Comento la mala situación que estamos viviendo en el planeta y un amigo, con buena intención, me anima en plan que ojalá esto acabe pronto y se arregle. No tengo duda de la buena intención de amigo. Pero tampoco la tengo sobre su ignorancia sobre temas de biología evolutiva.
Recuerdo las dos clases de equilibrio, estable o inestable. Los recuerdo ahora porque quiero indicar que desde el origen de la vida en la tierra, siempre ha estado en una situación de equilibrio inestable. Siempre ha existido una búsqueda de acomodo a las situaciones externas por parte de los seres vivos. En eso ha consistido la evolución. Y cuando no hubo acomodo, ocurrió la extinción del grupo que no consiguió acomodarse.
Acomodarse, ¿a qué? A los factores externos. A los cambios ambientales de todo tipo que siempre han acechado a los seres vivos, desde los cuantificables mediante parámetros concretos, como temperatura, humedad, luminosidad, y otros, hasta los que sólo podemos definir mediante conceptos como predadores, recursos y similares. Por no hablar, claro está de los muchísimos factores cuya existencia aún desconocemos y que poco a poco vamos descubriendo. Todos estos factores cambian continuamente, no existe ninguno de ellos que haya permanecido estable a lo largo de la historia. A esos cambios es a los que los seres vivos deben irse acomodando de generación en generación. Repito, son los factores externos del cambio evolutivo.
¿Cuál es la respuesta por parte de los seres vivos? La adaptación y su proceso adaptativo, teniendo como herramienta para realizarla la variabilidad que posee cada especie. La adaptación no es una cualidad, que se tiene o no se tiene. Más bien es una característica cuantitativa que se posee en mayor o menor grado. Los procesos evolutivos muchas veces llevan a situaciones que aumentan la adaptación mediante lo que llamamos procesos adaptativos.
Para que ocurran estos procesos es necesaria la existencia de variabilidad en las especies. Su origen es la mutación. Debida al azar, su frecuencia de aparición es constante y ocurre de modo recurrente. Tengo mis dudas en relación al origen aleatorio de muchas de las mutaciones, pues muchas veces disfrazamos nuestra ignorancia atribuyendo al azar la ocurrencia de un fenómenos cuya causa, realmente, desconocemos. Las mutaciones que ocurren en la naturaleza modifican ligeramente la expresión fenotípica de los genes y, normalmente, sólo se mantienen en las poblaciones los alelos nuevos que se comportan como recesivos. En condiciones normales, la selección es drástica contra sus portadores en homocigosis, pero si cambian las condiciones, el papel de la selección puede cambiar pasando a favorecer los fenotipos antes rechazados.
Por ejemplo, en Drosophila melanogaster, la mosca de la fruta, existe un mutante que en homocigosis determina que las alas se reduzcan de modo considerable y que llamamos "vestigial". Las moscas no pueden volar, ni aparearse, pues su cortejo sexual se realiza mediante movimientos de alas. No obstante, en acantilados y zonas con muchos vientos, todos los individuos de esta especie presentan las alas vestigiales. En este caso, han cambiado las condiciones ambientales y se han modificado las preferencias de la selección natural.
Este es el mecanismo de que disponen los seres vivos para enfrentarse a las agresiones medioambientales: la aparición de mutaciones y la génesis de nuevos genotipos portadores de esos alelos recién formados. Está claro que con una elevada variabilidad en genotipos, siempre es más probable la presencia de alguno o algunos capaces de adaptarse a nuevos cambios. Pero, también es claro, que cierta cantidad de genotipos diferentes sólo se pueden presentar en poblaciones con tamaños relativamente elevados.
Cuando las poblaciones disminuyen su tamaño, comienzan las alarmas relativas a su supervivencia.
Drosophila, fenotipo salvaje |
Por ejemplo, en Drosophila melanogaster, la mosca de la fruta, existe un mutante que en homocigosis determina que las alas se reduzcan de modo considerable y que llamamos "vestigial". Las moscas no pueden volar, ni aparearse, pues su cortejo sexual se realiza mediante movimientos de alas. No obstante, en acantilados y zonas con muchos vientos, todos los individuos de esta especie presentan las alas vestigiales. En este caso, han cambiado las condiciones ambientales y se han modificado las preferencias de la selección natural.
Drosophila, alas vestigiales |
Este es el mecanismo de que disponen los seres vivos para enfrentarse a las agresiones medioambientales: la aparición de mutaciones y la génesis de nuevos genotipos portadores de esos alelos recién formados. Está claro que con una elevada variabilidad en genotipos, siempre es más probable la presencia de alguno o algunos capaces de adaptarse a nuevos cambios. Pero, también es claro, que cierta cantidad de genotipos diferentes sólo se pueden presentar en poblaciones con tamaños relativamente elevados.
Cuando las poblaciones disminuyen su tamaño, comienzan las alarmas relativas a su supervivencia.
El tamaño de las poblaciones,... estamos reduciendo los hábitats a su mínima expresión,... zonas que serán incapaces de dar cabida a la variabilidad de las poblaciones. Buen fin de semana!
ResponderEliminarUn problema que pocos ven, o que no quieren ver: la destrucción de hábitats y, por consiguiente de las poblaciones que los ocupan. Gracias por el comentario, Norte.
ResponderEliminarNos queda alguna esperanza? O ya no?
ResponderEliminarY en caso de quede, qué es lo que hay que hacer?
Tampoco me preocupa tanto. No creo que, como especie, podamos hacer algo. Se trata de un proceso destructivo que va lento, pero con una tendencia concreta. El hombre, desde su aparición, se ha mostrado como una especie que provoca extinciones, y seguimos así. Tampoco nuestra especie tiene garantizada una presencia constante en el planeta. Otra cosa diferente es el conjunto de seres vivos, algunos de los cuales, posiblemente, permanezcan en el planeta cuando nosotros desaparezcamos. Falta tiempo para ese momento. Gracias por el comentario.
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