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viernes, 28 de julio de 2017

Sobre extinciones

Las diferentes ciencias son ramas del saber que encierran criterios y conocimientos sistematizados, que constantemente están en revisión y, por tanto, en crecimiento actualizado. La biología no es ajena a este continuo cambio.
Cuando paseo en pequeños grupos por algún lugar con vegetales, siempre pienso en la función silenciosa que están realizando, de la que nos beneficiamos todos. Es curioso, para muchos los vegetales no son seres vivos. Desconozco qué lugar le asignan en sus mentes, pero para ellos una cosa son los animales y otra, diferente e inferior, los vegetales. No sé cuándo los vegetales alcanzarán el r/econocimiento popular de “seres vivos”. A todos los niveles. Causa mayor revuelo social el que una especie animal se encuentre en peligro de extinción y no que sea una vegetal la que afronte tal situación.



Pinus sylvestris, hoy en alta montaña de Galicia

Me encuentro muy cómodo entre vegetales. Pasear entre ellos genera muchos temas de conversación sobre biología. Grandes ideas, conceptos claves de biología han surgido del estudio de las plantas. Me asombra su diversidad, teniendo en cuenta su inmovilidad e indefensión derivada, como ocurre en una gran cantidad de especies. Me explico. Si un animal está en un lugar adverso, puede cambiar de sitio. Si lo hacen poblaciones enteras, hablamos de grandes migraciones, pero no extinciones. El registro fósil nos indica hechos de este tipo. Pero si una planta, si una población de plantas, se encuentra con un cambio ambiental adverso, a no ser que tenga un formidable mecanismo de dispersión de semillas, o la suficiente variabilidad génica, está abocada a la extinción. También hay casos de este tipo detectados en el registro fósil. Una población de plantas no dispone de mecanismos que le ayuden a escapar de situaciones adversas. El estudio de polen fósil nos indica cómo en amplias áreas fue cambiando la flora un poco más tarde de producirse cambios climáticos climáticos. Plantas que antes estuvieron por toda Europa, hoy están relegadas a sistemas montañosos fríos. Pero esto que digo puede inducir a error. En aquel tiempo, toda Europa tenía otro clima, propicio a esas plantas. Hoy sólo quedan reductos de aquel clima y en ellos, aquellas plantas. Pienso, por ejemplo, en el Pinus sylvestris o el Sorbus aucuparia, el Serval de las montañas, hoy en zonas de montaña pirenaicas. También, ya he comentado, la población puede sobrevivir si dispone de variabilidad génica.


Serval, en alta montaña de Galicia

He indicado, casi sin quererlo, algunos de los mecanismos de los cambios evolutivos. Los grandes mecanismos, que podemos agrupar en agentes interiores y agentes exteriores, siendo muchas veces estos últimos los desencadenantes de dichos cambios. Dije en otro lugar que la unidad de evolución es la población. No es el individuo, es la población la que evoluciona a lo largo de las generaciones. Para que esto ocurra, la población ha de tener suficiente variabilidad génica, es decir disponer de diferentes alelos para realizar una misma función biológica, por ejemplo color de pelaje en unos mamíferos o coloración de flor en vegetales. Gracias a poseer variabilidad génica, los individuos pueden presentar variabilidad fenotípica y, ante esa variabilidad, la selección pude actuar favoreciendo a algunos.
Hoy, con las condiciones ambientales actuales, las morfologías que vemos en el monte, poco variables, son favorecidas por la selección natural generándose los aspectos (fenotipos) que llamamos salvaje en animales y silvestre en vegetales. Pero en cada generación aparecen individuos con aspectos no favorecidos actualmente, que son eliminados por la selección natural. Esto es normal y se cumple siempre con un bajo porcentaje. Es un lastre de las poblaciones que poseen variabilidad génica, el hecho de que en cada generación aparecen individuos que no están adaptados a las condiciones ambientales del momento, pero sí pueden estarlo para condiciones futuras.

Archaeopterix, eslabón evolutivo
entre dinosaurios y aves

En casos de poblaciones no adaptadas a cambios puede producirse su extinción. También el registro fósil nos permite decir esto, pero con criterio biológico eso se considera como un fracaso evolutivo. Fracaso porque, por diversas causas, el patrimonio génico de la población no fue capaz de adaptarse a nuevos cambios, dando lugar al final de toda una historia evolutiva, la de ese grupo. En un momento concreto, una generación no fue capaz de generar la siguiente y, en consecuencia, la población fracasó. 
En lo de adaptarse a cambios ambientales, las poblaciones lo hacen aunque tal proceso implique un cambio de aspecto, de morfología o, incluso, de comportamiento. La historia biológica continua, aunque el grupo anterior ha desaparecido dando lugar a uno nuevo. A esa desaparición se le conoce como extinción filética. En ella, el grupo (el Philum) ha desaparecido desde un punto de vista morfológico, pero su patrimonio génico sigue evolucionando. Hay fósiles que también nos permiten hablar de este tipo de extinción. La más conocida es la de los dinosaurios que, como tal, se extinguieron dando lugar a las aves a través de formas intermedias, de las que se conservan testimonios fósiles.
Suele ocurrir de este modo, que los cambios ambientales generan modificaciones en los criterios de selección. Los individuos deben tener formas adaptadas a esos posibles cambios. Tal vez antes no estaban adaptadas a otras condiciones ambientales, pero ahora esas condiciones han cambiado y los adaptados de antes han dejado de serlo. La población sigue viva, aunque cambie de aspecto o de hábitat. Su permanencia, su supervivencia, es un éxito.
Recuerdo un concepto que tal vez ahora es tratado de modo diferente. Me refiero al llamado desastre ecológico. Se calificaba de tal modo al cambio drástico, intenso y muy corto en el tiempo, de modo que no permitía que las poblaciones reaccionaran ante él, extinguiéndose consecuentemente. Era un desastre por provocar extinciones.

