jueves, 30 de enero de 2014

SOBRE SERES VIVOS: SIN COSTUMBRES ASESINAS

 Este artículo lo publiqué aquí hace algo más de un año. Algo modificado, lo traigo de nuevo a este bloque de consideraciones que estoy escribiendo acerca de los seres vivos.
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Veo en televisión un programa sobre Naturaleza y hablan de "costumbres asesinas" en los animales. Mientras, se ofrecen al espectador imágenes de animales atacando y persiguiendo a sus presas.
PREDADOR Y PRESA

Pienso que no se debe hablar de un modo tan fuera de lugar, pues es necesario ir con cuidado para dar a las cosas, y a los procesos, el nombre que les conviene. En la Naturaleza no hay asesinos, pues nadie mata a nadie con premeditación, alevosía ni con otras modalidades perversas.
Eso sólo es patrimonio del hombre, pues en la Naturaleza se mata para vivir, para nutrirse. Y nada mas. Ni siquiera hay muertes que pudiéramos calificar como "en defensa propia". Para defenderse, los seres vivos han desarrollado mecanismos que "enseñan" a quienes les atacan que conviene no repetir la agresión. Para conseguirlo, provocan que en sus posibles predadores aparezcan los oportunos actos que genéricamente conocemos como reflejos condicionados.
ORTIGA. PRODUCE REACCIONES
ALERGICAS
También en algunos vegetales, aparentemente indefensos, no son pocos los agentes bioquímicos que provocan reacciones de tipo alérgico en los animales herbívoros que intentan comerlos: los efectos urticantes de las ortigas funcionan de esta manera. Del mismo modo, las agujas de silicio o de carbonato presentes en no pocas gramíneas, les pueden servir para satisfacer esas necesidades de defensa, así como las espinas de los cactus. Por no hablar de otros mecanismos más complicados, como sería el de aquellas especies que, si bien son inofensivas, adoptan morfologías semejantes a las de otras especies poseedoras de mecanismos de defensa (se conocen como mimetismo estos tipos de defensa). Pero ninguna planta tiene mecanismos que maten a su posible predador, cuando menos en las dosis en que éste la come. Otra cosa ocurre cuando el hombre se mete por medio de todo, aplicando sus conocimientos (con todos mis respetos, diré que suelen terminar siendo un desastre). Capítulo aparte lo constituyen las plantas carnívoras, que deben ser consideradas como predadoras.
MIMETISMO
También en animales aparecen mecanismos de defensa, que básicamente consisten o en escapar o en esconderse. Hay animales que corren mucho, pudiendo desarrollar velocidades asombrosas. Otros no corren a gran velocidad, pero lo hacen describiendo trayectorias sinuosas, o suben a los árboles, o hacen cosas raras con tal de conseguir huir de su perseguidor. Hay animales que no escapan y, para librarse de sus predadores, o se esconden o se disimulan gracias a coloraciones especiales que hacen que, de permanecer quietos, sea difícil distinguirlos del entorno (se llaman crípticas las coloraciones de este tipo).
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Los animales necesitan comer por dos razones fundamentales. La primera de ellas es obtener la energía que les llega contenida en las moléculas biológicas presentes en todo cuanto comen. La otra razón que tienen los animales para comer, es la obtención de esas mismas moléculas biológicas para construir con ellas las estructuras necesarias para su propia vida.
A veces no nos damos cuenta de que, a causa de la alimentación, hay moléculas que hoy forman parte de cada uno de nosotros, pero que hace unos pocos días formaban parte de aquellos seres que nos sirvieron de alimento. Una molécula de glucosa, por citar un caso, sintetizada por un vegetal y que fue almacenada en el mismo en forma de almidón, a los pocos días puede estar en nuestro organismo realizando funciones biológicas nuestras. Un argumento similar es válido si hablamos de grasas o de aminoácidos, los formadores de las proteínas. Lo que un predador obtiene de su presa son las moléculas constitutivas de su propia materia y, contenida en ellas, la energía necesaria para realizar las propias funciones vitales.
CARRERA FRENÉTICA
Los animales consiguen sus alimentos mediante la caza, que para ellos representa una necesidad vital. De no cazar, se irían extinguiendo. Gracias a la energía que reciben con la caza, además de realizar todas las actividades vitales que deben realizar, y que le aprovechan a él mismo, tienen que ejercer las funciones relativas a la reproducción, contribuyendo de este modo al mantenimiento de la población a la que pertenecen. Esa, la de la reproducción, es una actividad que tiene que realizar cada individuo y que, generación tras generación, se traduce en el mantenimiento de la especie.
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En los humanos existe una costumbre, que viene de la Edad Media, que consiste en enjuiciar las prácticas animales como dictadas por virtudes o vicios, sin tener en cuenta que tanto virtud como vicio son calificativos aplicados por múltiples culturas a normas de nuestra propia conducta. Se nos ha enseñado a admirar a las hormigas por laboriosas, a odiar a las serpientes por engañosas, a menospreciar a los zorros por astutos o a los mulos por tercos. Tenemos insultos que hacen referencia a supuestas conductas animales, como zorrería o burrada. En este plan, decimos que es un burro alguien que no se caracteriza por agudeza y llamamos cerdo a quien no es muy limpio. Bajo este mismo concepto, los animales carnívoros son asesinos y, por tanto, no está mal recriminar sus conductas o, incluso, condenarlos a morir, y matarlos. En este caso, deberíamos decir cuál de los dos es el asesino.
PRODUCE REACCIONES ALÉRGICAS
En general, podríamos decir que asesino sería el animal que mata movido por unas motivaciones que serían negativas en caso de ser definidas con criterios humanos.  Pero esas motivaciones están por completo ausentes en las conductas animales. En su mundo se mata para vivir o para sobrevivir, como se prefiera decir. Los biólogos no hablamos ni de conductas criminales ni de los asesinatos que se perpetran en la Naturaleza, porque en no hay nada ni de una cosa ni de otra.
De esas conductas y motivaciones sabemos mucho los humanos, que precisamente nos consideramos civilizados. Hasta donde yo se, la única especie que mata por matar es la nuestra. Triste singularidad, creo yo. Ecológicamente, la especie humana ha generado extinciones desde el principio de su presencia en la Tierra. La paleontología nos enseña que muchas especies diferentes son capaces de convivir en un mismo territorio, pero eso no ocurre en cuanto aparece el hombre. Somos exterminadores.
CEMENTERIO DE GUERRA
Pero hay más. Existen casos en los que algunos deportes y diversiones están basados en la muerte gratuita de otras especies, tal como sucede en la caza, en las corridas de toros o en las modas basadas en pieles de mamíferos o plumas de aves.
La mayor abominación se produce cuando el objeto de las muertes sin sentido son otros seres humanos. Pienso en las guerras, que nunca arreglaron nada, y en los múltiples casos diarios en que alguien quita la vida a alguien.
Cuando yo era niño estudié cosas de los animales “salvajes”, pero nunca me dijeron que esos animales nunca matan por matar.

