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viernes, 19 de octubre de 2018

Banquete de piedra

En el arte gallego, conozco dos banquetes pétreos. Uno, el del comedor del Palacio de Gelmírez, en Santiago de Compostela. El otro, el que podemos disfrutar en el Monasterio de Sobrado dos Monxes. Ambos están esculpìdos en granito y en los dos se reconoce el espíritu popular, ese que es tan fecundo en Galicia cuando se vierte en las vías de la creación artística. 

viernes, 20 de abril de 2018

Banquetes de piedra


Conozco dos banquetes pétreos en el arte gallego, el del comedor del Palacio de Gelmírez, en Santiago de Compostela, y el que podemos disfrutar en el Monasterio de Sobrado dos Monxes. Ambos están esculpìdos en granito y en los dos se recoge el espíritu popular, ese que es tan fecundo en Galicia cuando se vierte en las vías de la creación artística


El banquete del comedor del Palacio de Gelmírez, es de estilo románico del siglo XII, mientras que el de Sobrado fue esculpido seis siglos mas tarde y es del estilo que entonces se utilizaba en Galicia, el barroco. 

En el Palacio de Gelmírez, en las ménsulas del comedor, como muchos sabemos, están esculpidas diversas fases de una comida principesca de la época. Vemos en ellas músicos, ritos y una empanada sobre la mesa. Una empanada tal como se hace hoy en día, inconfundible en su aspecto. Pero hoy quiero comentar el de Sobrado. 

BERENJENAS, MANZANAS, TRUCHAS..,

El del monasterio representado en la bóveda de medio cañón que cubre el tramo que lleva desde la sacristía a la iglesia abacial. Unos diez metros de longitud. Cuando los curas iban a celebrar misa, era norma que recitasen un salmo eucarístico compuesto por Sto. Tomás de Aquino, “O, Sacrum convivium” (Oh¡, sagrado banquete) en honor a aquello que celebrarían al poco tiempo. El comparar la misa con un banquete ha sido un tema recurrente: En su primera comunión, los niños recibían el pan de los ángeles y a cualquier edad los fieles se acercaban a la sagrada mesa… 

Es bonito ver cómo se representa el banquete, no espiritual por cierto, en esa bóveda de la que hablo. Tiene disposición de tablero de damas y unos cuadros representan rosetones vegetales y, los otros, viandas preparadas en sus platos dispuestas para su consumo. Éstas, las viandas, son vegetales o animales producidos por el agua. 

ANGUILAS
Vemos allí uvas, peras, manzanas, granadas, zanahorias, etc. Entre los animales productos del agua, según la idea del monje escultor, vemos anguilas, truchas, salmón y un pato preparado para ser trinchado. 

Tal vez alguno se preguntará que qué hace un pato en esta presentación, pero esto tiene una explicación muy coherente con el pensamiento de monjes entrados en fase decadente en lo que se refiere a su afán de mortificación y que, por otras parte, desconocían el ciclo biológico del pato. 

PATO
Estos monjes sostenían la idea de que tales aves procedían de los nenúfares. Esta superchería les permitía excluir su carne en las dietas de ayunos, la época en las que solo era permitido comer productos de origen vegetal. 

Los de Sobrado debieron ser monjes muy dados a este tipo de abstinencia peculiar, pues cerca del Monasterio existe un lago artificial, cuya construcción se les atribuye y que tenía una acequia que llegaba directamente a la cocina monacal. Por ella llegarían truchas, anguilas y patos, según la abundancia faunística de cada temporada. 

LA LAGUNA. EN ELLA NACE EL RÍO TAMBRE

Para mí, esta bóveda es lo mejor del Monasterio, pues considero que la singularidad es un tanto muy importante a tener en cuenta al calificar obras de arte. Creo que el contenido de esta bóveda es único en el arte monacal de Galicia.





sábado, 31 de agosto de 2013

BANQUETES PETREOS

Conozco dos banquetes en el arte gallego, el del comedor del
EN SOBRADO, LAS UVAS LLENAN LA FACHADA
Pazo de Gelmirez y el que podemos disfrutar en el Monasterio de Sobrado dos Monxes. Ambos están esculpìdos en granito y en los dos se recoge el espíritu popular, ese que es tan fecundo cuando se vierte en las vías de la creación artística.
El banquete del comedor del Pazo de Gelmírez, es de estilo románico del siglo XII, mientras que el de Sobrado fue esculpido seis siglos mas tarde y es del estilo que entonces se utilizaba en Galicia, el barroco.
En el Pazo de Gelmirez, en las ménsulas del comedor, como todos sabemos, están esculpidas diversas fases de una comida principesca de la época. Vemos en ellas músicos, ritos y una empanada sobre la mesa. Una empanada tal como se hace hoy en día, inconfundible en su aspecto. Pero ya hablaré de este banquete en otro artículo. Hoy quiero comentar el de Sobrado.
ENTRADA AL PASILLO CUYA BOVEDA COMENTO
Está representado en la bóveda de medio cañón que cubre el tramo que separa la sacristía de la iglesia abacial. Unos diez metros de longitud. Cuando los curas iban a celebrar misa, atravesaban este pasillo recitando un salmo eucarístico compuesto por Sto. Tomás de Aquino, “O, Sacrum convivium” (Oh¡, sagrado banquete) en honor a lo que celebrarían al poco tiempo. El comparar la misa con un banquete ha sido un tema recurrente: los niños recibían el pan de los ángeles y los fieles se acercaban a la sagrada mesa…


EN LA MISMA BÓVEDA, EL PAVO  COMO
VIANDA NO ANIMAL 
Es bonito ver cómo se representa el banquete, no espiritual por cierto, en esa bóveda de la que hablo. Tiene disposición de tablero de damas y unos cuadros representan imaginarios rosetones vegetales y, los otros, viandas preparadas en sus platos y dispuestas para su consumo. Éstas, las viandas, son vegetales o animales nacidos en el agua.
 PERAS, ZANAHORIAS, MANZANAS, PEPINOS
TRUCHAS. TODOS EN SU FUENTE
Vemos allí uvas, peras, manzanas, granadas, zanahorias, etc.
Entre los animales productos del agua, según la idea del escultor, vemos anguilas, truchas, salmón y un pato preparado para ser trinchado.
Tal vez alguno se preguntará que qué hace un pato en esta presentación, pero esto tiene una explicación muy coherente con el pensamiento de monjes entrados en fase decadente en lo que se refiere a su afán de mortificación.
Estos monjes sostenían la idea de que los patos procedían de los nenúfares. Esta superchería les permitía excluir su carne en las dietas de ayunos, cuando solo era permitido comer productos de origen vegetal.
Los monjes de Sobrado debieron ser muy dados a este tipo de abstinencia, pues cerca del Monasterio existe un lago artificial, cuya construcción se les atribuye. Este lago tenía una acequia que llegaba directamente a la cocina. Por ella llegarían truchas, anguilas y patos, según la abundancia faunística de cada temporada.
Para mí, esta bóveda es lo mejor del Monasterio, pues considero que la singularidad es un tanto muy importante a tener en cuenta al calificar obras de arte. Creo que el contenido de esta bóveda es único en el arte monacal de Galicia.

 
EL LAGO ARTIFICIAL, ORIGEN DEL RIO TAMBRE