viernes, 26 de marzo de 2021

Nombres en biología: Narciso y Caléndula

 

A estas alturas de marzo, los campos aún están desnudos, sin más vegetación que las hojas secas procedentes del otoño anterior y los troncos de árboles y arbustos que duermen su reposo invernal. Al suelo llegan unos rayos de sol no muy cálidos, pero sin ningún tipo de tamiz que más adelante puedan formar las hojas de los árboles, pues sus ramas están desnudas. Todo el calor llega al suelo y es suficiente para que algunas plantas comiencen a florecer. Suelen ser flores pequeñas, florecillas las llaman los aficionados a diminutivos gongorinos. Flores que realizan su función vital y que en pleno verano, debido a la intensa cubierta de las hojas, no podrían florecer, pues ahora, cuando la primavera está en puertas, les llega más luz y calor que en pleno verano.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Diosa, no. Mejor, arrendajo.

DÉMETER, LA DIOSA
Milano, en la entrada que regalas al Paseante silencioso, dices de ti que eres como una diosa. Tal vez como Démeter, encargada del jardín terrenal, no sé. Me encanta que lo digas así, tan a la brava. Humana hasta la médula, sitúas en ti misma el afán perpetuo del hombre, de la Humanidad. Ser como Dios. ¡Qué bien sabía la serpiente que ese argumento sería incuestionable para Eva y Adán! Seréis como Dioses, dijo sutilmente, como quien no quiere la cosa. Y creyeron, claro que creyeron y cayeron. Siglos más tarde, milenios más tarde, diría un cínico genial, Oscar Wilde, que “la mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella”. Y todo se derivó a partir de la caída de Adán y Eva. No fueron como dioses, le tentación es engañosa, pero el afán de ser como Dios ha permanecido latente en la Humanidad. Tú lo revives en la entrada que ahora me inspira.
ARRENDAJO CON BELLOTA EN EL PICO
Siempre han sido codiciadas por los humanos las prendas atribuidas a la divinidad: la eterna juventud, la ausencia de dolor, la omnisciencia, etc. etc. Nunca contentos con lo nuestro, caprichosos por naturaleza, menospreciamos la inteligencia, la capacidad de conocer, de pensar... Todo lo nuestro, como si nada. Gente mimada que desprecia lo que tiene, y lo tiene todo, constantemente añorando lo ajeno. Siempre sabe mejor el caldo en cocina ajena, dice el refrán, y no voy a ser yo quien lo remedie.
Los griegos, tan liberales ellos en sus tratos con los dioses, los tenían para todos los gustos. La conducta más perversa que podamos imaginar, contaba con un dios que la había seguido. Ladrones, borrachos, envidiosos, criminales, lascivos, todos tenían su digno representante en el Olimpo. Por eso nosotros, los mortales, estábamos disculpados en lo que hiciésemos.
Pero había algo que el padre Zeus no perdonaba, era el querer
SIN ESTRUCTURAS
PARA SER LLEVADA POR EL
VIENTO
retarles. Debíamos admitir nuestras limitaciones, acomodarnos a ellas y procurar ser felices de ese modo. Cualquier intento de parecernos a los dioses, en plan igualarlos o, incluso, superarlos, era una ofensa grande, la más grande, y recibía el nombre de Hybris. Llevaba consigo la correspondiente penitencia, la Némesis, que la imponía el dios retado, nunca vencido.
Hoy, Milano, te sientes como diosa y yo te creo. Es algo muy humano, yo diría que es algo que los mortales llevamos en nuestro ADN, si no barruntase en qué consiste ese ácido y qué es lo que lleva y encierra. Te comprendo, pero no me gusta. No quiero verte expuesta a una Némesis mandada por Démeter o por Perséfone. No quiero verte castigada por diosas celosas, mentirosas, armadanzas que disponen del favor de Zeus.
Puestos a compararse, ¿Qué tal si te comparas con un arrendajo? Tengo que ponerte en antecedentes, claro. El arrendajo es un pájaro bonito, de hermosos colores y canto especial. Su plumaje es azul y no presenta dimorfismo sexual. Los campesinos le conocen de lejos. Ruidosos, anidan en árboles y son fundamentalmente omnívoros, aunque prefieren frutos y de éstos, las bellotas.
¿HABRÁ NACIDO GRACIAS
A UN ARRENDAJO?
En otoño recogen bellotas con sus picos y las almacenan en pequeños grupos enterrándolas, para comerlas más tarde, cuando escaseen en invierno. En esto los imitas en cierto modo. Pero, siempre hay un pero, los arrendajos no tienen muy buena memoria. En múltiples ocasiones olvidan los lugares en que escondieron las bellotas, que estando bajo tierra y siguiendo su ciclo propio, llegan a germinar. La verdad es que este modo es uno de los más eficaces en la propagación y el mantenimiento de las poblaciones de robles.
Ya te digo, Milano, es un modo muy bueno de dispersión de semillas de árboles cuando éstas son grandes, pesadas, y carecen de estructuras apropiadas para viajar llevadas por el viento. La bellota no dispone de sámaras como las semillas del arce, esas alas como voladoras, ni posee vilanos, como las del plátano, ni aristas grandes que les permiten girar al viento, como las del eucalipto. Su forma cilíndrica y pesada provocaría que las bellotas cayesen en vertical, a no ser la acción propagadora de los arrendajos.
EN TU TIERRA LA VIDA SIGUE
El pájaro se beneficia del árbol y el árbol del pájaro. Ambos se benefician de ambos. Estas asociaciones son frecuentes en la naturaleza, y consiste en que dos especies se benefician una a la otra, sin causarse daño alguno. Se llaman simbiosis, pudiendo decir que el roble y el arrendajo son simbiónticos.
Viéndote guardar bellotas bajo tierra para que germinen, me recuerdas a un arrendajo hembra, haces como si fueses olvidadiza, y dejas las bellotas dispuestas para su germinación. Con esto, ayudas al mantenimiento de la población. Incluso, gracias a las que te ha regalado tu amigo, simulas una inmigración, que desde un punto de vista biológico, es interesante.
Cuando te veo en las fotos plantando esas semillas, recuerdo que juegas un importante papel previsto en diversas estrategias vegetales.
Deja a los dioses y diosas con sus cosas divinas y no te salgas de esta tierra, ni de tus campos sorianos, Milano Negro, que hay muchas cosas bonitas por hacer, mientras paseas y juegas con Inuki.
VIGILADA POR TU INUKI



