde se pescan esos pulpos que dan les fama. Pocos saben que no es el pulpo normal el que se sirve en las buenas mesas gallegas, sino el pulpo de río, el Octopus potamodromus, llamado así por el zoólogo D. Rafael Alvarado. Octopus, por pertenecer a ese género y ser, por tanto, un pulpo. Lo de potamodromusquiere decir “que anda por agua dulce”.

Vamos a ver algo de su biología. Como cualquier otro pulpo, el de río vive en el mar, pero las hembras, en el momento de la madurez sexual, remontan los ríos corriente arriba para realizar en sus fuentes el cortejo, la fecundación y la puesta.
TÍPICO EJEMPLAR DE PULPO DE RÍO

Remontar las corrientes fortalece sus carnes, como a otros seres fluviales con costumbres similares, como la trucha o el salmón. Se distinguen los de piscifactoría y los de río precisamente por eso, pues el haber tenido que realizar esfuerzos se traduce en su textura.

Los pulpos, hembras y machos, llegan a las fuentes y allí permanecen hasta que se realiza la única puesta que hace cada hembra. Una vez realizada, cosa que requiere trabajos musculares en las hembras, retoman el camino al mar. Los esfuerzos realizados confieren a la carne del pulpo una blandura especial, nada gelatinosa, que hace que resulte especialmente agradable a nuestro paladar, lejos de otras formas más correosas.

CASETAS EN EL MIÑO PARA PESCAR PULPOS
Y ANGUILAS - PORTOMARÍN
Cuando regresan al mar, es cuando los pescadores acechan para capturarlos. Para hacerlo, se sitúan en casetas colocadas en medio del río, a las que confluyen aguas dirigidas por muretes hechos con tal fin.

No faltaron quienes atacaron en su momento este tipo de actuación, pues los pescadores no se andan con contemplaciones a la hora de recoger los pulpos que pasan por allí. Hay quienes dicen que la verdad es que muy pocos, si acaso algunos, consiguen volver al mar. No obstante, este tipo de captura no representa ninguna agresión para el mantenimiento de la especie, pues no olvidemos que cuando son cazadas, las hembras ya han realizado la puesta, es decir, ya han contribuido a la formación de la siguiente generación. Cosa diferente sería capturarlas cuando aún no han depositado los huevos. En ese caso, se atentaría contra la supervivencia de la especie y, además, la carne del pulpo estaría dura. Por estos dos importantes detalles, se procura dar vía libre a las hembras que suben hacia las fuentes.

POR SU POSICIÓN, VEMOS QUE SU DIRECCIÓN
ES HACIA  LA IZQUIERDA

Los pescadores saben muy bien cómo detectar qué ejemplares van a realizar la puesta, y que, por tanto, hay que respetar, y cuáles están de vuelta, que son los que se pueden pescar. Para un pescador avezado en sencillo distinguirlos. El cuerpo del pulpo se divide en cabeza y brazos, siendo éstos los órganos impulsores del movimiento. Es decir, los brazos empujan a la cabeza para avanzar. Si al pasar por las casetas de pesca, la cabeza está orientada río arriba, es que el ejemplar va hacia el nacimiento y hay que respetarlo en su trayectoria. Su actividad, ya se ha dicho, es totalmente biológica y está orientada al mantenimiento de la especie.

Pero si la cabeza está orientada hacia el mar, es que está de vuelta. Ese pulpo ya ha realizado sus funciones reproductoras, tiene las carnes blandas y, seguro, contribuirá a mantener la buena fama del pulpo de esas localidades de tierra adentro.



BUEN PROVECHO



AVISO IMPORTANTE

El contenido de esta entrada es pura fantasía. Se me ocurrió con motivo de una fiesta entre biólogos y, después, la expuse en diversas ocasiones, siempre con total seriedad, aunque advirtiendo siempre del engaño. Aunque parezca raro, el saberlo causó cierta decepción entre los oyentes.
Puesto que muchos la creen, me reafirma en la idea de que nos cuentan muchas mentiras suponiendo que creeremos lo que se nos diga, teniendo como aval el supuesto prestigio de quien nos miente. Yo, al menos, advierto de la farsa y, por tanto, espero haber proporcionado un rato de distracción a mis amigos, sin generar enfados por tal causa.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Caballo lastimero

Estamos en campaña electoral, y me siento contagiado. Ya sabemos que “una cosa es predicar, y otra dar trigo” y que “más vale un toma, que dos te daré”. El Paseante silencioso trae aquí una cosa completamente falsa, de la que se confiesa autor. La ha utilizado a veces para indicar que, aunque las cosas puedan parecer coherentemente estructuradas, conviene desconfiar si se nota en ellas cierto tono de fragilidad conceptual.
Salvo la letra del fandango y la idea de mutación supresora y sus clases, todo lo demás es invención del Paseante silencioso. Y puesto que avisa, espera que nadie se sienta ofendido.



