Mostrando entradas con la etiqueta Curiosidades. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Curiosidades. Mostrar todas las entradas

domingo, 7 de diciembre de 2014

HUMOR DE ANTAÑO

Veo unas secuencias de humoristas actuales y lamento el cambio del concepto de humor que se ha producido. Antes, entendíamos por tal algo elegante, cuyo motivo de risa consistía en las ingenuidades de quien hablaba, en los juegos de palabras, los sobreentendidos y similares. Algo que se podía ver en familia.
Hoy todo eso ha pasado. Encuentro el humor actual como algo vulgar, soez y a veces (muchas) grosero. Las situaciones escabrosas están a la orden del día entre los humoristas, así como las palabras malsonantes. Mejor no verlo con niños delante, claro. Ya es algo ·para adultos y qué adultos, pienso yo.


Recuerdo Lra Codorniz, “la revista más audaz para el lector más inteligente” donde escribían los grandes (Gila, Mingote…) y donde los juegos de palabras estaban a la orden del día (bombín es a bombón…) así como las frases de doble sentido (reina en toda España un fresco general procedente del noroeste…) Había secciones inolvidables, como La comisaría de papel o La cárcel de papel, así como los chistes de marquesas o los de Kalikatres. En fin…
Una revista de muy corta vida fue Don José. Era un suplemento de humor de un diario, cuyo nombre no recuerdo. En ella, además de los chistes de turno, nunca malos, había una sección no periódica en la que su autor parodiaba poesías que todos conocíamos. Sin salirse del aire de la obra, la escribía en tono actual, dejando un profundo sabor humorístico en el lector. Recuerdo una parodia de la Coplas por la muerte de su padre, que no aprendí y ahora no encuentro,
También unas serranillas al gusto del Marqués de Santillana. Estas sí me las aprendí de memoria y las traigo ahora aquí, como muestra de aquel humor que añoro, y creo no ser el único en tal añoranza.

SERRANILLAS

En Navacerrada
Serrana yo vide
Gorda e colorada.

Montada en borrico
Vestía un refajo
Que exhalaba un rico
Regustillo de ajo.

Camisa e faldeta
Teñida de azul,
Con su camiseta
Y su canesú.

Y yo colegía
viendo tal  primor
que no la vestía
don Cristian Dior.

Al verla tan linda con su perifollo
Se abolló mi estrella
Cual mustio repollo.

Vila que partía
Y por saber do iría
Igual que un pelele
Fuile y preguntele.

- Do marchas, quizás?
Do vas, girasol?
Do vienes, do vas?
Do… re, mi, fa, sol?

No me contestome
Mas la su mirada,
Desencuadernome.

- Hoy es Nochebuene,
Dixen, Serranilla,
E tengo una cena
Con pavo e morcilla.

Darete el asado
Que te he susodicho
Y un cerdo cebado
Con perdón sea dicho.

De leche unas copas
Que dan calorías
Y al final tres copas
De González Bias.

Lavarás tus dientes
Con mano tranquila,
Con buches calientes
Y con clorofila.

Creo en paridad
Que te ofrezco, moza,
Buena Navidad.

- Otros la disfruten,
Dixo. caballero
La cena es de buten
Mas cenar no puedo.

No por etiqueta
Rechazo el cenar,
Es que estoy a dieta
Para no engordar.

Cien gramos de queso
Y vino del porrón,
Me manda el travieso
Doctor Marañón.

- ¿No vendrás, chiquilla?
- Señor, no iré.
- Adios, Serranilla.
- Adios, Don José.

En Navacerrada,
Serrana yo vide
Que no comía nada.



No sé si esto sigue siendo considerado humor, no lo sé. Pero a mí me lo sigue pareciendo, me gusta y añoro cosas de este tipo.

sábado, 29 de noviembre de 2014

FOTOS A VOLEO

SAN ESTEBO DE RIBAS DE SIL
Todo empezó con mi reciente entrada sobre Carboeiro publicada en este blog. En ella puse alguna foto irrepetible, como la calzada medieval que daba acceso al Monasterio. Hoy se ha destrozado para aprovechar su trazado haciendo una pista asfaltada para coches. Gracias a esa pista, es cierto, se ha ampliado el abanico de personas que tienen la posibilidad de disfrutar de la belleza del sitio, pero parece que la pista medieval no le importó a muchos.