viernes, 24 de enero de 2014

CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS: (IV) ... Y MUEREN

Nos dice el diccionario que morir es “Llegar al término de la vida”. También es estropearse definitivamente un aparato, desembocar un río y más cosas. Pero como buscamos una definición relativa a los seres vivos, la definición inicial es la que se nos ajusta.
Llegar al término de la vida, sin más, sin explicación de ningún tipo, porque esta definición de morir lleva implícito admitir que la vida se termina, algo que a los humanos nos cuesta mucho admitir.
Pero voy a prescindir aquí
SIEMPRE CON NOMBRES MACABROS
de los humanos, pues en nosotros la muerte adquiere dimensiones diferentes a lo que ocurre en los demás seres vivos. Tenemos una conciencia de dignidad que se resiste a ser perecedera y que plantea muchas preguntas acerca de la propia trascendencia, cuestiones a las que sólo las religiones y los sistemas filosóficos son capaces de procurar respuesta. Recordemos las muchas obras creadas a causa de la idea de la muerte, desde las esculturas funerarias, a los muchos Faustos o a las sobrecogedoras películas tipo “El séptimo sello” de Ingmar Bergman. Los dioses, siempre eternos en todas las religiones, regalaban la inmortalidad a los humanos que se habían distinguido por hacer cosas buenas con comportamiento altruista. Ese era su gran premio, la inmortalidad.
MALA COMPAÑÍA
¿Es terrorífico el morir? Para los humanos sí lo es de un modo u otro. Por eso la muerte siempre aparece representada como algo desagradable y con guadaña que,  de modo figurado, segará nuestras vidas. Por otra parte, no lo debemos olvidar, al separarnos definitivamente de seres queridos, genera en nosotros unas situaciones irreversibles de dolor a las que, una vez aparecidas, es preciso irse acostumbrando. La muerte, uno de los Jinetes del Apocalipsis, puede resultar espeluznante por ese halo de dolor e intranquilidad con que nos visita.
MUERTE NATURAL
Pero, ¿y en los demás seres vivos? También en ellos termina la vida y, por tanto, se produce la muerte. Muchos animales mueren como nosotros, como un acto solitario, pero sin dudas metafísicas acerca del proceso que afrontan. Mueren y sus cadáveres aprovechan como alimento de otros seres vivos. Normalmente, como ocurre con nosotros, al morir lo hacen de modo individual cuando se trata de seres que vivieron como entidades discretas, pero cuando se trata de colonias, como corales, puede ser que algunos individuos mueran, mientras otros permanezcan vivos y haya quienes nazcan dentro de la misma entidad colonial.
MUERTE NATURAL
También existen ocasiones en que los individuos, como tal, desaparecen si bien permanecen vivos en sus descendientes. Hablo de aquellos seres, no pocos, que se reproducen por bipartición. Ocurre que un ser se divide en dos, que son sus dos hijos únicos, que acaban de aparecer mientras que el anterior, el que se dividió, ha desaparecido, ya no existe como tal. ¿Ha ocurrido la muerte del ser inicial? Nadie se atreve a decir que si, aunque ya no exista como entidad propia. Ha desaparecido, si bien la “desaparición” como tal, no entra en la definición de muerte. ¿Podemos decir que hay seres inmortales mediante la reproducción? tampoco. Más acertado será hablar de estirpes constituidas por seres que no mueren, pero que desaparecen para dejar su sitio y sus funciones a sus descendientes. Si partimos una planta en múltiples esquejes, de modo que la planta inicial deje de existir como tal, no diremos que haya muerto, aunque ha desaparecido. Su actividad biológica sigue presente en sus hijos en forma de esquejes que, al enraizar, serán nuevos individuos.
HOJAS MUERTAS EN ÁRBOL VIVO
Los vegetales, como seres vivos que son, también mueren. Pero tienen sus peculiaridades. Por ejemplo, las plantas anuales viven un solo año y, al morir, lo hace todo el individuo, como en nuestro caso. Cuando viven más de un año, los procesos pueden ser peculiares. Por ejemplo, en los árboles de hoja caduca, las hojas mueren al llegar cada otoño, aunque esta muerte, genéticamente programada, no afecta a la viabilidad del individuo que las tenía. También, en árboles, puede ocurrir que se seque alguna rama, o más de una, sin que afecte a la vida del árbol como individuo.
¿Qué ocurre con los cuerpos muertos? Los cadáveres de animales y vegetales muertos se descomponen por la acción de otros seres que se alimentan de ellos. De un modo u otro, estos seres van descomponiéndolos, nutriéndose de sus restos, digiriendo sus componentes de modo que vuelven a incorporarse a las cadenas de elementos presentes en los seres vivos, si acaso alguna vez habían salido de ellas.
Porque, para mi entender, un ser muerto es mucho más que un mineral o una piedra, a los que considero inertes. Aún hay en el cadáver, o en el vegetal muerto, mucha energía vital almacenada que aprovechará a otros seres. Sus componentes químicos, y la energía encerrada en ellos, pasarán a formar parte de otros seres dentro de la cadena biológica en la que están integrados.

