Mostrando las entradas para la consulta nacen ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta nacen ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

viernes, 4 de enero de 2019

Más sobre "vida"

Me gustaría añadir algunas reflexiones a mi entrada anterior sobre seres vivos, y voy a hacerlo. Hablar de los seres que viven, que tienen vida. Pero, ¿qué es vida? Es una pregunta que ha tenido diferentes respuestas a lo largo de la historia. Hoy han cambiado mucho nuestros conocimientos y conceptos sobre este tema. 

viernes, 14 de diciembre de 2018

Somos diferentes

Siempre han existido frases hechas, que resumen coordenadas entre las que nos movemos. Frases que nadie ha cuestionado, por considerarse verídicas e inamovibles en su contenido. Tal vez como unos pilares de la civilización. En ese plan, se nos dijo que todos somos iguales. 

viernes, 3 de agosto de 2018

Agua en Marte


Podría titular esta entrada como algo relativo a la posibilidad de vida en Marte o más allá, incluso como aparición de indicios de vida en el Universo, pero no me gusta especular sobre temas no científicos. Y digo no científicos por no ser comprobables hoy por hoy, teniendo en cuenta los medios de que disponemos. Por eso traigo un tema ya comprobado por la Agencia Espacial Europea y publicado en estos días: hay agua en Marte.

lunes, 9 de julio de 2018

Un mirlo blanco

Normalmente, el mirlo macho es negro con pico de color naranja y tiene un bonito canto. La hembra posee color pardusco. Este es el aspecto que presenta en estado libre, en la naturaleza. Quienes nos dedicamos a la genética denominamos salvajea dicho aspecto, sin que tenga nada que ver con actitudes agresivas. Cuando nos referimos a plantas con el aspecto que presenta en el monte, decimos que tienen aspecto “silvestre”. 

viernes, 27 de abril de 2018

¿Dónde nacen los patos?

En mi artículo anterior, comentaba que los monjes tenían por cierto que los patos eran de origen vegetal. Si bien tal creencia frailuna les permitía comer pato en los días de abstinencia de carne, tampoco les atribuyo mala intención a los aprovechados frailes. Les hubiese bastado estudiar el ciclo biológico del pato para comprobar su error, pero este error les convenía mucho. 


En aquel entonces, las cosas en ciencia no eran como las podemos ver hoy. En la época del esplendor monacal, siglo XIII por ejemplo, no se tenían muy claros los límites entre los estados de la materia (sólido, líquido y gaseoso). Y puesto que el paso de líquido a gas era reversible, ya que bastaba con la acción del calor. El paso de vivo a inerte se llamaba muerte y también debía de ser reversible. Por eso se creía en las resurrecciones sin ningún tipo de duda. 

También se creía en la generación espontánea y, hasta hace dos siglos, eran normales las diferentes fórmulas par obtener ratones, moscas u otros animales por esa vía. 

PATO EN SU NIDO
Según el saber de la época, todos los seres vivos estábamos compuestos por diferentes proporciones de los cuatro elementos básicos: agua, aire, tierra y fuego. Después de la muerte, la descomposición comenzaba con la pérdida del aire (el último suspiro), seguida por la del fuego (los cuerpos se enfrían), luego ocurría la pérdida del agua, permaneciendo sólo la tierra, el polvo final. 


Para la ciencia de entonces uno de los grandes enigmas era determinar el lugar en que, en nuestros organismos, se originaba y residía el fuego causante de nuestro calor interno. Se llegó a la conclusión de que el origen debía estar en el corazón y la sangre sería la encargada de distribuir su calor por todo el cuerpo. Esta idea aún permanece en nuestra habla cotidiana: “me hierve la sangre”, “me arde el corazón” y otras expresiones similares, son utilizadas sin que por eso se tilde de ignorante a quien diga tales cosas. También la imaginería religiosa muestra corazones ardiendo. 


Todo estaba explicado de modo muy simple, pero coherente con los conocimientos de la época. La ciencia intenta hacer eso, explicar el entorno a partir de los conocimientos de que dispone. 

Aristóteles fue el primero en decir que del fango pueden surgir gusanos, de la carne putrefacta, moscas y ratones de queso y carne curada. Durante siglos, nadie discutió ni puso en duda su afirmación. 

En los siglos XVII, XVIII y XIX, tres experimentadores rigurosos y con ingenio, (Redi, Spallanzani y Pasteur) demostraron sin género de dudas que no existe generación espontánea. Por tanto, todo ser vivo nace de otro ser vivo, (omnis vivo ex vivo), como indica el aforismo latino nacido a partir de aquellos experimentos. Como corolario, tenemos que “La vida no se crea, simplemente se transmite”. La vida se generó una sola vez y se transmite de una generación a la siguiente a través de gametos vivos. 

PASTEUR

Hoy sabemos que cualquier ser vivo de cualquier especie dará lugar a descendencia similar a él y, por supuesto, de su misma especie. Pero estos logros científicos han sido consecuencia de muchos siglos de estudio y, también, de lucha por erradicar falsos conocimientos sólidamente asentados en las mentes de los hombres de ciencia de entonces. 