viernes, 6 de octubre de 2017

Tiempo de otoño

Como un amigo anunciado, llega el otoño. Lo notamos por las hojas secas arremolinadas en el suelo, pero como biólogo, no me conformo con esta visión, muy dada a soñar y a recordar poemas nostálgicos. Porque para muchos, esta estación está matizada de recuerdos y sensación de final de ciclo, que deja en cada uno un regusto en cierto modo triste. Las hojas caen y parece que el cielo se derrumba.



Pero aquí no se derrumba nada. La naturaleza sigue su curso y lo mismo que nosotros dormimos, pareciendo que estamos ausentes, todo queda en reposo pareciendo haber terminado algo. Nada más lejos de la realidad.

 HOJAS CAÍDAS EN LUGO 
En algunos árboles, las hojas han perdido la clorofila, difícil de sintetizar, que se ha retirado a los troncos. En las hojas quedan las xantofilas, de colores amarillos. Estos colores son los que ahora aparecen, luego de haber desaparecido el verde de la clorofila, que los enmascaraba por tener mayor longitud de onda. Pero a las hojas caídas, esas que según el poeta, “juguetes del viento son”, aún les queda una larga historia activa. Activa y fecunda. Los hongos las colonizarán extrayendo de ellas toda cuanta energía encierran en sus moléculas, generando el humus, tan necesario en todos los suelos. Los hongos protagonizan importantes procesos biológicos de transporte de energía.

GAMA DE COLORES EN EL MONTE
Los árboles caducifolios comienzan a tener el aspecto de ser su propio esqueleto y así pasarán el invierno hasta que, avanzado el mes de enero, algunos comiencen a abrir sus yemas. Eso ocurrirá sin tener en cuenta la temperatura ambiente de entonces, pues no se rigen por ésta, sino por los ritmos diarios de luz y obscuridad. Desconozco cómo son capaces de transformar en información metabólica tales estímulos externos, pero es así.

LAS BAYAS ESTÁN COMO OFRECIDAS
Muchos arbustos mantienen en sus ramas sus frutos como ofrecidos a los pequeños mamíferos. Son arbustos pequeños, achaparrados y ramificados, capaces de generar microclimas bajo ellos. No pocos animales de montaña son capaces de vivir en esos microclimas alimentándose de los frutos de los mismos arbustos que les cobijan. Luego, limpios como son los animales, depositarán lejos sus excrementos, contribuyendo de este modo a la dispersión de las semillas. 

ALFOMBRA SINGULAR
O VERAL (LUGO)
Como estos micromamíferos, diversas aves andarán por nuestros montes buscando su sustento. No son las migratorias, que se han ido al sur, a otras tierras buscando otros ambientes. Pueden ser migratorias que pasan su verano más al norte y los inviernos entre nosotros, que son calidos para ellas.

También en otoño hay otro aspecto de la vida animal. Por una parte, llegada cierta temperatura crítica, algunos mamíferos se sumen en un largo letargo invernal. El oso es uno de ellos y sólo volverán a desarrollar sus actividades cuando las condiciones ambientales vuelvan a ser favorables. Otros animales, pasarán el invierno en formas resistentes al frío, o bien aletargados o en la fase de huevo y sólo saldrán de ellos como larva, cuando las condiciones ambientales lo propicien. 

