Andaba yo por los treinta años de edad, cuando asistí a una conferencia de aquel maestro que fue D. Álvaro d’Ors. Hablando de los estudios y los estudiosos, citó las características que Bernardo de Chartes les había atribuido en el siglo XII. Las retuve en la memoria, las apunté al salir y desde entonces las he mantenido cerca para reflexionar sobre ellas en más de una ocasión. Ahora quiero traerlas aquí, no sin antes presentar al Maestro de Chartres, que ejerció su docencia en la Catedral de esa ciudad en los primeros años del siglo XII. Su fama de sabio ha llegado hasta hoy.