Hoy nadie cree que los patos nazcan a partir de los nenúfares, ni que tengan origen vegetal. Ni siquiera los frailes, amantes y custodios seculares del sabor. Sabemos que los patos hacen sus nidos en el suelo, en lugares rodeados de hierbas altas y alejados del agua, para que no se encharquen sus nidos. 

viernes, 29 de septiembre de 2017

Los seres vivos se reproducen

Ya he comentado que los seres vivos nacen y crecen. Toca hablar de la tercera función de los seres vivos, "se reproducen", para terminar con la última, claro, mueren.
Vayamos, de nuevo, al diccionario de la Real Academia de la Lengua. Nos dice que, aplicado a seres vivos, reproducirse es “engendrar y producir otros seres de sus mismos caracteres biológicos”.


Yo añadiría que los mismos caracteres morfológicos aparecen en las mismas fases biológicas de padres e hijos, pues hay muchos hijos que nacen con morfologías muy diferentes a la que tendrán en estado adulto. Esos estados, transitorios, se llaman larvarios y a los individuos, larvas. También en vegetales hay morfologías juveniles que no se asemejan a las adultas, como es el caso de los eucaliptos.

En general, conocemos como progenitores a quienes se reproducen, e hijos a sus descendientes. Y no tenemos duda en que progenitores y descendientes forman dos generaciones sucesivas, diferentes, y que solo se solapan en razón de la reproducción que las vincula. Como hay parentesco entre reproductores y descendientes, también es correcto hablar de padres, al referirnos a los reproductores que ya tienen descendientes, a quienes conocemos como hijos suyos.

SÍMBOLOS DE PATERNIDAD DESDE EL MUNDO CLÁSICO
Padres, hijos, progenitores, descendientes, reproductores, nombres diferentes para designar a los mismos sujetos de un proceso biológico importante, muy importante. Tan fundamental, que un dato clave que tenemos en cuenta para indicar que un individuo está adaptado a un determinado ambiente, es que en ese ambiente, el individuo en cuestión es capaz de tener hijos fértiles.

Es curioso que al hablar de adaptación, impliquemos tres generaciones: aquel en quien fijamos nuestra atención para decir que está adaptado, su hijo y su nieto, pues el hijo también ha de ser fértil. ¿Por qué se hace así? Yo lo veo muy claro, y voy a intentar explicarlo aquí y ahora.

UN NUEVO SER DE LA GENERACIÓN
SIGUIENTE
Los seres vivos nacen y crecen, eso por supuesto, pero son los mismos individuos que protagonizan esas actividades los que se benefician de ella. No ocurre eso con la reproducción, pues a un individuo le resulta indiferente reproducirse o no hacerlo. ¿Quién se beneficia de ella? Sin duda alguna, la población de la que forma parte y, en último extremo, la especie a que pertenece. La permanencia de poblaciones en determinados territorios, configurando el área de distribución de las especies, determina la necesidad inexcusable de que se reproduzcan los miembros que la componen. Es el único mecanismo para que una generación dé lugar a la siguiente y, de este modo, se estará produciendo la continuidad de la presencia de unos individuos en lugares determinados. En mi opinión, ese es el valor biológico de la reproducción, y quiero señalar que no indico ningún tipo concreto en que ésta pueda realizarse. Si hay diversos modos que tienen los seres vivos para reproducirse, (sexual, asexual, alternante, etc.) y hay especies vivas que los utilizan, esto será porque tales métodos son útiles para cada una de ellas.

Para las especies y las poblaciones, lo importante es no extinguirse y, mientras la reproducción se realice de modo adecuado, la extinción, como peligro biológico, está conjurada.

MIEMBROS DE UNA NUEVA
GENERACIÓN

La historia de la vida en apasionante. Nadie discute que se originó una sola vez y que, desde entonces, no ha ido más que diversificándose, generando nuevas especies, y ampliando su área de distribución. Es posible encontrar muchos datos acerca de este proceso cuando se estudian los estratos geológicos, y cada vez sabemos más sobre este tema. Quiero hacer notar que no he dicho “nueva vida” y sí he hablado de “nuevos seres” como producto de las actividades reproductoras. La vida, como indicó Pasteur, no se crea, simplemente se transmite (Omnis vivo ex vivo). Si  los descendientes son seres vivos es porque sus padres les han transmitido la vida por medio de los gametos. Hay nuevos seres que comparten la misma actividad biológica que conocemos como “Vida”.

OTRA NUEVA GENERACIÓN

Tenemos tan metido en nuestro instinto el afán de supervivencia de la especie, que siempre nos repugna cuando a consecuencia de una catástrofe, mueren mujeres y niños. Dejando de lado razones humanitarias o morales, la biología también explica ese rechazo. Las mujeres son fundamentales para la reproducción. Los niños ya son la generación siguiente. No son posibilidad, son realidad y esa catástrofe la ha segado.

Si hoy encontramos seres vivos en cualquier hábitat, o si hay seres vivos con cualquier estructura y modo de vida, es debido a que, desde que la vida se originó, los seres que la poseían fueron reproduciéndose, ganando en complejidad y colonizando nuevas áreas en las que poder vivir, ampliando sus áreas de distribución. La reproducción siempre fue el eslabón que unió las diferentes generaciones en esta cadena de seres vivos.

El único eslabón, de ahí su importancia biológica.

viernes, 25 de agosto de 2017

Ur ramillete de flores

Tuve un profesor a quien quise, respeté y admiré. Por diversos motivos, que no vienen al caso, me inspiró esos sentimientos y hoy, pasado más de medio siglo, sigo recordándole de ese modo. Me dio clase de Botánica, y mis compañeros de promoción ya saben de quién hablo.
A veces, al hablar con nosotros se le escapaban comentarios llenos de sabiduría. Voy a reseñar uno que nos hizo en cierta ocasión y que siempre me ha servido de pauta.


