En todos los seres vivos, cada gen interviene en la
realización de una función concreta. Muchos seres vivos tenemos dos dotaciones similares
de genes, procedentes cada una de los dos progenitores. Por tanto, tenemos
dos copias de cada gen. Por eso se dice que somos diploides, que quiere decir
“dos juegos”.
De todos modos, las funciones se pueden realizar de modos
diferentes. En nosotros mismos, conocemos múltiples tonalidades de color de
ojos, de pelo, o diferentes grupos sanguíneos. En vegetales hay variabilidad en
el color de las flores, en los bordes de las hojas o en el aspecto general de
la planta, por citar tres casos. Los responsables de realizar las mismas
funciones, pero de modos alternativos, reciben el nombre de “alelos”, que en
griego significa “otro” y son variaciones de un mismo gen. Son alelos del mismo
gen los que, por ejemplo, determinan nuestros diferentes grupos sanguíneos, los
diversos colores de plantas cultivadas o los diferentes pelajes de algunos
mamíferos.
MAÍZ HÍBRIDO. EL GRAN ÉXITO DE LA GENÉTICA CLÁSICA |
Cuando un individuo tiene iguales los dos alelos de un gen,
decimos de él que es “homocigoto”, si son diferentes, decimos que es
“heterocigoto”. En griego, “homo” significa igual, “hetero”, diferente y
“cigoto”, huevo. Los tiene iguales por haber heredado la misma copia de cada progenitor.
Si son diferentes, es por haber recibido copias distintas.
Estos genes que se han recibido, se transmiten tal cual salvo
mutación, (fenómeno infrecuente) a los descendientes mediante los gametos. Los
homocigotos forman sus gametos iguales en relación al gen para el que lo son.
Los heterocigotos forman dos tipos de gametos, con igual frecuencia y cada uno de
ellos con uno de los dos alelos diferentes que posee.
Con esta introducción, que me está resultando larga, quiero
sentar las bases de lo que voy a decir. Si representamos a un gen mediante una
letra, por ejemplo, T y a su alelo
con la misma letra, pero con grafía diferente, t, tendremos dos tipos de homocigotos, TT y tt y un solo tipo
de heterocigoto, Tt.
Los primeros estudios rigurosos sobre herencia los realizó y
publicó Mendel hace más de un siglo y medio (1866), aunque no fue comprendido más
que a partir de 1900. Curiosamente, todo tipo de posible cruzamiento que se
realiza con heterocigotos, genera una descendencia con abundancia de homocigotos,
hasta un 50% del total de la progenie. Lógicamente, cuando se cruzan
homocigotos similares, todos los descendientes son también homocigotos. Esto
llevó a pensar a los científicos de comienzos del siglo XX que en la Naturaleza, donde los
cruzamientos se realizan al azar, debería haber una gran cantidad de
homocigotos y pocos heterocigotos. Éstos, los heterocigotos, vendrían a ser
como situaciones genéticas inestables, en cuya descendencia aparecían
abundantes homocigotos, siendo por tanto difícil de mantener presentes en una
población a lo largo de las generaciones. Este planteamiento generó un fecundo
cuerpo de conocimientos, que hoy conocemos bajo el nombre de “genética
clásica”.
Lógicamente, puesto que los homocigotos eran los más
frecuentes en las poblaciones naturales, tendrían que ser los más adaptados a
sus ambientes. Había una excepción inexplicable: el caso de los maíces
híbridos. Se les atribuía “superdominancia” sin saber lo que eso significaba, o
bien “heterosis”, algo relacionado con la mejor situación de los heterocigotos,
concepto que en parte se mantiene en la actualidad.
ELECTROFORESIS DE INDIVIDUOS HOMOCIGOTOS |
Cuando nuestras predicciones teóricas están en discordancia
con lo que encontramos en la Naturaleza, debemos revisar nuestras predicciones
con el convencimiento de que la Naturaleza no se equivoca y que el error reside en nuestra interpretación de los hechos. Y más convencidos del error debemos estar si realizamos constataciones en diversas situaciones con similares
resultados.
He dicho en otras ocasiones que nuestros conocimientos científicos deben estar en constante revisión. Ese test de revisión sirve para mantenerlos o rechazarlos
si acaso no superan las pruebas que se puedan hacer aplicando nuevas técnicas
que se vayan descubriendo. Eso es lo que, en 1966, hicieron dos investigadores.
R. Levontin y J.L. Hubby publicaron unos resultados inesperados, pues rompía
todo cuanto se creía según la Genética clásica. Aplicando métodos de
electroforesis en seres procedentes de poblaciones naturales, encontraron más
heterocigotos de los que cabría esperar según los razonamientos teóricos previos. Las
pruebas se repitieron estudiando otras especies y otras poblaciones, y los resultados fueron
coincidentes. Siempre aparecían más heterocigotos de lo esperado.
ELECTROFORESIS DE INDIVIDUOS HETEROCIGOTOS HAY VARIABILIDAD DE MANCHAS |
Esto presentó ante los investigadores un nuevo aspecto. Pues para la mayoría. estos
resultados indicaban la falsedad de la teoría anterior, que llevaba a la idea
de la alta presencia de homocigotos en las poblaciones naturales. Este hecho se
transformó en un reto para la comunidad científica y era precisa la búsqueda de
respuestas adecuadas. Se planteaban dos preguntas importantes: 1º, por qué
habían más heterocigotos de lo esperado y 2º, cómo se mantenían en altas
frecuencias si en sus descendencias aparecían elevadas proporciones de
homocigotos.
Fue una época apasionante aquella de buscar esas respuestas y otras que fueron surgiendo. También aparecieron nuevos conceptos de selección
natural, y se observaron diversos tipos suyos: selección estacional, selección
dependiente de frecuencias, selección disruptiva, etc. etc.
Seguimos en eso, pero he querido relatar, mediante este
ejemplo, vivido por mí y recordado con cariño por corresponder a una época
fecunda de mi trabajo, cómo la ciencia avanza desechando conceptos obsoletos y
buscando respuestas a las constantes preguntas que se plantean tipo ¿cómo? ¿por qué? Y
similares.
En muchas ocasiones los mismos errores suelen ser muy
fecundos aportando información científica. Su última contribución a la ciencia
es mostrar su propia falsedad. Y, recuerdo, las preguntas han de estar bien formuladas y planteadas en sus momentos adecuados.
Fotos: Fondo de Google
Fotos: Fondo de Google
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