martes, 21 de enero de 2014

CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS: (III) SE REPRODUCEN

UNA NUEVA GENERACIÓN

Vayamos, de nuevo, al diccionario de la Real Academia de la Lengua. Nos dice que, aplicado a seres vivos, reproducirse es “engendrar y producir otros seres de sus mismos caracteres biológicos”. En general, conocemos como progenitores a quienes se reproducen, e hijos a sus descendientes. Y no tenemos duda en que progenitores y descendientes forman dos generaciones sucesivas, diferentes, y que solo se solapan en razón del parentesco que las une.

Puesto que hay parentesco entre reproductores y descendientes, también es correcto hablar de padres, al referirnos a los reproductores que ya tienen descendientes, a quienes conocemos como hijos suyos.

Padres, hijos, progenitores, descendientes, reproductores, nombres diferentes para designar a los mismos sujetos de un proceso biológico importante, muy importante. Tan fundamental, que un dato clave que tenemos en cuenta para indicar que un individuo está adaptado a un determinado ambiente, es que en ese ambiente, el individuo en cuestión es capaz de tener hijos fértiles.
Es curioso que al hablar de adaptación, impliquemos tres generaciones:
FASES DE LA GERMINACIÓN DE UNA SEMILLA
aquel de quien decimos que está adaptado, su hijo y su nieto, pues el hijo también ha de ser fértil. ¿Por qué se hace así? Yo lo veo muy claro, y voy a intentar explicarlo aquí y ahora.
Los seres vivos nacen y crecen, eso por supuesto, pero son los mismos individuos que protagonizan esa actividad quienes se benefician de ella. No ocurre eso con la reproducción, pues a un individuo le resulta indiferente reproducirse o no hacerlo. ¿Quién se beneficia de ella? Sin duda alguna, la población de la que forma parte y, en último extremo, la especie a que pertenece. La permanencia de poblaciones en determinados territorios, configurando el área de distribución de la especie a que pertenecen, determina la necesidad inexcusable de que se reproduzcan los miembros que la componen. Es el único mecanismo para que una generación genere la siguiente y, de este modo, se estará produciendo la continuidad de la presencia de unos individuos en lugares determinados. En mi opinión, ese es el valor biológico de la reproducción, y quiero señalar que no indico ningún tipo concreto en que ésta pueda realizarse. Si hay diversos modos que tienen los seres vivos para reproducirse, (sexual, asexual, alternante, etc.) y hay especies vivas que los utilizan, esto será porque esos métodos son útiles para ellas.
ALEVINES
Para las especies y las poblaciones, lo importante es no extinguirse y, mientras la reproducción se realice de modo adecuado, la extinción como peligro biológico está conjurada.
La historia de la vida es apasionante. Nadie discute que se originó una sola vez y que, desde entonces, no ha ido más que diversificándose, generando nuevas especies, y ampliando su área de distribución. Es posible encontrar muchos datos acerca de este proceso cuando se estudian los estratos geológicos, y cada vez sabemos más sobre este tema.
PUESTA DE INSECTO
Si hoy encontramos seres vivos en cualquier hábitat, o si hay seres vivos con cualquier estructura y modo de vida, es debido a que, desde que la vida se originó, los seres que la poseían fueron reproduciéndose, ganando en complejidad y colonizando nuevas áreas en las que poder vivir, ampliando sus áreas de distribución. La reproducción siempre fue el eslabón que unió las diferentes generaciones en esta cadena de seres vivos.