Ramo de flores de invernadero

Estábamos de viaje de estudios por las afueras de Barcelona. Alguien cortó un manojo de flores del campo para hacerse un ramillete con ellas. El Dr. Bolós, nuestro Profesor, le pidió que nunca más repitiese tal acción. Si se arrancaba una planta, con su flor, para nuestro estudio, bien estaba y era comprensible, nos dijo. Pero arrancarla para un adorno efímero, era una agresión muy intensa contra la planta. Le había costado mucho superar la actuación de la selección natural antes de alcanzar el estado reproductivo: superar la dispersión de la semilla que la generó, crecer y salvarse de la acción de los herbívoros, llegar a florecer y ahora, ya a punto de formar semillas para dar lugar a la siguiente generación, sufrir la acción despreocupada de alguien que la troncha solo por adornarse un rato. Ya no formará semillas, ni transmitirá sus genes a la generación siguiente ni contribuirá a formarla.


Flores naturales

Toda una historia de superaciones frente a la selección natural se rompe por un capricho individual. Hablo de flores silvestres, de las nacidas en el campo, de las llamadas florecillas por algunos con cierto aire bucólico, que las consideran como lunares de un tapiz herbáceo. Las flores de invernadero no cuentan en esto, ya han nacido para adornar y tener vida efímera. Incluso muchas han sido preparadas para ser estériles. Hablo de las flores del campo, las encargadas de formar semillas para con ellas dar lugar a la siguiente generación evitando que se extinga la población de la que forman parte.


Flores naturales

Porque las flores son los órganos reproductores de las plantas. Toda su diversidad morfológica está relacionada con sus múltiples modos de ser fecundadas y de formar las semillas. Aunque en general, es algo que no preocupa a mucha gente. Corta flores como entretenimiento, como regalo que se hacen a sí mismos, sin preocuparse del efecto biológico que pueda tener tal acción.

La verdad, qué dolor, es que somos destructores de seres vivos. No me refiero a aquellos que forman parte de nuestra dieta, son componentes de nuestra biología. Me refiero a los que matamos por diversión, por odio, por sentimientos adversos, por tradición o por despreocupación. Somos una especie que ha generado extinciones desde nuestra aparición.

Flores naturales
En el monte, me gusta ver los ciclos anuales de las plantas con flor. Las primeras que nacen, cuando el invierno llega a su fin, son las procedentes de bulbos, los narcisos. Luego aparecen algunas flores de corola pequeña como primaveras, verónicas, arenarias, violetas y otras. Todo esto ocurre en primavera muy temprana, cuando todavía los árboles no tienen muy formadas las hojas y el sol incide directamente en el suelo. 

Flores naturales en bordes
de caminos
Mas tarde, cuando el bosque esté cubierto por el tupido manto de hojas de árboles, aparecerán las flores de bordes de caminos, en lugares a los que llega el sol. Todo sigue su ritmo, todo pautado desde final del invierno hasta ahora. Aún deben de aparecer las inflorescencias masculinas de los castaños, cubriéndolos por completo con un velo blanco, como si fuesen telarañas.

Flores de invernadero
Los estudiosos ya van encajando toda esta disparidad en un todo muy estructurado, muy difícil de interpretar por completo porque desconocemos gran parte de su mecánica, pero ya vamos entendiéndolo.

Adorno floral
Mientras vamos dilucidando estas formas de vida de las especies en el monte, las flores intentarán formar semillas, que se dispersarán de modo adecuando y al año siguiente volverán a haber esas flores donde las hubo este año.

Tampoco arrancar una flor significa una gran agresión al medio natural. Ni un rebaño de vacas pastando en un prado en plena época de floración es capaz de provocar extinciones de plantas con flor en ese prado. Ni siquiera la visita de los habitantes de un pueblo con cestos y canastas porque “hay” que coger flores para la procesión de Corpus, será capaz de provocar la extinción de alguna especie. No es eso, pero hay una rotunda falta de respeto a nuestro medio natural, al que deberíamos cuidar y proteger.

Frutal, otra historia en otras pautas.
Es increíble la robustez de la naturaleza en el momento de superar las agresiones que podemos infringirle. Vivimos agrediendo. Desde nuestro comienzo hemos sido una especie provocadora de extinciones y, por lo que vemos, no creo que aprendamos. ¿Aprender a qué? Simplemente, a convivir con especies que llevan más tiempo que nosotros en este planeta. Aunque fuesen recién llegadas. Hay sitio para todos.

Cuando paseo por el monte, me gusta admirar la belleza y la diversidad en flores. Para eso no necesito arrancarlas, mejor que vivan su vida, formando semillas y contribuyendo al mantenimiento de la población a la que pertenecen, dando lugar a la generación siguiente, la del año próximo.

viernes, 11 de agosto de 2017

Variabilidad génica 2

En un artículo anterior comenté la necesidad de variabilidad en las poblaciones como un requisito para alejar el peligro de su extinción. En general, en todas las poblaciones existe polimorfismo en mayor o menor grado. No obstante, podemos definir las especies naturales, animales o vegetales, por características morfológicas muy concretas, que inducen a pensar que en ellas no hay polimorfismo. Sabemos que las amapolas son rojas, las violetas dan nombre a un color, los jilgueros tienen forma y color concretos, como los mirlos o los arrendajos. ¿Qué ocurre en estos casos? ¿Cuál es la explicación a esta aparente contradicción? 