Pero, a lo que iba. Un buen amigo, Darío de nombre, me hizo ver la posible valía de mis fotos, todas ellas diapositivas, e hice recuento de ellas. Muchas recogen temas que hoy son pura memoria: puentes que han caído, sin haber sido restaurados, monasterios restaurados con diverso criterio y suerte, árboles que se talaron, casas destruidas… En estas diapositivas, y sin haberlo buscado yo, hay representada mucha historia cotidiana.
TECHO DE SALON EN MONFERO
Es lógico, en la colección existen claves que sólo yo soy capaz de interpretar: mi desagrado por determinadas carreteras hace que no fotografiase mucho por aquellas zonas, por ejemplo. Está claro que puestos a escoger entre mar o montaña, mis gustos están muy definidos por la abundancia de unos y otros temas en mi colección.
Mucho monasterio: Sobrado, Oseira, Armenteira, Samos. Mucha ruina monacal: Moraime, Monfero, San Estebo de Ribas de Sil, Carboeiro, Camanzo. Algunos restaurados no sé con qué resultado; de la restauración de otro, Carboeiro, ya he hablado aquí mismo.
¿QUEDARÁ ALGO?
 SOUTOMERILLE, 1975
Veo las fotos. Cuarenta años haciéndolas, casi tres mil archivadas en base de datos, y me voy reconociendo en ellas. Temas que volvería a fotografiar hoy mismo, como las de Leboreiro, pero hechas con otros ojos míos, los de entonces. Soy yo quien hizo esas fotos, pero he cambiado y lo noto en las que he realizado recientemente en los mismos lugares. En el fondo, es el reencuentro conmigo mismo a través de migas de pan que, inconscientemente, he ido dejando tras de mi, como antaño hiciera Pulgarcito en su caminar. Me dice Darío que esas fotos están muy bien en mi casa, para mi disfrute, pues para algo soy su autor, pero que tal vez podrían estar mejor puestas en algún sitio para el uso y conocimiento de más personas (Decir “disfrute” sería muy pretencioso, ¿verdad?). Un comentario amigo que me hace pensar.
SANTIAGO DE SAAMASAS
EL CASTAÑO SE TALÓ
LA CRUZ SE HA PERDIDO

(ZONA RURAL DE LUGO)
Sí, tal vez ha llegado la hora de ponerlas en algún lugar en que la colección esté disponible para más gente que para mí. He disfrutado haciéndolas, viajando a los lugares, escogiendo las perspectivas, mandando los carretes a revelar, viéndolas (entonces no se “visionaban”) y archivándolas. Después salieron a la luz en contadas ocasiones, es la verdad. Las veo hoy y encuentro mucho cariño en ellas, mucha vida mía encerrada en claves concretas, pero que son fáciles de descifrar.
Esa es historia mía y para mí, pero tal vez, desnudas de esos significados personales, las fotos tengan un interés intrínseco para más de uno.
Seguiré pensando en eso, es conveniente…
CONSTRUCCIÓN DEL PUENTE DE LA N-VI
SOBRE EL RIO MIÑO, RABADE



sábado, 22 de noviembre de 2014

MIEDOS Y PUNTUALIZACIONES

A raíz de mi anterior entrada,, no ha faltado quien me haya hecho algunas observaciones que voy a comentar. Una de ellas consiste en criticar que nos hubiesen relatado, cuando éramos niños, cuentos truculentos, con muertos y aparecidos por medio. Me dicen que fue algo horroroso, que nos debió dejar traumados. No sé si he quedado traumado, la verdad, pero sí digo a voz en grito que me encantaron aquellos cuentos, aunque de algunos no llegué a conocer el final, pues pedía que lo detuviesen, por no poder aguantar el miedo que me inspiraba. Sin embargo, hoy no me gustan nada las películas de terror.

Recuerdo los cuentos de voces surgidas del cementerio, siempre de noche, fuegos fatuos e historias espeluznantes o de risa, como la del ladrón que fue a robar en tumbas y a quien, al querer saltar la tapia
YA ME GUSTABAN LAS HISTORIAS
DE APARECIDOS
para salir, la ropa se le enredó con ramas de arbustos. Casi muere del susto pensando que era algún muerto que lo retenía, afrentado por el robo. Esto se contaba entre risas y sin tener en cuenta que hubiese niños por medio. Nos encantaba.

Las historias que mas miedo me inspiraban se referían a caminantes que pedían cobijo y, luego, manifestaban sus malas intenciones. Recuerdo una hipotética monja bajo cuyas sayas aparecían los bajos manchados de unos pantalones. Miedo y más miedo para niños a quienes nos gustaba sentirlo.

También me dicen que ahora no se puede asustar a los menores con seres de ficción tipo el viejo del saco o el sacamantecas. No hay que asustar gratuitamente. Bueno, creo que esas historias estaban justificadas por casos de niños que desaparecían y siguen desapareciendo. ¿Es preciso que traiga nombres aquí? Puedo, y todos podemos, recordar una triste retahíla de nombres de niños y niñas que desparecieron y no se supo más de ellos (Madeleine, Jeremy, etc.) o bien aparecieron brutalmente asesinados (Sonia, Mary Luz..,) Ahora esas cosas se saben y los medios las difunden, pero hace años, sin teles ni radios, esas noticias corrían entre los padres como un rumor sin confirmar, pero que creían. Ante esos temores, fundados, poco valía decirnos a los niños que no hablásemos con desconocidos. Mejor, que temiésemos a cualquiera que podría llevarnos en un saco para sacarnos la manteca. El cuento de Caperucita insiste en lo mismo: que no se debe hablar con desconocidos. Hoy, por desgracia, todos sabemos que existe gente depravada a quienes los niños deben esquivar.
A ESTA EDAD, ME ENCANDILABAN
LOS CUENTOS TRUCULENTOS

