Podría titular esta entrada como algo relativo a la
posibilidad de vida en Marte o más allá, incluso como aparición de indicios de
vida en el Universo, pero no me gusta especular sobre temas no
científicos. Y digo no científicos por no ser comprobables hoy por hoy, teniendo en
cuenta los medios de que disponemos. Por eso traigo un tema ya comprobado por
la Agencia Espacial Europea y publicado en estos días: hay agua en Marte.
No deja de causarme sorpresa el que, dentro de nuestro
imaginario, siempre fuese Marte el planeta del que provinieron nuestros
extraterrestres. Incluso hemos jugado a “matar marcianitos”. Indudablemente, es
un planeta cercano a nosotros y en diferentes tiempos se han enviado sondas y
robots para que viesen lo que pudiesen ver, y nos lo dijesen. Todo esto que
digo en pocas palabras me provoca una tremenda admiración. Cálculos
ajustadísimos hacen posible enviar un cohete al espacio para que se encuentre
con un planeta dado en un punto concreto dentro de un cierto tiempo, siempre un
plazo largo. Y llega, porque los cálculos fueron realizados con precisión y las
órbitas eran perfectamente conocidas, así como las velocidades de los cuerpos
que se tenían que encontrar: el cuerpo celeste y nuestro cohete. Ahora ya estamos acostumbrados a esto,
pero yo aún me quedo perplejo, y respetuoso, ante tal prodigio de cálculo
humano.
PAISAJE MARCIANO |
Los robots marcianos llegaron en diferentes tiempos y comenzaron
a mandar información. Así, en pocas palabras, resumo lo que es una proeza de
la tecnología. Nos envían fotos, vídeos, se alimentan con la luz solar (como un
vegetal) y aquí se analiza toda esa información que nos llega. En laboratorios
especiales hay quienes son capaces de analizar esos datos de manera fiable.
Todo esto me alegra y me maravilla, la verdad.
Hace un tiempo me llegó, no recuerdo por qué camino, la
noticia de que en Marte había un cierto tipo de atmósfera. Luego, que se habían
descubierto moléculas con cierta estructura que recordaba a la orgánica. Ahora
me dicen que hay agua salada, formando un lago subterráneo a no mucha
profundidad.
EL ROBOT CURIOSITY EN MARTE |
La atmósfera encontrada es de metano, el gas que aquí, en la
Tierra, se origina mayoritariamente como producto de la actividad biológica de
microorganismos o como consecuencia de descomposición de vegetales. El agua
está incondicionalmente relacionada con la vida, de modo que no hay vida en su
ausencia. ¿Quiere todo esto decir que hay vida en Marte? De ningún modo, ni
siquiera que la hubo. Pero son indicios que nos permiten avanzar con esa idea,
cada vez más fundamentada, gracias a ellos.
Hay que tener en cuenta la temperatura ambiente en Marte. Allí también hay estaciones, oscilando las temperaturas entre
los 20º en verano y los -140º en invierno. No voy a decir nada de la temperatura
veraniega, muy conocida por nosotros, pero sí me impresionan los 140 bajo cero.
¿Puede ser compatible con algún tipo de actividad biológica? Tampoco hemos de
descartar la posibilidad, existente también entre nosotros, de hibernación de seres vivos durante las épocas frías. Sin necesidad de recurrir a esa posibilidad, sabemos que en nuestro mundo hay bacterias que viven en regiones
muy frías. Por otra parte, si bien relacionamos la vida con el agua, tal vez
sería conveniente relacionarla mejor con la presencia de compuestos líquidos y pensar que, en las
condiciones ambientales de Marte pueden haber compuestos que aquí son gaseosos,
pero que allí podrían ser líquidos, generando hábitats diferentes a los
nuestros desconocidos por nosotros en la actualidad. En esas circunstancias diferentes, es posible que apareciese una actividad
vital, también desconocida por nosotros.
MARTE |
Porque, y esto creo que es necesario plantearnos, en caso de
que hubiese seres vivos en Marte, ¿cómo creemos que serían? Recuerdo las funciones de los seres vivos: nacen, crecen, se reproducen y mueren. También
esas serían sus actividades, necesariamente realizadas a su manera. Para nada se habla de una
morfología concreta y definida.
Es curioso, buscamos vida, o seres vivos, en otros planetas,
y aún no disponemos de una satisfactoria definición de lo que es “vida”, una
definición que sea válida para todos los seres vivos. Sí somos capaces de definir sus
características, pero de un modo muy general. Como ocurre con otras cosas de
este mundo, tenemos muy claro lo que es, pero no lo sabemos definir.
Por otra parte, ¿Para qué queremos saber si hay vida allá
lejos? Tal vez por prestigio internacional. Hoy hay tres misiones estudiando
Marte, procedentes de EEUU, Rusia, y la UE. Está en camino una misión
procedente de la India. La rivalidad India–Paquistán les hace gastar a ambos
países cantidades ingentes de dinero con tal de ir por delante del otro en esta
lucha de malos vecinos, (recordemos que los dos poseen bombas atómicas). Pero sí, este tipo de investigación consume cantidades
tremendas de dinero. ¿Para qué?
No tengo respuesta válida para esa pregunta tan básica. Y
más, si tenemos en cuenta las tremendas carencias en las que vive una gran
parte de la población humana, incluso en naciones patrocinadoras de estos
programas. Su prestigio es algo imponderable cuando se trata de manifestar un
poderío constatable mediante un desarrollo tecnológico. Por otra parte, ante la
pregunta de si estamos solos en el Universo o si no lo estamos, es algo que, en
el fondo, a todos nos apetece disponer de una respuesta cierta.
Pero que nadie espere encontrarse en algún sitio con seres vivos similares
a nosotros, incluso con el cuerpo dividido en cabeza, tronco y extremidades y
hablando nuestro mismo idioma. Porque, de haberlos, serán muy diferentes a
nosotros en morfología y en estructura, aunque es muy posible que compartan
nuestras características de seres vivos. De momento, los datos aportados por
Marte, estimulan a seguir tras una respuesta a la pregunta de si estamos solos
o si compartimos Universo con otros seres intrigantemente desconocidos por nosotros.
Las fotos que incluyo en este artículo son de la NASA.
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