El único eslabón, de ahí su importancia biológica.

jueves, 16 de enero de 2014

CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS: (II)...CRECEN...

Los seres vivos crecen, pero ¿qué entendemos por crecer? No hay duda que al decir eso, queremos indicar que aumentan de tamaño. Como en biología hay más de una forma de que se realice algo, también hay más de un modo de crecer. O bien porque aumenta el número de células integrantes de un organismo, o bien porque aumenta el tamaño de las células, cuyo número no se altera.
SERÄN ADULTOS
Sea del modo que sea, los seres vivos crecen si tomamos como momento inicial de su existencia el de su nacimiento. Los tamaños más grandes entre los seres vivos actuales se dan en especies vegetales. La mayoría de seres tiene un crecimiento controlado, de manera que cuando alcanzan un determinado tamaño, el proceso se detiene. Todos estamos acostumbrados a los tamaños estándar de los miembros de cada especie que conocemos, y aunque desconocemos esos tamaños, de modo instintivo a algunos individuos los encontramos o muy grandes o muy pequeños cuando sobrepasan tales límites. Por eso hablamos de una vaca muy grande o un camelio muy pequeño, por citar dos ejemplos.
Los seres, al crecer, no sólo aumentan de tamaño, también sus células van diferenciándose adquiriendo capacidades diferentes y generando órganos con funciones especializadas. Mientras los seres van adquiriendo estas cualidades, decimos que son formas juveniles, y consideramos que han alcanzado la madurez cuando alcanzan la capacidad reproductiva.
RENACUAJOS. FORMAS
LARVARIAS DE RANAS
El crecimiento puede ser mediante formas intermedias, las larvas, que son voraces y que, tras un período de transformación que se realiza con quietud, se transforman en adulto. En estos casos, los adultos generan huevos de los que nacen las larvas. Éstas sufren cambios morfológicos (metamorfosis), dando lugar a los adultos. Muchos insectos tienen larvas en sus ciclos biológicos, pero también los anfibios (ranas, sapos) las tienen. En vegetales hay especies, como el eucalipto, con dimorfismo foliar,  en las que las formas juveniles del árbol presentan unas hojas con formas y color que no tienen nada que ver con las del árbol adulto.
 HOJAS JUVENILES DE EUCALIPTO
RAMAS JUVENILES DE EUCALIPTO









En árboles y arbustos, aunque el crecimiento se detiene cuando se alcanza ese tamaño concreto que comentaba, no debemos considerar que se haya perdido su capacidad de crecimiento. Cuando se poda ese árbol o ese arbusto, volverán a crecer hasta alcanzar el tamaño anterior a la poda. Alcanzar esos tamaños y detenerse en esos momentos, son procesos regulados genéticamente.
ALOMETRIA EN HUMANOS
Por otra parte, también puede ocurrir que el crecimiento no sea armónico cuando contemplamos el modo en que se realiza en la totalidad del cuerpo. A veces, existe una velocidad de crecimiento diferencial en sus diferentes partes, y a esto le llamamos alometría. En nosotros, los humanos, las piernas y los brazos crecen a unas velocidades diferentes al tronco y cabeza, por lo que los niños tienen unas proporciones corporales diferentes a los adultos. Este proceso diferencial se descubrió en el Renacimiento. Los pintores anteriores, al pintar al Niño Jesús no pintaban un niño, pintaban un hombrecito, pues le adjudicaban las proporciones de hombre adulto.
 FICUS CRECIDO Y BIEN
ANCLADO EN EL SUELO
De todas formas, existen múltiples estrategias en los seres vivos para alcanzar el estado adulto. Esos procesos, en la mayoría de los casos significan incremento de tamaño y cambios fisiológicos que, en general, reciben el nombre genérico de “crecer”. 
Un proceso inherente a todos los seres vivos y del que se beneficia el mismo individuo que crece..

jueves, 9 de enero de 2014

CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS. (I) ...NACEN...

Recuerdo que, ya en la escuela, aprendimos que los seres vivos "nacen, crecen, se reproducen y mueren". Tal vez nunca nos hemos detenido lo conveniente para cavilar acerca del sentido de este aforismo. Por eso ahora quiero comentar esas actividades biológicas. Tal vez sea bueno hacerlo.
En Biología es difícil que existan definiciones aplicables a la
HAN NACIDO
totalidad de seres vivos. Es lo que ocurre cuando queremos indicar en qué consisten algunas actividades vitales. Por ejemplo, "nacer".
Si recurrimos al diccionario de la RAE a consultar el significado de este término, nos dirá que nacer consiste en "salir del vientre materno". Es cierto, pero se está aplicando la definición exclusivamente a mamíferos. Otra acepción que ofrece nos dice que nacer es "salir del huevo", muy acertada cuando se aplica a animales que tienen este medio de reproducción, como aves, peces así como muchos invertebrados como insectos, crustáceos y arácnidos. Tratándose de vegetales nos dice que "nacer" consiste en empezar a "salir de la semilla". También estamos conformes con esta definición, aunque volvemos a encontrar que no es de aplicación a la totalidad de vegetales, pues muchos de ellos no se reproducen por semilla.