En ese plan, a veces aparecen escritos nostálgicos recordándonos que “cuando éramos niños bebíamos leche de vaca recién ordeñada, sin hervir. Bebíamos agua de la manguera de riego. Comíamos la fruta sin lavarla o no nos lavábamos las manos antes de comer…Éramos felices y nos nos pasaba nada” Ya dijo Jorge Manrique que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero yo les digo a quienes esto dicen ahora, que ellos, por decirlo, están vivos y han superado todas las enfermedades infecciosas a las que estábamos expuestos los niños. Era tal la mortalidad infantil, que en los cementerios había parcelas especiales para menores, y los periódicos tenían formato especial para esquelas infantiles.

Hoy, la mortalidad infantil está prácticamente reducida a casos accidentales, pues muchas graves enfermedades de antaño han pasado a ser puro recuerdo. Entonces, cuando los padres decían de un hijo que ya “estaba criado”, querían indicar que ya había
YA ESTABA CRIADO
superado todas las enfermedades posiblemente mortales, que podría haber sufrido, o esquivado, el hijo de quien se hablaba (sarampión, tos ferina, pulmonía, tifus, etc., etc…). Más tarde vendrían las vacunas preventivas.
En casos de sanidad infantil, no tolero nostalgias gratuitas del tipo de beber leche recién ordeñada y sin hervir.



martes, 16 de septiembre de 2014

EN COMPOSTELA LLOVÍA


SEÑORIAL, LEJANA
Y PRÓXIMA
Hace unos días, he tenido que venir a Santiago  desde Lugo y, aunque allí hacía bueno, en Compostela llovía. Tampoco son tan raros esos cambios climáticos en tan cortas distancias, como para comentarlas aquí. Los turistas, visitantes y peregrinos andaban desorientados, como si nadie les hubiese prevenido de esa adversa posibilidad. Tampoco era una lluvia intensa, más bien un orballo manso, como son los orballos, lo que caía. La torre del reloj de la catedral aparecía difuminada y, como siempre en tales casos, se veía señorial, lejana y próxima, como algo muy nuestro. Al día siguiente ya no llovía.

Para la gente de ciudad, esto de la lluvia suele presentarse como una contrariedad incompatible con la idea de buen tiempo. Se puede decir que “hace buen tiempo, pero frío” lo cual indica que la baja temperatura no es contraria a nuestra idea de buen tiempo.
SIGUIENDO SU CAMINO
También que “hace bueno, pero con viento” y dejamos ver que el viento no tiene nada que ver con nuestra idea acerca del mal tiempo. Nunca he oído decir que “hace buen tiempo, pero llueve”, ni “hace bueno, no obstante nieva” o “está bueno, aunque graniza”. Parece como si lo malo, en estos casos, es que nos caiga agua del modo que sea, líquida o sólida. O que permanezca en el ambiente en forma gaseosa, como niebla. Por algo decimos que nunca llueve a gusto de todos.
Siempre hubo períodos de intensas lluvias y otros de sequía, a las que se llegó a calificar de pertinaces. Para ambos casos la solución venía del cielo. Y no hablo de las nubes, que también, sino de la corte celestial y sus santos.
BUSCANDO COBIJO EN MI CASA
Siempre se contó con imágenes sagradas que eran sacadas en procesión, para que lloviese o dejase de llover. Los Cristos de las Aguas y las Vírgenes de las Aguas tienen tales advocaciones con esa causa. Era salir ellos a la calle, y ya llovía. Adios sequía, o tal era la fama que ha llegado hasta nosotros. Por toda la España seca, fue útil y piadosa costumbre el hacer rogativas cuando la sequía alcanzaba el grado de pertinaz. Aún hoy es posible escuchar que en tal sitio se van a hacer rogativas.
AL DÍA SIGUIENTE, YA NO
LLOVÍA
Y de temporales de lluvias ¿se sabe algo? Sí, claro que se sabe. Aparte del tranquilizador refrán de que “nunca llovió que no escampase”, que suponemos basado en la experiencia, hay otros santos que favorecen que escampe tras largas temporadas de lluvias. 
Un buen amigo mío estudió los archivos parroquiales compostelanos desde el siglo XVII hasta hoy, y entre otras cosas, encontró encargos de novenarios de misas para que lloviese y también para que dejase de llover. Si se pedía que lloviese sería por estar sufriendo una intensa sequía. Y del mismo modo, sólo después de larga temporada de lluvias, se pediría un respiro con el mismo medio, el novenario.
Aunque ahora sabemos que las lluvias las traen los frentes asociados a borrascas, como dicen las teles, podemos pensar que los santos tendrán capacidad de decisión en la formación de tales frentes o asociaciones por aquellas alturas.
No obstante, me falta un refrán relativo a lluvias y sequías. Si se nos recuerda, animándonos, que nunca llovió que no escampase, podríamos tener alguno, incluso con un tanto de sorna, que nos viniese a decir que todas las sequías terminan mojadas.