SERENIDAD EN LA RÍA DE AROUSA

Entre nosotros, las costumbres se acomodan a nuevos ritmos, pero no decaen nuestras actividades. Yo veo, es una opinión, cómo en otoño algunas costumbres y modos rurales llegan hasta las ciudades haciéndose notar. No voy a hablar de los carritos en forma de locomotora que venden castañas asadas, ya lo he hecho en otras ocasiones. En Galicia aún nos quedan tres grandes fiestas, las tres muy sonadas, la de San Froilán, en Lugo, nunca falto a esta cita con mi gente y con el pulpo. Luego vendrán las San Lucas, feria caballar en Mondoñedo, a la que nunca he ido y, la de Santos, la de Monterroso, donde hay quien ha visto “vintecatro xastres xuntos dacabalo dun raposo”. A nivel más íntimo, los magostos con castañas asadas y vino joven volverán a ser motivo para encontrarnos los que nos estamos viendo siempre, pero en marcos diferentes. Por no hablar de las recogidas de setas y las meriendas posteriores. Más tarde, con el invierno en puertas, vendrá la feria de Capóns en Vilalba, pero eso será en vísperas de navidad. Ya será otra cosa.

Sí, nos metemos en un tiempo al que, quiero creer, todos le tenemos cariño. Por unas cosas o por otras los tiempos otoñales, no digamos los invernales, nos traen evocaciones diversas. Las castañas, las setas, el vino joven todo eso configura un ambiente en el que el frío, en vez de amedrentarnos, nos invita a salir y a convivir con los nuestros, con los de siempre. No sé qué ocurre, que los grandes hitos de nuestro calendario coinciden con épocas de días cortos. Desde el solsticio de invierno al de verano, ambos celebrados “por todo lo alto”, vamos desgranando todo un ritual de fiestas que nos hacen vivir, que nos señalan que siguen contando con nosotros, con cada uno de nosotros, porque estamos vivos. Lo pienso mientras mis pies, cálidamente abrigados, se hunden entre hojas caídas y pequeñas ramas que crujen bajo mi peso. 
PASEO DE OLIVOS
PAZO DE RIVADULLA

Sí, estamos en un tiempo de plenitud, madurez y generosidad de la naturaleza. Promesas hechas realidad y ciclos cumplidos, nunca terminados. Me gusta el otoño, sus colores, la serenidad que aporta al campo. Las luces diversas como un regalo, los claroscuros a contraluz y la neblina que sube como acudiendo a una llamada, todo eso los encontramos a poco que nos echemos al monte. 

Nunca el otoño me ha puesto triste. Aquí mismo he escrito diversas entradas sobre él, siempre viéndolo con cariño, con admiración por lo fructífero que es y por la cantidad de belleza que es capaz de traer consigo y aportarnos. En cuanto a su aspecto fructífero, depende mucho de cómo hayan sido las estaciones precedentes, la primavera y el verano. Aquellas flores que tanto nos alegraron al verlas en primavera, hoy son frutos maduros. 

Así es todo en este tiempo, aquellas promesas hoy son realidades, felices realidades.

viernes, 23 de abril de 2021

Origen del nombre "Belladona"

 En la Edad Moderna, la Europa rica y culta consideraba un rasgo de belleza el tener las pupilas dilatadas. Este criterio se aplicaba a las mujeres, claro. Los hombres no estaban dispuestos a sufrir las consecuencias de tal rasgo de distinción.

martes, 18 de septiembre de 2018

Nombres en biología: Belladona y atropina


En la Edad Moderna, la Europa rica y culta consideraba un rasgo de belleza el tener las pupilas dilatadas. Este criterio sólo se aplicaba a las mujeres, claro. Los hombres no estaban dispuestos a sufrir las consecuencias de ese rasgo de distinción.

viernes, 16 de junio de 2017

Un nombre en biología: Belladona

En la Edad Moderna, la Europa rica  y culta consideraba un rasgo de belleza el tener las pupilas dilatadas. Este criterio se aplicaba a las mujeres, claro. Los hombres no estaban dispuestos a sufrir las consecuencias de ese rasgo de distinción. 


Hablando de las pupilas dilatadas, para conseguir ese efecto de belleza, las damas de alcurnia utilizaban el extracto de una planta que, por producirlo, recibió el nombre de “bella donna” y así la seguimos conociendo hoy en día, belladona.

La belladona ha sido utilizada también en casos de brujería e iniciaciones chamánicas, pues en ciertas dosis produce efectos similares a alucinaciones y visiones.
Belladona con frutos

En usos farmacéuticos, su extracto a pequeñas dosis provoca la contracción de la musculatura lisa, de ahí su efecto de la dilatar la pupila. También se utiliza, siempre bajo estricto control médico, en casos de enfermedades que tienen su origen en la musculatura lisa, de contracción involuntaria o refleja. A dosis más elevadas, sus efectos pueden generar la muerte casi instantánea. Insisto, casi instantánea.

En la naturaleza, la belladona es un arbusto más bien feo, con flores poco atractivas y frutos en baya, similares a cerezas pero de color algo obscuro. La dispersión de sus semillas se hace gracias a las aves, que comen sus frutos pero no digieren las semillas, que luego las depositan en cualquier lugar mezcladas con sus excrementos. Lo mismo que otras plantas con frutos de tipo similar. Todas estas plantas (cerezas, higos, belladona), tienen semilla pequeña y así pueden atravesar el tubo digestivo de las aves sin hacerles daño.

Belladona a punto de florecer

Quiero hacer notar que algunas dosis que pueden ser mortales para nosotros, son inofensivas para las aves que comen sus frutos. Tal vez nosotros no podríamos ingerir esos frutos de manera inocua.

Cuando Linneo la clasificó le puso el nombre de Atropa belladona. Para aplicar nombres, Linneo se fijaba en morfologías, origen geográfico, propiedades, etc. ¿Por qué utilizó el nombre de Átropa?