CABALLO LASTIMERO

Existe una raza especial de caballos árabes que tiene fama mundial. Hablo del caballo cartujano. Es una línea derivada del caballo andaluz y su nombre proviene de una Cartuja situada en Jerez de la Frontera, donde se sitúa su origen. La historia de esta raza es una de
CHAPOTEANDO EN EL COTO
las más dilatadas del mundo. Se suele criar en libertad, generando una vasta cultura. En este plan, no es rara la suelta de múltiples ejemplares en las marismas del Guadalquivir, concretamente por zonas del Coto de Doñana. Es fácil ver por aquellas zonas a estos caballos chapoteando en el agua, o simplemente paciendo con el agua hasta sus rodillas.
Cuando llega la época de celo, que suele ocurrir por la primavera temprana, no es raro escuchar sus relinchos por el Coto. De hecho, hay un fandango que nos dice que
Caballo que a los tres años,
Ve una yegua y no relincha.
Son relinchos alegres, largos, sonoros y repetidos. El fandango en cuestión nos hace ver hasta qué punto se han hecho conocidos, en el ambiente del Coto, los alegres relinchos de estos caballos, cuando se trata de lucirse ante las hembras para que acudan a su reclamo.
Pero… Siempre hay un pero, o muchas veces lo hay. Existe una
LAS CRINES AL VIENTO
mutación que modifica el sonido alegre del relincho, transformándolo en algo triste, gutural, como un ronquido. A los caballos que tienen esta característica los ganaderos los conocen como “lastimeros”.
Aunque no son estériles, los caballos lastimeros no se reproducen. Y no es por ningún defecto en su anatomía, más bien porque con el sol calentando el ambiente, la luz que llena todo alegrándolo, ¿qué yegua se va a dejar seducir por un caballo que, por más que mueva las crines al viento, las llama con un sonido que evoca un quejido lastimero? Ninguna, claro. Este es un ejemplo muy evidente de lo que es una fuerte selección en contra de un carácter. Carácter que, no hace falta decirlo, está transmitido por un gen recesivo. Gracias a esta recesividad se mantiene a lo largo de las generaciones oculto en heterocigosis. El caballo lastimero, necesariamente homocigoto recesivo, no tiene hijos, no transmitiendo por tanto el gen de este carácter a la siguiente generación. Por eso digo que la selección ejerce sobre él un efecto completamente negativo. El gen se mantiene presente en la población a través de los heterocigotos, en los cuales parece que la selección no detecta la presencia del alelo recesivo.
Hay una peculiaridad genética de la que a veces nos olvidamos, y
 YEGUA SORDA CON SUS HIJOS
SORDOS- LASTIMEROS
es el hecho de la mutación supresora. Consiste en que el efecto de una mutación puede quedar suprimido por el efecto de otra cuando aparecen simultáneamente. Hay casos muy interesantes de este tipo de mutación. Cada una de ellas, tanto la suprimida como la supresora, determinan aspectos concretos, pero cuando están juntas, los efectos de ambas se contrarrestan, produciendo un aspecto completamente normal.
Existen diversos tipos de mutación supresora, según el lugar en que se encuentren. Está la intragénica, que es el tipo de supresión que ocurre cuando ambas mutaciones están situadas en el mismo gen. La intergénica se produce cuando ambas mutaciones coexisten en el mismo individuo, pero en diferentes genes. Y la interindividual, que consiste en que dos mutaciones presentes en individuos diferentes, pueden suprimirse entre ellas, originando individuos con comportamientos casi normales.
En el caso de los caballos lastimeros existe una mutación influida por el sexo, que fundamentalmente aparece en hembras, y consiste en un tipo espacial de sordera. Determina la aparición de hembras sordas.

Mediante cruzamientos dirigidos se puede llegar a obtener caballos
EL TIRO ERA SORDO-LASTIMERO
sordos lastimeros. Hoy a nadie interesa esta raza, estando en trance de desaparecer. Pero hubo un tiempo en el que fue muy preciada. Se utilizaron como tiro de carrozas fúnebres. Si acaso había mucho tumulto en el entierro, los caballos no se aletaran gracias a su sordera. Y si acaso querían relinchar, lo hacían con su quejido lastimero, pareciendo que, de ese modo, se sumaban al dolor del cortejo.