martes, 9 de septiembre de 2014

SOBRE BIOLOGÍA. ADAPTACIONES COMO ESTRUCTURA

 OTOÑO GALLEGO
Sabemos que los vegetales están anclados al suelo. Allí donde cayó la semilla, es donde el individuo ha de crecer y reproducirse, no tiene otra alternativa. En ese plan, si un animal no está a gusto en un lugar, sólo tiene que cambiar de sitio mediante el movimiento. Un vegetal no puede escapar, ha de hacer frente a su ambiente con las posibilidades que le confiere su genotipo.
Una respuesta biológica a este inconveniente, es la formación masiva de semillas. Si hay muchas, siempre existirá la probabilidad de que alguna caiga en sitio apropiado. ¿Qué entiendo por sitio? El ambiente, las condiciones de humedad, luminosidad, temperatura y demás componentes fisico-químicos en que se desenvuelve el individuo, más el resto de seres vivos (de su misma especie y de otras), que viven en el mismo lugar que él. Con ellos deberá competir para crecer y dar fruto.
CORTADERIA, FRECUENTE EN LOS MÁRGENES
DE LA AP9 Y DE LA A6 EN SU TRAMO GALLEGO
Siempre existe la interacción genotipo-ambiente. Pero ambos componentes pueden cambiar. El ambiente, con sus variaciones estacionales a corto plazo y con grandes variaciones a largo plazo, nunca es constante en nuestras latitudes. Por su parte, el genotipo posee una plasticidad que permite que el individuo varíe, facilitando a su poseedor adaptarse a diversos ambientes, si bien en cada uno puede tomar una morfología diferente. A esta plasticidad del genotipo le llamamos norma de reacción.
DACTYLIS, SUS HOJAS ESTÁN IMPREGNADAS
DE SÍLICE. FRECUENTE EN PRADOS GALLEGOS
En biología nunca hay una estrategia general en todos los seres vivos, cada grupo tienes las suyas. Quiero comentar una, diversa, interesante, pues se refiere a las estructuras que tienen las plantas para protegerse de los herbívoros. El tener buena superficie foliar le permite a cada planta realizar su función clorofílica, mediante la cual obtiene energía y los principios necesarios para, junto con los minerales absorbidos del suelo, sintetizar sus propios recursos. Pero es preciso defender las hojas. Para realizarlo de manera eficaz, se han desarrollado diversos medios, y voy a presentar algunos. Pero antes quiero indicar que en vegetales no hay estructuras para matar a nadie (hasta donde yo sé). Eso de matar es raro entre los seres vivos y sólo se realiza por cuestiones de subsistencia. Únicamente el hombre mata por matar.
En vegetales, uno de los mecanismos de defensa consiste en que las hojas están recubiertas de agujas de silicio que llegan a pincharse en la lengua de quienes las coman. (A nosotros pueden producirnos cortes) El animal desencadena el reflejo condicionado y no vuelve a probar esas hojas. La
CISTOLITOS EN HIGUERAS
presenta, por ejemplo, una planta de nombre Cortaderia, utilizada en jardinería y que en Galicia se ha transformado en invasora desde que se utilizó como medianera en el tramo de autopista entre Santiago y A Coruña, hace algo más de treinta años. Existen más gramíneas que tienen la superficie con agujas de silicio, como Dactylis, frecuente en nuestros prados.
La higuera presenta en el interior de sus hojas unos cristales de carbonato cálcico agrupados en esferas, llamados cistolitos. También lastiman al hervíboro que las come, haciendo que no reincida.
Los cactus se defienden con espinas, algunas de ellas con cápsulas urticantes en sus extremos y capaces de generar grandes reacciones alérgicas, de las cuales, (Ay¡) guardo recuerdo. Si hablamos de espinas, sabemos que muchas rosáceas las presentan en el envés de las hojas.

Todos tenemos experiencia (supongo) de la acción de las ortigas cuando hablo de generar alergia a quien las roza…
Hay más estructuras de este estilo. En todos ellos, la selección favoreció aquellas que protegían a las hojas de las plantas permitiéndoles, de este modo, realizar una función clorofílica más eficaz que si tuviese menos hojas.

Conviene seguir hablando de esto.

sábado, 16 de agosto de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. AL PIE DEL BOTAFUMEIRO

Ya en el Códice Calixtino se habla del botafumeiro. Entonces, se utilizaba fundamentalmente para disimular los malos olores que se generaban con tanto peregrino que, incluso, llegaban a dormir en el
ME GUSTA VERLO DESDE ESTE SITIO
triforio. Hoy, su utilización se mantiene aunque con motivos diferentes y, actualmente, es un rito más de la recepción de peregrinos, que muchos toman como reclamo turístico. (Algunos lo copian en iglesias no muy lejanas).