Vamos a verlo. Lo hizo inspirándose en las Moiras griegas, unas diosas hermanas llamadas Cloto, Láquesis y Átropo. Representaban la vida de cada uno de nosotros. Así, Cloto tejía los hilos con los que se hacía el tejido de nuestra vida. Láquesis era el “destino”, pues los griegos eran deterministas, creían en el destino e imaginaban que, al nacer, cada niño ya llevaba marcado un destino que fijaba cómo debía ser su vida. Para los griegos de entonces, Láquesis controlaba la naturaleza de ese destino, guiando y midiendo la longitud del hilo tejido por Cloto.

Finalmente, cuando Láquesis, el destino, lo indicaba, Átropo, a la que normalmente se le representa con unas tijeras, cortaba el hilo. Era la muerte. Átropos en griego significa “que no cambia”, y Atropo no cambiaba de propósito, cualquiera que fuese la razón o el motivo para cambiarlo. No había forma de detenerla. Hoy, en 2017, no son pocos los que siguen pensando lo mismo que los griegos de entonces y, ante una muerte accidental, no falta quien diga que la persona muerta “la tenía allí”. Este sentido fatalmente determinista persiste entre nosotros.

Cuando Linneo asignó el nombre de Átropa a la planta de la que hablo, lo hizo recordando su efecto fulminante cortando el hilo de la vida de quien la ingiera, lo mismo que antaño lo hizo la diosa.

La farmacopea contemporánea ha aislado el componente activo de la belladona, el que a dosis bajas causa la alteración muscular y a dosis altas, la muerte. Al provenir de una planta llamada Átropa, al componente activo se le llamó Atropina.

Siempre me ha producido una cierta curiosidad eso de dosis baja y dosis altas. ¿Hasta qué cantidad un compuesto está en dosis alta y cuándo pasa a ser alta su dosis? Creo que importa mucho la masa corporal de quien lo toma. No es lo mismo cierta cantidad ingerida por una persona de 80kg., que si la toma alguien de 60kg., por ejemplo.
Pupila dilatada con Atropina

Hoy la atropina se utiliza en oftalmología, para dilatar la pupila y hacer buenas exploraciones de fondo de ojo. Es decir, en la exploración del ojo tiene un efecto determinado y útil para nuestros estudios. Vía oral, sin embargo, y “según qué dosis” puede ser mortal. La OMS la considera droga esencial, pues es eficaz en actuaciones médicas muy diversas, siempre a dosis adecuadas.

A dosis intermedias, vía oral, puede generar alucinaciones, lo mismo que el estramonio. Solía estar relacionada con hechos de brujería debido a esas alucinaciones que producía.

Hay otra cosa en la que me hace pensar tanto esta planta como otras situaciones algo similares. Las modas, tanto ayer como hoy, siempre han sido crueles con las mujeres, pero estaban dictadas por los hombres. Parece como si las mujeres fuesen un objeto que debe ser bello, pero constantemente se modifican los parámetros de belleza. Parámetros ajenos a cuestiones de sanidad, comodidad y bienestar. Hoy, por ejemplo, y como uniforme de trabajo, a veces ellas tienen que llevar unos zapatos con tacones muy altos sin importar el daño que puedan provocar en las trabajadoras a corto o a largo plazo. Las pupilas dilatadas producían supuestos efectos de belleza en mujeres, pero daños reales en sus ojos.

Lo malo es que han cambiado los cánones de belleza, pero no ha desaparecido la crueldad al aplicar un nuevo canon.

viernes, 9 de febrero de 2018

Flores tempranas y sus nombres

A estas alturas del invierno, los campos están desnudos, sin más vegetación que las hojas secas procedentes del otoño anterior y los troncos de árboles y arbustos que duermen su reposo invernal. Al suelo llegan unos rayos de sol no muy cálidos, pero sin ningún tipo del tamiz que más adelante puedan formar las hojas de los árboles, pues  ahora esas ramas están desnudas. 

Todo el calor llega al suelo y es suficiente para que algunas plantas comiencen a florecer. Suelen ser flores pequeñas, florecillas las llaman los aficionados a diminutivos gongorinos. Flores que realizan su función vital y que en pleno verano, debido a la intensa cubierta de las hojas, no podrían florecer, pues ahora, cuando la primavera está en puertas, les llega más luz y calor que en pleno verano.


Quiero comentar el origen de dos nombres de otras plantas comunes entre nosotros, el Narciso y la Caléndula. Ambas espontáneas en nuestra flora, aunque también cultivadas como flores de jardín

La mitología, que nos cuenta las historias de dioses próximos a nosotros con sus virtudes y defectos, es decir de dioses humanos, nos habla de un adolescente engreído llamado Narciso. 

Tuvo muchas enamoradas, una de ellas llamada Eco. También era hermosa, tanto como solo se puede ser en un cuento, pero Narciso la desechó. Eco era una ninfa, pero no tuvo una vida feliz. Zeus se enamoró de ella por su hermosa voz, sin ella pretenderlo, y quiso seducirla. Hay versiones si lo consiguió o no, pero lo cierto es que Hera, esposa de Zeus, castigó a la ninfa, quitándole la iniciativa en el habla y permitiéndole sólo repetir las últimas palabras emitidas por su interlocutor. Humillada y sin apariencia, Eco se fue a vivir a valles y montañas, donde a veces intentaba hablar con caminantes, pero nunca lo consiguió. 