HA NACIDO
Es curioso que las tres definiciones hablan de "salir". ¿Qué nos puede indicar el verbo utilizado en estos casos? Podemos pensar que "salir" nos habla de en un nuevo ser, el que nace, que "sale" al mundo y abandona el lugar en que se desarrolló, donde llevó a cabo su proceso embrionario, para comenzar a vivir su historia propia como ser autónomo. Para mi forma de pensar, esa autonomía adquirida es lo que confiere un valor especial al "salir" y por tanto, al "nacer". Ha aparecido un nuevo ser completamente autónomo y con capacidad para serlo. Y todos los seres vivos “nacen” de una u otra forma, es decir, tienen un principio.
Estas definiciones están restringidas a los que nacen como consecuencia de cualquier proceso de reproducción sexual, pero ¿qué decimos de los seres, animales y vegetales, que aparecen como consecuencia de medios asexuales?
ESQUEJES, NUEVOS SERES
 POTENCIALES
Hablaré de esos procesos en otras ocasiones, pero ahora pensemos en uno sencillo, conocido por todos, como es la reproducción por escisión, o por esquejes, que aunque muy utilizada por el hombre, no es un proceso artificial. Más bien es un proceso común entre determinadas especies en la Naturaleza. Imaginemos que en un vendaval se desprende una rama de un sauce, por ejemplo, o de una mimosa. Esa rama cortada está destinada a desecarse y morir si no llega a un terreno barroso, de modo que quede semienterrada en él. En caso de caer entre barro, es posible que la rama enraíce comenzando a tener vida propia. ¿Decimos que ha nacido? Yo no lo diría, pero sí que hay un nuevo ser biológicamente autónomo. Lo mismo ocurre con cualquier planta generada a partir de un esqueje. Se me hace difícil decir que ha nacido, pero hay un nuevo ser.
HA NACIDO
En organismos que viven formando colonias, caso de corales o fresas, por ejemplo, es difícil decir cuándo nace cada individuo y tal vez el concepto de "nacer" se limite al ser primitivo, fundador de la colonia, mientras que sus nuevos aparecen por procesos alternativos al nacimiento.
Los seres vivos, de un modo u otro, nacen. Los modos son muy diversos y si bien hay casos en los que se puede hablar acertadamente de nacimientos, en otros el término queda más ambiguo. Pero siempre podemos decir que los seres vivos tienen una historia autónoma, con un principio concreto datable en el tiempo. En ese momento está su origen como ser, aunque a veces no podamos hablar de nacimiento.



sábado, 4 de enero de 2014

CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS: GENERALIDADES

Con frecuencia, los medios nos hablan acerca de la posibilidad de vida en otros planetas. Las noticias aparecen como dosificadas, pero vienen a ser como un ruido de fondo entre todas las noticias que se nos transmiten. ¿hay algo en contra de tal posibilidad? Podríamos decir que, conceptualmente, no existe ningún argumento contrario a tal existencia, si bien hoy por hoy tal idea no puede ser presentada como hipótesis científica, pues no disponemos de posibilidad de comprobarla.


Sería muy arrogante por nuestra parte suponer que, dentro de la inmensidad universal, considerada infinita, somos los únicos habitantes vivos presentes en él. Ciertamente, es muy posible que existan múltiples planetas (o cuerpos celestes similares) en los que haya condiciones ambientales compatibles con actividad biológica. 
La literatura de ficción, y más los géneros de ficción que se expresan en pantallas, nos han acostumbrado a ver supuestos seres procedentes de otros planetas que son muy semejantes a nosotros, tanto en morfología como en comportamiento, con inteligencia similar, tecnología más avanzada a la nuestra y no digamos en cuanto el modo de expresarla y utilizarla.
ENTRAÑABLE  E.T.
Las historias en las que intervienen extraterrestres, nos los presentan como invasores de nuestro planeta y, salvo el entrañable E.T. de Steven Spielberg, todos ellos son malos y persiguen nuestra destrucción si bien, fieles al mito del triunfo del bien sobre el mal, siempre ganamos y vencemos a los extraterrestres invasores.
Esto es ficción, pero ¿Hay vida en otros lugares del Universo? Es ésta una pregunta que todos los humanos nos hemos formulado en más de una ocasión ante la inmensidad de un cielo estrellado. En el silencio de una noche estrellada, ese silencio relativo, nos parece imposible estar solos en esa infinidad de astros. No obstante todo queda en una pregunta sin respuesta, pero eso no impide que hablemos de ese tema, siempre interesante para todos.
¿DE VERDAD ESTAMOS SOLOS?
Con frecuencia, los poderosos telescopios actuales nos ofrecen datos que permiten suponer (digo suponer con intención) la existencia de agua en otros mundos. De comprobarse esa existencia, sería un dato muy importante en nuestra búsqueda de vida fuera del Sistema Solar. El agua, como medio físico-químico, es sustancial para el desarrollo de la vida. Por eso, dicha existencia no indica necesariamente la presencia de vida, pero sí que existen las condiciones necesarias para que se desarrolle.
Siempre es necesaria una definición de vida. Tal vez, un explicable antropocentrismo cultural haría que muchos definiesen la vida en términos adecuados a nuestra especie humana. Pero es preciso pensar que la humana es una más entre los cientos de miles de especies para las que debe ser de aplicación esa definición de vida de la que hablo. No obstante, para expresarnos con rigor y antes de seguir, deberíamos saber qué queremos significar cando utilizamos la palabra “vida”, pues tras esta palabra hay varias y muy diversas acepciones.
También será preciso comentar qué entendemos por “seres vivos” antes de hablar de las características que comparten, pues a lo largo de unos cuantos artículos volveré a mi aspecto de biólogo, lo que soy, para hablar de "mis cosas", la biología y los seres vivos. Espero decir algo que resulte de interés para alguno. 
¿UNA INMENSA SOLEDAD?