Al final de su recorrido, cuando el Botafumeiro lleva como unos doce o trece períodos completos, siempre me parece como que se desvía un poco. No sé si es impresión mía, pero muchas veces se desvía levemente en la misma dirección, en la contraria a la de las agujas del reloj.
Como sabemos todos, el botafumeiro es un gran incensario que mide un metro y medio de altura y pesa, vacío, 53 kilos. El peso final, depende del carbón y el incienso que le metan, pero no es despreciable. Se ata con una maroma, siendo de poliéster la actual, que mide 55 centímetros de diámetro y 63 metros de largo. Pesa cerca de 100 kilos y se renueva con bastante frecuencia. 
PARECE QUE SE HA DESVIADO
Al moverse, en total unos 17 ciclos de vaivén, el Botafumeiro llega a alcanzar una velocidad cercana a los 70km/h. Puede formar un ángulo de más de 80º con la vertical y describe un arco de unos 65 metros de amplitud.
Se llaman tiraboleiros a los hombres que se encargan de moverlo. Vestidos con túnica corta y esclavina de color granate, son quienes, en número de ocho, lo impulsan mediante cabos sujetos a la maroma. Esos impulsos se dan en momentos apropiados siguiendo las indicaciones del llamado tiraboleiro mayor, que también es quien de la el impulso inicial y, al final, lo detiene. 
Cuando recorre la nave transversal, a esa alta velocidad y con su gran masa, adquiere una energía tremenda, que la notamos por el tiempo en que tarda en irse deteniendo antes de que el tiraboleiro mayor lo coja y pare, haciendo un gran esfuerzo visible. 
LOS TIRABOLEIROS,
PREPARADOS
Precisamente, es al final del ciclo cuando parece que se ha desviado. Desde el punto de vista físico, el Botafumeiro se comporta como un péndulo. Un amigo mío que sabe muchas cosas que no interesan a nadie, me dijo que, al oscilar, el Botafumeiro reúne las condiciones para comportarse como un gigantesco péndulo de Foucault. Eso explicaría su aparente desviación, siempre en el mismo sentido. Pero en el Hemisferio Norte, el péndulo de Foucoult se desvía en el sentido de las agujas del reloj. El Botafumeiro lo hace en el otro sentido. Es decir, que no es eso. Creo que la desviación, que a veces existe, se debe, simplemente, a que con el impulso inicial que se da al gran incensario, éste sale algo desviado. Luego, al ampliar los recorridos, se notan los efectos de la desviación. Pero creo que de Foucoult, nada.
De lo que sí, y mucho, es de emoción. Al terminar su vuelo sobre los peregrinos, estos aplauden con entusiasmo, si bien a los curas del templo no les gusta y riñen a través de los micrófonos por hacerlo. Qué sabrán ellos…
VOLANDO
Con ese aplauso se da rienda suelta a muchos sentimientos acumulados a lo largo del Camino, y que ahora se dejan salir, condensados es esa explosión de sana alegría: emoción, cansancio, ilusión y entrega a un deseo finalmente alcanzado, conseguido. Costoso deseo realizado. El vuelo del incensario gigante es como el exponente de lo realizado y el punto final del Camino. 
EN REPOSO
Ya son recuerdo Astorga, León, O Cebreiro, Liñares y su desolado paisaje, Triacastela, la sed que atormentó al salir de Samos… todo eso ha sido superado, ya sólo vive en el recuerdo… Incluso la entrada en Compostela, hace un rato, ya es historia. El vuelo del Botafumeiro ha cerrado el Camino para cada uno.
Después del aplauso, y con las riñas reiteradas de los del templo, comienza un momento triste para cada uno, pues es hora de las despedidas y admitir que se ha terminado una hermosa etapa. Allí, al pie del Apóstol, aún con el olor del incienso, los peregrinos sienten que regresan a sus vidas. Hay que despedirse, irse.
El Camino, ¡ay!, empieza a ser recuerdo.

viernes, 8 de agosto de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: COLEGIATA DEL SAR, LA ALTIVA REDIMIDA

Visitar la Colegiata del Sar, en las afueras de Santiago de
UN TEJADO EN VEZ DE TRES
Compostela, me produce una cierta desazón. No encuentro en su interior la serenidad y el sosiego que cabe esperar (es mi opinión) en un templo románico del sigo XII. Otros lugares de la misma época definen un espacio acogedor e íntimo. En éste no es el caso, y no sé la causa.