Narciso, el dios engreído

Tras el desdén de Narciso, aún se retiró más y casi se hizo invisible. Fue entonces cuando Némesis le impuso un castigo al adolescente endiosado, pues se enamoraría de alguien imposible de alcanzar. Así ocurrió. Narciso se asomó a unas aguas tranquilas, dicen que para beber de ellas, se vio reflejado y quedó prendado de rostro tan hermoso. Al quererlo besar, murió ahogado.

Hoy, este mito ha dado origen a diversos calificativos referidos a personas que se deleitan en cualidades propias, tanto físicas como intelectuales. Creo que se aplica más a personas del género masculino, no tengo claro haber escuchado este adjetivo aplicado a mujeres.

Narciso,la herrmosa flor orientada al suelo

En botánica hay una hermosa flor que aparece en los primeros meses del año. De color brillante, está inclinada hacia el suelo, como haría si se contemplase en un estanque. Por ambas coincidencias, hermosura y cara orientada al suelo, la flor se llama Narciso.
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Una flor frecuente, y bonita, es la caléndula. Tiene el aspecto de una margarita, pero de color amarillo intenso, parecido al de una yema de huevo. Es una planta muy utilizada en farmacia, tanto sus flores como sus hojas. También para cocina tiene sus adeptos en ensaladas.

Calendula
Es una flor muy abundante, crece en bordes de caminos y a veces es posible encontrar campos enteros teñidos del color amarillo de sus flores. El crecer en bordes de caminos, cualquier biólogo lo explica como el resultado de la dispersión de sus semillas por parte de caminantes. Los frutos tienen unas especies de ganchos espinosos que hacen que queden enganchados en ropas de caminantes, o en patas de pequeños mamíferos.


Siempre están en flor, pues florecen cada 30 días, más o menos. Los primeros días después de haber florecido, las flores están lozanas, carácter que van perdiendo con el paso del tiempo.


Grupo de caléndulas en un camino

Los romanos dividían sus meses en tres períodos: las calendas, (los primeros días), los idus (los medios) y las nonas (los finales). Puesto que estas flores son más vistosas en los primeros días de su mes de vida, y los romanos llamaban calendas a tal período, la planta recibió el nombre de Caléndula.

martes, 25 de septiembre de 2018

Nombres en biología: Narciso y Caléndula

En cuestión de asignar nombres, la ciencia ha recurrido con mucha frecuencia a la Mitología. Astronomía, Biología, Química y muchas más, han recurrido a seres mitológicos para denominar fenómenos u objetos actuales, como sirena, arco iris, narciso o quirófano, por ejemplo.

viernes, 5 de octubre de 2018

En otoño

Llega el otoño como un amigo anunciado. Ya lo hemos notado por las hojas secas arremolinadas en el suelo, pero como biólogo, no me conformo con esta visión, muy dada a soñar y a recordar poemas nostálgicos. Para muchos, esta estación está matizada de recuerdos y sensación de final de ciclo, que deja en cada uno un regusto en cierto modo triste. Las hojas caen y parece que el cielo se derrumba. 

domingo, 5 de junio de 2016

La adaptación como estado

Podemos confundirnos al utilizar este concepto, pues es posible hablar de “Adaptación” aplicándolo a un estado, a una estructura o a un proceso. Su utilización en los tres casos es correcta. Puesto que en la anterior entrada hablé de la adaptación como estructura, quiero ahora hablar de la adaptación como estado, referida a individuos.


EL FRUTO EN BAYA PERMITE LA DISPERSIÓN
DE SEMILLAS POR PARTE DE ANIMALES COMEDORES DE FRUTOS
¿Qué entendemos por individuo adaptado?. Es una opinión personal, repito, pero cuando hablamos de un individuo adaptado estamos hablando de un individuo vivo. Incluso cuando nos referimos al pasado, el individuo en cuestión estaba vivo en el tiempo en que lo definimos como adaptado. ¿Es suficiente esa condición de estar vivo? No, aunque no faltó quien dijese que si es un individuo adulto, está adaptado por definición, pues ha superado la actuación de la Selección Natural que actúa en las fases juveniles. Esto es erróneo. La Selección Natural actúa en fases anteriores a la reproducción, que suelen ser fases juveniles, pero alcanzar el estado reproductor no indica estar adaptado. Un individuo vivo ha de reunir más condiciones para que lo consideremos adaptado. 

En muchos casos, la adaptación aparece considerada como un carácter cualitativo. Según esta opinión, un individuo está o no está adaptado, no existiendo grados de adaptación. Pero Darwin habló de “los más adaptados”. Es decir, para él, dentro de los adaptados existen graduaciones, habiendo los “más” adaptados frente a otros que, por tanto, han de estar “menos” adaptados. Para Darwin, padre del concepto, es un carácter variable entre los individuos de una población.

LAS COLORACIONES CRIPTICAS  AYUDAN
AL CAMUFLAJE

De todos modos, no debemos olvidar que, siguiendo a Darwin, conocemos a los adaptados a partir de los reproductores en cada generación, pues se reproducen con mayor frecuencia que otros que, por tanto, están menos adaptados. Son aquellos que transmiten sus genes en mayor frecuencia a la generación siguiente y así, en cada generación, los genes presentes en los individuos que la forman, han sido componentes de los adaptados de la generación anterior. Gracias a esa reproducción diferencial, los genes reponsables de los caracteres adaptativos irán aumentando de frecuencia a lo largo de las generaciones y,  por eso, el factor reproductivo ha de ser tenido en cuenta a la hora de definir la adaptación como estado.