Darwin, en su obra El origen de las especies, nos comenta que la domesticación crea variabilidad. Hoy lo diríamos de otro modo, pero en la época en la que el libro fue escrito, aún debían descubrirse muchos hechos biológicos para comentar esa realidad con mayor rigor. Hoy sabemos que nuestra información genética está contenida en los cromosomas, y que heredamos dos juegos de ellos, procedentes de cada uno de nuestros progenitores. Tenemos como dos juegos repetidos de cromosomas. De cromosomas y de su contenido, de sus genes. De cada gen tenemos dos copias, uno de procedencia materna y el otro, paterna. Entre estos alelos se establecen las consiguientes relaciones de dominancia, recesividad o de heterosis.

Oculta en esa uniformidad hay gran variabilidad

En la naturaleza, los seres vivos manifiestan el aspecto, el fenotipo, adaptado al ambiente en que viven. La coloración, la morfología, la estacionalidad y muchas otras variables, están tremendamente fijadas por la selección natural. Por ejemplo, los insectos polinizadores se orientan por la morfología y el color de sus flores, de modo que cualquier modificación, por pequeña que sea, queda sin polinizar ni, por tanto, producir semillas. Otro tanto ocurre con animales y sus posibles modificaciones de morfología o color. Para los animales, la coloración es básica para poderse esconder de sus predadores. Los aspectos, que llamamos “fenotipos” (del griego, aspecto mostrado) presentes en la naturaleza, reciben el calificativo de salvaje, cuando se refieren a animales, y silvestre, en el caso de vegetales.

Estas morfologías son altamente fijas, no existe posibilidad adaptativa de variación en las condiciones ambientales del momento, pero eso no quiere decir que tales condiciones puedan cambiar y, por tanto, esos fenotipos dejen de ser adaptativos. Pienso, por ejemplo, en mamíferos de ciclo biológico corto, presentes en montañas con climas fríos. Si en invierno hay nieve, la coloración más adaptativa será la albina, mientras que en verano será otra, de color castaño En ambos casos se favorece el camuflaje de los animales frente a predadores. Aunque también puede ocurrir que el pequeño mamífero tenga letargo invernal, supliéndose esa necesidad de coloración invernal.

Hay variabilidad oculta

De todos modos, no he contestado nada acerca del lugar en que se guarda la variabilidad necesaria para afrontar los posibles cambios ambientales. Esa variabilidad está presente en la población en forma de alelos recesivos y, por tanto, ocultas por los correspondientes alelos dominantes que determinan los fenotipos salvaje o silvestre, según los casos. En cada generación nacen individuos, pocos, con esos fenotipos, pero la selección natural los elimina, por no estar adaptados a las condiciones del momento. En la naturaleza hay alelos que causan la muerte de sus portadores cuando están en homocigosis, y son componentes de lo conocido como lastre genético.

Pero si cambian las condiciones ambientales, aunque sea ligeramente, los fenotipos que antes estuvieron rechazados por la selección natural, ahora pueden resultar beneficiados. Este cambio puede comportar una cierta mortandad en la población, pero se mantiene y sobrevive. A esta variabilidad, y por lo explicado, se le conoce también como “preadaptación” en el sentido de que, debido a ella, las poblaciones están preadaptadas a cambios que puedan ocurrir. Me refiero a cambios normales en las condiciones ambientales. Fotoperíodo, humedad, temperatura, disponibilidad de recursos y así. Un cambio drástico puede generar un desastre ecológico. En este sentido, no son pocos quienes piensan que el llamado “cambio climático” en la actualidad, tiene en las poblaciones una incidencia negativa mayor por la velocidad con la que ocurre que por su misma magnitud. Esa velicidad puede incidir de modo negativo en la capacidad de adaptación por parte de las poblaciones.

Por cuanto llevo dicho, está claro que el tamaño de población es un factor importante. No es lo mismo una con 20 individuos que otra con 200. La cantidad de variabilidad encubierta que puede soportar cada una es muy diferente. Y conviene no olvidar que esa variabilidad es un componente de su adaptación a posibles y futuros cambios ambientales. Realmente no es “un componente”, es “el componente”, el único.

Diversidad de colores.
Cultivo artificial.

No obstante, he escrito de modo intencionado la palabra “soportar” en el párrafo anterior. Mucha de esta deseable variabilidad presente en una población, mientras no ocurran cambios puede ser componente de su lastre genético. La población, no lo olvidemos, precisa vivir y reproducirse para mantenerse. Un cierto nivel de mortalidad (debido al lastre), es asumible para ella, pero mucha mortalidad también es perjudicial. Por esta nueva razón, un tamaño grande de población es mejor que un tamaño reducido.

Todo esto es válido para las poblaciones naturales, cuando los individuos están sometidos a la acción de la selección natural. En cautividad, bajo los afanes de los cuidadores, la selección natural desaparece y en es ese momento cuando se descubre toda la variabilidad encubierta que poseen las poblaciones, de la que nos habla Darwin en el primer capítulo de su obra El origen de las especies.


viernes, 14 de julio de 2017

Hablando de seres vivos

Me gustaría hablar de nuevo aquí sobre seres vivos, y voy a hacerlo. Hablar de los seres que viven, que tienen vida. Pero, ¿qué es vida? Es una pregunta que ha tenido diferentes respuestas a lo largo de la historia. Hubo un tiempo en que se pensó que era un soplo. Según el Génesis, Dios hizo una figura de barro, sopló sobre ella y ésta adquirió vida. Hoy han cambiado mucho nuestros conocimientos y conceptos sobre este tema.