Fue fundado por canónigos de la Orden de San Agustín en el primer tercio del siglo XII, cuando aun vivía Gelmírez, y es posible que la construcción del templo quisiese ser una muestra del (supuesto) poderío de los canónigos. Tal vez una réplica al poderoso arzobispo, que les había prohibido entrar en la Catedral a caballo y cosas similares. Las crónicas nos hablan de enfrentamientos por temas de poder, algo que sigue siendo de plena actualidad.
PROPORCIONES PARA ASOMBRAR
Me quiero imaginar a los canónigos, ricos en demasía, patanes y con la arrogancia que presta el dinero a quienes no lo saben usar, mandando hacer un templo que asombrase a todos.
Las técnicas románicas para iglesias de planta basilical, con bóveda central de medio cañón, aconsejaban construir otras laterales, más bajas que la central, de modo que ésta descargase su empuje a través de ellas. Incluso en el exterior se notaba esta estructura con una cubierta, correspondiente a la nave central, y dos pequeños tejados, que correspondían a las naves laterales. Este juego de tres tejados corrían a lo largo del templo, desde la fachada hasta el ábside.
Los canónigos, que tal vez de esto no tenían idea, quisieron un
EN EL CENTRO, AÑADIDO A LA BOVEDA
PARA CERRARLA DE NUEVO
templo de tres naves con, casi, la misma altura. Incluso con un solo tejado cobijando las tres naves: principal y laterales. La cosa no funcionaría y así se lo dirían los constructores, sabios en su oficio como nos lo muestran las múltiples obras que nos dejaron, aún perfectas, y coetáneas con la iglesia de la que hablo ahora. Porque, además, el edificio en cuestión se construiría en terrenos sedimentarios, sin mucha cimentación. Mal principio.
Quiero creer que se lo advirtieron de todos los modos posibles a los canónigos, pero que éstos no se dejaron convencer. “Quien paga, manda” ya era regla de oro aplicable a los trabajadores, y el templo fue para arriba castigado a venirse abajo.
ARCOS VENCIDOS
EN UNA NAVE LATERAL
Los peores augurios se cumplieron. La bóveda empujó como tenía que ser, pero no había estructuras que derivasen ese empuje, como sería de esperar en un edificio bien hecho, y todo comenzó a deshacerse. Las hileras de columnas se abrieron y parte del techo se vino abajo. En los siglos XVII y XVIII se detuvo el deterioro, adosándole al templo unos gigantescos arbotantes y poniendo cuñas de piedra en las partes de la nave central que se habían caído. No sé si lañaron las piedras en su parte no visible, todo es posible.
Para mí, esos arreglos le confieren ahora al Sar una belleza singular, tal vez la elegancia de, por fin, haber asumido su impertinente arrogancia, pagando de este modo el no haberse dejado aconsejar por quienes sabían cómo hacer los trabajos. Ahora, por fin, ha atendido a los técnicos y se ha dejado restaurar.
CONTRAFUERTES SALVADORES
Al lado de tanta cosa extraña, en el claustro encontramos un reducto de intimidad, esa serenidad que tan bien definen las normas románicas cuando están sabiamente utilizadas. Está atribuido al Maestro Mateo, o a su escuela.
Pero del claustro y de las cabeceras del templo, hablaré en otra ocasión. Prefiero dejar aquí mi idea de la impertinencia redimida al asumir la presunción y sus consecuencias, como muchas personas que se hacen grandes al reconocer sus errores y actuar en consecuencia.

EL CLAUSTRO MERECE MENCIÓN APARTE



sábado, 2 de agosto de 2014

PROYECTO PARA UN AGOSTO SOSEGADO

Cada edad tiene sus modos de viajar, y de ese modo lo he vivido. Recuerdo mis viajes de veinte años, un correr como atolondrado intentando ver todo, no dejar nada sin fotografiar. Subir, bajar, ajetreo sin fin, terminar cansado y, la verdad, no recordando bien si las estatuas ecuestres estaban en la fachada de la catedral de Chartes o en la de Estrasburgo. Lo mismo me ocurría con museos, paseos, calles. Pero lo veía todo, eso sí. Un verdadero triunfo de este modo consideraba mi viaje. Luego, ya en casa, me recreaba contemplando las diapositivas de los lugares en los que había estado.

MONASTERIO DE SOBRADO DOS MONXES
RURAL, GRANDIOSO, DESTARTALADO
Ahora, todo es de otro modo. Las prisas han quedado atrás, muy atrás. Mi viaje es reposado, sin prisas y, si no tengo tiempo para ver algo, no lo veo. Me gusta sentarme en cualquier sitio, mirar el entorno y echar el pensamiento al aire. Evocar todo cuanto me es posible sobre el lugar y su historia, las anteriores veces en que estuve allí, quiénes me acompañaron y cómo fui. Eso, y mil cosas más, me acompañan en esos ratos de ensoñación que hacen que mis viajes sean irrepetibles, aunque siempre sean al mismo sitio, que tampoco lo son.
Si bien no desdeño conocer lugares nuevos, (¡faltaría mas!), me gusta mucho volver a lugares conocidos. Aunque sé lo que voy a ver, voy dispuesto a sorpresas, pues los viajes nunca son los mismos. Me explico, los lugares nunca cambian. El que lo hace soy yo y allí lo compruebo al contrastar lo que veo con lo que recuerdo. Cosas que
EL CAMINO, SIEMPRE ENTRAÑABLE
en otras ocasiones me llamaron la atención y hoy considero superficiales. Detalles que hoy me atraen y no recordaba haber visto, lo cual me indica la importancia que le dí entonces. Soy yo quien cambia y me comparo conmigo mismo al comprobar mis recuerdos, o la falta de ellos.
Esto me ocurre al visitar un lugar, pero también al releer un libro o al volver a ver una película que me causaron cierto impacto en su día. Nunca los encuentro como en veces anteriores. Detalles, matices, situaciones que antes se me habían escapado, ahora, al volver de nuevo a sus argumentos, los veo como asombrado de no
HERMOSOS LUGARES DONDE REENCONTRARSE
haberlos tenido en cuenta antes.
Es lo mismo. En esta aventura de volver a lo conocido, tanto viajando, como leyendo o viendo una película, creo que existen dos factores, uno intrínseco y otro extrínseco. El intrínseco es lo que vuelvo a visitar: sitio, libro o película. Ese factor no cambia. Pero hay otro factor, el extrínseco, que soy yo mismo y, por el modo diferente de verlos, considero que sí, que no soy el mismo.
DESDE MI ADOLESCENCIA
ME SIGUE GUSTANDO
Noto mi cambio en que considero de diferente modo las cosas que siempre me han gustado. Normalmente, me siguen gustando, pero hay ocasiones en las que ya no me llaman la atención como lo hicieron antaño.
Este verano espero volver a mis sitios de siempre, releer algún libro que hace tiempo no leo (tengo dos o tres en lista de espera), volver a ver (ahora se dice visionar) alguna de las películas que me han gustado y (¡cómo no!) acercarme a algún tramo del Camino a evocar cosas y soñar viendo cómo, en él, todo sigue como siempre..
Son cosas para hacer en solitario, con sosiego, y sabiendo que voy a disfrutar con ellas. Mucho. También me voy a reencontrar conmigo mismo, algo que siempre conviene.


 ESTA IMAGEN EVOCA UNA GRAN PELICULA (EL SÉPTIMO SELLO)
DE LA QUE AÚN HAY MUCHO QUE HABLAR



sábado, 19 de julio de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: PERSISTENCIA DE SIMBOLOS

PELEGRIN
Fue en l985 cuando la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a la ciudad de Santiago de Compostela. Pocos años más tarde, el Camino recibió un honor similar. Con estos reconocimientos internacionales al entorno del Apóstol, se esperaba un fuerte incremento de peregrinos, que en los últimos años habían caído hasta cifras paupérrimas. Por ejemplo, según datos de la misma Catedral de Santiago, en 1977 habían sido 31 los llegados, mientras que en 1973 lo hicieron 38.
Esos datos no los creo, pues recuerdo más gente en aquellos años. Tal vez se refieran a quienes iban a la Oficina del Peregrino a dar su nombre y retirar su correspondiente Compostelana, pero como aún no estaban oficializadas tales costumbres, la gente venía, rezaba, ganaba el jubileo y se iba tan contenta, sin preocuparse de pasar a formar parte de ninguna estadística.
COMPOSTELANA
De todos modos, era preciso arreglar muchas cosas, tenerlas dispuestas para recibir a los muchos peregrinos que se esperaban y que, después, no defraudaron en cuanto a su número. Convenía preparar albergues, caminos, estructuras logísticas, señalar sendas y, en general, había que actualizar todo. Se consiguió que se implicasen en el proyecto las Comunidades Autónomas por las que pasaba el Camino y de eso se encargó el gobierno autónomo. Creo que se realizó una buena labor.
Lo primero que se hizo fue buscar un nombre adecuado para el Año Santo. Se quería que volviesen a caminar los mismos tipos de gente que ya lo habían hecho siglos atrás, personas que venían con muy diversos intereses: religiosos, espirituales, deportivos, culturales, económicos e, incluso, indefinibles. Se buscó al peregrino de hoy con similar perfil humano al que había tenido a lo largo de los siglos anteriores. Al Año Santo se le llamó Año Xacobeo, Xacobeo para los amigos. Se prescindió del calificativo “Santo”, tal vez huyendo de un posible rechazo por parte de quienes no tienen la religión como norma. Si a la Iglesia, que fue quien custodió el Año Santo durante siglos, no le pareció mal esta desacralización, no voy a ser yo quien diga algo disonante. Es más fácil aglutinar a gente diversa al reclamo de un año Xacobeo, que de uno que sea Santo, eso es cierto.
LOGOTIPO DEL 93
UN AFORTUNADO ACIERTO
Otra cosa era el logotipo, pues tal vez estuviese bien dejar de lado la “eterna” vieira. Imágenes antiguas presentaban a peregrinos, que eran distinguibles por su vieira en zurrones, sombreros u otras prendas personales. Ahora tal vez conviniese algo más acorde con los tiempos. Más nuevo o actual.
Se escogió el llamado Pelegrín, un dibujo simpático que pronto llenó todos cuantos lugares promocionales pudiese haber, pero hubo quienes hablaron de haber frivolizado el Xacobeo. Tras una intensa crítica, el Pelegrín fue decayendo en presencia.
Llegó el Año 1993, que era Santo aunque se llamase Xacobeo. Se esperaban peregrinos y se hizo un logotipo acertado, jugando con el 93, el bordón y la calabaza. Pero era un logotipo efímero, pues al años siguiente ya estaba obsoleto.
INSUBSTITUIBLE
Después de mucho revolver posibilidades, se llegó al logotipo que conocemos, una vieira estilizada en la que sólo se han dibujado varias líneas convergentes en un centro. Como las crestas de una concha, que queda perfectamente definida. De color amarillo, esa señal vuelve a ser el símbolo del camino, junto con la flecha, también de color amarillo, incorporada por D. Elías Valiño y sus infatigables actuaciones.
La vieira ha demostrado ser un símbolo muy sólido del Camino y de lo jacobeo. Los intentos de substituirla sólo han servido para decirnos que hay símbolos intocables. Los tiempos cambian, los nombres cambian, pero los símbolos permanecen si están arraigados, por mucho que se hayan querido cambiar o substituir. Todo cuanto diga al respecto es superfluo.