jueves, 26 de diciembre de 2013

LAMENTO POR EL SANTUARIO DE MUXÍA

En estos días pasados, y después del azote del vendaval que ahora se llama ciclogénesis, pensaba yo que era lógico que nuestros remotos antepasados se sintiesen sobrecogidos con tales manifestaciones de poder por parte de la naturaleza. Ante fuerzas desatadas con esas dimensiones, no resulta nada extraño pensar que imaginasen a seres superiores enfurecidos, a quienes era preciso aplacar.

EL SOL SE PONE EN MUXIA
Muchas religiones comenzaron de ese modo, atribuyendo propiedades sobrenaturales a seres concretos cuando aparecían fenómenos de difícil interpretación, y entonces casi todos los fenómenos tenían esa característica. (Cuando los filósofos jonios del siglo V a.c. pensaron que los fenómenos naturales tenían causas naturales y era preciso buscarlas, dieron lugar al nacimiento de la ciencia).
Las creencias paganas estaban muy asentadas en nuestras tierras antes del cristianismo. Nunca fueron sustituidas del todo por la religión de Cristo, de modo que se siguió rindiendo culto y respeto a los ríos, a los montes, al mar y demás entidades naturales a las que se veneraba antes de la llegada de los evangelizadores.

MAR BRAVO Y FUEGO EN EL SANTUARIO
Puesto que era difícil la coexistencia de ambas creencias. San Martin Dumiense tuvo la idea de dar sentido cristiano a muchos lugares y mitos con significado pagano. Era el siglo IV de nuestra Era. A partir de la idea de ese maridaje, en anteriores lugares de peregrinación aparecieron santuarios para acoger a los peregrinos que seguían llegando empujados por su sentido religioso y con sus peticiones de siempre: la salud, la familia y cosas cotidianas de este estilo.
Muchos santuarios se dedicaron a la Virgen con sus leyendas respectivas. Fueron cristianizados, sí, pero mantuvieron sus mitos en forma de piedras adivinatorias o movedizas mediante las que recibir favores o avisos del más allá. Otros santuarios mantuvieron sus fuentes con aguas que volvían a ser milagrosas.
Uno de ellos fue el de la Virxe da Barca. Cuenta la leyenda, no
LOS ELEMENTOS DEVORADORES
podía faltar, que estando allí el Apóstol Santiago, se encontraba fatigado y desanimado por lo infecundo de su labor evangelizadora. Es curioso, como en Zaragoza, otra vez el desánimo. También en Muxía le visitó la Vírgen que llegó hasta él en una barca de piedra (de nuevo la piedra) para animarle. La barca se rompió debido al fuerte oleaje y los trozos a los que quedó reducida, quedaron desperdigados por la ladera que, desde el santuario, desciende hasta el mar. Esas piedras son las milagrosas.
Frente a un océano muchas veces bravo, siempre impresionante, el santuario estuvo hincado en la roca recibiendo visitas y visitas, presenciando el diario hundirse del sol en las aguas. Para muchos es el punto final del Camino de Santiago, al menos uno de ellos a la par que Finisterre. El día de su romería, allá por septiembre, aquello es un hervidero de gente que viene por muy diversos motivos, pero que acude allí.
Hoy, ayer, todo eso ha ardido. Los antiguos lo atribuirían a un castigo de los dioses. Viento de ciclogénesis, oleaje desbocado y un fuego que devora en dos horas el lugar sagrado y querido. Llanto desconsolado por todo.
¿Será otro Ave Fénix que renazca de sus cenizas? Naturalmente que será, que los sentimientos son muy profundos y son ellos los que se han herido. Hay prioridades y, para muchos, las del espíritu van por delante de las corporales. ¿Cómo se pagará la reconstrucción deseada? Yo también la quiero, pero un refrán nuestro dice que "no tenemos para pan y compramos estampitas"... Seguro que existen, y se pueden encontrar, fuentes alternativas de financiación que no alteren partidas presupuestarias destinadas a otros fines en una época tan precaria como la que vivimos actualmente. Ojalá se eche mano de esas fuentes, pues repito que quiero ver el templo reconstruido, pero sin alterar los presupuestos ni desatender prioridades que todos tenemos en mente. 
¿Hay responsables? No lo creo, el azar siempre juega sus bazas. Aunque el rayo puede ser un mensaje de los dioses. Recordemos que Júpiter tiene un haz de ellos en su mano.
A VECES, IMPOTENCIA