He dicho muchas veces que tenemos ambigüedad al utilizar esta palabra. Porque “vida” puede ser la historia biológica de alguien (la vida de fulano); también entendemos como tal el modo de transcurrir el tiempo por parte de alguien (llevó una vida…); o, en otro plan, puede ser la duración estimada de un aparato caduco (esta bombilla tiene una vida de tantas horas). Pero también, vida es una actividad esencial mediante la que actuamos los seres que, por tenerla, merecemos el calificativo de seres vivos. En este plan, vida es la energía de los seres orgánicos. 

Ser vivo

Estos conceptos son de este tiempo. En el Renacimiento, se sabía que los estados de la materia son sólido, líquido y gaseoso. El paso de un estado a otro era simple y sencillo: evaporación, ebullición, solidificación eran procesos reversibles conocidos por los hombres de ciencia. También los seres vivos morían en un instante y, al igual que el resto de cambios conocidos, se podrían producir en ellos los movimientos inversos. Los seres inertes podrían adquirir vida. Había que conocer cómo, la fórmula de producirla, pero el hecho era real y constatable. La idea de la generación espontánea era admitida en general, existiendo múltiples fórmulas para conseguir la producción de animales: de ratones, arañas, lombrices y un largo etcétera. Según esta suposición, la vida era una actividad susceptible de ser creada en condiciones adecuadas.

Seres vivos

Fue a partir del siglo XVII cuando se empezó a dudar de esta hipótesis. Redi, Spallanzani y Pasteur demostraron, cada uno en su tiempo, la inexactitud de esta hipótesis y Pasteur resumió su descubrimiento con el aforismo omnis vivo ex vivo. Todo ser vivo procede de otro ser vivo. También, como consecuencia lógica de esto dijo que “la vida no se crea, simplemente se transmite”. Todo esto generó una nueva visión acerca de los seres vivos y su mundo. 

Tal vez sea posible escapar de la definición de “vida” para quedarse en la de “ser vivo”, pero volvemos a lo mismo. ¿Realmente sabemos qué es un ser vivo? Sí y no. Me explico. Sabemos de lo que hablamos cuando nos referimos a ellos. No es una metáfora, no. Es algo muy concreto y lleno de significado. Incluso adjudicamos características de ser vivo a algo, un movimiento ideológico, por ejemplo, cuando decimos de él que está vivo o muy vivo. Queremos indicar que se renueva, que se expande, que se mueve.
 
Ser vivo

Pero hay muchos seres vivos, mucha diversidad entre los seres vivos. La idea de los científicos es que la vida, tal como la entendemos hoy, se inició una sola vez. Tal vez antes hubo moléculas con características prebióticas, pero la vida que disfrutamos y de la que participamos todos, tuvo un solo inicio hace miles de millones de años. Darwin nos explicaría el origen y el mantenimiento de la diversidad actual, pues lo cierto es que todos tenemos un mismo origen y sirve de muestra el nivel bioquímico.

Todos guardamos nuestra información genética en los ácidos nucleicos. Recuerdo, hace años, cuando se estaba dilucidando el código genético. Se hacía en laboratorio, claro. No faltaron quienes dijeron que después de dilucidado, habría que deducir qué claves correspondían a vegetales y cuáles a animales. A todos nos pareció lógico. La sorpresa, la gran sorpresa, llegó cuando se comprobó a ese nivel bioquímico todo era similar, tanto en el mundo animal como en el vegetal y en bacterias. ¿Qué quiere esto decir? Pues sencillamente, que ese camino de consolidación como seres vivos fue un camino que recorrimos juntos, que es una historia común. Luego, más tarde, vendrían las diversificaciones.

Seres vivos

También tenemos común el modo de duplicación de los ácidos nucleicos y los enzimas que intervienen en el proceso. Es también común el número y la naturaleza de los aminoácidos, los componentes de las proteínas y su mecanismo de síntesis. 

Si embargo, soy consciente que estoy diciendo cosas, pero no digo qué es un ser vivo, ni qué es la vida. Desde niño, ya en la escuela, aprendí que los seres vivos “nacen, crecen, se reproducen y mueren”. También que las funciones de los seres vivos son “de relación, de nutrición y reproducción”. Con anterioridad hablé aquí de mi modo de entender eso de que los seres vivos nacen y crecen. Pero ahora, quiero seguir comentando cómo entiendo esas funciones propias de los seres vivos. Comunes a todos.

En clase, para hacer ver a mis alumnos la complejidad del mundo de los seres vivos, les aconsejaba que imaginasen un árbol, un liquen, una planta y un mamífero. ¿Qué compartimos? Estamos vivos, tenemos la información biológica encerrada en ADN, compartimos el modo de transcripción del mensaje genético. Luego, cada cual con sus genes, que se adapte a su ambiente, que crezca y se reproduzca.

Hablaremos de esto…

sábado, 8 de julio de 2017

Los seres vivos crecen

Esta entrada es similar a otra que, con el título "Crecemos", publiqué hace unos días en el Paseante reflexivo. Puesto que ese Paseante se marcha, quiero traer aquí este texto, pues forma parte de un conjunto de cuatro, en los que comento nuestras actividades: nacer, crecer, reproducirnos y morir.