EN MOJONES DE CAMINOS


...Y LA ENTRAÑABLE FLECHA AMARILLA



domingo, 29 de junio de 2014

ES MUJER, QUE NO ES VARÓN - LEYENDA DEL CAMINO DE SANTIAGO

Un día de estos, me acerqué hasta Vilasantar das Nereidas, más allá de Leboreiro y antes de Pontefurelos. La zona es hermosa y muy
IGLESIA DE VILASANTAR
querida para mi. A veces, con viento y lluvia, me resulta sobrecogedora, pues allí la lluvia forma parte del paisaje. Todo ese tramo del camino está lleno de lugares plenos de arte y con historias peculiares.
Pasé por Leboreiro, entrañable Leboreiro, con su tímpano albergando a la Virgen de granito, la que no quiso estar en el interior de la iglesia, pues prefería el exterior, viendo pasar a los peregrinos hacia Compostela.

Frente a la iglesia, el hospital fundado y mantenido por la familia Ulloa. De su cuidado se encargaban los Monjes Hospitalarios, así como de la seguridad de los caminantes. Los Monjes iban de un lado para otro, siempre recorriendo el Camino en una u otra dirección, y atentos a que se tratase a los peregrinos con la consideración merecida. Desde Samos a Compostela, los Hospitalarios de Vilasantar cuidaban que no ocurriese nada adverso a quienes venían desde todas partes de Europa a postrarse a los pies de Santiago, el del Zebedeo.
Entre los Monjes, uno de ellos, de nombre Aloysus, ganó merecida
AL CUIDADO DE ALOYSUS
fama por su saber como herborista así como por su prontitud en resolver litigios que se pudiesen presentar entre la gente. No fueron raros los casos que se le presentaron de personas enemistadas por diversas situaciones, y que él resolvió con premura y al gusto de todos. Fue tal la fama que adquirió como dispensador de soluciones, que los días acordados por el Superior para atender problemas, se llenaba la iglesia de gente deseosa de presenciar el modo de proceder de Aloysus. Por otra parte, su preocupación por los peregrinos hizo que pasase noches enteras tocando campanas, cuando su sonido constituía la única orientación para caminantes rezagados a causa de cansancio, lluvias o nieblas.

Aloysus gozaba de merecida fama en toda la zona gallega del 
ALOYSUS TOCÓ EN ESTA TORRE EN MÁS
DE UNA OCASIÓN

Camino. Por eso, cuando enfermó de muerte, la iglesia se llenó de fieles rogando por su salud. El día que murió, la gente le lloró como algo muy preciado. El Superior de la comunidad de Vilasantar das Nereidas, decidió que, debido a sus múltiples méritos, fuese enterrado a los pies del altar mayor de la iglesia, y así se comunicó a los fieles.
Pero ocurrió algo inesperado. Al amortajar el cadáver, los monjes comprobaron atónitos que Aloysus era mujer, “que no varón”. Ante esta inesperada novedad, y la necesidad de una solución rápida, se plantearon dos actuaciones posibles. Una de ellas proponía seguir el ceremonial previsto y enterrarlo al pie del altar mayor. “Total, -se decía-, nadie se va a enterar”.
CERCA DE VILASANTAR
Pero el superior, que estudió el caso, dijo que la incorporación de Aloysus a la Orden Hospitalaria había sido nula, con engaño. En consecuencia, nunca había sido monje, toda su vida había sido una falsedad y, por tanto, no merecía ese lugar de privilegio para su entierro.
No faltaron quienes adujeron la dificultad de explicar esto a los peregrinos que iban llegando al funeral, que cada vez eran más. Así que el superior accedió a se enterrase en el exterior de la iglesia, en el muro junto a la puerta y sin figura funeraria sobre el sepulcro.
Hoy en día, su tumba sigue siendo una de las paradas obligadas a lo
TUMBA DE ALOYSUS
largo del Camino. A veces, yo no sé con qué frecuencia, aparece durante unas horas la escultura pétrea de una mujer yacente sobre la tumba. Muchos son los que la han visto, pero yo no, ni dispongo de foto para ponerla aquí.

Por la zona la historia se cuenta tal cual la relato, pues ha sido allí donde la he recogido.