sábado, 21 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

Paso una de estas tardes, lluviosa y fría, leyendo un libro bonito, ameno e instructivo. Titulado “Cartas europeas de Navidad”, hace unos años lo regaló una empresa entre sus amigos y clientes en las fiestas navideñas.


Los autores de las cartas son personajes fundamentales en nuestra cultura: Bela Bartok, Erasmo de Rotterdan, Luis de Góngora, Teresa de Ahumada y así, hasta diecinueve autores. Diecinueve formas de ver la vida cotidiana y la Navidad en diferentes épocas, desde el siglo XVI hasta el XX.
¿Que qué encuentro en ellas?. A veces la nostalgia de quien pasa la Navidad fuera de su hogar, como es el caso de Bela Bartok, que añora a sus hijos en su Hungría natal cenando solos en la nochebuena de 1940. Son entrañables sus frases llenas de cariño, castigado por la lejanía. Hay cartas que destilan el ajetreo de alguien que no dispone de tiempo debido a la intensidad de su vida. En otras aparece, se deja ver, cierta sensación de cansancio. Ya digo, diecinueve maneras diferentes de vivir esta época en otros tiempos.
Como en botica, hay de todo. No obstante todas tienen un denominador común. Los autores, eran tiempos pasados tal vez incomprendidos para muchos de hoy, hacen un alto en sus actividades para tomarse un tiempo e imaginar que se mantiene un monólogo con la persona a quien se destina la carta.

Tardarían tiempo en llegar a sus destinatarios, pero están repletas de pensamientos profundos, de cavilaciones sobre lo propio y lo ajeno. Por eso mismo, estos contenidos trascienden más allá de la simple carta para transformarse en pequeñas reflexiones útiles a muchos lectores.
Con las ideas acerca de la familia, el cariño, el trabajo o los deberes, los escritos nos hacen ver los conceptos que sus autores poseían sobre valores de entonces que aún son importantes en los tiempos actuales. Tal vez perennes para los humanos, pero digo “tal vez”. No me atrevo a dogmatizar.
Y, claro, sus comentarios acerca de la Navidad. Se deja ver la idea de una celebración serena, familiar, rebosante de cariño y sin mayores pretensiones que las que pueden aportar los seres queridos alrededor de una mesa llena de manjares adecuados a la época. En todas las cartas se intuye que, para sus autores, el calor familiar es lo esencial de las fiestas que estamos viviendo.
Para muchos de nosotros, ese sigue siendo el valor de estas fiestas, lejos del loco y absurdo festival consumista en que las han transformado. 
Siendo adolescente escuché un villancico sudamericano que venía a decir que la Navidad “se la apropiaron los ricos pa secuestrarla y venderla”. No quiero comentar esto, pues su veracidad me da dolor. Ya en la década de los sesenta, una empresa lucense aconsejaba por radio “practique la elegancia social del regalo…” y así hasta nuestros días, consumo sobre consumo. El mensaje ha ido creciendo como una bola de nieve y ha atrapado a muchos.
Hay amigos a quienes la Navidad produce tristeza, claro. Es el recuerdo de los que faltan, de los que se han ido. Pero también están los que han llegado a nuestro lado y llenan de alegría nuestras vidas. Es un ciclo vital en el que estamos metidos. Disfrutemos de ese ciclo del que tenemos la suerte de  seguir participando.
Porque eso es lo que celebramos con los nuestros en estos días, en el solsticio de invierno. Que la vida renace y, de momento, sigue contando con nosotros.
Ahora, en el día más corto del año, deseo feliz Navidad a quienes me hacen el gran regalo de su amistad y su cariño.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: (XXXVIII) NAVIDAD COMPOSTELANA

Pasear por Compostela al atardecer es una delicia de la que disfrutamos quienes sabemos que los encantos de una ciudad cambian con las horas del día. Si bien es cierto que en los amaneceres hay plazas llenas de luz, vida y encanto, cuando cae la tarde son otros los lugares que nos llaman por su recogimiento o romanticismo. Como siempre, y nunca mejor dicho, la risa va por barrios, aquellos sitios que me inspiran estos sentimientos pueden ser indiferentes para otros que, a su vez, se sienten conmovidos en lugares que a mí no me dicen nada.
PLAZA DE CERVANTES. AL FONDO, SAN BENITO