Cuando éramos niños, tuvimos como ciertas muchas cosas que no lo eran. Hoy sabemos que el ratoncito Pérez no colecciona dientes de niños, ni las cigüeñas los traen desde París. Tampoco existen pajaritos chivatos que cuenten a los mayores lo que hacemos. Nos dijeron hasta la saciedad que teníamos que comer si queríamos crecer. Eso era cierto. El crecimiento requiere aporte de material extra que sólo nos llega a través de la dieta.  

Los seres vivos crecen, pero ¿qué entendemos por crecer? No hay duda que cuando decimos “crecen”, interpretamos que los seres que desarrollan tal actividad, se encaminan hacia una plenitud y una madurez mofológica y fisiológica. En términos generales, decimos que crecen cuando aumentan de tamaño. Puesto que en biología siempre hay más de una forma de que se realice un proceso, también hay más de un modo de crecer. Un organismo pluricelular crece o bien porque aumenta el número de sus células integrantes, que mantienen su volumen inicial, o bien porque aumenta el tamaño de ellas, aunque no aumentan en número. 

Sea del modo que sea, los seres vivos pluricelulares crecen si tomamos como momento inicial de su vida el de su nacimiento. Los tamaños más grandes entre los seres vivos actuales se dan en especies vegetales.

ANIMAL ADULTO
La mayoría de seres tienen un crecimiento controlado, de manera que cuando alcanzan un determinado tamaño, definido para nosotros en términos estadísticos, ese proceso se detiene. Todos estamos acostumbrados a los tamaños estándar de los miembros de cada especie de seres vivos que conocemos y, aunque no tengamos medidos tales tamaños ni los recordemos con detalle, a algunos individuos los encontramos muy grandes o muy pequeños, cuando sobrepasan tales límites. Por eso hablamos de una vaca muy grande o un abeto muy pequeño, por citar dos ejemplos, aunque no sepamos sus dimensiones medias.

ÁRBOL ADULTO

Muchos seres pluricelulares cuando crecen, no sólo aumentan de tamaño, también sus células van diferenciándose adquiriendo capacidades y funciones singulares y diferentes. De este modo se pueden ir generando órganos con actividades especializadas. Mientras los seres se van desarrollando y adquiriendo estas cualidades, decimos que son formas juveniles, y consideramos que han alcanzado la madurez cuando alcanzan plenamente todas sus funciones, incluyendo la capacidad reproductiva.

lARVA

El crecimiento puede ser mediante formas intermedias, las larvas, que son voraces y que, tras un período de cambios, que se realizan con quietud, se transforman en adulto. En estos casos, los adultos generan huevos de los que nacen las larvas. Éstas sufren modificaciones morfológicas (metamorfosis), dando lugar a los adultos. Muchos insectos tienen larvas en sus ciclos biológicos, pero también hay vertebrados (ranas) que las tienen.

Siempre el crecimiento implica un aumento del propio material. Eso se realiza transformando en material propio el que se ha tomado en la comida o el sintetizado de nueva creación. En ambos casos, moléculas que no formaban parte del individuo que crece, pasan a formar parte de sus estructuras mediante reacciones metabólicas concretas.

HOJAS JUVENILES DE EUCALIPTO
En vegetales hay especies, como el eucalipto, con dos tipos de hojas, pues las formas juveniles del árbol presentan unas hojas con forma y color que no tienen nada que ver con las del árbol adulto. Se llama dimorfismo foliar y está relacionado con la edad del individuo.

En árboles y arbustos, aunque el crecimiento se detiene cuando se alcanza ese tamaño concreto que antes comentaba, no debemos considerar que hayan perdido su capacidad de crecimiento. Si se poda ese árbol o ese arbusto, las ramas volverán a crecer hasta alcanzar el tamaño anterior a la poda. Alcanzar esos tamaños y detenerse en esos momentos, son procesos regulados genéticamente.

ALOMETRÍA. EN HUMANOS, DIFERENTES PROPORCIONES CORPORALES SEGÚN LA EDAD

Por otra parte, puede ocurrir que el crecimiento no sea armónico. Existe una velocidad de crecimiento diferente en las diferentes partes del cuerpo, y a esto le llamamos alometría. En nosotros, los humanos, las piernas y los brazos crecen a unas velocidades diferentes al tronco y cabeza, por lo que los niños tienen unas proporciones corporales diferentes a los adultos. Este proceso diferencial se descubrió en el Renacimiento. Los pintores anteriores a esa época, al pintar al Niño Jesús no pintaban un niño, pintaban un hombrecito, pues le adjudicaban las proporciones de hombre adulto.

LARVAS DE RANA
De todas formas, vemos que existen múltiples estrategias en los seres vivos para alcanzar el estado adulto. Eso significa incremento de tamaño y cambios fisiológicos que, en general, reciben el nombre genérico de “crecer”.

Por otra parte, podría decir que en los seres vivos ha dos tipos de crecimiento: el indefinido y aquel que se detiene en un órgano cuando éste alcanza un tamaño determinado. Por ejemplo, en árboles, el porte general sigue un ritmo de crecimiento indefinido, mientras que sus hojas  lo tienen determinado hasta alcanzar un tamaño muy concreto. En nosotros, cejas, pestañas y vello corporal crece hasta alcanzar una determinada longitud. El pelo del cuero cabelludo y el de la barba sigue la pauta de crecimiento indefinido. 

En este caso, hay quienes llaman "cabello" al de crecimiento limitado en su tamaño, y "pelo" al de crecimiento indefinido.