En pocas palabras, el individuo adaptado es el que vive y se reproduce, transmitiendo, de este modo, sus genes a la generación siguiente. Hay una importante salvedad, y es que los hijos necesariamente han de ser fértiles. De no ser así, en ellos terminaría la historia biológica de la población de la que forman parte. Según este modo de ver las cosas, riguroso pero ajustado a lo cierto, un individuo viene a ser como el puente por el que pasan los genes desde sus progenitores a sus hijos. Y así permanentemente. Si un individuo no se reproduce, en vez de ser vía de paso para los genes, sería como un camino terminal para ellos. Encuentro acertada esta comparación.


LAS POBLACIONES ANUALES DE AMAPOLAS,
SON UN BUEN EJEMPLO DE POBLACIONES ADAPTADAS

A principios del siglo XX, la biología comenzó a considerarse de un modo integrador, de modo que los individuos se estudiaron como formando parte de unidades más amplias que lo que puedan ser las poblaciones. Se pensaba en ecosistemas y las poblaciones eran vistas como entidades biológicas  diversas integradas en ellos.

¿Cómo definir a los individuos adaptados según este criterio? De acuerdo con los nuevos conceptos, un individuo está adaptado a un hábitat determinado cuando es capaz de interactuar con su entorno de modo que puede reproducirse en él y tener hijos fértiles. Atención a esto, pues no se define la adaptación como algo absoluto propio del individuo, sino relativo, pues hablo de adaptación “a un hábitat”, lo cual no quita que ese mismo individuo esté o deje de estar adaptado a hábitats diferentes.


POBLACIONES DE LAVANDA
MONTANCHEZ, EXTREMADURA

En este sentido, existiría una zona geográfica, más o menos amplia y con variables ambientales, dentro de la cual los individuos pertenecientes a una población estarían adaptados. Esta zona viene a corresponder con el área geográfica de distribución de esos individuos. En los bordes de esta zona, existe otra, casi rodeándola, en la cual los individuos viven de modo precario, y no son capaces de reproducirse. En esta banda periférica, las condiciones varían de manera gradual y ya no permiten la adaptación de esos seres en cuestión, aunque puedan vivir en ella con efectos biológicos limitados.

¿Por qué insisto en el hecho de que un individuo adaptado tiene que tener hijos fértiles? Repito lo dicho en otra ocasión. Los individuos han de participar en la formación de la generación siguiente y, salvo casos que comentaré, la única forma de hacerlo es reproduciéndose. Cuando los individuos están adaptados, las poblaciones son independientes de la actividad humana y se reproducen por sus propios medios. Como ocurrió antes de nuestra aparición en el mundo de los seres vivos.

Las fotos de amapolas y lavandas son de Demetrio Fernández Vaquero, a quien agradezco su ayuda.



miércoles, 2 de diciembre de 2015

Reproducciones alternativas en vegetales

HOJAS SUELTAS DE CRASULACEA
 BROTANDO Y ENRAIZANDO
Con frecuencia me refiero a aberraciones hereditarias que se pueden producir en vegetales, pero no comento casos similares en animales. ¿Es que no hay este tipo de aberraciones en animales? En general, podría decir que no, que no las hay. En animales, con su reproducción sexual como estrategia reproductiva, la formación de gametos pasa por unas divisiones nucleares muy estrictas, de modo que si no salen bien, se producen gametos no funcionales. El resultado es que los posibles animales aberrantes suelen ser estériles, no transmitiendo su malformación.

