Por diversos caminos tenemos informaciones acerca de
variables ambientales que se modifican, pero todas ellas coinciden en una misma
dirección, y es que la temperatura ambiental aumenta. Los veranos son más
cálidos y largos, mientras que los inviernos menos fríos y cortos. Múltiples datos apoyan esta afirmación y
nadie lo niega, salvo los que no quieren ver lo evidente.
Hay quienes, con fundamento, hablan de una nueva Era
Geológica que se definirá por la acción agresiva de los humanos contra su
propio medio, algo nunca visto hasta ahora, pero que ya se nota en múltiples
aspectos geológicos y no voy a citarlos, pues son bien conocidos por quien lea
los periódicos o vea los noticiarios de tv.
DESDE HACE UN TIEMPO, LAS CIGÜEÑAS FORMAN PARTE DE LA FAUNA GALLEGA |
Pero, ¿y los seres vivos? ¿Notan esos cambios? Naturalmente
que los notan. Algunos modifican su hábitat, y vemos cómo en Galicia aparecen y
se hacen normales algunas especies que en tiempos aún recientes fueron propias
de zonas más cálidas. Tanto en animales como en vegetales se observa este
comportamiento y tal vez vaya a más. Por no hablar de las extinciones que se
pueden generar.
Las condiciones ambientales son factores muy importantes en
los cambios evolutivos de las especies. Si tales condiciones se modifican, no
cabe duda de que incidirán de modo notable en las especies implicadas. Es
posible explicar estos cambios evolutivos mediante dos modos diferentes, según
las dos doctrinas evolutivas más conocidas por el gran público.
LAS VEMOS EN CIELOS GALLEGOS |
Ambas teorías reconocen el factor exterior, el cambio
climático, como el inductor de las repuestas por parte de las poblaciones de
seres vivos. La respuesta siempre consiste en procesos que generan modificaciones
hereditarias que conocemos como evolución. No cabe duda de que tales cambios de
las condiciones ambientales serán los desencadenantes del proceso evolutivo. No
obstante, la diferente interpretación teórica del proceso que realmente se
produce, depende de la idea que se tenga sobre la naturaleza de los seres vivos
y su capacidad de reaccionar, de responder, ante las modificaciones del
entorno.
Me estoy refiriendo a cambio ambiental en cuanto a
modificación de los parámetros fisico-químicos en los que habitan los seres
vivos, en especial en este momento a los cambios en humedad y temperatura.
También son cambios ambientales la destrucción de hábitats, la deforestación o
la contaminación de aguas anteriormente compatibles con actividades biológicas,
por citar algunos cambios ambientales que pueden sufrir las especies o las
poblaciones existentes en esas áreas. Pero no me voy a referir a estos últimos,
sólo a los cambios de temperatura y humedad ambiental.
Las grandes teorías evolutivas a las que me quiero referir
son el lamarckismo y el darwinismo. Conocemos como lamarckismo a la teoría
evolutiva que se basa en la doctrina de J.B.Lamarck. Del mismo modo, el
darwinismo se basa en la doctrina de Ch. Darwin. Repito, ambas doctrinas
consideran al cambio climático con el factor desencadenante del proceso
evolutivo, pero enjuician los resultados con diferentes bases conceptúales.
Según Lamarck, los individuos son capaces de reaccionar ante
los cambios exteriores adversos, generando en cada caso los órganos adecuados
para afrontarlos con éxito. Los organismos sentirían la necesidad de
acondicionarse a tales cambios y de un modo no explicado, se acondicionarían.
El cambio climático influiría en la aparición de una resistencia que, de no
producirse el cambio, no se generaría. La resistencia, por tanto, aparece como
respuesta al cambio climático, que es previo en el tiempo a la aparición de la
respuesta, que se produce mediante un proceso no carente de misterio. Las
características así adquiridas por las poblaciones se transmiten a la
descendencia mediante la herencia.
Según el darwinismo, la resistencia a las altas temperaturas ya existía en las
poblaciones con anterioridad a los cambios ambientales, aunque sin generar
ningún tipo de utilidad a sus poseedores. No obstante, el cambio climático
seleccionará a quienes la posean, pues ahora esos mismos serán los mejor
adaptados a dicho cambio. La resistencia se ha producido antes del cambio como
consecuencia de un hecho casual, la mutación génica, y ha permanecido oculta en
las poblaciones, transmitiéndose a lo largo de generaciones.
El lamarckismo, al otorgar a la materia viva la capacidad de
responder de manera adecuada los cambios adversos, le está otorgando una
capacidad que nunca se ha comprobado. Es más, de ser cierta, nunca se habrían
producido la mayoría de las extinciones, pues las poblaciones habrían sabido en
todo momento cómo afrontar los cambios adversos. Hoy se están produciendo
múltiples extinciones en animales y vegetales, para las cuales el lamarckismo
no dispone de explicación ni de remedio.
Por otra parte, el darwinismo atribuye al azar el origen de
las posibilidades evolutivas. Las respuestas a los cambios ambientales están
presentes en las poblaciones en forma de mutaciones. Pero tienen que producirse
dichos cambios para que actúen como factores selectivos.
Años más tarde a este enunciado de Darwin, diversos autores
demostraron cómo las mutaciones se producen mediante procesos concretos, nunca
carentes de factores aleatorios.
Fotos: Fondo de Google
Emilio Valadé del Río
Fotos: Fondo de Google
Emilio Valadé del Río
No hay comentarios:
Publicar un comentario