Todos estos procesos relativos al crecimiento están regulados genéticamente y son objeto de estudio, pues algunas pautas nos resultan completamente desconocidas.
    

viernes, 19 de mayo de 2017

Los seres vivos nacen

Desde la escuela sabemos que los seres vivos "nacen, crecen, se reproducen y mueren". Este aforismo es muy general y mantiene toda su actualidad en Biología. Creo que será bueno volver a comentar cada una de estas actividades.



HA NACIDO
En Biología es difícil que existan definiciones aplicables por igual a la totalidad de seres vivos. Es lo que ocurre cuando queremos indicar en qué consisten algunas actividades vitales. Por ejemplo éste de la que hablo, "nacer".

Si recurrimos al diccionario de la RAE y consultamos el significado del término, nos dirá que nacer consiste en "salir del vientre materno". No lo dudo, pero la definición se está aplicando exclusivamente a mamíferos. Otra acepción que ofrece nos dice que "nacer" es "salir del huevo", muy acertada cuando se aplica a animales que tienen este medio de reproducción, como aves, peces y muchos invertebrados como insectos, crustáceos y arácnidos. Tratándose de vegetales, nos dice que "nacer" consiste en empezar a "salir de la semilla". También estamos conformes con esta definición, aunque volvemos a encontrar que no es de aplicación a la totalidad de vegetales, pues muchos de ellos no se reproducen por semilla.


HA NACIDO
Es curioso que las tres definiciones hablan de "salir". ¿Qué nos puede indicar el verbo utilizado en estos casos? Podemos pensar que "salir" nos habla de un nuevo ser, el que nace, que "sale" al mundo y abandona el lugar en que se desarrolló, donde llevó a cabo su proceso embrionario, para comenzar a vivir su propia historia como ser autónomo. Para mi forma de pensar, esa autonomía adquirida en ese momento, es lo que confiere un valor especial al "salir" y por tanto, al "nacer". Como consecuencia de ese proceso, ha aparecido un nuevo ser completamente autónomo y con capacidad para serlo. Tal vez ese “salir” del vientre materno, o del huevo o de la semilla, venga implícito en el “dar a luz” que se aplica a las madres humanas cuando generan un nacimiento. Su hijo ha “salido” a la luz. Sea como sea, tenemos que los seres vivos “nacen” de una u otra forma. Es decir, tienen un principio.


HA NACIDO
Estas definiciones están restringidas a los que nacen como consecuencia de cualquier proceso de reproducción sexual, pero ¿qué decimos de los seres, animales y vegetales, que aparecen como consecuencia de procesos asexuales? 

Hablaré de tales procesos alternativos en otras ocasiones, pero ahora pensemos en uno sencillo, conocido por todos, como es la reproducción por escisión, o por esquejes, que aunque muy utilizada por el hombre, no es un proceso artificial. Más bien es un proceso común entre determinadas especies en la Naturaleza, que lo tienen como medio alternativo al sexual. Imaginemos que en un vendaval se desprende una rama de un sauce, por ejemplo, o de un chopo. Esa rama desgajada está destinada a desecarse y morir si no llega a un terreno barroso, de modo que quede semienterrada en él. En caso de caer entre barro, es posible que la rama enraíce comenzando a ser un individuo con vida propia. ¿Decimos que ha nacido? Yo no lo diría, pero sí que hay un nuevo ser biológicamente autónomo. Ocurre con cualquier planta generada a partir de un esqueje. Se me hace difícil decir que ha nacido, pero la verdad es que hay un nuevo ser.


HAN NACIDO
En organismos que viven formando colonias, caso de corales o fresas, por ejemplo, es difícil decir cuándo nace cada individuo y tal vez el concepto de "nacer" se limite al ser originario, fundador de la colonia, mientras que sus nuevos miembros aparecen por procesos alternativos al nacimiento.

Los seres vivos, de un modo u otro, nacen. Los modos son muy diversos y si bien hay casos en los que se puede hablar con rigor de nacimientos, en otros el término queda más ambiguo. Pero siempre podemos decir que los seres vivos tienen una historia autónoma, con un principio concreto capaz de ser datado en el tiempo. En ese momento está su origen como ser individual, aunque a veces no podamos hablar de nacimiento.
Podemos decir que la historia de cada ser vivo concreto, tiene un comienzo datable en el tiempo. Creo que esa afirmación es correcta.
Hay una cosa muy importante y concreta, que quiero comentar ahora. Aunque los seres vivos somos diferentes, y esa diferencia puede llegar a ser tremenda, tanto en un momento dado como a lo largo de la historia de los seres vivos, todos disfrutamos del mismo tipo de actividad biológica que llamamos vida. Somos diferentes en morfología, estructura, en el tiempo en que vivimos, pero compartimos la misma actividad biológica, y compartimos las mismas características de seres vivos


jueves, 26 de enero de 2017

Flores tempranas

Reflexiono sobre algunos temas relacionados con el inicio de la primavera y falsas creencias populares. Ya la mitología intentó explicar estos ciclos hablándonos de Démeter y su hija Perséfone. La explicación de los cambios estacionales siempre han sido un reto.
+ + +



Los camelios ya están en flor en mi calle santiaguesa. Camelias rojas y blancas le dan alegría a mi calle. Aún son pocas las flores que luce cada árbol, pero ya están ahí, preludiando la explosión de flores que habrá más o menos pasado mes y medio.