Me gusta la plaza de Cervantes. Tiene su historia, claro. Antes, mucho antes, quedaba fuera de la muralla de la ciudad y aquí había una iglesita, dependiente del Monasterio de San Martín Pinario, que estaba atendida por un monje benedictino procedente del monasterio y que se cambiaba cada semana. La iglesia era conocida como San Benitiño do Campo y, tal vez, en la campa que se extendía frente a ella, hoy Plaza de Cervantes, se celebrase alguna romería o similar.
INTERIOR DE S.BENITO. CUADROS EN LOS ALTARES
Más tarde las cosas cambiaron lentamente. La iglesia se asimiló al casco ciudadano, dejó de estar lejos del Monasterio y no hizo falta monje alguno que la custodiase. En el siglo XVIII se edificó una nueva iglesia acorde con las nuevas modas. Como en otros casos, el neoclásico  substituyó al románico inicial. El interior de la iglesia es único. Además de algunas imágenes que recuerdan su pasado benedictino, en sus altares hay profusión de grandes cuadros, así como en el ábside. Esto ya hace singular al edificio. Grandes cuadros que representan escenas sagradas.
MARÍA VISITA A ISABEL
También el techo del ábside es especial, pues una bóveda de medio cañón, correspondiente al presbiterio, se continúa con otra en forma de cuarto de esfera sin ningún tipo de discontinuidad, confiriendo personalidad al techo, que está pintado con frescos que representan la corte celestial.
Todo esto es bonito, tranquilo y silencioso. Yo diría que acorde por completo con el ambiente de la plaza, muy pueblerino y entrañable.
A la entrada, a la izquierda, hay dos restos de la antigua iglesia, unos elementos ornamentales de granito policromado y estilo gótico. Es de agradecer “a quien haya correspondido” que no se destruyesen y permanezcan allí para deleite de quien quiera verlo.
Uno de ellos representa la Visitación de la Virgen, una muchacha joven,
TÍMPANO CON LA EPIFANÍA

a su prima, Santa Isabel, una mujer madura. Ésta, Isabel, cubre su cabeza con una toca propia de las mujeres del norte europeo, lo cual nos trae de nuevo la idea de los recíprocos influjos culturales que tuvieron como senda al Camino y como vehículo a los caminantes.
El otro relieve es un tímpano gótico que representa la adoración de los reyes. La Virgen aparece sentada, pero lejos de la rigidez de anteriores representaciones suyas, románicas. Hermosamente ataviada, con ropajes y corona de reina. (Ya la Salve Regina, algo anterior al tímpano que comento, la llamaba “Reina y Madre…”)
SAN JOSÉ Y EL DONANTE
San José, está como siempre, en postura de no creerse o no asimilar lo que está viviendo, mientras a su lado aparece muy piadoso el llamado “donante”, el que  donó (pagó) el trabajo. Para mejor identificación, su escudo ayuda a reconocerlo, como hoy siguen los mecenas poniendo en placas junto a sus obras patrocinadas que “se hizo gracias a la Fundación tal”. Hay costumbres que vienen de lejos.
Los reyes magos, uno de ellos negro, tienen sus capas de armiño y corona real. Ya entonces se les asignan atributos reales y han dejado de ser los “magos” o “sabios” que aparecen en tímpanos de épocas más tempranas… Todo ya está muy próximo a nuestro modo de entender actual.
LOS REYES CON CORONA Y CAPA DE ARMIÑO

El Niño aparece como un hombrecito. Me explico. Antes del Renacimiento se desconocía lo que los biólogos llamamos alometría, y que indica que no crecemos de modo armónico, sino que diferentes partes de nuestro cuerpo lo hacen con diferentes tasas. Esto determina que la proporción de la cabeza con relación a la talla total, vaya siendo menor a lo largo de la vida, siendo mayor en el momento del nacimiento. En la época del gótico, se desconocía esto y los niños se representaban con proporciones de adultos. Parecen hombrecitos.
lA VIGEN Y EL NIÑO


¡Qué hermoso tímpano y qué suerte que se haya conservado! En la iglesia, tranquila, pienso que justo en estos días, casi en puertas de celebrar un año más estos misterios, es bonito recrearse viendo este relieve y comprobar hasta qué punto lo representado en él ha influido en nuestra historia y en nosotros mismos. Seguimos viviendo tradiciones y costumbres que vienen de muy lejos en el tiempo. Dentro de unos días las volveremos a revivir, tal vez sin darnos cuenta de que hoy somos los depositarios de ellas, pero que debemos transmitir a quienes vienen detrás de nosotros. Días de reunirnos quienes compartimos cariño para mostrarnos que somos capaces de dar un aire más íntimo a nuestra cotidianidad, lejos del actual consumismo con que han castigado a la Navidad.

Hace años pronuncié un Pregón de Navidad en Begonte. Está en este mismo blog y abajo dejo un enlace para quien lo quiera ver. En él conté lo que siento en estas fiestas, a la vez que expuse su origen pagano, cristianizado con posterioridad. Le tengo mucho cariño a este pregón, pues representa para mí muchas cosas y, la verdad, el haberlo hecho y pronunciado fue una de las cosas más bonitas que he vivido.