¿Y los vegetales?  En vegetales la situación es diferente, pues además de las divisiones nucleares previas a la formación de gametos, existe la posibilidad de la reproducción asexual como alternativa. Esta modalidad, la reproducción asexual, en muchas ocasiones es la única manera de reproducción en muchas familiar vegetales, que no por eso vamos a considerar en peligro de extinción.
BULBOS DE NARCISO
Un modo muy común de reproducción en vegetales, incluso imitado en usos domésticos, es el de la escisión. Los esquejes, quiero decir. Por escisión se generan trozos de planta que son capaces de enraizar por sí mismos. De modo natural se producen en vendavales, en riadas o a causa de algún fenómeno violento. Cuando después de una época de lluvia los ríos transportan ramas caídas, muchas de ellas terminarán depositadas en orillas pudiendo enraizar en esos lugares. Esta es una de las causas de que, en los ríos, los árboles de ribera sean muy uniformes en su diversidad. Muchos árboles son capaces de reproducirse por esqueje, como los chopos, los mimbres, el sauce llorón, el tilo y muchos más. Como anécdota, diré que a veces se plantan árboles con sus guías. Lo curioso es que las guías enraízan y los árboles no son capaces de hacerlo. Algunas personas “finas” llaman “hijitos” a los esquejes.
Los bulbos representan otra forma de reproducción asexual. Hay múltiples especies que sólo tienen este medio de reproducción, son las conocidas como liliáceas: azucena, tulipán, cebolla, ajo, narciso, azafrán, etc., son especies pertenecientes a esta familia. Su esterilidad genética les impide formar semilla, pero gracias a sus bulbos forman una familia que goza de buena salud biológica.
BROTES EN PATATA
Los estolones consisten en tallos rastreros, pero aéreos, que en cada uno de sus nudos son capaces de formar raíces. El plátano se reproduce por estolones y también la fresa. En esta última hay dos tipos de reproducción: una sexual, con formación de semillas y dispersión mediante frugívoros. Pero, una vez llegada cada semilla a un nuevo lugar en que crecer, aparece la fase asexual mediante estolones. Es bonito esto: en la fase de semillas, con gran variabilidad entre ellas, se colonizan nuevos hábitats. Una vez encontrados éstos y vistos que son apropiados para la vida de cada individuo, se reproducen asexualmente que es el modo de no generar variabilidad en la descendencia. Puesto que la planta ha crecido, el ambiente ha de ser apropiado para ella. La reproducción asexual produce copias genéticamente iguales a la inicial que, por tanto, también estarán adaptadas a cada ambiente concreto.
Los rizomas vienen a ser como estolones, pero en este caso los tallos son subterráneos. Casos más comunes, lirios y cañas.
Los tubérculos son también tallos, pero capaces de acumular substancias de reserva.
RIZOMA
Ejemplo clásico de tubérculo es la patata.
En muchos de estos casos (esquejes, estolones, rizomas) no comento algo que voy a hacer ahora. Me refiero a la facilidad con la que, en los tallos, se forman raíces, lo que se denomina enraizar. En vegetales, a diferencia de lo que ocurre en animales, hay un tejido de células embrionarias que permanecen presentes durante toda la vida del organismo. Serían algo así como un tejido formado por células madre, capaces de generar cualquier órgano cuando están en el lugar apropiado. Estas células, constituyen el tejido llamado cambium, y están presentes a lo largo de todos los tallos, hasta las yemas apicales de las ramas. A partir de él se generan flores, hojas, tallos y, cuando rozan el suelo,  raíces.  Por eso, a la altura de los nudos, en rizomas y estolones aparecen raíces, como en los extremos lesionados de los esquejes.
En animales no existen estos modos alternativos de reproducción. Gracias a ellos, los vegetales han podido explorar nuevos hábitats en sus biologías.



viernes, 8 de febrero de 2019

martes, 16 de agosto de 2016

Nombres en biología: 6 Narciso, Caléndula

Narciso fua convertido en flor por su petulante presunción. La humilde Caléndula, útil para los humanos, recibe un nombre bonito gracias a su constante florecimiento.

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La mitología nos habla de un adolescente engreído llamado Narciso, a la par que nos cuenta historias de dioses próximos a nosotros con sus virtudes y defectos, es decir de dioses humanos, .

Tuvo muchas enamoradas, una de ellas llamada Eco. También era hermosa, tanto como solo se puede ser en una fábula, pero Narciso la desechó. Aunque Eco era una ninfa, no tuvo una vida feliz. Con una hermosa voz y sencillos modales, muchos la cortejaban, aunque ella sólo tenía ojos para Narciso. También Zeus se enamoró de ella y quiso seducirla. Hay versiones si lo consiguió o no, pero lo cierto es que Hera, esposa de Zeus, castigó a la ninfa, quitándole la iniciativa en el habla y permitiéndole sólo repetir las últimas palabras emitidas por su interlocutor. Humillada por no poder entablar una conversación, Eco se fue a vivir a valles y montañas, donde a veces intentaba hablar con caminantes, pero nunca lo consiguió.

COMO MIRÁNDOSE EN EL AGUA

Tras el desdén de Narciso, aún se retiró más y casi se hizo invisible. Fue entonces cuando Némesis le impuso un castigo al adolescente endiosado: se enamoraría de alguien imposible de alcanzar. Así ocurrió. Narciso se asomó a unas aguas tranquilas, dicen que para beber de ellas, se vio reflejado y quedó prendado de rostro tan hermoso. Al quererlo besar, murió ahogado.

MIRANDO AL SUELO

Hoy, este mito ha dado origen a diversos calificativos referidos a personas que se deleitan en cualidades propias, tanto físicas como intelectuales. Creo que se aplica más a personas del género masculino, no tengo claro haber escuchado este adjetivo aplicado a mujeres.

En botánica hay una hermosa flor que aparece en los primeros meses del año. De color brillante, está inclinada hacia el suelo, como haría si se contemplase en un estanque. Por ambas coincidencias, hermosura y cara orientada al suelo, la flor se llama Narciso.


CALÉNDULA

Una flor frecuente, y bonita, es la caléndula. Tiene el aspecto de una margarita, pero de color amarillo intenso, parecido al de una yema de huevo. Es una planta muy utilizada en farmacia, tanto sus flores como sus hojas. También para cocina tiene sus adeptos en ensaladas.

Es muy abundante, crece en bordes de caminos y a veces es posible encontrar campos enteros teñidos del color amarillo de sus flores. Eso de que la planta crezca en bordes de caminos, cualquier biólogo lo explica como el resultado de la dispersión de sus semillas por parte de caminantes. Los frutos tienen una especie de espinas que hacen que quedan enganchados en ropas de caminantes, o en patas peludas de pequeños mamíferos.



Siempre están en flor, pues florecen cada 30 días, más o menos. Los primeros días después de haber florecido, las flores están lozanas, carácter que van perdiendo con el paso del tiempo.

Los romanos dividían sus meses en tres períodos: las calendas,(los primeros días), los idus (los medios) y las nonas (los finales). Puesto que estas flores son más vistosas en los primeros días de su mes de vida, y los romanos llamaban calendas a tal período, la planta recibió el nombre de Caléndula.


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