LUJO EN LAS CALLES DE GALICIA

También, viniendo de Lugo a Santiago hay muchas mimosas arracimadas en el monte con sus flores amarillas llenando el paisaje de color (El ser una especie invasora no le resta belleza a este árbol con hermoso aspecto cuando está florido).

INVASORA PERO BONITA Y 
CON FLORES  OLOROSAS
Si miramos atentamente los árboles frutales, manzanos, perales y ciruelos entre otros, nos encontramos con similar sorpresa, ya lucen sus flores.

En bordes de caminos, sabiendo verlas, encontramos prímulas también abriendo sus capullos.

¿Se han adelantado en su floración estas plantas, con el frío que hace? Puede que sí, no discuto que sean indicios de primavera. Pero antes quiero hacer una indicación, que a nadie le han dicho en sus estudios y que, por tanto, a nadie le tenemos que pedir que sepa y que utilice dicho conocimiento para enjuiciar nada.

DESAPERCIBIDAS POR HUMILDES

Al contrario de lo que ocurre a animales, los vegetales no necesitan tanto del calor. En animales es preciso incubar para que los embriones se desarrollen en el interior de los huevos. En vegetales es la luz el factor que determina el pase de una fase a otra dentro de su desarrollo biológico. No sé de qué modo, pero los vegetales son capaces de captar las fases diarias de luz y obscuridad, lo que llamamos fotoperíodo y, según sus duraciones relativas, entran en la vida vegetativa del invierno o bien despiertan tras el letargo y comienza el tiempo de la floración en esta época en que estamos. 

ABIERTAS AL POLEN QUE TRAIGA EL AIRE

No todas las plantas entran ahora en la floración, tampoco es eso, pero la temporada ha comenzado. 

Todo es hermosamente complicado. Ahora abren las flores que, a fin del verano, nos darán frutos cuyo desarrollo, maduración incluida, es largo. En otoño serán una oferta maravillosa y atractiva, pero antes han de pasar por muchas fases, como polinización, formación del fruto (ovario fecundado y maduro), de la semilla (óvulo fecundado y maduro) y la maduración de la pulpa carnosa del fruto, que se realizará en los dias calurosos de agosto. Todo requiere su tiempo.

He dicho polinización, pero ahora no hay insectos. No los hay. Ellos nacen de huevos y para eclosionar necesitan un calor del que aún no se dispone. Por eso la selección natural favoreció las flores amplias, abiertas, con los órganos reproductores desprotegidos. De este modo, es el aire el encargado de transportar el polen, de recogerlo de unas flores y llevarlo a otras, realizándose de este modo la preceptiva polinización.

Y ahora yo me pregunto, ¿tal vez es un poco temprana la floración este año? Y creo que sí, que las flores, incluso las más tempraneras, se han adelantado a su propio calendario. La causa, a mi entender, es esta sequía que estamos padeciendo. Más bien, esta falta de lluvias causada por esta falta de nubes. Ese es la causa, a mi entender. La falta de nubes pues, al estar, forman como una cortina más o menos densa sobre nosotros, que hace que nos llegue más o menos luz, según los casos. Como en este año no existe tal cortina, nos llega toda la luz producida por el sol y con su fotoperíodo no alterado por la presencia de los filtros que podrían representar la presencia de nubes sobre nosotros. En tal caso, estarían actuando como si los días fuesen más largos, con mayor cantidad de luz. Es decir, los correspondientes a épocas más adelantadas en el calendario, pero en temporada normal de lluvias.

Una cosa es clara, el perfecto engranaje de los elementos que entran en juego en esta, digamos, escena, de entrada del buen tiempo. Me dicen que cerca de Lugo ya “se ven” cigüeñas, y tampoco me extraña. Ya lo dice el refrán, “por san Blas, la cigüeña verás”. Si, el ritmo sigue y estamos metidos en él. Ahora será una gloria ir describiendo cómo la Naturaleza despierta, si acaso estuvo dormida alguna vez.

Como biólogo que soy y me siento, es éste uno de los momentos del año en que me gusta echarme al monte a ver que todo sigue como siempre. No hay sorpresas, en grandes líneas: las flores que salen en los frutales y demás árboles polinizados por el viento. Yemas que se “mueven” en ramas, capullos que se abultan para reventar en sus correspondientes flores. Todo así, como siempre. A veces pienso en los encajes maravillosos de la selección natural favoreciendo únicamente a aquellas especies que por sus respectivas necesidades, encajaban sus ciclos en los de otras. Como un gigantesco puzzle, sin programarlo, solamente actuando el azar, hemos llegado a esta situación que vemos hoy. Todos dependemos de todos, por eso hablo de puzzle.

Hace pocos días una persona, alguien con mas buena intención que luces, decía en uno de estos medios de comunicación que tenemos, que si las bacterias son tan malas, lo mejor sería eliminarlas. El hecho de que haya bacterias patógenas, que las hay, no quiere decir que “las bacterias” sean malas. Gracias a ellas entra el nitrógeno atmosférico en el mundo de los seres vivos. Baste con decir eso.

A veces, muchas, me duele el desconocimiento que existe sobre biología en personas bienintencionadas. Ni los árboles florecen antes de tiempo, no hay que destruir las bacterias, ni los animales tienen costumbres asesinas.

Siento profundamente la falta de unos buenos planes de estudio para nuestros estudiantes. Primero, definir lo que creemos que deben saber y, utilizando el plan de estudio como herramienta para lograrlo, ponerlo en práctica por parte de técnicos cualificados.

Entradas relacionadas: